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Dieta de fibra

Nadie duda de que la mejor forma de conectarse a Internet hoy, y por varios años más, es a través de la fibra óptica. Por su capacidad actual y futura y por sus menores costos de operación, es la elección no sólo para la migración de tecnologías previas, como el ADSL o el cable coaxil, sino también para todo despliegue nuevo. A punto tal que grandes operadores de TV por cable que ofrecen además acceso a Internet hacen sus nuevos despliegues con fibra óptica (caso Fibertel o Telecentro). En definitiva, es un seguro a futuro de que no faltará capacidad. Al menos, no por culpa del cable.

Argentina viene registrando un marcado aumento de los accesos de fibra óptica, que, si bien no son nuevos, tuvieron un fuerte impulso a partir de enero 2018. En ese momento se habilitó a los operadores de telecomunicaciones a ofrecer también servicios audiovisuales (léase, TV). Así operadores como Movistar o Claro comenzaron a desplegar muy agresivamente redes de fibra. En el caso de Movistar, como reemplazo del viejo ADSL. En el de Claro, como una red fija para llegar a hogares, complemento de su red móvil. Actualmente, entre ambas, representan el 78% de los accesos de fibra del país. El resto se distribuye entre decenas y decenas de PyME y cooperativas.

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Los de arriba y los de abajo

Tal como sucede en general en Latinoamérica, Argentina es un país de grandes contrastes, que se manifiestan en los ámbitos más diversos. Entre ellos, el acceso a Internet. Es que variables tecnológicas, demográficas y económicas se combinan para que la velocidad promedio ofrecida por los productos de acceso sea 20 veces superior cuando se compara a la Ciudad de Buenos Aires con provincias como San Juan o Tierra del Fuego. Esto surge del informe “Oferta de acceso fijo a Internet en Argentina”, realizado por Carrier y Asociados.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se conjuga una fuerte oferta de productos basados en tecnología de cablemódem de alta capacidad, tanto de Fibertel como de Telecentro, con el aporte de la fibra óptica de Iplan y Movistar. El resultado: con una velocidad media ofrecida de 205 Mbps, CABA se ubica como el primer distrito en el ránking por provincia (obviamente, considerando a la Ciudad Autónoma como tal).

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Jubilando a Arnet

Esta semana, Telecom comunicó que inició el proceso de unificación de las marcas de su servicio de acceso a Internet.La marca Arnet dejará de existir y pasará a ser Fibertel Lite. En consecuencia, bajo la denominación Fibertel Lite se agruparán los productos de la ahora ex Arnet (de hasta 20 Mbps), mientras que Fibertel hará lo propio con los que estén por encima de esa capacidad (actualmente 25, 50 y 100 Mbps).

 

 

Arnet es una de las marcas más antiguas del mercado argentino de telecomunicaciones, habiendo llegado a mediados de los 90s a manos de Telecom, quien la utilizó para su servicio de acceso a Internet por más de 20 años, inicialmente como un servicio dial up para luego ser de banda ancha, con la llegada del ADSL hacia el cambio de siglo. En su momento de mayor esplendor (2015) llegó a los 1,8 millón de accesos, para luego comenzar a perder clientes a manos de la competencia. Esto ocurrió principalmente con Fibertel, con quien tenía una importante superposición geográfica en la cobertura de sus redes. En un mano a mano llevaba las de perder por la mayor capacidad de Fibertel sumada al atractivo del combo con el servicio de TV paga de Cablevisión.

Con una tecnología inferior al cablemódem (y claramente la fibra óptica), Arnet no sólo no pudo detener el avance de su competencia, sino que evidenció las limitaciones técnicas que tenía, comenzando a desprestigiarse como marca aceleradamente. Por esto mismo es que la movida de pasar a denominar bajo la marca Fibertel a los productos ADSL es una jugada no exenta de riesgos. Los accesos ADSL seguirán teniendo limitaciones en su capacidad, especialmente en momentos en que la demanda por ancho de banda sigue en aumento como consecuencia de un mayor consumo de video así como de la multiplicación de dispositivos conectados simultáneamente (PC, celulares, Smart TV, tablets, parlantes inteligentes, etc.). Un escenario en el que los 20 Mbps que como máximo ofrecen los productos de ADSL están camino a ser rápidamente el mínimo aceptable.

Esta movida se encuadra en una estrategia dual desde el punto de vista tecnológico de Telecom. En las zonas donde haya cobertura de la red HFC de Cablevisión, la idea será migrar a los clientes de Arnet a la red de coaxil. O de Fibertel Lite a Fibertel “tradicional”. En las zonas donde Cablevisión no tenga presencia, la idea es hacer un leap frog y comenzar a desplegar una red de fibra óptica al hogar, tal como lo está haciendo actualmente Movistar (Telefónica) en su zona de influencia, migrando desde el cobre.

Más allá del cambio de nombre/marca, lo interesante de la movida es que ahora Cablevisión comenzará a ofrecer Flow a los clientes de ADSL de Arnet. Si bien no hay precisiones sobre si será bajo un formato OTT o IPTV, lo cierto es que la decisión de distribuir sus contenidos en video sobre los accesos de ADSL le sumará a Cablevisión un número no menor de potenciales clientes, siendo esto motivo de preocupación de DirecTV y otros operadores de TV paga que actualmente atienden a usuarios de la ex Arnet. Como se ve, la unificación de los servicios de acceso a Internet bajo el nombre Fibertel es también un paso en la oferta convergente de servicios.

 

Alcanzando las metas

Esta semana, en el marco de la Asamblea de la CITEL, el Ministro de Modernización volvió a explicitar los objetivos del gobierno para el 2020 en materia de acceso a Internet en Argentina. Uno es el agregado de 2 millones de accesos. El otro, llevar la velocidad promedio a 20 Mbps. Se trata de objetivos que pueden sonar muy ambiciosos pero que son cumplibles.
Actualmente, el total de accesos a Internet es de casi 8 millones (incluyendo hogares y organizaciones), por lo que un crecimiento en 2 millones de aquí al 2020 equivale a un 25%, o una media de 5,7% anual. Si se observa el crecimiento de los últimos años (ver gráfico), salvo en el 2015, siempre estuvo en ese valor o superiores, habiendo sido del 10% en 2016 y 9% en 2017. Si bien es cierto que en tanto crece la penetración se hace más difícil mantener la tasa de crecimiento, con las medidas adecuadas un 5,7% anual no es descabellado.
De estos 2 millones de nuevos accesos, el ministro sostuvo que 500.000 accesos serán provistos por el Estado, vía Servicio Universal. Por lo tanto, el 1,5 millón restante que surgirá de los prestadores privados equivale a un crecimiento del 18,75% o un 4,4% anual. No debería ser un desafío.

Donde las metas pueden ser a priori más ambiciosas es en llevar la velocidad promedio a 20 Mbps. Según las cifras oficiales publicadas por el ENACOM, un 92% de los accesos actuales se encuentran por debajo de esta marca. A su favor se puede argumentar que actualmente y en los próximos años habrá un importante crecimiento de los accesos de fibra óptica. Los mismos hoy se acercan a los 400.000 accesos, habiendo crecido un 164% en el 2017. Y teniendo en cuenta el ritmo de despliegue no sólo de Telefónica y Claro sino también en el interior de la mano de PyME y cooperativas, (a los que previsiblemente se sume también Telecom, especialmente en las zonas no cubiertas por la red de Fibertel) en 4 años deberían representar varios millones. El crecimiento de la fibra combinado con los aumentos de velocidad de las redes de cable (HFC) serán claves para alcanzar la meta propuesta.
Por supuesto, también otros factores colaborarán para que las metas propuestas puedan alcanzarse. Los mayores tendidos de fibra, no ya al hogar, pero como backbone, sin dudas ayudarán, llevando o mejorando el acceso en localidades poco pobladas del interior del país. Asimismo, el crecimiento de las propuestas convergentes (basadas en redes fijas de alta capacidad) colaborarán, bajando los precios allí donde haya competencia y mejorando la calidad de la conectividad (una red poco capaz no podrá transportar señales de TV).
Pero además de esto, será importante el aporte de tecnologías inalámbricas para llevar conectividad a zonas de poca densidad poblacional y/o alejadas de los grandes tendidos. Por un lado, las tecnologías satelitales, especialmente (aunque no excluyentemente) aquellas basadas en la banda Ka y tecnología HTS (High Throughput Satellite) que puede ofrecer anchos de banda más acordes a la media buscada. Aquí el problema es que, con un mercado que estuvo bastante cerrado durante años, no hay en la actualidad muchos satélites con esta tecnología apuntando sus haces al territorio argentino. No obstante, ya hay proyectos de conectividad con los satélites tradicionales, cuyo precio está bajando. Por otra parte, también las redes 4G pueden jugar un rol importante (más allá de ofrecer conectividad móvil). Esto se debe a que las mismas deberán llegar a localidades de baja densidad población, lo que dejará capacidad disponible para accesos no ya móviles sino también fijos, pero con velocidades similares a los cableados.
En definitiva, las metas son cumplibles. Sólo será cuestión de ayudar con las políticas correctas.

Tuits selectos

  • El consumo promedio de datos móviles en Finlandia es de 26 GB mensuales, influido por los 37 GB de la banda ancha móvil (con capacidades comparables a la banda ancha fija) telecompaper.com/news/finnish-a…
  • En una movida defensiva, Intel estaría evaluando adquirir a Broadcom y disolver la amenaza de su fusión con Qualcomm telecompaper.com/news/intel-con…
  • Cada vez más cerca de Robocop: la policía de Beijing comenzó a probar lentes que proveen reconocimiento facial y de placas de automóviles. businessinsider.com/china-police-u…
  • Una de cal y otra de arena. Según el balance de @TelefonicaComAr ya tiene 250.000 abonados a Internet por fibra óptica, creciendo un 600% en un año. Pero en ese período sus suscriptores totales de banda ancha cayeron un 10%
  • Argumentando razones de seguridad nacional, @realDonaldTrump decretó la prohibición de la venta de @Qualcomm a @Broadcom. Y sanseacabó whitehouse.gov/presidential-a…
  • El gobierno quiere llevar el espectro disponible a 1 GHz, facilitar el uso de infraestructura pasiva y desarrollar una política satelital. Volvió a mencionar la “ley corta”. Pero no fijó plazos iprofesional.com/notas/264845-i…
  • La visión futurista del transporte urbano de Elon Musk lo hizo acreedor del gaste de las redes sociales. Algunos se ceban en su rol de visionarios… theregister.co.uk/2018/03/12/elo… Acá el video vimeo.com/259707751
  • Anuncian 2 haces más en banda K en Argentina sobre las provincias de Mendoza, Neuquén y San Juan que permitirán conectar áreas rurales o poco pobladas. Sería para la 2° mitad del 2018 convergencialatina.com/Nota-Desarroll…
  • Trump impondría aranceles a la importación de productos de telecomunicaciones y tecnología chinos. Represalia por las exigencias para operación de empresas de USA en ese país y temas de propiedad intelectual. Se acaban los viajes de compras a Miami? uk.reuters.com/article/uk-usa…
  • En poco más de un año, Flow sumó casi 1 millón de usuarios, equivalente a un 29% de los clientes de Cablevisión y el 50% de clientes del combo con Fibertel. Un nivel de adopción que marca los cambios de hábitos en el consumo de video
  • El decreto para reglamentar el pago de IVA a los servicios digitales parece un poco ingenuo en el caso en que sea el consumidor final quien deba ingresar la percepción cronista.com/economiapoliti…
  • Francia lleva a Apple y Google a la corte por sus prácticas comerciales consideradas abusivas en sus tiendas de aplicaciones. Le cuestionan:
    – imponer precios
    – utilizar sus datos
    – modificar unilateralmente los contratos
    Va a estar lindo bloomberg.com/news/articles/…
  • Google se suma a Facebook en la prohibición de publicidad de criptomonedas y contenido relacionado (ICO, exchanges, wallets y asesoría) gizmodo.com/google-bans-cr…
  • El Huawei Mate 10 Lite (4 cámaras y 5,9″) se agotó en los dos primeros días posteriores a su lanzamiento. La oferta inicial fue muy agresiva y garpó

Antenna cutting

Algunas cifras, tanto nacionales como regionales, estarían dando cuenta no sólo del estancamiento en el negocio de la TV paga, sino que indicarían también el inicio de un proceso de retroceso, tan temido por esta industria.
A nivel regional, la OTI (Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica) publicó un informe según el cual, Argentina, el 3° mercado de Latinoamérica en abonados, habría experimentado un leve retroceso en el último año. Si bien a nivel local las estadísticas de ENACOM tienen signo contrario, muestran un crecimiento entre Q1 de 2016 y de 2017 de apenas el 0,99%.
No obstante, en el detalle de los datos de ENACOM se observa un dato interesante. Mientras que los abonos a la TV por cable crecieron un 1,5%, los de la TV satelital retrocedieron un 0,31%. Poco, muy poco, pero el signo negativo no debe ser soslayado.
Esta diferencia en el signo de la variación interanual estaría evidenciando que, en un mercado con una penetración del 70% de los hogares y donde el impacto del video por Internet es cada vez mayor, el cable da pelea gracias a los servicios convergentes (como es el caso de la banda ancha de Fibertel para Cablevisión) que hacen más atractiva una propuesta de combo. En el caso del satélite, por ahora es sólo un producto de TV que no tiene otros servicios que lo puedan apuntalar y quizás por eso ya siente el retroceso.
Mirando las estadísticas regionales, la situación es distinta. De los 20 países relevados, 16 mostraron crecimiento. Y en general, la TV por satélite (DTH) crece aceleradamente. Es que la penetración del cable no es tan marcada como en Argentina y la TV satelital requiere de menores inversiones en infraestructura, sobre todo para llegar a zonas menos pobladas y/o mal atendidas por las redes terrestres. Así, hay países como México, donde la DTH tiene una penetración del 55%, mientras que en Argentina es del 28%.
Si estas tendencias se mantuvieran en el tiempo, el horizonte de DirecTV a nivel local no sería cómodo. Desde hace rato se rumorea una posible venta de la operación en toda Latinoamérica, un mercado todavía interesante. No tan así en el caso de Argentina, ya que el impedimento regulatorio para que un operador de telecomunicaciones ofrezca servicios de TV satelital saca de la cancha a importantes candidatos. Y viendo cómo está evolucionando el consumo audiovisual, no abundarán interesados en ofrecer solamente TV. La alternativa, tanto si deciden seguir en el negocio o venderlo sin que se devalúe, es desarrollar una red terrestre en paralelo. Es lo que DirecTV empezó a hacer en el país (con Wimax, LTE fija y hasta fibra óptica) pero que luego de los cambios de accionistas perdió impulso. En este escenario, el statu quo podría ser la peor opción.

Todo tiene un límite (y no es el cielo)

Esta semana, Cablevisión-Fibertel sacudió el mercado de banda ancha adoptando una medida que ya se dio varias veces entre los operadores móviles: la duplicación del ancho de banda sin costo adicional. Como parte de las acciones de los festejos por cumplirse los 20 años del lanzamiento del primer producto de banda ancha en Argentina, bajo el nombre de “Duplicate”, con sólo aceptar la promoción, un cliente automáticamente duplica el ancho de banda de su conexión.
Pero también ocurrió que la promoción hizo que algunos usuarios prestaran atención a las condiciones legales y se desayunaran con que Fibertel establece una cuota de transferencia de datos mensual (o cap), la cual varía en función de cada servicio: 250 GB para las velocidades de 12, 25 y 50 Mb y de 350 GB para 100 Mb. En realidad, estas cuotas no son nuevas, ni son condición de la promoción, sino que ya existían (según Cablevisión desde el 2011), sólo que ahora ganaron visibilidad. Alcanzado este límite, la conexión no se corta, sino que baja la velocidad a 3 Mb para el producto de 12 Mb, y a 6 Mb en los de 25 y 50 Mb hasta que se reinicia el ciclo de facturación. Algo que en la jerga se denomina throttling.
Más allá de que, lógicamente, como usuario nadie quiere verse restringido, la tarifa plana (esto es, consumir datos sin ningún tipo de limitación a un precio fijo) es algo difícil de sostener en el largo plazo. Los primeros en eliminarla fueron los operadores móviles. De hecho, éstos no venden por ancho de banda sino que sus abonos se diferencia principalmente por la cantidad de tráfico incluido (1 GB mensual, 3, 10, etc.). En los accesos fijos, es algo que se comenzó a difundir particularmente con el crecimiento del video por Internet. Los YouTube, Netflix y otros son responsables hoy del 61% del tráfico total (según Cisco Virtual Networking Index) y crecerá al 83% en 2021.
El tráfico de datos no para de crecer. No sólo porque hoy hay más aplicaciones que utilizan video, como Netflix, YouTube, videollamadas, videovigilancia. Además, Facebook, Twitter y hasta Whatsapp permiten publicar videos o hacer streaming. También hay más dispositivos desde los cuales se puede consumir simultáneamente, como PC, Smart TV, tablets y los mismos celulares. Adicionalmente, lo hacen cada vez en mayor calidad, y esto significa más datos transferidos. En consecuencia, las redes deben ser actualizadas para que puedan dar abasto a esta mayor demanda. En definitiva, es un tema de pesos (o dólares).
La situación es distinta en el caso de la voz, donde sí pueden ofrecerse tarifas planas porque, al cobrarse por tiempo, se sabe que una línea no puede traficar más que 24 hs. por día. Este límite aún no existe en los datos, que crecen sin que se sepa hasta dónde. Mañana el video será 4K. Luego habrá más K. Y ni que hablar cuando se difunda la realidad virtual. Por lo pronto, las cuotas de transferencia se encuentran por encima de la media de consumo promedio por acceso en Argentina, que es del orden de los 100 GB mensuales. Aunque esta cifra crece a buen ritmo.
Por este estado de situación, desde hace tiempo que los ISP vienen coqueteando con la idea de establecer cuotas de transferencia de datos. Algunos ya lo hicieron, como Fibertel y Telecentro, mientras que tanto Arnet como Speedy no lo hacen, al menos por el momento. En esto juega que las redes de cable tienen mayor capacidad para dar ancho de banda, lo que rápidamente se traduce en un mayor tráfico. Pero en la medida en que comiencen a surgir productos de mayor capacidad (y por ende de mayor consumo) no debería llamar la atención que esto suceda. Aunque también es cierto que Telefónica tampoco aplica cuotas para su más reciente producto Fibra. Habrá que ver ahora si el resto de los ISP decide subirse a la ola o si, por el contrario, utilizarán la tarifa plana como una forma de diferenciar sus productos.

Remezones de la fusión

A dos semanas de la mayor fusión que se produjo en las telecomunicaciones argentinas, no sorprende que se siga hablando sobre el tema, especialmente cuando todavía queda camino por recorrer hasta que la operación se concrete.
Por un lado, Fintech y Cablevisión llegaron a un acuerdo por el cual la segunda tendrá un importante control sobre la empresa fusionada, incluyendo la mayoría de los miembros del directorio, el comité ejecutivo, el de auditoría y la comisión fiscalizadora. Se comenta que el CEO ya tiene nombre y apellido y no es muy difícil de imaginar quién será, aunque por ahora no hay nada oficial. Por otra parte, también acordaron que Cablevisión tendrá una opción de compra por el 13,51% de Telecom, válida por un año. De ejercerla, CV tendrá la mayor participación accionaria de la nueva empresa. Está claro que independientemente del nombre que tenga la empresa resultante de la fusión, tendrá una fuerte impronta de Cablevisión.
Como se mencionó la semana pasada [ver “LA fusión”], uno de los puntos más álgidos de la operación tendrá que ver con la concentración que se producirá en banda ancha, donde la combinación de los suscriptores a este servicio de Fibertel y Arnet darán a la nueva empresa una participación de mercado del 55%. Resulta interesante ver cómo se llegó a estas participaciones en los últimos años, en los cuales Fibertel registró notables crecimientos (aún en plena pelea con el gobierno anterior), mientras que las dos principales telefónicas comenzaron a perder terreno, evidenciando el impacto de una red que comienza a dar signos de que necesita un upgrade.

Siempre hablando de la fusión, los primeros afectados con el simple anuncio fueron los proveedores que habían participado en las licitaciones para proveer de tecnología a la red de Nextel en su preparación para dar servicios 4G. La cosa quedó en el freezer y los que trabajaron horas y horas en armar las propuestas, desmoralizados. Gajes del oficio.
Para cerrar, una observación/especulación. Cuando se concrete la fusión (nadie duda de que se concretará, lo que no está claro es cuáles serán las condiciones para que esto suceda), los usuarios de Arnet podrán rápidamente tener un servicio de TV: Flow. Una demostración de que aquí no hubo ningún movimiento improvisado.

Esperando a Godot

Anunciado por el propio Ministro de Comunicaciones meses atrás, el gobierno se encuentra delineando un decreto que “acomode las fichas” en el sector de la convergencia mientras se espera por la próxima ley que organizará al sector. La falta de una descontada lluvia de inversiones (que mueve cifras muy superiores a las de otras actividades) así como la demanda por definiciones técnicas en materia de convergencia por el ingreso de operadores en negocios hasta ahora vedados pusieron en evidencia las falencias del decreto 267. Así se hizo necesario un nuevo instrumento legal que hiciera algunos ajustes. Primero se habló de mediados de noviembre. Luego se dijo que sería para principios de diciembre. Los días pasaron, los diversos borradores fueron circulando, pero sobre el filo del año el decreto sigue sin recibir la firma del presidente, quien partió de vacaciones. Así, se impone una nueva fecha, estimada para alrededor de mediados de enero mínimamente. Por ahora.
Sin un decreto oficializado, no tiene sentido analizar o debatir sobre medidas que no están firmes. Pero sí se puede jugar con cuáles medidas podrían ser adecuadas para desempantanar a la industria y permitirle que recobre un necesitado impulso que, haciéndola crecer, termine beneficiando al país y sus habitantes.
La de la convergencia en Argentina es una industria donde no hay entrantes puros, sino actores originalmente de las telecomunicaciones y de la televisión paga que necesitan sumar algún servicio (TV en el caso de los primeros y comunicaciones móviles para los segundos) que les permita completar su oferta convergente. Visto así, los entrantes no son jugadores nuevos en el país o la industria, sino actores actuales (algunos muy relevantes) buscando ampliar sus servicios. No obstante, se puede igualmente utilizar el concepto de entrante pensando en términos pre convergentes para identificar las medidas necesarias para que la totalidad de los actores puedan dar todos los servicios en un terreno nivelado.
La convergencia está compuesta por tres negocios: la banda ancha fija (donde se puede incluir a la telefonía), la TV paga (terrestre o satelital) y las comunicaciones móviles. Cualquier actor convergente debe estar en condiciones de dar estos servicios competitivamente.
Por ser una actividad que no tuvo restricciones desde sus inicios, hoy son muchos los proveedores de banda ancha fija, siendo los más importantes tres de los cuatro grandes operadores del mercado: Cablevisión (Fibertel), Telefónica (Speedy) y Telecom (Arnet). El cuarto es Claro, cuyo servicio de banda ancha es muy acotado. Si bien normalmente, cualquier actor puede dar servicios de banda ancha, la regulación vigente impide que convivan bajo un mismo operador servicios de banda ancha y de TV satelital. Se trata claramente de un impedimento regulatorio, pero no técnico. Por su amplia cobertura y con una infraestructura terrestre que sólo requiere de una antena en el domicilio del abonado, es de rápido despliegue, lo que preocupa a los operadores con red, particularmente los de TV. No tan así en el caso de los operadores de banda ancha, ya que el costo por Mb de las conexiones satelitales suele ser notoriamente más caro, quedando entonces circunscripto el servicio de banda ancha satelital a zonas sin cobertura de las redes fijas. Por lo tanto, siendo que esta restricción es sólo de orden regulatorio, lo natural sería eliminarla lo más pronto posible.
La TV paga también es un servicio que no tiene limitaciones técnicas sino puramente regulatorias. En principio, cualquier operador con una red de banda ancha está en condiciones técnicas de ofrecer TV. Este servicio además tiene la ventaja de incentivar al despliegue de redes de mayor capacidad, con lo que tiene un impacto secundario positivo sobre la disponibilidad de banda ancha. Por otra parte, el negocio de la TV paga suele tener actores dominantes en las regiones que cubre cada uno de éstos, por lo que eliminar las restricciones a los operadores de banda ancha sería muy positivo en términos de competencia, tanto en precios como en calidad del servicio.
El caso de los servicios móviles es más complejo ya que éstos se basan en el acceso a un recurso escaso como es el espectro radioeléctrico, lo que limita la cantidad de actores. Esta limitación se puede acotar poniendo a disposición todo el espectro atribuido a servicio móviles, reatribuyendo espectro originalmente de servicios fijos (banda ancha y TV) a servicios móviles y con reglas de juego claras y viables para el desarrollo de los operadores virtuales móviles (OMV).
Poner a disposición todo el espectro atribuido a servicios móviles implica no sólo terminar de limpiar la banda de los 700 MHz, otorgada en la licitación para servicios 4G, lo que está previsto que ocurra en marzo del 2017. También debe resolverse lo antes posible la judicialización del espectro otorgado en aquella licitación a Arlink y que hoy se encuentra sin uso. Como se ve, es mucho el espectro atribuido sin uso. Un desperdicio.
La reatribución de espectro es una facultad que tiene el regulador y que sin dudas debería ser ejercida. Claro que no se trata de un mecanismo simple. Para una misma porción de espectro, su valor si éste puede utilizarse para servicios móviles en vez de fijos se multiplica. También hay que determinar si con la reatribución este espectro puede seguir en manos de sus actuales tenedores o si debe recuperarse para volver a ponerlo a disposición de las empresas interesadas. En ambos casos este mayor valor puede traducirse en un pago por el mismo y/o en compromisos de inversión y despliegue, en un área geográfica y en un período determinado.
Por debajo de estas grandes líneas entran a tallar aspectos más técnicos, como las condiciones de interconexión (en redes fijas como móviles), las de roaming (en móviles) así como las obligaciones y derechos de contenidos a transportar (en TV paga). Aquí el regulador puede apelar a condiciones asimétricas entre los actores en función de su relevancia de forma tal de estimular el desarrollo de nuevos actores convergentes por un plazo a determinar. Si las asimetrías se aplican en forma permanente terminan siendo distorsivas.
Para llevar adelante las modificaciones necesarias en el entorno regulatorio, conviene recordar que éste debe tener como objetivo la disponibilidad de más y mejores servicios, accesibles para una mayor proporción de la población. Si esto se logra tendremos paralelamente una industria sana y pujante.

Verano con split

Esta semana el directorio del Grupo Clarín propuso a su asamblea de accionistas la escisión de sus negocios de telecomunicaciones de aquellos de contenidos. Se trata de una decisión importante, de carácter estratégico.
Como resultado de la propuesta, que debe ser aprobada por los socios a fines de septiembre (algo que se descuenta) quedarían dos grupos, uno dedicado a los contenidos y otro a la infraestructura. El negocio de los contenidos quedaría bajo el nombre de Grupo Clarín, quien mantendrá las operaciones de AGEA (diarios Clarín, Olé, La Voz, Los Andes, La Razón), Artear (Canal 13 y TN), Radio Mitre, IESA (TyC Sports) y CMD (brazo digital del grupo). Para el negocio de infraestructura de telecomunicaciones se creará Cablevisión Holdings que concentrará la actual participación del grupo en Cablevisión (TV paga), Fibertel (acceso a Internet) y Nextel (móviles). Se especula que esta movida pueda traer además un rebranding unificado de Cablevisión, quizás más alejado del cable y más cercano a las telecomunicaciones. Los accionistas actuales del grupo mantendrán, al menos inicialmente, la misma participación en ambas compañías.
Esta división responde a la necesidad de evitar problemas futuros con dos grandes líneas de negocios totalmente distintas en su funcionamiento, ingresos y necesidades de capital. Está claro que el negocio de las telecomunicaciones es capital intensivo, lo que implica importantes demandas de financiación. La combinación del negocio de telecomunicaciones y de contenidos puede traer problemas a futuro, especialmente cuando este último está en pleno proceso de transformación no exento de turbulencias. De no mediar los cambios propuestos, este escenario podría influir negativamente en la calificación crediticia del Grupo, encareciendo la financiación de la expansión y modernización de sus redes. En la misma línea, la separación propuesta haría más atractivas las inversiones en acciones de Cablevisión Holdings, sin el lastre de negocios que no tienen el esplendor de antaño.
Por supuesto, es inevitable pensar que detrás de esta movida haya también un objetivo de más largo plazo que tenga que ver con una eventual fusión del futuro Cablevisión Holdings con Telecom, empresas que comparten accionista. No obstante, este escenario plantea varias dudas: ¿sería una operación aprobable por el regulador habida cuenta de la concentración de abonados de banda ancha, la superposición de redes (eliminando competencia efectiva) y la acumulación de espectro que generaría? ¿Estaría Cablevisión en condiciones financieras de absorber un pez tan grande como Telecom? ¿De ser al revés, Telecom absorbiendo a Cablevisión, aceptarían los actuales socios ver diluido su poder dentro de un futuro grandísimo operador? ¿Si hay intenciones de fusión, por qué Cablevisión gastó lo que gastó en adquirir Nextel primero y una serie de pequeños ISP con espectro más tarde? ¿Es un plan B? Muchas preguntas que por ahora no tienen respuesta.
Como dato casi de color, muchos creyeron ver en esta propuesta una ironía a la fallida desinversión requerida en su momento por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (alias Ley de Medios). Hay ciertas similitudes, es cierto, pero hay una diferencia fundamental desde la perspectiva de las telecomunicaciones. Ahora no hay límite a la expansión geográfica de las redes, uno de los errores más groseros de la Ley de SCA.

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