Tablet Corp.

Si bien desde el lanzamiento de la tableta iPad este segmento del negocio tecnológico se disparó y atrajo la atención de fabricantes y proveedores de contenidos por igual, por el momento la acción gira mayormente alrededor del consumidor individual. Sin embargo, no fue la iPad la primera tableta de la historia. De hecho, ya a principios de los 90 hubo lanzamientos de computadoras con este formato. La diferencia radica en que en aquella ocasión, las mismas apuntaban a usos verticales dentro del mercado de empresas, como logística, medicina y otras.
Visto así, resulta llamativo a priori que en tiempos de esta efervescencia alrededor de las tabletas, aún no hayan hecho una avanzada importante en las empresas. Uno de los factores es la todavía escasa oferta de aplicaciones verticales. Si bien éstas existen, la atención de las tiendas de aplicaciones está puesta en el volumen, teniendo a los juegos como la categoría más popular. Un claro signo de que se trata de un producto masivo.
El otro punto, quizás más relevante aún que el primero, es la necesidad de un horizonte de previsibilidad. Cuando una empresa u organización se embarca en un proyecto tecnológico (por ejemplo, equipar a todos los empleados de calle de una empresa de logística y distribución con una tableta), el paso previo es asegurarse que esa plataforma esté disponible sin alteraciones por un período de tiempo mayor que el que suelen tener los productos masivos. Se trata de implementaciones que pueden llevar meses y deben vivir años, tiempo en el cual a los dispositivos no pueden introducírseles grandes cambios so pena de que la aplicación no funcione adecuadamente en las múltiples configuraciones que van cambiando con el tiempo.
De todos modos, se trata de un mercado que existe y al cual varias empresas le prestan atención. Está claro que RIM con su tableta Playbook apunta a un uso más profesional y la empresa conoce perfectamente cuáles deben ser las características de oferta exitosa para un cliente corporativo. También Cisco lanzó tiempo atrás la suya (la Cius), aunque más orientada a un dispositivo de comunicación y colaboración móvil. Por supuesto, Google quiere que su plataforma Android también sea utilizada en ambientes corporativos y con aplicaciones más verticales, pero la gran fragmentación del hardware así como de versiones del sistema operativo atentan contra la previsibilidad. Apple, por su parte, no sólo tiene un claro foco en el segmento masivo, sino que tradicionalmente fracasó en sus intentos de ingresar al mercado corporativo, salvo en actividades muy puntuales, como todo lo relacionado con la imagen y los contenidos multimediales.
Tampoco debe pensarse que las tabletas desplazarán a las PCs en el mundo de las organizaciones. Al menos, no a todas ellas. Para los trabajos de oficina que tienen que ver con la creación de contenidos (redacción de informes, utilización de planillas de cálculo, etc.), la PC, sea en formato tradicional, all-in-one o notebook, seguirá liderando. Cuando el foco esté en usos horizontales (mail y sistemas de mensajería en general, acceso a bases de datos, etc.) las tabletas serán un complemento para situaciones de alta movilidad. Pero sin dudas que hay también un horizonte para usos más verticales al cual todavía le queda un importante camino a recorrer.
Todo parece indicar que no es aún el momento del despegue serio de las tabletas en el mundo de las organizaciones. Lo será en la medida en que esta categoría se asiente y esté más en claro cuáles son las propuestas que se adapten a las necesidades del segmento. Algo que debería empezar a cambiar en breve.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

Your sidebar area is currently empty. Hurry up and add some widgets.