Ahora sí Apple

Finalmente, y luego de muchas especulaciones y no poca ansiedad por parte de sus seguidores, se lanzó el iPhone 3G, una actualización de su primer celular que viene a dar respuesta a muchos de los cuestionamientos que se le hicieron a la primera generación de equipos de la empresa. Trae novedades como la tecnología 3G (sobre redes UMTS), posicionamiento (combinando GPS, antenas celulares y WiFi) y soporte de Microsoft Exchange. O como simplifica el slogan del nuevo equipo “el doble de rápido, la mitad de precio”.

 

Más allá de las características del producto, este lanzamiento promete tener más impacto real que el de la primera versión, que fue más de concepto, demostrando que se podía repensar totalmente el celular, aunque con un impacto comercial moderado.

 

En primer lugar, el precio de US$ 199 demuestra un giro de 180° en la estrategia comercial de Apple. Esto se debe a que, pasado el furor inicial entre sus fervientes devotos principalmente en los EE.UU., el iPhone original tenía un precio (US$ 399) que estaba por encima de lo que se considera apropiado para un producto masivo. Esta reducción de precio surge de un cambio de modelo de comercialización, similar al de los demás fabricantes de teléfonos. Tiene un fuerte subsidio del operador, quien dejará ahora de compartir sus ingresos por uso con Apple. Al parecer, en un primer momento Apple quiso enseñarle al resto de los fabricantes de terminales cómo debían venderse equipos. La realidad demostró otra cosa. Se quiso comer a los chicos crudos pero a veces la comida cruda cae pesada.

 

Por otra parte, Apple apuesta fuerte con un lanzamiento masivo, a diferencia de la primera versión que salió en EE.UU. y luego fue llegando a otras geografías pero con cuenta gotas. Ahora, en cambio, estará disponible en 22 mercados para la fecha de su lanzamiento (11 de julio), habiéndose anunciado otros 49 países, entre ellos Argentina, aunque sin fecha cierta aún. Obviamente, este desembarco masivo (al estilo día D en Normandía) exigirá al máximo su capacidad de producción y logística. Todo un nuevo desafío para Apple.

 

Dentro de este panorama global, resultó interesante observar cómo en Argentina tanto Claro, primero, como Movistar, después, salieron a decir “yo lo voy a traer”, aunque sin precisiones de fecha. Por otra parte, lo más probable es que llegue en cantidades moderadas (y por ende en alto precio) habida cuenta de los múltiples mercados que deberán abastecer.

 

Esta situación será un incentivo para que los otros fabricantes de terminales (Nokia, Samsung, Motorola, Blackberry, etc.) apuren el lanzamiento local de sus equipos de línea alta, de forma tal de no quedar tan descolocados ante la inevitable repercusión mediática que tendrá la llegada oficial del iPhone 3G. Esto implicará seguramente que en los próximos meses haya muchos anuncios.

 

También será interesante ver qué impacto tiene el lanzamiento local del iPhone 3G para potenciar el uso de este tipo de redes con todo lo vinculado a los datos móviles, que anda necesitado de un push de la demanda. No obstante, también será interesante observar hasta dónde llegará la canibalización resultante de tener capacidades WiFi. Esta canibalización podría no sólo limitarse al consumo de datos, sino que podría llegar también a la voz, ya que al tener hoy el iPhone una plataforma más abierta al desarrollo de terceros, no tardarán en llegar aplicaciones de VoIP.

 

En definitiva, este anuncio de Apple es relevante ya que esta vez sí habrá un impacto local real. Y si bien todavía falta para su llegada oficial, sus efectos ya se están manifestando, por el momento, a nivel industria. Será interesante ver qué pasa a nivel de usuarios. Un poco de paciencia.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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