No hay dudas que el despegue masivo de los smartphones, a partir del lanzamiento del iPhone, tuvo notables consecuencias en la industria de los móviles. Entre éstas, es evidente la relevancia que cobró EE.UU., un país históricamente retrasado en materia de celulares, con el éxito del mencionado equipo al que se suma ahora la rápida aceptación de aquellos con el sistema operativo Android de Google. Podría decirse que a partir del momento en que los teléfonos se convirtieron en verdaderas computadoras de bolsillo, los estadounidenses capitalizaron su expertise en la materia.
Esto pudo verse claramente durante el CES (Consumer Electronics Show), tradicional muestra de electrónicos, que tuvo lugar durante el mes de enero en Las Vegas (a.k.a. Sin City). A diferencia de años anteriores, durante los días que duró la expo los ojos de la industria celular estuvieron atentos a lo que allí se anunciaba. Así, el CES se convierte en un evento que puede restarle repercusión al Mobile World Congress (MWC) que tiene lugar anualmente en Barcelona durante el mes de febrero (este año del 14 al 17). Con un mes de diferencia entre un show y el otro, pocas serán las verdaderas novedades de producto que se vean en España.
El creciente rol que comienza a ocupar el CES refleja no sólo la preponderancia de los smartphones en la industria móvil y de EE.UU. en particular. También es un indicador de su masificación. Con su creciente popularidad, los smartphones dejan de ser un producto de una industria en particular para convertirse en un electrónico de consumo. Y no sólo otro más, ya que apunta a ocupar el lugar de “el” electrónico por excelencia. Si, como todo parece indicar, los smartphones están destinados a reemplazar inexorablemente al teléfono celular, será el electrónico de consumo de mayor popularidad por lejos. Un auténtico producto masivo, que estará en los bolsillos de todos.
Esto no implica la desaparición del MWC. Pero, si nada cambia, quizás vuelva a ser lo que históricamente fue, un evento que congrega a la industria y a los más techies, aunque perdiendo la repercusión masiva de la cual gozó en los últimos tiempos.