¿Qué medimos cuando medimos?

Desde que comenzaron a hacerse encuestas y estudios sobre el uso de Internet hay preguntas que se mantienen inalterables a pesar de que tanto la tecnología y por consiguiente también los hábitos, cambiaron. El caso más evidente es aquél que intenta develarnos el tiempo que pasamos conectados a Internet o cuántas horas estamos en Facebook.
El concepto de tiempo conectado a Internet se remonta al dial up, cuando uno era bien consciente de cuándo se conectaba y cuándo se desconectaba. La aparición y posterior popularización de la banda ancha, convirtiéndose prácticamente en la única forma de acceso, termina (o mejor dicho, debería terminar) con este tipo de pregunta. Ya no nos conectamos y desconectamos, sino que estamos online todo el tiempo. O al menos todo el tiempo en que nuestros dispositivos (PC, tablet, celular y hasta TV) están encendidos. Es más, podemos no estar prestando atención a la web, al mail, al mensajero instantáneo, mientras escribimos en Word, pero seguimos conectados. Los mails seguirán entrando al igual que los mensajes de nuestros contactos. También algunas páginas web se actualizarán. Para entender mejor, alcanza con preguntarse a sí mismo: ¿cuántas horas estoy conectado a Internet por día? Una respuesta medianamente precisa es bastante difícil de obtener.
Esto mismo se hace extensible a determinados servicios/aplicaciones montados sobre Internet. Se puede tomar el caso del mail, Facebook, Twitter o los mensajeros instantáneos. ¿Cuántas horas pasa uno en estos servicios? Para la respuesta, ¿hay que considerar cuánto tiempo está la solapa abierta en el navegador o cuánto tiempo estamos efectivamente mirando esa solapa? Si la visitamos cada vez que se produce una actualización, ¿hay que contar el tiempo que pasamos allí? Muy difícil de medir. La cosa se complica más si consideramos que los celulares, más omnipresentes que la PC y también constantemente conectados, todos estos servicios producen notificaciones cuando recibimos algún mensaje o se produce una actualización de nuestros contactos. ¿Estamos o no estamos usando esos servicios?
En resumen, todo esto para que la próxima vez que un estudio diga, “los XX pasan tantas horas diarias conectados a Internet”  o que “los XX son los más activos en Facebook en la región, con YY horas diarias” nos preguntemos si esto efectivamente significa algo.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

Your sidebar area is currently empty. Hurry up and add some widgets.