Históricamente, los celulares de Nokia tenían reputación de ser muy resistentes así como de ofrecer funcionalidades atípicas (como la clásica linterna del 1100). Pero esta foto muestra que su repertorio es amplio.
Históricamente, los celulares de Nokia tenían reputación de ser muy resistentes así como de ofrecer funcionalidades atípicas (como la clásica linterna del 1100). Pero esta foto muestra que su repertorio es amplio.
En los últimos tiempos, no hay dudas de que las redes sociales fueron una de las grandes vedettes en el consumo de tecnología a nivel global. Facebook con unos 900 millones de usuarios a nivel mundial, Twitter por los 500 millones. En Argentina, estas cifras se ubican en 19 y 3 millones de usuarios respectivamente [ver “Hipersociales” para más detalle]. Está claro que esta popularidad no se circunscribe al mundo PC. De hecho, Twitter fue concebido para ser utilizado desde celulares, mientras que Facebook cuenta con casi la mitad de sus usuarios accediendo desde el móvil.
Argentina no se mantiene al margen del fenómeno del uso de las redes sociales desde el celular. Un 37% de los usuarios de Facebook ingresan desde el móvil (unos 7 M de personas), mientras que el porcentaje es más alto en Twitter, alcanzando el 47% (aunque equivale a 1,4 M de personas). Esto surge del informe “Uso de redes sociales en Argentina” recientemente publicado por Carrier y Asociados.

Con las redes sociales está ocurriendo lo que de alguna forma ya sucedió con la telefonía. Así como hoy nadie concibe la idea de tener que llegar a su hogar, lugar de trabajo o cualquier otra ubicación fija para realizar una llamada telefónica, lo mismo sucede con Internet en general y con las redes sociales en particular. Hay una tendencia creciente a no querer “salir de la red” mientras se está en movimiento o lejos de una PC. A esto hay que sumarle que no son pocos los casos de empresas u otras organizaciones que restringen el acceso de sus empleados a Facebook en particular. Así, muchos encuentran en el celular la forma de no quedar excluidos de la red durante el horario laboral. Por otra parte, hay que considerar que la función chat de Facebook está desplazando al Messenger como plataforma de mensajería instantánea híbrida fijo/móvil, que permite estar en contacto también con quienes no acceden desde un celular, a diferencia de lo que sucede con Whatsapp o BBM. Esto ocurre particularmente en los segmentos más jóvenes.
De esta forma, el uso de Facebook (y de su chat), se convirtieron desde hace unos meses en fuertes impulsores de la demanda por smartphones y socialphones, siendo esta la aplicación de Internet más popular entre los usuarios de celulares.
Desde una perspectiva más general, estas cifras confirman la gran oportunidad que presenta la movilidad para Facebook si bien, hasta el momento, la empresa no ha logrado desarrollar una forma de monetizar a sus usuarios que crecientemente ingresan vía celular. Casi como estar sentado sobre un mar de petróleo pero no encontrar la forma de extraerlo…
Durante las últimas semanas tuvimos oportunidad de conversar con distintos actores de la industria tecnológica, aflorando en todas las charlas las dificultades que presenta operar en la economía actual, especialmente en lo vinculado a las relaciones con el exterior, tanto para el movimiento de bienes como de dinero. Por supuesto que no se descubre nada nuevo con esto. Son conocidas las trabas a las importaciones en general así como las dificultades tanto para pagar estas importaciones como para remitir dinero a operaciones ubicadas en el exterior.
No obstante, las implicancias al freno de productos de consumo (como un celular determinado) aunque más visibles, no se comparan con el impacto que genera por el lado de la infraestructura clave para una sociedad y economías modernas. Dificultades para ingresar equipamiento de red, fibra óptica y otros componentes están haciendo que las inversiones en ésta no sean de las dimensiones originales. Esto es así tanto porque su costo crece como porque, al no disponer de equipamiento en el país, se invierte menos de lo previsto.
A veces se recurre a un tercero en las operaciones, como cuando se pacta con un exportador para que las divisas que ingresa compensen las que salen por importar bienes de capital. Claro que el ingreso de este tercero implicará un costo adicional no previsto originalmente. Para el giro de divisas, todas las opciones que no sean por el canal tradicional implican un mayor costo.
Sin entrar en los detalles de las operatorias para ingresar mercaderías o girar divisas (con niveles de legalidad variables), lo concreto es que los efectos negativos son claros. Para quienes su actividad se basa en la importación (vendedores de equipamiento), su negocio se achica o no crece como lo previsto. Para quienes realizan la inversión en el país (operadores), las restricciones implican ya sea invertir menos de lo planeado y/o pagar más caro los bienes a importar, con lo cual el capital destinado rinde menos. Para los usuarios, esto se traduce en servicios que no se modernizan al ritmo deseado o, peor aún, cuya calidad tiende a degradarse.
De todos modos, la situación se enmarca dentro de una política nacional que impacta de manera similar a distintos ámbitos de actividad, con lo cual al sector tecnológico le caben las generales de la ley. No obstante, existen otros mecanismos que podrían fomentar el nivel de inversión y que, por motivos a veces desconocidos, a veces no tanto, no tienen lugar.
Quizás uno de los más evidentes tiene que ver con la demora en el proceso de licitación de espectro para servicios móviles, que incluye a la subasta de lo devuelto por Movistar (que ya conoció múltiples postergaciones) así como a la licitación del necesario para dar servicios LTE. Sin dudas que la resolución de cada uno de estos procesos implicaría planes de inversión interesantes que se traducirían en mejores servicios y creación de puestos de trabajo. También habría que considerar medidas menos complejas, como simplemente entregar numeración a quienes ya disponen de licencias de telefonía, aunque en la materia el trasfondo político es inocultable.
Respecto del futuro, hay pesimistas y optimistas. Los primeros creen que la cosa no cambiará ni este año ni el próximo. Y basan esta expectativa en que la demanda de divisas para financiar la importación de energía seguirá in crescendo, a lo que se sumará un mayor gasto público en un año electoral que en el corto plazo incentivará más el consumo que la inversión. Los optimistas confían en que, superada la alta demanda de divisas por parte del Estado para atender sus deudas, comenzará una mayor flexibilidad en lo relativo a las operaciones con el exterior que permitirá aceitar nuevamente los procesos de inversión. En lo que hay unanimidad es que nadie se atreve a prever cuándo se avanzará en la regulación específica del sector.
Por lo pronto, e independientemente de cómo se vea el vaso, la sensación es la de circular en un auto que tiene el freno de mano puesto. Se mueve, pero no como debiera.
Si bien hoy el M-payment es furor en la industria, la variedad de propuestas desde el punto de vista tecnológico y comercial crean una fragmentación del mercado que atenta contra un desarrollo más veloz.
NFC, App, SMS son caminos explorados, pero que requieren de distinto equipamiento en el punto de venta. La segmentación se extiende hacia al infinito cuando estas tecnologías se combinan con propuestas que incluyen a determinados operadores y/o medios de pago específicos. La frutilla del postre es que la mayoría de las propuestas no funcionan en todos los sistemas operativos móviles en el mercado. Por lo pronto, es como vivir en un país donde circulan múltiples monedas para distinto tipo de gasto y en función de la billetera de que se dispone.
A futuro, el hecho que los distintos medios de pago coexistan en un único dispositivo se presenta como un beneficio para el usuario, para quien interactuar con distintas redes y tecnologías será transparente. Lo mismo sucederá, es de suponer, con los dispositivos en el punto de venta. Pero para que la amplitud tecnológica necesaria esté disponible en la mayoría de los equipos, no se puede pensar en menos de 3 años, si no más. Hasta tanto esto no ocurra, el m-payment será más una ayuda para determinadas situaciones que una solución integral.
Se cumplieron esta semana 20 años del lanzamiento de Mortal Kombat, un juego archi popular, especialmente en el segmento sub40 (aunque no faltarán veteranos que se quiera colar en esta categoría). Entre sus características estaba la de usar imágenes de personas reales para simular los combates. Personas que aparecen en video hoy, 20 años después. Interesante nota y video. Para nostálgicos.
Con el paso del tiempo, algunas veces nuestra percepción de las cosas cambia respecto de la primera vez. Como les pasa a algunos en Facebook.
Nadie duda de que los últimos años fueron signados por el auge de las redes sociales en todo el mundo. Del fenómeno no está excluida Argentina, sino todo lo contrario, ya que con unos 19 millones de usuarios, la penetración de Facebook alcanza al 48% de la población total. Esto surge del informe “Uso de redes sociales en Argentina” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Lo interesante de Facebook es que su penetración es pareja tanto por nivel socioeconómico como por edad. Este último factor es notable, ya que normalmente los segmentos adultos son más reacios a adoptar nuevas tecnologías. Pero esto no es así en el caso de la reina de las redes sociales.

A pesar de la diferencia en número, no deja de ser relevante el caso de Twitter, con unos 3 millones de usuarios activos, esto es, que usan la red, independientemente de que publiquen o sólo lean. Esto contrasta con los 6 millones de cuentas en el país que surgen de distintas estadísticas, lo que marcaría un alto nivel de deserción inicial, que podría resumirse en una frase del estilo “me metí en Twitter pero no me enganché”.
En el caso de Twitter sí hay diferencias según la variable de corte, con proporcionalmente una mayor penetración en los segmentos jóvenes y entre los hombres, así como en el ABC1.
Si bien es notablemente menos masiva que las mencionadas, Linkedin, con sus 800 mil usuarios locales, se presenta como una red con una mayor penetración en el segmento ABC1 y con más presencia masculina.
Con estas cifras, las empresas que no prestan seriamente atención a lo que pasa con las redes sociales están, como decía la publicidad, “mirando otro canal”.
En una jugosa entrevista, aunque con poca repercusión mediática, el CEO de RIM (fabricante de Blackberry) dejó entrever hacia dónde podría estar apuntando la empresa en el competitivo y duro mercado de los smartphones. Si bien la charla toca varios puntos, hacia el final de la misma el CEO tira sobre la mesa la posibilidad no sólo de licenciar su próximo sistema operativo BB10, sino que también juega con la idea de RIM diseñando modelos de referencia (como hace Google con sus productos Nexus).
La mención de esta posibilidad, nada ingenua proviniendo del CEO de la compañía, parece fruto de un análisis de situación que ofrece estos emergentes: Blackberry tiene una fortaleza real en el segmento corporativo, un atractivo grande a nivel masivo con BBM, una importante base de usuarios que pagan mensualmente por el servicio BES o BIS, dificultades (como la mayoría de la industria) para competir en costos para llegar al low end y una gran confianza en que el BB10 logrará reservarle a RIM un segmento de mercado interesante.
Quizás sea por esto que en la empresa están considerando seriamente (a punto tal de mencionarlo en una entrevista) la posibilidad de licenciar BB10 a otros fabricantes. No faltará quien se pregunte cuál es la ventaja de optar por BB10 (asumiendo que será tan bueno como prometen, claro está) teniendo la opción de Android, que es gratis y tiene aplicaciones para tirar al techo (tantas que hasta se hace difícil descubrirlas). Pero también es cierto que de los grandes fabricantes de equipos Android sólo Samsung logró hacer un gran negocio, por una mezcla de integración vertical, marketing agresivo y productos sin dudas atractivos. Para estos fabricantes, y sin dejar de lado los equipos Android, producir dispositivos basados en la plataforma Blackberry podría significarles un diferencial para ingresar en el esquivo mercado corporativo así como contar con una herramienta como el BBM que tiene unos 56 M de usuarios a nivel mundial, sobre una base de 78 M de suscriptores a sus servicios BIS o BES. Se trata de cifras nada despreciables.
Hay quienes sostienen que la cosa es entre Android y iOS y que no hay lugar para una tercera plataforma. Sin embargo, si bien los smartphones tienen niveles de penetración del orden del 40% en EE.UU. y Europa occidental, el resto del mundo anda en valores de un dígito, tal como puede verse en este gráfico. Es evidente que hay mucho lugar para crecer y será justamente en mercados donde Blackberry consigue su mejor desempeño a nivel masivo, aunque saben que cada vez les costará más competir en precio. Allí apunta sus cañones RIM con el licenciamiento. En la entrevista, el CEO reconoce que no tienen capacidad para competir en el segmento de gama baja (que será el gran protagonista en los tiempos por venir), por lo que apunta a seducir a fabricantes para este mercado que hoy están produciendo únicamente equipos con Android.
Por supuesto, todo esto suena más fácil en las palabras que en los hechos. Pero también es cierto que en el estado actual del mercado de terminales, con únicamente dos fabricantes ganando dinero, este status quo no puede mantenerse por mucho tiempo. Oportunidades hay. Como siempre, la clave está en la ejecución.