Primero fue Apple para su iPhone, luego Nokia para sus celulares, Google para Android y ahora se suman RIM para sus Blackberry y Microsoft para su Windows Mobile. Todos lanzaron sus tiendas de aplicaciones (o app stores) o se aprestan a hacerlo.
Si bien es posible encontrar en otros sitios aplicaciones para celulares, los app stores “oficiales” tienen varios objetivos. Por un lado, ofrecer centralizadamente aplicaciones para una determinada plataforma, simplificando su acceso y asegurando la compatibilidad de éstas con los equipos, amén de hacer más atractivo su uso. Por el otro, participar del negocio de las aplicaciones ya que funcionan bajo el modelo de revenue sharing, es decir, que quien pone la tienda cobra un porcentaje del precio en concepto de certificación, distribución y marketing.
Quizás no lleguen en el corto y mediano plazo a ser un negocio interesante en sí mismo para sus impulsores, pero ciertamente pueden incentivar el desarrollo del m-commerce, del cual mucho se habló pero hasta el momento poco se dio.
