La evolución de los despliegues y actualizaciones de los últimos años están generando una brecha en cuanto al ancho de banda de los productos de acceso a Internet en función de la tecnología utilizada por los distintos ISP del país. Una brecha que se podrá cerrar a mediano plazo, pero que en el corto quizás sólo tienda a ampliarse. Esto surge del informe “Oferta de acceso fijo a Internet en Argentina”, realizado por Carrier y Asociados.
Cuando se analiza el ancho de banda de los productos actualmente ofrecidos por los ISP de todo el país, se observa “un valle” generado por aquellos que ofrecen entre 12 y 19 Mbps. Una capacidad a la que no todos los productos inalámbricos y de ADSL llegan pero que a su vez tiende a ser poca para aquellos de fibra o cablemódem. Así, un 57% de los productos tienen una capacidad inferior a los 11 Mbps, mientras que un 33% son de 20 Mbps o más.
En una aproximación por tecnología, se ve claramente que las mayores velocidades (más de 100 Mbps) sólo son ofrecidas por el cablemódem y la fibra. Por su parte, las tecnologías inalámbricas suelen ofrecer capacidades por debajo de los 11 Mbps. En cuanto al ADSL, la distribución es más pareja, aunque los Mbps ofrecidos dependerán de algunas variables técnicas, como la distancia hasta la central y el estado del cobre.
Pensando en el futuro, las tecnologías de cablemódem y fibra son las que tienen más resto para seguir aumentando sus capacidades. El ADSL no tiene mucho margen para seguir creciendo, y es la razón por la cual estas redes están migrando a fibra. En el caso de las inalámbricas, si bien técnicamente pueden seguir creciendo en capacidad, por el momento los costos para lograrlo hacen que la ecuación económica no resulte tan conveniente. Habrá que esperar entonces a la llegada de 5G, la cual, vía productos de banda ancha fija inalámbrica (FWA o Fixed Wireless Access) podría ofrecer capacidades similares a las redes cableadas más avanzadas. Pero todavía es muy temprano para pensar en 5G en Argentina.
Es por esto por lo que algunos ISP inalámbricos están comenzando a “tirar” fibra, al igual que aquellos que despliegan desde cero. Pero no es una tarea sencilla. Esto se debe a la necesidad de acceder a postes ya instalados (cosa que no siempre es fácil de lograr) o, en su defecto, instalar los propios, que, además del mayor costo, requieren también de permisos municipales, no siempre sencillos de obtener. Resulta evidente entonces que el despliegue y uso de infraestructuras pasivas debería ser una de las prioridades del regulador en su objetivo de lograr una mayor y mejor conectividad.