Guerra de beneficios

Esta semana, distintos sectores vinculados a la tecnología fueron protagonistas de noticias sobre al desarrollo de su actividad, aunque con tono dispar.
El plan “Tierra del Fuego” pudo exhibir un nuevo logro, luego de que el fabricante chino de celulares ZTE anunciara un acuerdo con BGH para comenzar a producir equipos desde la promovida isla. Al menos inicialmente, se tratará de un smartphone basado en el sistema operativo Android, lo que permite prever todavía más acción en este segmento así como la llegada de más dispositivos de precios más bajos que incentiven su masificación.
Con este anuncio, ya prácticamente todas las principales marcas internacionales tiene acuerdos con fabricantes locales en la isla. Solo faltarían Apple y HTC, aunque considerando la relevancia que le asignan al mercado local, nada hace prever que esta situación se modifique en el corto plazo.
Por su parte, la industria del software respira tranquila luego de esta semana el Senado prorrogara hasta el 2019 el régimen de promoción industrial vigente para el sector que incluye estabilidad fiscal así como convertir en crédito fiscal una proporción de las cargas tributarias, entre otros beneficios. De no haber sido así, hubiera caducado en el 2014.
La contracara fueron las malas señales provenientes de la industria de la Call Center o Centros de Contacto (definición más precisa, ya que no sólo se trata de llamadas telefónicas). Las noticias hablan de 3 operaciones cerradas desde el 2010, generando por sí solas la pérdida de 2.400 puestos de trabajo. Según la misma fuente serían 11.000 los empleos perdidos en el sector durante los últimos 2 años.
La situación de los Call Center permite algunas observaciones. En primer lugar, resulta llamativo que una gestión que en los 8 últimos años ha dado muestras de ser favorable al incentivo de determinadas industrias nunca le haya prestado demasiada atención, considerando que se trata de una actividad con capacidad para generar rápidamente demanda laboral. En este punto, los ejecutivos de la industria tienen algo de razón al sentirse menos favorecidos que otros sectores menos efectivos en este aspecto. Mientras esto sucedía (los memoriosos recuerdan que en el proyecto original de la Ley de Software los Call Centers estaban incluidos pero fueron eliminados antes de la sanción de la ley), otros países de la región comenzaron a ofrecer incentivos para la radicación de operaciones internacionales en sus tierras.
Por otro lado, resulta evidente que gran parte del atractivo para la radicación local de operaciones internacionales tenía que ver con un tema de costos y que la moderada pero constante depreciación del dólar terminaría afectando a la rentabilidad del negocio exportador. A pesar de esto, cada vez que una empresa demostraba interés por operar en Argentina hablaban de la calidad de sus recursos humanos. Esto puede ser cierto, pero es sólo parte de la verdad. Habría que haber hablado de la relación calidad-precio del recurso humano. Y es esta relación la que se vio alterada en los últimos tiempos. Así, se acabó el negocio para varios.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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