El 4° en discordia

Los recientes anuncios vinculados a la futura licitación de espectro para 4G y el remanente para 2/3G fueron recibidos con alivio y cautela. Alivio por saber que el horizonte de desarrollo de las redes móviles comienza a despejarse. Cautela porque los interesados en participar quieren ver cuáles serán las condiciones de los pliegos para conocer los detalles, donde suele habitar el diablo. Al margen de esto, las reiteradas declaraciones de funcionarios del gobierno respecto a que se buscará a través de éstas dar lugar al surgimiento de un 4° operador dispararon un sinfín de especulaciones sobre quién podría ser, qué rol podría tener y, fundamental, si es viable que esto suceda.
A priori, la llegada de un 4° operador parece compleja. Un mercado con una penetración del orden del 150% en términos de líneas en servicio y con tres operadores, Claro, Movistar y Personal que se reparten el mismo en proporciones muy similares (algo característico del mercado argentino), no parece ser un terreno muy tentador para un entrante. En este escenario, pensar en alguien que venga y desde cero comience a levantar una red suena a sueño lisérgico. Aquí es donde Nextel entra en escena.

Con una red que cubre más del 50% de la población del país, Nextel emerge como el candidato natural para ser parte de este 4° operador. Difícilmente lo logre en soledad, ya que desde su casa matriz explicitaron que sus mercados estratégicos son Brasil y México. Teniendo en cuenta las dificultades financieras por las que atraviesa, no parece probable que quieran destinar recursos valiosos y escasos a un mercado no estratégico. No obstante, hay otras formas a través de las cuales Nextel pudiera ser parte de un eventual nuevo operador. Una es combinándose con algún socio operador o inversor. La otra es a través de la venta de sus activos en el país a un posible interesado.
Nextel tiene mucho para ofrecer. Cuenta con una red que si bien dista de la cobertura geográfica de sus competidores, cuenta con la ventaja de cubrir más del 50% de la población del país. Ésta no sólo tiene sitios con antenas sino también el backhaul y el backbone que los interconecta. También tiene una red comercial y una planta de empleados que conocen el negocio. Y una marca y base de clientes interesante para arrancar. Todo esto hace de Nextel una atractiva plataforma para dar lugar al 4° operador.
El año pasado hubo varios interesados en adquirir la compañía, pero la brecha entre lo que ésta valía para ellos y lo que valía para sus dueños hizo que la cosa no prosperara. Hoy, con la perspectiva de dos licitaciones que le darían a la empresa el activo clave para que recupere su valor, podría haber fumata blanca. No obstante, todo esto queda supeditado a la aparición de al menos un interesado en ser el 4° operador, un desafío difícil por la inversión a realizar en un mercado maduro. Hay quizás un camino posible en la medida en que este 4° operador sea parcialmente mayorista. Con una red casi vacía de usuarios, un nuevo operador podría optar por un modelo que lo convierta, también, en proveedor de infraestructura para operadores virtuales. De esta forma, cooperativas, operadores de TV por cable y PyMEs de telecomunicaciones podrían ofrecer servicios móviles sobre esta red, aportándole al mayorista sus clientes y canales comerciales y así comenzar a llenar esa capacidad inicialmente ociosa. De paso, se incentivaría la competencia en un mercado que por sus características de ser capital intensivo y basarse en un recurso escaso como lo es el espectro, tiende siempre a ser oligopólico.
Por lo pronto, en el mercado ya comienzan a circular nombres, algunos locales (poco probables por los montos necesarios) y otros internacionales, la mayoría de origen estadounidense y algún oriental. Pero por el momento todo es especulación. Ya llegarán tiempos de definiciones.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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