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Juntos, pero separados

A pesar de no ser una propuesta tecnológicamente novedosa, en Argentina la oferta de triple play es aún muy modesta, con muchos de los potenciales oferentes lejos de dar el servicio. En algunos casos, por motivos regulatorios. En otros, por decisiones de negocios. Haciendo nombres, quizás los operadores de triple play más emblemáticos son Telecentro en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) y Supercanal en algunos puntos del Interior.  En el caso de Cablevisión, el mayor operador de TV por cable y tercer ISP del país, su ausencia de oferta obedece actualmente a un conflicto con la autoridad regulatoria, aunque en el pasado agregar el servicio de telefonía faltante no estaba entre sus prioridades. En el caso de las empresas de telecomunicaciones (Telecom, Telefónica, Claro y otros), no es que les falte ganas de dar TV, sino que la ley no se los permite.

Así las cosas, y a pesar de lo restringida de la oferta convergente en el mercado argentino, sí puede observarse cómo aumenta el consumo de cada uno de éstos individualmente, al punto tal que los hogares que consumen los cuatro (telefonía fija, móvil, Internet y TV paga) crecieron de un 37 a un 40%, partiendo de la base de aquellos que al menos cuentan con una línea telefónica fija. Esto surge del informe “Telecomunicaciones residenciales 2010”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados.

Esto se da con mayor intensidad en las localidades medianas del Interior, donde el porcentaje de hogares que consume los cuatro servicios es el 52%, bastante superior a la media en grandes centros urbanos (34% en AMBA y 40% en ciudades del Interior). Inversamente, los hogares con tan sólo un servicio retrocedieron del 12 al 6%.

En el mismo sentido, los hogares que consumen los tres servicios que conforman el triple play (telefonía fija, Internet y TV paga) pasaron en un año del 40% al 44%, lo que equivale a unos 3,1 millones. En términos monetarios, representa un mercado de casi $ 9 mil millones anuales (netos de IVA).

No obstante, para estimar el potencial de mercado para una oferta triple, también se pueden considerar a los que sólo consumen dos de estos servicios (telefonía e Internet o telefonía y TV), ya que serían candidatos a sumar un tercero ante una oferta económicamente interesante.

De esta forma, ambos grupos representan un 86% de los hogares con teléfono, con lo que el mercado potencial inicial de una oferta triple alcanza a los 6 millones de hogares.

Buscando precio

En los últimos tiempos, las discusiones en Argentina en torno al triple play estuvieron siempre planteadas desde una perspectiva de oferta: si conviene que entren las telefónicas o las cooperativas al negocio de la TV, la situación de los pequeños cables frente a una potencial oferta de actores más fuertes, el uso del ingreso de las telefónicas como una forma de doblegar a los grandes operadores de cable, etc.
Sin embargo, es poco lo que se discute desde la perspectiva del usuario, ajeno a las luchas sectoriales, a pesar de que un 48% de los usuarios de Internet ven como ventajoso tener una oferta que contemple teléfono, banda ancha y TV por parte de un mismo proveedor, mientras que sólo 13% lo ve como desventajoso. El resto, no tiene opinión al respecto. Esto surge del informe “Acceso a Internet y tecnología en el hogar – 2010”, finalizado recientemente por Carrier y Asociados.
Lograr un mejor precio final por la contratación conjunta de los tres servicios al mismo proveedor surge como la principal razón para ver al triple play como algo positivo, mencionada por el 61% de los encuestados. Luego, más lejos, se ubican las motivaciones vinculadas a la conveniencia (única factura, único proveedor) y recién en cuarto lugar aparece la integración de servicios, algo natural tratándose de un concepto que recién comienza a aplicarse.

En cuanto al proveedor de los servicios unificados, las empresas de telefonía atraen las mayores intenciones, siendo mencionadas por el 70% de quienes están a favor del triple play. Los cableoperadores las siguen, con el 21% y finalmente se ubican los ISP, con el 9%. Esta relación va cambiando en función de distintas variables como la generacional, la antigüedad en el uso de Internet y otras, demostrando que cada tipo de proveedor tiene su público.
De todos modos, esta pregunta es sólo un juego, ya que en la hipótesis de un triple play abierto a todo tipo de proveedor, la actual diferencia entre telefónica, cableoperador o ISP desaparecería al instante.

Linkeando

  • Más sobre los celulares fueguinos: Para los interesados en cómo es esto de la fabricación local de celulares, este post ofrece algunos agregados más que interesantes. [Movilandia]
  • Reinterpretando el Triple Play: La posibilidad de que las empresas de telecomunicaciones den servicios de televisión está prohibida por la legislación argentina. Pero este fallo en contra de los bundlings entre DirecTV y Telecom o Telefónica, que no pueden ser considerados Triple Play por ir por redes y empresas independientes, parece una interpretación tirada de los pelos. [El Cronista]

Midiendo el Triple Play

En los últimos tiempos, con la llegada de las primeras ofertas y, más tarde, con el debate de la Ley de Medios, el tema del Triple Play estuvo en el tapete. Por el momento, la oferta de servicios convergentes es muy acotada en el mercado argentino. Apenas unos pocos operadores de TV por cable (Telecentro, Supercanal y algunos pequeños proveedores en localidades más chicas) ofrecen actualmente el servicio. Los demás cableros que no lo hacen es por alguna decisión de negocios, mientras que las empresas de telecomunicaciones se mantienen al margen por trabas regulatorias. Aquí no pueden considerarse los bundlings de las telefónicas con DirecTV, ya que los servicios se dan por redes separadas. Es un triple play comercial, no técnico.

Si embargo, esto no invalida que exista una demanda creciente por los servicios que engloba. El que mayor crecimiento registra es el de acceso a Internet de banda ancha. También lo hace, aunque a un ritmo mucho menor, el de TV paga. Por su parte, la telefonía fija comienza a sentir los embates de otras alternativas, por lo que si bien no retrocede aún en penetración, sí se observa una baja del gasto, tanto en telefonía local como en larga distancia. Esto surge del informe “Telecomunicaciones residenciales 2009”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados.
Actualmente, unos 2,6 millones de hogares consumen los tres servicios que conforman el Triple Play (30% más que un año atrás) generando un gasto anual aproximado de $ 8 mil millones (con impuestos incluidos). Si además, se tuviese en cuenta a aquellos hogares que hoy consume sólo dos de éstos servicios (típicamente, telefonía e Internet o telefonía y TV paga), el mercado potencial sería de hasta 5 millones de hogares.

No obstante, en este caso el aumento en dinero gastado no sería lineal, ya que seguramente para que los hogares que hoy consumen dos servicios pasen a tres, el monto total a gastar debería ser menor que la suma de las partes, que es lo que hoy sucede con la gran mayoría que consume telefonía, TV e Internet.

¿Y ahora?

Si bien el proyecto de ley de Medios aún debe recibir la aprobación del Senado, se puede analizar el impacto de la misma desde la perspectiva de las telecomunicaciones.
Un aspecto muy discutible de la ley es el famoso tope del 35% del mercado, ahora aplicable sólo a la TV por cable. Este límite puede perjudicar más de lo que beneficie. No se debe condenar una posición dominante, sino velar porque esta participación no dé lugar a un abuso. Son dos cosas distintas. Si no, se estaría castigando al éxito obtenido luego de hacer bien las cosas. La mejor forma de evitar tanta concentración no es estableciendo límites artificiales sino propiciando la competencia de infraestructuras, sin importar si es por cable de TV, cable telefónico, fibra óptica o inalámbrica. Es decir, lo mejor sería que la misma competencia establezca los límites y no una norma. Pero para que esto suceda, no sólo hay que regular la competencia, sino velar por el cumplimiento de esta regulación.
Otro punto realmente incomprensible de la norma es la exclusión de las empresas de telecomunicaciones como una entidad única. Si bien se esgrime el argumento del monopolio en telecomunicaciones, lo cierto es que la apertura de esta industria en el año 2000 dio lugar a que surgieran decenas de competidores en todo el país. Empresas como Telmex, Iplan, Global Crossing y otras de menor tamaño, operaron desde el primer día en competencia, no sólo sin reservas de mercado sino desarrollándose en áreas ya atendidas mínimamente por el operador incumbente. ¿Cuál es la razón para privarlas de ingresar al negocio de la TV? Ninguna. O en realidad sí: haber comenzado a operar a través de una licencia de la Secretaría de Comunicaciones y no del Comfer. Obviamente están pagando el precio de tener legisladores poco informados y en absoluto involucrados con lo que votan.
¿Están totalmente fuera del negocio las empresas de telecomunicaciones? No del todo. Existe la resolución 275/2009 del Comfer [ver “Generación espontánea, de redes”]. La misma habilita a cualquiera que tenga una red capaz de transmitir señal de video puede arrendarla a un licenciatario. Esto daría lugar a lo que podríamos bautizar como CTVNO (Cable TV Virtual Network Operator, u operador virtual de red de TV por cable). Obviamente, el éxito de esta medida dependerá, en parte, de que no se quiera regular el precio de este alquiler. Mientras estén impedidas de dar el servicio directamente, el precio no será un elemento de disuasión de competidores, sino que deberá cubrir los costos y dejar un beneficio (objetivo último de toda actividad empresaria, algo que muchos tienden a olvidar). Solamente si hay repago de la infraestructura habrá interés en realizar las inversiones necesarias en la red.
Una observación final. En algún momento se atacó el proyecto de ley de medios argumentando que estaba hecho a la medida de Telecom, por el punto que exige una participación máxima del 30% de capital extranjero en las empresas participantes. Y ante la exigida desinversión de Telecom Italia en éste operador, la mayoría de los nombres interesados barajados en los medios eran nacionales, en algunos casos vinculados directamente al gobierno. Así, la posibilidad de dar Triple Play había hecho más atractiva (y por lo tanto más cara) esta participación supuestamente en venta. La exclusión de las empresas de telecomunicaciones, no debe haber causado mucha gracia a los italianos, que vieron así perder valor a sus activos. Pero simultáneamente, otros estarán contentos, porque así entrar en la empresa costará menos. El mundo de los negocios es así, más si hay política de por medio.

Apremios legales

Esta semana diversos medios cubrieron la noticia del otorgamiento de numeración telefónica a Fibertel S.A. (y no Cablevisión, como hubiera sido esperable, aunque ambas pertenecientes al Grupo Clarín), uno de los pasos necesarios para ofrecer servicios telefónicos y poder así ingresar al selecto grupo de empresas que hoy ofrecen Triple Play en Argentina, donde se destacan Telecentro y Supercanal.
El tema en sí no es tan relevante como para merecer tanta cobertura periodística, pero de alguna forma hubo desconcierto habida cuenta del público enfrentamiento entre el gobierno y el multimedio. De alguna forma las preguntas eran: ¿cómo es que si están tan enfrentados el gobierno lo favorece con esta medida? ¿el enfrentamiento fue pour la galerie?
Sin embargo, la explicación podría ser menos intrincada. La empresa venía reclamando desde fines de 2007 por la numeración, y como no obtenía respuesta de la Secretaría de Comunicaciones, interpuso primero un recurso administrativo y luego un amparo por “mora de la administración”. Esta última decisión fue la que llevó a la Secretaría a expedirse para evitar un posible fallo adverso que tuviera consecuencias sobre los funcionarios del área. En otras palabras, no sería amor sino espanto.
Esto de actuar por reacción y no por iniciativa propia parece una característica de la actual gestión en Comunicaciones. Ya pasó tiempo atrás con el Servicio Universal (que salio momentáneamente de su letargo cuando intervino del Defensor del Pueblo), y más recientemente fue también la Justicia quien emplazó a la Secretaría a avanzar con el tema de Portabilidad Numérica.
A juzgar por la actividad por iniciativa propia del actual titular de la Secretaría, es sin dudas un gran candidato a llevarse el “Ñoqui de oro” y no particularmente por su afición a las pastas…

Panorama telefónico

Desde el punto de vista de las redes de distribución física, mucha atención fue puesta desde el lanzamiento del anteproyecto en el ingreso de las empresas de telecomunicaciones al negocio de la TV paga, suponiendo que esta posibilidad alteraría (para algunos en forma positiva, para otros, negativa) notablemente el status actual. Sin embargo, las cosas no san tan simples ni inmediatas como parecen.
Si las empresas de telecomunicaciones pudieran ya mismo dar servicios de TV paga, el paisaje se mantendría mayormente inalterado por un buen tiempo. Hay que considerar dos aspectos fundamentales. Por un lado, en Argentina la TV por cable es un negocio maduro, con una penetración del 54% del total de hogares según ATVC. Esto implica que si una telco quisiera ingresar a este negocio, tiene dos mercados frente a sí no exentos de complicaciones. Uno sería apuntar al 46% aún no suscripto a ningún servicio de TV. Pero el grueso son segmentos socioeconómicos medio bajos y bajos, con menos recursos disponibles para el servicio y con mayores riesgos de morosidad e incobrabilidad, amén de no estar todos cubiertos por las redes de cable. El otro mercado es el que actualmente está atendido por la TV paga (cable o satélite), con lo que indefectiblemente deberían avanzar a través de una propuesta más interesante desde el punto de vista económico. En otras palabras, guerra de precios de resultado incierto.
Por otra parte, y considerando únicamente a Telecom y Telefónica por ser las empresas de telecomunicaciones con mayor extensión de red, que se les permita dar el servicio no implica que automáticamente todos comencemos a recibir ofertas de servicios de TV de su parte. Esto tiene que ver con temas técnicos.
Para dar servicios de tipo Triple Play a través de las redes de ADSL utilizadas por las telefónicas, se necesitan unos 3 Mb para Internet de banda ancha y 3 Mb por televisor en definición estándar, llegando a 8 Mb para alta definición (HD). A esto hay que sumarle unos módicos 256 Kb para la voz. Y aquí, además de las demandas de ancho de banda, surge también una ventaja que tiene el cable respecto de la TV por ADSL. En su formato analógico, un hogar con dos o más bocas no implica un desembolso adicional importante para el cliente. En cambio, en modelos digitales (como es la TV por ADSL), cada televisor requiere de un decodificador dedicado, así como un ancho de banda adicional por cada uno. De esta forma, la estimación es que para un hogar moderno, se necesitan no menos de 18 Mb (aproximadamente, 3 Mb para Internet, 6 Mb para dos televisores en calidad estándar y 8 Mb para uno en HD, más un poquito para telefonía).
Esta es la razón por la cual meses atrás se lanzaron productos de banda ancha de 20 Mb, como una forma de ir desarrollando y probando el funcionamiento de las redes con esta capacidad. No obstante, es bueno destacar que esta cantidad de Mb no está disponible en toda la red de ADSL por temas técnicos. A medida que un abonado está más alejado de la central, el ancho de banda se va degradando. Es por esto que se estima que el servicio sólo podrá ser recibido por quienes vivan a menos de 2 Km de la central. Por lo tanto, no todos los clientes de las telefónicas podrán demandar servicios de Triple Play, al menos no en lo inmediato.
Es lógica la preocupación de los actuales proveedores de TV paga ante el potencial ingreso de las empresas de telecomunicaciones en su negocio, aunque más no sea como red de distribución (el proyecto en discusión no las habilita automáticamente a dar servicios de TV por sí mismas, sino sólo a transportar para terceros). No obstante, pasará un tiempo antes de que estén en condiciones técnicas de ser un rival de cuidado. Pero más importante aún es que los actuales operadores de TV paga cuentan con un activo fundamental: los clientes reales que hoy  pagan por sus servicios. Esta es la diferencia fundamental con otras experiencias de TV por las redes de telefonía, que se dieron en mercados dónde el negocio de la TV paga era prácticamente inexistente. Estará en la habilidad de los actuales proveedores de TV paga lograr mejorar su oferta y atender bien a sus clientes para que éstos no tengan motivaciones para cambiar.

Bajando a números

¿De qué estamos hablando cuando nos referimos al mercado de Triple Play en Argentina? Si consideramos el concepto puro, es decir, los tres servicios ofrecidos sobre una única red, el mercado es muy pequeño porque es nuevo. Sólo Telecentro, Supercanal y algunos operadores de localidades más chicas ya tienen una oferta de estas características, y su lanzamiento es reciente. Pero si nos alejamos de los purismos tecnológicos y consideramos a los hogares que consume los tres servicios (telefonía, Internet de banda ancha y TV paga), estamos hablando de un mercado compuesto por 2,24 millones de hogares. Esto equivale a un gasto anual agregado de unos $ 6.000 millones.

Claro está que uno de los principales atractivos del Triple Play desde la perspectiva del cliente es acceder a los tres servicios a un costo menor que si se contratan separadamente. En este escenario, hay 2,84 millones de hogares que tienen 2 de los servicios y que potencialmente podrían sumarse. Así, y siendo muy generosos porque no todos los que hoy tienen 2 servicios pasarían a 3, el mercado en el corto y mediano plazo sería como mucho de 5 millones de hogares. Y habría un límite teórico en los entre 10,5 y 11 millones de hogares totales que hay en el país.
Estimar cuánto podría ser este mercado en dinero es más difícil, porque aún no queda claro cuál sería el precio de mercado de una propuesta de Triple Play. Pero tomando los $ 139 mensuales que actualmente cobra Telecentro por este servicio, aún en el hipotético caso de considerar a 5 millones de hogares contratando estos paquetes, se llegaría a un mercado de $ 8.300 millones anuales.
La diferencia, que no es tanta, con los $ 6.000 millones actuales se ve reducida por la esperada reducción de los abonos. Esto demuestra que el glamour del Triple Play para la oferta puede diluirse rápidamente si, como se espera, se da una fuerte presión para que los precios bajen.

Dúo más uno

Si bien no hay aún un anuncio oficial, esta semana diversos medios publicaron que Telefónica y DirecTV estarían en conversaciones para lanzar una oferta conjunta, donde la primera ofrecerá sus productos de telefonía y banda ancha y la segunda su servicio de televisión satelital. La información fue confirmada al diario El Cronista por el director de marketing de DirecTV.
No se trata de la primera vez que DirecTV está en conversaciones con alguna empresa de telecomunicaciones para ofrecer una suerte de Triple Play, que en realidad no es técnicamente eso, ya que el Triple Play implica la oferta de los tres servicios (telefonía, Internet y TV) por la misma red. En este caso, es más un bundle comercial que otra cosa. El hecho de que no sea un Triple Play puro es lo que le resta fuerza a la idea. Si para dar los tres servicios se necesitan dos redes (con todos los costos asociados), difícilmente se puede llegar a precios muy agresivos, ya que muchos costos están duplicados.
No obstante, para Telefónica esta oferta es una forma de avanzar sobre un mercado de clientes de TV paga, donde actualmente no tiene presencia alguna. Para DirecTV se trata de un avance en el mercado de los operadores de TV por cable, algunos de los cuales (como Telecentro, Supercanal y otros más pequeños del interior) ya están ofreciendo los tres servicios.
No necesariamente se trata de una relación con fecha de vencimiento, ya que muchos especulan que una vez que las empresas de telecomunicaciones estén autorizadas a dar servicios de TV la unión con DirecTV dejaría de tener sentido. Sin embargo, no sería tan automático. Aún cuando las telcos pudieran regulatoriamente mañana mismo dar televisión, no será de un día para el otro que toda su red esté en condiciones de transmitir TV. Para ello hará falta que toda su red tenga capacidad para transmitir por encima de los 10 Mb, lo cual no será inmediato. Es más, en algunos casos quizás pasen varios años antes de que esto sea posible.
Pero en el ínterin, ambos ganan, ya que su enemigo común es el cable. Aunque, claro está, este tipo de asociaciones pueden generar una guerra de precios, donde el cable tendría más a su favor porque puede ofrecer Triple Play real (todos los servicios sobre una única red) y por lo tanto, tendría (al menos en teoría) menores costos.
De lo que no hay dudas es que, en la medida en que se intensifique la competencia, los principales beneficiados serán los usuarios.

Apoyando a la WebTV

Siguiendo con el comentario de la semana anterior (“Triple Play casero”), nos quedó en el tintero que ya comienzan a verse las primeras experiencias de sitios Web adaptados para su visualización en televisores y su operación vía control remoto. Tal es el caso de YouTube for Television, que no es otra cosa que una interfaz del rey del video online para su consumo en TV tradicionales.
Si bien por ahora el concepto está pensado para la navegación a través de consolas de videojuegos (la Sony PS3 y la Nintendo Wii) seguramente servirá para todo aquel dispositivo conectable a un televisor (sea set top box, DVR, etc.) que cuente con un navegador. A pesar de encontrarse aún en versión beta, por lo que pudimos ver anda muy bien y es un gran salto respecto de navegar la interfaz tradicional de YouTube desde un televisor.
Esta movida adelanta lo que seguramente ocurrirá en el futuro: así como muchos sitios ya tienen su versión “mobile” para ser accedidos desde celulares, no debería llamar la atención que lo mismo suceda en versiones para TV. A fin de cuentas, hay que estar en las tres pantallas.

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