Archivoabril 2016

Todos unidos triunfaremos

Esta semana la GSMA realizó un seminario donde se firmó un compromiso de colaboración contra el robo de celulares. Las empresas Claro, Personal y Movistar, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), el Ministerio de Comunicaciones y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, anunciaron la creación de una herramienta para que los terminales robados y denunciados no puedan ser utilizados ni en Argentina ni en ninguna otra parte de América Latina. Se busca de esta forma de evitar la proliferación de este delito.
Bajo el nombre de Sistema de Verificación de Dispositivos (IMEI Device Check), se trata básicamente una gran base de datos creada por la GSMA que registra los IMEI (algo así como el DNI de cada terminal móvil) de los equipos denunciados como robados. De esta forma, los mismos pasan a conformar una lista negra (banda negativa) que los inhibe de ser activados en cualquier país de la región. La base de datos de la GSMA para Latinoamérica cuenta con la participación de 18 países representando 50 Operadoras compartiendo información.

El sistema que estará disponible a través el sitio web de ENACOM en donde cada usuario que desee comprar un celular (nuevo o usado) podrá verificar, a través del IMEI, si ese equipo pudo haber sido sustraído durante una situación delictiva. De ser así, el mismo no funcionará cuando se conecte a la red de cualquier operador.
La noticia fue muy bienvenida, ya que por años el robo de celulares se convirtió en una cosa cotidiana. La GSMA declaró que en Argentina se roban en promedio, 5.000 celulares diariamente. Esto, que anualizado da 1,8 millón de equipos, está en línea con cifras estimadas años atrás. Si bien el grueso de estos equipos es robado a individuos (y por lo tanto vendidos como usados), en los últimos años creció fuertemente el robo de equipos nuevos, generalmente sustraídos de depósitos o locales del canal de distribución. Es natural, se trata de un bien de alto valor y escaso tamaño.
¿Significa esto que ya está todo solucionado y no se robarán más teléfonos? No, aunque es un gran paso adelante.

Colaborando

El Seminario de la GSMA sirvió también para que las autoridades en materia de telecomunicaciones tuvieran contacto con la prensa. Los reguladores volvieron a demostrar su interés por aportar soluciones, transitorias, para la mejora de la calidad del servicio.
Por un lado, el Ministro confirmó que Arsat pondrá su espectro para servicios móviles a disposición de los operadores. Para ello, quedan por resolver dos temas. Uno es el amparo judicial presentado por el Grupo Vila-Manzano, quien había ganado originalmente la licitación por ese espectro. Su argumento es que no pudo pagar oportunamente debido a no tener acceso a dólares. Hay que recordar que eran momentos en que el gobierno nacional implementó el control de cambios. Claramente una picardía, aunque con implicancias legales. El otro punto, más relevante, es cómo se asignará ese espectro a los operadores. Esto no sólo implica definir si Nextel podrá participar en el reparto, sino cómo se hará éste, especialmente cuando el espectro le fuera asignado por ley y que esta exija 2/3 de los votos del Congreso para su enajenación. ¿Se alquilará? ¿Se licitará? ¿Participarán todos los operadores en igualdad de condiciones? Muchas preguntas sin respuesta aún.
Otro aspecto mencionado tiene que ver con la instalación de antenas. El Ministro afirmó que ya se logró un acuerdo con la Ciudad de Buenos Aires para instalar antenas en los edificios públicos, aunque no confirmó si éstos solo serán nacionales o también de la ciudad. Un próximo paso sería hacerlo en Córdoba. Sin dudas que esto ayuda, pero una solución de fondo pasa por estandarizar los requisitos en todos los distritos, una tarea mucho más trabajosa.
Finalmente, cuando parecía que el Plan Canje de celulares, anunciado con pompa pero sin detalles a fines de febrero, entraba a formar parte de la lista de anuncios no concretados, el Ministro volvió a la carga, afirmando que prevén su lanzamiento en 60 días. Si bien los detalles del mismo siguen brillando por su ausencia, los objetivos a alcanzar han sido adaptados a la realidad. En su momento se habló de incluir 10 millones de terminales en el plan. Ahora, el objetivo más modesto y mucho más cumplible es que a fin de años sean 10 millones los equipos 4G en el mercado. Un objetivo que se alcanzará tranquilamente, sin necesidad de intervención del Estado.
En la actualidad hay 6 millones de líneas en uso con equipos 4G en Argentina, según surge del informe “Mercado Celular Argentino 2016” realizado por Carrier y Asociados. Anualmente el mercado de terminales nuevos se ubica en valores alrededor de los 12 millones de unidades. Teniendo en cuenta que al menos las principales marcas piensan producir únicamente equipos 4G, llegar a fin de año con 10 millones de equipos en uso es un objetivo que se cumplirá solo, sin necesidad de ningún incentivo. Por el lado de la financiación, en las webs de los operadores se observa ofertas en 12 y 18 cuotas sin interés. No obstante, el propio Ministro mencionó que incentivarán la financiación, sin dar mayores precisiones.
Como se ve, no hay por el momento soluciones de fondo y las propuestas mencionadas carecen del nivel de detalle necesario como para una evaluación seria. Sin embargo, demuestran un interés por colaborar con la industria para que el servicio mejore. Es un buen comienzo, aunque falta mucho.

Tuits selectos

Realidad virtual

La semana pasada [ver “Contando líneas”] desde aquí se intentó demostrar que las cifras que se manejan a nivel de líneas móviles en el país dan lugar a confusión. Pero no sólo esto. También dan lugar a distorsiones. Un caso muy claro es el del ARPU (ingreso promedio por usuario) que, al estar calculado sobre la base de las líneas en servicio y no las en uso, está subvaluado, ya que se consideran líneas que generan ingresos 0. Esto surge del informe “Mercado Celular Argentino 2016” recientemente finalizado por Carrier y Asociados.
Considerando los datos reflejados en los balances de los distintos operadores móviles se llega a que el ARPU general de la industria fue en 2015 de $ 95. Pero este valor no refleja la realidad de los usuarios ya que se ve reducido por el efecto de la contabilización de líneas que no se usan y por lo tanto no facturan. Si en lugar de considerar el total de líneas en servicio se lo hace sólo con las líneas en uso se obtiene un ARPU más ajustado a la realidad. El valor que surge es de $ 185. Así, el ARPU ajustado, medido sobre la cantidad de líneas en uso y no sobre las que están en servicio, muestra un valor que es un 95% más alto.
Visto en dólares a la cotización del 31/12/2015 se trata de valores de US$ 7 para el total de líneas en servicio y de US$ 14 para las líneas en uso.

Por otra parte, en la comparación entre pesos y dólares se ve claramente el efecto de la inflación y la devaluación que se produjo en diciembre de 2015. Así, mientras el ARPU promedio de líneas en servicio subió un 25% en pesos entre 2014 y 2015, el mismo cayó un 19% en dólares.

Taxis Uber alles

En momentos en que “Argentina vuelve al mundo”, el desembarco de Uber en Buenos Aires se convierte en un caso emblemático. Uber representa la modernidad de la economía colaborativa que viene a sacudir estructuras que se mantuvieron prácticamente inalterables por décadas.
Sería injusto afirmar que la expectativa que genera la llegada de Uber es sólo un reflejo primermundista abonado por las experiencias de argentinos que viajan al exterior y lo han probado (generalmente con un alto grado de satisfacción). Evidentemente, el éxito que registra en otras ciudades se basa en una mejora real por sobre los servicios de taxis: calidad de servicio, seguridad, conveniencia, etc.
En materia de calidad del servicio mucho influye el sistema de calificación de los conductores. A diferencia de los taxis, en Uber el conductor siente la presión de la opinión de un cliente. Esto no ocurre en el caso de los taxistas, quienes no tiene un particular interés en ofrecer el mejor servicio. Cuando el pasajero desciende lo más probable es que nunca más lo vea. En el caso de Uber, la calificación del pasajero equivale a generar un cliente recurrente, ya que los pasajeros posteriores no querrán viajar con un chofer evaluado negativamente.
La seguridad es sin dudas un factor importante, a punto tal que fue oportunamente el impulsor de la popularización de los servicios de radiotaxi. En el caso de Uber, la mayor seguridad está dada por la identificación tanto del conductor como del pasajero. Ambos están identificados no sólo por sus datos personales y fotos sino también por los datos bancarios, necesarios para debitar (pasajero) y acreditar (conductor) el costo de los viajes. El mismo no puede ser alterado ya que es determinado por Uber. Adicionalmente, la determinación de la ruta vía GPS no solo evita los “paseos”, sino que guía al conductor. Hay que considerar que es bastante habitual subirse a un taxi donde el conductor no sepa cómo llegar a destino. Además de identificación, el pago vía tarjeta de crédito blanquea el dinero que se mueve por la plataforma y por lo tanto facilita su fiscalización, tanto de Uber como del conductor.
En cuanto a la conveniencia, la naturaleza misma de la plataforma y de sus apps (la del pasajero y la del conductor) simplifican y transparentan la relación.
Todo esto no implica que algunas de las características del servicio deban ser revisadas, no sólo para no crear una competencia desleal hacia los taxis sino también para no permitir resquicios que degraden la seguridad para el pasajero. Uno es el tipo de licencia del conductor. Uber no exige una licencia profesional, pero correspondería que lo haga. A fin de cuentas, el conductor cobra por conducir. También hay que prestar atención a que el seguro del automotor cubra a los pasajeros, ya que en caso de un accidente se trata de terceros transportados a título oneroso y no todas las pólizas de seguro cubren la responsabilidad civil en estos casos. Algunos sostienen que los autos no están controlados, pero hay que recordar que en breve comienza la exigencia de la VTV (verificación técnica vehicular) en la ciudad de Buenos Aires.
Por el lado de los taxistas, es lógico que reaccionen al sentirse amenazados, particularmente si Uber operase en condiciones desiguales. Hay que recordar que los taxis tienen tarifas reguladas, tienen que pagar costosas licencias y otros requisitos que hoy Uber no tiene. No obstante, su estrategia, demasiado agresiva, parece ser contraproducente. Por lo que pudo verse en las redes sociales, no son pocos quienes tienen una imagen negativa de los taxistas y sus actitudes violentas. Arrojar piedras al hotel donde Uber capacitaba a sus conductores, no hace más que darle más argumentos. Es más, tanta reacción pública contra Uber logró hacer subir la percatación de su existencia. Publicidad gratis.
La palabra final en relación a la puesta en marcha del servicio de Uber en Buenos Aires la tiene el gobierno de la ciudad. Y se trata de un desafío no menor ante el cual por el momento la reacción ha sido decepcionante. El gobierno exige a Uber que se encuadre dentro de la normativa vigente. Pero lo cierto es que la misma es obsoleta. Por ejemplo, la misma especifica que sólo se puede abordar un taxi en la calle o mediante una llamada telefónica a un servicio de radiotaxi. Pero no contempla medios más modernos de comunicación como el propuesto por Uber. Esto resulta llamativo en una administración que hace de la modernización un objetivo central y que tiene como Ministro de Desarrollo Económico a un referente del emprendedurismo local, vinculado a varios casos exitosos de empresas con modelos novedosos basados en el uso de la tecnología. Esto es un freno a que las empresas de taxis desarrollen, adquieran o se asocien a una plataforma similar a Uber y que les permita competir en mejores condiciones. Sería más sano nivelar y actualizar las exigencias para los servicios que tratar de bloquear una propuesta que es a todas luces más atractiva para el consumidor.
Igualmente, no hay que perder las esperanzas de que el gobierno se adapte a la situación. Basta recordar con lo que sucedió con la situación ilegal de las combis, las cuales hoy tienen espacio subterráneo para estacionar, debajo de la Av. 9 de Julio, en pleno corazón de Buenos Aires.

Tuits selectos

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