Los habitantes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay que viajen a los países miembros del Mercosur podrán (en algún momento no muy preciso) estar conectados con sus celulares sin pagar el costo adicional del roaming. Esto es lo que establece el “Acuerdo para la eliminación del cobro de cargos de roaming internacional al usuario final del Mercosur”, firmado esta semana por los representantes de este mercado común en la ciudad de Santa Fe. Aunque el acuerdo fue presentado poco menos que como un hecho, todavía quedan varios aspectos por resolver, lo que permite presagiar que llevará un tiempo hasta que la medida se efectivice.
El acuerdo trae a la memoria inmediatamente una medida similar adoptada en la Unión Europea, cuya materialización llevó algunos años, bastante más que los de las estimaciones oficiales locales. Pero en este aspecto entre el Mercosur y la UE hay una diferencia fundamental: aquí no hay moneda única. Mientras que en los países de la Unión existe una moneda común, el euro, en el Mercosur cada país tiene su propia moneda. Esto implica un punto no menor a resolver: cómo se manejarán las oscilaciones cambiarias, que como quedó demostrado en el caso argentino en el último año, pueden ser no menores (recordemos que el año pasado, el peso perdió alrededor del 50% de su valor en unos pocos meses). Este interrogante aún no tiene respuesta y puede resultar ser un escollo importante. O también que el costo se traslade a todos los usuarios, usen o no el roaming.
También hay aspectos más “institucionales”. En primer lugar, el acuerdo debe ser ratificado por el poder legislativo de cada país. Esto no debería ser un problema mayor, aunque en el caso argentino los años electorales se caracterizan por la escasa actividad legislativa, lo que podría dilatar su aprobación. Adicionalmente, hay otros temas que debería resolver el Congreso y que tienen que ver con aspectos tributarios. Principalmente está la aplicación del IVA, que para la AFIP correspondería considerar para el consumo de los extranjeros en el país, lo que implicaría una doble imposición. Este mayor costo no podría ser trasladado al cliente final si el costo de comunicarse fuera el mismo que en su país de origen. Y absorber un 21% de costo adicional no es poca cosa. De hecho, el tema del IVA es lo que viene demorando la entrada en vigencia del acuerdo de roaming entre Argentina y Chile, anunciado en mayo del año pasado para este año y ahora proyectado para mayo 2020. Una cosa es la política y otra son los números…
El tema puede ser más simple de resolver en el caso de empresas de servicios móviles con operaciones en los distintos países del Mercosur, ya que entonces la negociación es dentro de la misma corporación (algunos dirán que eso es más difícil que negociar con un tercero…). Claro es el único de los tres operadores locales con presencia en los cuatro países firmantes del acuerdo. Movistar tiene operaciones en Brasil y Uruguay y Personal sólo en Paraguay. Actualmente, en todos los casos ofrecen una cierta cantidad de datos adicionales exclusivamente para roaming e independientes de los incluidos en el abono regular.
Por otra parte, habrá que definir cuántos días al año un usuario podrá hacer roaming sin costo adicional. Esto es así para evitar que un habitante de un país contrate una línea móvil de otro porque es más barata que las locales. Otro punto por considerar es si el roaming sin cargo adicional estará disponible para todas las líneas o si, como sucede en Europa, sólo es obligatorio para las líneas con abono (y donde su aplicación a las prepagas es decisión exclusiva de cada operador).
Queda comprobado nuevamente que “el diablo está en los detalles”. Y evidentemente este tema tiene varios por resolver. Fijar los precios finales sin considerar los costos asociados suele traer este tipo de diferencias. Por lo pronto, hay más entusiasmo en el gobierno que entre los operadores, quienes tienen muchos más “detalles” por delante que atender.