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Acelerando a fondo

A poco más de 2 años desde su lanzamiento comercial, en Movistar festejan haber llegado a su cliente n° 500.000 de su producto de fibra óptica. Pero también celebran que a pesar del contexto macroeconómico inestable de los últimos 15 meses (en los cuales hubo tres devaluaciones) el crecimiento de su fibra en Argentina resultó mayor que en otros países en los que opera durante el último año: tres veces más que en Chile, cuatro más que en Colombia, un 35% más que en Perú y fue similar al despliegue realizado en Brasil, un mercado con una dimensión muy superior al argentino. El mérito es mayor si se considera que este despliegue es financiado con los recursos propios de la operación argentina, donde cualquier gasto a realizar en la empresa se mide últimamente en términos de fibra óptica desplegada.

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Entre el deseo y la realidad

En los últimos años, y crecientemente, la tecnología 5G es mención obligada en los eventos de la industria móvil, así como en las publicaciones. Mucho de esto tiene que ver con sus promesas, pero también con la presión que ejercen los proveedores de equipamiento, que con un despliegue de 4G mayormente hecho a nivel global apuestan al 5G para mantener su nivel de actividad.

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Con la música a todas partes

No hay dudas de que, por la digitalización primero y su distribución por Internet después, el consumo de música cambió notablemente en los últimos años. A tal punto que hoy el 90% de los usuarios de Internet consume habitualmente música a través de la red. Y de éstos, la mayoría lo hace desde un smartphone. Esto surge del informe “Internet y consumo audiovisual” realizado por Carrier y Asociados.

La plataforma más popular para escuchar música es, por lejos, YouTube, utilizada por el 85% de los usuarios. Sigue Spotify, que combinando sus versiones gratuita y paga, es utilizado por casi la mitad de los usuarios de Internet.

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Planeando el espectro

En la semana previa a las PASO, la Jefatura de Gabinete de Ministros llamó a una consulta pública bajo el título “Desafíos y necesidades de espectro radioeléctrico en Argentina”. Básicamente, se trata de recibir aportes para delinear un plan plurianual de espectro, especialmente en su uso para las telecomunicaciones. Dentro de los temas a definir están sin dudas las frecuencias necesarias para 5G. No porque estén todos ávidos por lanzar servicios basados en esta tecnología, sino más bien porque tener identificadas las bandas permite planificar qué servicios se podrán dar (y eventualmente cuáles no), en cuánto tiempo y también por quiénes.

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¿Promesa o realidad?

A pesar de estar disponible desde hace casi 15 años en Argentina, la banda de 450 MHz nunca pudo hasta el momento despegar ni cumplir con las expectativas generadas. Aunque recién ahora la tecnología avanzó lo suficiente como para hacerla más atractiva.

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Polarización tecnológica

Si bien son múltiples las tecnologías de acceso a Internet en el país, por el momento sólo dos aparecen con capacidades capaces de satisfacer las crecientes demandas por ancho de banda. Esto se observa en los productos disponibles, donde los basados en fibra óptica y cablemódem ofrecen capacidades superiores a los 20 Mbps en el 74% y 71% de los casos respectivamente. Esto surge del informe “Oferta de Internet fija en Argentina – 2019” realizado por Carrier y Asociados.

Adicionalmente, la fibra óptica y el cablemódem son las únicas tecnologías que disponen de productos de accesos con anchos de banda superiores a los 100 Mbps. Esta característica se encuentra en el 33% de los productos de fibra óptica ofrecidos y en el 26% de aquellos que utilizan las redes de TV por cable.

No obstante, a estas dos tecnologías podría sumarse en breve el 5G, utilizando la banda de 3.5 GHz que diversos operadores tienen asignada desde hace muchos años para el acceso fijo inalámbrico (FWA por su sigla en inglés para Fixed Wireless Access) que en su momento utilizaron tecnología WiMax. Claro que esto implicará una migración tecnológica aunque ninguna intervención del regulador. Hay que tener en cuenta que muchos de los recientes lanzamientos de servicios 5G comerciales alrededor del mundo estuvieron enfocados al FWA (como es el caso de Uruguay), lo que permite desplegar rápidamente servicios de acceso de gran ancho de banda sin el costo de la acometida (la llegada del cable físico hasta el domicilio del cliente).

Por supuesto, esto no implica que el resto de las tecnologías no tengan todavía un rol relevante en determinados contextos. En las zonas rurales y también en las suburbanas periféricas (ambas de baja densidad poblacional), las tecnologías inalámbricas terrestres tradicionales, ya sea con espectro licenciado o no licenciado, cumplen el rol de complementar a las redes cableadas. Aproximadamente medio millón de hogares se encuentran en áreas no atendidas o subatendidas por las redes cableadas en Argentina.

También hay que tener en cuenta el rol que puede jugar la tecnología satelital. Si bien en la mayoría de los casos con capacidades del orden de unos pocos Mbps, puede mejorar sustancialmente en el mediano plazo. Pero hoy Argentina está retrasada en materia satelital debido a políticas de cielos cerrados en el pasado. Las mismas llevaron a que los nuevos satélites con tecnología HTS (High Throughput Satellite), que permiten accesos con capacidades del orden de las decenas de Mbps, apuntaran a otros países de la región donde sí podían operar. Si bien esto podrá solucionarse en el futuro, la oferta satelital HTS disponible hoy apenas puede atender unos miles de clientes.

A pesar de su gran popularidad, y tal como se observa en el gráfico a continuación, la que ciertamente es una tecnología en retracción es la de ADSL, característica de las empresas con redes de telefonía basadas en cobre. Los grandes operadores ya se encuentran en el proceso de sustitución por fibra óptica en la mayoría de los casos, o por cablemódem, en el caso de Telecom cuando su red basada en el par telefónico se superpone con la de cable coaxil de su servicio de TV por cable. No obstante, es tal su penetración actual que la tecnología ADSL seguirá dando servicio por unos cuantos años más.

En definitiva, lo que ya comienza a percibirse es una lucha por la supremacía en cuanto a capacidad entre la fibra óptica, generalmente instalada por empresas con orígenes en la telefonía, y el cablemódem, producto de las empresas con orígenes en la TV paga. A pesar de la convergencia, las raíces de cada actor siguen a la vista.

Cumpliendo 17

En el día de hoy, el 14 de junio, se cumplen 17 años desde la primera edición de Comentarios. Como todo aniversario, es un buen momento para mirar hacia atrás y también hacia adelante.

Los inicios de Comentarios fueron en tiempos difíciles. No sólo por la obviedad de lo que significaba la crisis del default en 2002, sino también porque el contraste era aún mayor para una industria tecnológica global que había crecido hasta hacer estallar la burbuja. El sector tecnológico local acusaba entonces un doble impacto causado por un factor interno y otro externo. Eran tiempos de necesidad de catarsis, tanto de quien escribía como de quienes leían. Y fue así como poco a poco Comentarios comenzó a ganarse un lugar, muy segmentado, dentro del universo de publicaciones locales que cubren la temática tecnológica.

 

Prólogo de la primera edición de Comentarios, el 14 de junio de 2002

 

Desde sus inicios, se apuntó a presentar información con un agregado de opinión. La idea era que la información pura es (o debería ser) similar de un medio a otro. La opinión, no. Y así, buscaba su diferenciación. Más allá del concepto que se tenga respecto de esa opinión, no hay dudas de que es un rasgo característico que se mantuvo a lo largo de estos años. Así como la información original de nuestros propios estudios.

 En términos tecnológicos, 17 años no es una vida. Son varias generaciones. Eran tiempos donde Internet era todavía predominantemente dial up y, por impacto de la crisis, favorecía la expansión de los proveedores “free”. La banda ancha recién comenzaba a ofrecerse y era sólo fija, pero un abono de 256 Kbps costaba US$ 120 de aquellos tiempos (US$ 170 dólares a valor actual considerando la inflación en esa moneda). Hoy se puede tener (según la ubicación), 200 Mbps vía fibra óptica a US$ 38 y servicio 4G por US$ 6,5 mensuales. Este abaratamiento que acompañó una mejora del servicio produjo una masificación en el acceso a la infraestructura que fue vital para determinar qué hacemos hoy en Internet y qué haremos en el futuro.

En materia de celulares, había apenas algo más de 6 millones de líneas, que equivalen a 1/10 de la cantidad actual. No había Internet móvil, ni smartphones, ni apps. Y mucho menos se hablaba de miles y miles de dispositivos conectados por km² como se hace hoy con el incipiente 5G. El servicio móvil pasó de ser uno bastante acotado y elitista a ser uno decididamente masivo. Quizás el más.

Google existía como buscador, pero todavía no era una empresa que cotizara en bolsa. YouTube no era siquiera un proyecto, por lo que no había videos de gatitos. No se pensaba que algún día dejaría cuantiosos datos personales en redes como Facebook, cuyo manejo fue en el mejor de los casos laxo. Todavía no habían estallado los SMS como para pensar en un Whatsapp. El celular era para hablar y punto. Instagram y Twitter hubieran sido muy difíciles de explicar en ese entonces. El paisaje de Internet era radicalmente distinto. Quedaba todavía una esperanza de un mundo interconectado mejor y no el temor por otro con odios y mentiras a gran escala de rápida difusión. Interactuar con las voz con algún dispositivo era digno de historias de ciencia ficción.

La PC estaba en el centro de la vida conectada, sin la sombra del smartphone. Eran tiempos en que se estaba produciendo la revolución de las portátiles, que llegarían años después (en el 2010) a ser el formato más vendido. Hoy a nivel global se vende casi el séxtuple de smartphones (1.400 M) que de PC (260 M) evidenciando claramente cuál es el dispositivo central en la conectividad de las personas.

Desde una perspectiva país, las distintas políticas a pesar de dejar que desear en varios casos, no alcanzaron para detener un crecimiento (en líneas móviles, conexiones de banda ancha, capacidad de las mismas, acceso a dispositivos) que quizás podría haber sido más acelerado, pero claramente era irrefrenable. Así y todo, la política siempre se ve tentada a mostrar estos avances como méritos propios y no de la dinámica del sector.

En todos estos años hubo decisiones (u omisiones) que claramente atentaron contra un mayor desarrollo. Se vio en los niveles de competencia, con servicios impedidos según el origen del actor o al no habilitar recursos técnicos (frecuencias, apertura de cielos, facilitación de despliegues) que hubieran impreso un mayor dinamismo al sector. Incluso cuando se quiso controlar o reducir la relevancia de distintos actores se optó por el camino normativo, de difícil aplicación y no el de la competencia (equilibrada) que hubiera sido más eficaz y no hubiera postergado una competencia más intensa por casi una década. Pero cómo será la dinámica del sector que hoy, en un país en recesión y luego de una fuerte devaluación, todavía se sigue avanzando, desplegando fibra, lanzando nuevos productos de TV, mejorando la capacidad y cobertura de las redes, tanto fijas como móviles. Si la economía hubiera sido normal (ni siquiera buena), el sector tendría actualmente un enorme dinamismo.

Así estamos hoy. En un escenario donde la conectividad a Internet se convirtió en un servicio esencial, tal como lo demuestra su adopción masiva. Y si bien el sector tiene una dinámica propia, lo que se haga o deje de hacer desde el Estado incidirá en la velocidad de los despliegues y en la accesibilidad de los productos y servicios tecnológicos. Todavía queda mucho terreno por avanzar. El desafío continúa y allí estará Comentarios haciendo su aporte.

Sale Intel, entra Qualcomm

La semana pasada se produjo un enroque en los proveedores de módems para 5G de Apple que no sólo significó una inusual capitulación del gigante de los smartphones sino que también sirvió para evidenciar, una vez más, que ciertos negocios no son para cualquiera, ni siquiera para los que a priori parecen aptos.

Cuando Apple y Qualcomm estaban a punto de “irse a las manos” (esto es, enfrentarse en los estrados judiciales) por una disputa sobre patentes y regalías, ambas empresas fumaron la pipa de la paz. Apple terminó haciendo concesiones que hubieran sido impensadas semanas atrás.

En la resignación de Apple mucho pesaron sus problemas para disponer de módems 5G para su iPhone para el año próximo, en momentos en que sus principales competidores a nivel global, la surcoreana Samsung y la china Huawei ya disponen de equipos que trabajan con esta tecnología. Al no estar Intel en condiciones de proveer el módem en el volumen y velocidad requerida, proveedores alternativos como Samsung o TSMC no tenían la capacidad suficiente como para dar abasto con la demanda adicional que significaría proveer a Apple. Por otra parte, Qualcomm no era una opción mientras se mantuviera la disputa por patentes y regalías que signaron los últimos tiempos. Y su propio diseño no estaría sino hasta 2021. Apple no podía darse el lujo de quedar rezagado tanto tiempo, no tanto por una cuestión técnica (las redes 5G para móviles son apenas incipientes) como por una cuestión de imagen.

Este escenario le permitió a Qualcomm torcer el brazo de Apple y llegar a un acuerdo para dejar sus disputas legales de lado. Para llegar a esta reconciliación, Apple tuvo que dar de baja sus reclamos, efectuar un pago (no precisado) a Qualcomm y comprometerse a comprarle chips que lo convierten en un proveedor clave.

Luego del anuncio del acuerdo entre Apple y Qualcomm, Intel comunicó que se retira del desarrollo de 5G para smartphones para enfocarse en el 5G para PC, servidores (datacenters) y IoT. ¿Casualidad? Para nada. A pesar de contar con el aval de Apple, Intel nunca pudo afianzarse en las comunicaciones móviles, una situación muy diferente a la que tiene en otros ámbitos.

El mercado bursátil dio su veredicto. La acción de Qualcomm subió un 20%, mientras que la de Intel llegó a su máximo en 19 años (desde la burbuja dotcom). El primero porque no sólo despejó las dudas que la disputa con Apple podría generar, sino también porque recuperó una cuenta muy importante, especialmente cuando los mayores fabricantes de smartphones, Samsung y Huawei, utilizan sus propios módems. Con Apple como cliente, Qualcomm tiene ahora todo para convertirse en el principal proveedor de módems 5G de la industria. El segundo, porque abandonó un negocio que evidentemente no le cerraba totalmente para enfocarse en lo que mejor sabe hacer. Por su parte, la acción de Apple se mantuvo estable, evitando una situación que podría haber sido muy negativa.

En definitiva, Apple evita quedar descolocado ante la incipiente ola de 5G en el mundo y Qualcomm gana un cliente que está en la pelea entre los principales fabricantes de smartphones. Apple y Qualcomm estaban predestinados a un destino común, al menos mientras Apple no decida comenzar a diseñar sus propios módems, como hizo con los procesadores.

Largaron la carrera por 5G

Sumándose al selecto grupo de países que hoy cuentan con una oferta comercial de 5G, esta semana Uruguay hizo el anuncio a través del operador estatal Antel que lo ubicó como el primer país latinoamericano en subirse a la 5ª generación de tecnología móvil.

Los cuatro países que lanzaron una oferta comercial de 5G son: Corea del Sur, Estados Unidos, Uruguay y Suiza (por orden de lanzamiento). Sin embargo, es aconsejable ser prudentes y tener en cuenta que hay mucho de “ser el primero” más que de servicios de amplia disponibilidad, situación que se repite en todos lados y que es natural en esta industria.

En el caso de Uruguay el servicio se lanzó utilizando la banda de 28 GHz. Las frecuencias altas tienen la característica de proveer grandes anchos de banda pero a cortas distancias y con limitaciones a la hora de penetrar edificaciones. Así, no son las elegidas para dar servicios móviles de la forma tradicional, ya que para ello requerirían de un denso despliegue de antenas para alcanzar buena cobertura. Es por esto por lo que se las utiliza para servicios FWA (Fixed Wireless Access o acceso inalámbrico fijo). Son un excelente complemento de las redes fijas para reemplazar la acometida hasta la casa del cliente, quizás el punto más caro del despliegue de redes fijas. En el caso de Antel, que cuenta con una gran cobertura de su red de fibra óptica, el 5G se convierte en una solución ideal para reducir costos y tiempos en la llegada hasta el cliente. Esto puede ser con dongles (pequeñas antenas USB similares a un pendrive) para conectar computadoras o directamente con modems celulares. Por ahora, y lógicamente por tratarse de una red nueva, la cobertura 5G uruguaya es muy acotada, estando presente en Barra de Maldonado (Montevideo) y Nueva Palmira (en el departamento de Colonia).

Lamentablemente, que el uso inicial será para FWA no es aclarado por Antel en su página web, buscando mostrarlo como un servicio móvil tradicional. Pero sí lo hizo Nokia a través de declaraciones a la prensa, donde además aclara que el 5G será utilizado como la bajada (downlink), mientras que la subida (uplink) se hace todavía por 4G.

Más allá de los detalles, detrás de este lanzamiento uruguayo hay un dato interesante y no menor: la desaparición de la brecha de tiempo entre el lanzamiento de una nueva generación móvil entre Latinoamérica y los países que suelen liderar en esta materia. Y se espera que en lo que en lo que queda del año se sumen algunos países más a la ola de 5G. No será el caso de Argentina, que todavía ni siquiera definió las frecuencias que atribuirá para 5G. Queda la ilusión de una rápida adopción cuando la tecnología esté más madura y los costos sean menores, como sucedió con 4G.

Jubilando a Arnet

Esta semana, Telecom comunicó que inició el proceso de unificación de las marcas de su servicio de acceso a Internet.La marca Arnet dejará de existir y pasará a ser Fibertel Lite. En consecuencia, bajo la denominación Fibertel Lite se agruparán los productos de la ahora ex Arnet (de hasta 20 Mbps), mientras que Fibertel hará lo propio con los que estén por encima de esa capacidad (actualmente 25, 50 y 100 Mbps).

 

 

Arnet es una de las marcas más antiguas del mercado argentino de telecomunicaciones, habiendo llegado a mediados de los 90s a manos de Telecom, quien la utilizó para su servicio de acceso a Internet por más de 20 años, inicialmente como un servicio dial up para luego ser de banda ancha, con la llegada del ADSL hacia el cambio de siglo. En su momento de mayor esplendor (2015) llegó a los 1,8 millón de accesos, para luego comenzar a perder clientes a manos de la competencia. Esto ocurrió principalmente con Fibertel, con quien tenía una importante superposición geográfica en la cobertura de sus redes. En un mano a mano llevaba las de perder por la mayor capacidad de Fibertel sumada al atractivo del combo con el servicio de TV paga de Cablevisión.

Con una tecnología inferior al cablemódem (y claramente la fibra óptica), Arnet no sólo no pudo detener el avance de su competencia, sino que evidenció las limitaciones técnicas que tenía, comenzando a desprestigiarse como marca aceleradamente. Por esto mismo es que la movida de pasar a denominar bajo la marca Fibertel a los productos ADSL es una jugada no exenta de riesgos. Los accesos ADSL seguirán teniendo limitaciones en su capacidad, especialmente en momentos en que la demanda por ancho de banda sigue en aumento como consecuencia de un mayor consumo de video así como de la multiplicación de dispositivos conectados simultáneamente (PC, celulares, Smart TV, tablets, parlantes inteligentes, etc.). Un escenario en el que los 20 Mbps que como máximo ofrecen los productos de ADSL están camino a ser rápidamente el mínimo aceptable.

Esta movida se encuadra en una estrategia dual desde el punto de vista tecnológico de Telecom. En las zonas donde haya cobertura de la red HFC de Cablevisión, la idea será migrar a los clientes de Arnet a la red de coaxil. O de Fibertel Lite a Fibertel “tradicional”. En las zonas donde Cablevisión no tenga presencia, la idea es hacer un leap frog y comenzar a desplegar una red de fibra óptica al hogar, tal como lo está haciendo actualmente Movistar (Telefónica) en su zona de influencia, migrando desde el cobre.

Más allá del cambio de nombre/marca, lo interesante de la movida es que ahora Cablevisión comenzará a ofrecer Flow a los clientes de ADSL de Arnet. Si bien no hay precisiones sobre si será bajo un formato OTT o IPTV, lo cierto es que la decisión de distribuir sus contenidos en video sobre los accesos de ADSL le sumará a Cablevisión un número no menor de potenciales clientes, siendo esto motivo de preocupación de DirecTV y otros operadores de TV paga que actualmente atienden a usuarios de la ex Arnet. Como se ve, la unificación de los servicios de acceso a Internet bajo el nombre Fibertel es también un paso en la oferta convergente de servicios.

 

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