Cambiando las ventanas

Demostrando la necesidad imperiosa de ofrecer un horizonte atractivo a sus clientes, sobre todo los corporativos, Microsoft presentó esta semana un avance de su nueva versión de Windows, la 10, que será lanzada al mercado en la segunda mitad del año próximo. El mismo se centra en dos grandes cambios. Por un lado una suerte de retorno a la interfaz del Windows 7 luego de haber desconcertado a la mayoría de sus usuarios con la del Windows 8 que quiso llevar el paradigma de las tablets a las PC y que demostró ser un rotundo fracaso. Por el otro, tratar de unificar en un único Windows todas las plataformas de computación, desde el celular hasta la PC, pasando por las tablets y sin olvidar a su consola Xbox y hasta lo que se conoce como Internet de las cosas.
El tema de la interfaz parece estético pero es un factor no menor. La mayoría de las empresas rechazó al Windows 8 no sólo porque su diseño apto para touch aportó poco valor sino que empeoró la situación al confundir a millones de usuarios acostumbrados por años a la interfaz tradicional de Windows. El resultado fue que muchos prefirieron quedarse con Windows 7 y no actualizar el sistema operativo. Es particularmente a este segmento de mercado que apunta Microsoft con su versión 10 de Windows. No hay que olvidar que las versiones de Windows para PC son las que todavía le permiten cobrar por licencias del sistema operativo, cosa que no sucede con los dispositivos de 9” o menos, terreno en el que Android le está dando muchos dolores de cabeza.
La unificación de Windows para múltiples dispositivos es una promesa ambiciosa, que por ahora tiene tanto de marketing como de ingeniería. Microsoft las llama “Universal App”, pero en realidad se trata de apps que comparten código, aunque los desarrolladores deben producir apps independientes para cada plataforma. Claro que a los ojos del usuario se trata de una app única que una vez comprada se puede instalar en múltiples dispositivos. Pero cada uno tendrá una app técnicamente distinta. Visto así, existe el riesgo de que Windows 10 se convierta en un generalista que funcione a través de múltiples dispositivos de distinto tamaño de pantalla e interfaz pero que no llegue a crea una experiencia sobresaliente en ninguno de éstos.
En definitiva, y a juzgar por el éxito de Windows en smartphones y tablets, todo parece indicar que el objetivo de Windows 10 es más el usuario de PC que una nueva plataforma universal.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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