Archivojunio 2008

La aspiradora de inversiones

Inversiones en BrasilMás allá de ciertas rivalidades (sobre todo deportivas) típicas de vecinos, lo cierto es que desde hace un tiempo Brasil despierta la envidia de muchos argentinos que vieron cómo haciendo las cosas bien, con continuidad en políticas claramente planificadas, la economía crece y sus beneficios llegan a todos, no sólo a unos pocos.
Para alimentar la sana envidia, esta semana el órgano regulador del sector (Anatel) anunció que las empresas de telecomunicaciones invertirán unos US$ 155.280 millones en ese país en los próximos 10 años. Esta cifra incluye tanto a las inversiones en adquisiciones como en operación de empresas de telefonía fija, móvil, televisión paga, acceso a Internet y comunicación multimedia. Sin sorpresas, la mayor parte de las inversiones previstas vendrán de la mano de las empresas de Internet en banda ancha y las de telefonía móvil.
Más allá del impacto multiplicador de las inversiones en sí (generando demanda por bienes y servicios), lo interesante es lo que se espera como impacto en la población. Esto es un aumento del 37,5% en los clientes de telefonía fija, una duplicación en los usuarios de telefonía móvil, una triplicación del número de abonados a TV paga y una multiplicación por cinco de los clientes de banda ancha.
Partiendo de los US$ 155 mil millones en 10 años, nos da un promedio anual de US$ 15 mil millones. Si consideramos que actualmente la economía argentina representa entre un tercio y un cuarto de la economía brasilera (dependiendo de los parámetros utilizados), sería el equivalente a inversiones anuales en Argentina del orden de los US$ 3.750 a 5.000 millones anuales. Queda claro que estamos por debajo. Evidentemente, hay algo que no estamos haciendo bien.

¿Se acabó lo que se daba?

ISPDesde hace un tiempo largo ya, en los EE.UU. se escuchan voces a favor de volver al cobro por byte en lo que respecta al acceso a Internet de banda ancha. Es que las descargas de películas (ahora en alta definición), música, el streaming de video y otros usos generan una demanda creciente de ancho de banda que requiere de mayores inversiones en infraestructura para seguir el ritmo.
Por este motivo es que los principales ISP de aquél país están realizando algunas pruebas, pidiéndole a sus clientes que elijan un abono mensual y que paguen adicionalmente cuando exceden el total de tráfico contratado. Un esquema similar al utilizado para el consumo de electricidad, agua o telefonía celular. Otros están optando por variantes menos conflictivas aunque también menos leales desde el punto de vista comercial: reducir el ancho de banda de sus clientes más demandantes en horarios pico.
Por supuesto, estas medidas tienen sus detractores, quienes argumentan que la Internet medida es como volver a la era del dial up. También están aquellos que hoy tienen en sus manos un negocio de distribución de contenidos (películas, series, juegos online, etc.) y que se verían seriamente afectados por los cambios bajo prueba. Pero quizás el argumento más fuerte sea que este esquema puede atentar contra la innovación.
En su definición básica, la economía es la administración de los recursos escasos. Y salvo el aire (por ahora) todo lo demás es finito. Los recursos de ancho de banda, como el agua, la electricidad, el gas, también son finitos, con lo cual, desde la teoría económica no es razonable que se vendan bajo el modelo de “tenedor libre”. Claro que la teoría económica muchas veces es antipática.
El tema del creciente consumo de ancho de banda preocupa a las empresas de telecomunicaciones desde hace rato (recordemos la fallida experiencia de Arnet años atrás). Quizás en el mediano plazo el tema no sea si cobrar o no por consumo, sino cuánto. Y sobre todo, cuál será la definición de un uso típico (en constante evolución) respecto de un uso excesivo.

Nuevo modelo

Llegó la hora de la verdad para WiMax móvil. Esta semana se anunció que en septiembre Xohm (marca de Sprint) comenzará a ofrecer el servicio en Baltimore. Lo interesante del caso es que traerá novedades desde el punto de vista comercial: no entregarán equipos subsidiados y se facturará por cliente y no por dispositivo, lo que sin dudas impulsará el desarrollo de distintos equipos conectables.

Mundo cambiante

La IFPI (organización que agrupa a las discográficas mundialmente) publicó cifras sobre el negocio. Las ventas online de música durante el 2007 crecieron un 34%, pero no pudieron compensar la caída del 13% en las ventas de CD y DVD musicales, que todavía representan el grueso del negocio. La situación no tiene miras a cambiar, habida cuenta de los cambios de hábitos entre las generaciones más jóvenes. La estrategia de persecución no parece haber dado los resultados buscados.

El celular se infiltra

Si bien la penetración del servicio de telefonía celular por hogar se mantuvo estable en el último año, el mercado siguió creciendo gracias a la incorporación de más usuarios al interior de los mismos hogares, número que en promedio pasó de 2,2 a 2,9. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos 2008”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados. En términos de usuarios, un 16% ingresó al servicio en el último año.
Analizando los perfiles de los nuevos usuarios, surge que los principales grupos corresponden a los niveles socioeconómicos medio bajos y bajos. Asimismo, visto por intervalo de edad, fueron proporcionalmente más los novatos en el segmento de mayores de 66 años.
El agregado de nuevos usuarios dentro del hogar reafirma la característica personal del servicio (por oposición a familiar), ya que se observa un importante crecimiento de los hogares con 4 o más líneas, que en los últimos dos años pasaron del 9% (2006) al 16% (2007), para dar un salto al 30% en el 2008.

Inflación celular

Si hay un tema sobre el cual existe una gran dispersión de criterios es en los utilizados a la hora de determinar cuántas líneas celulares hay en Argentina. Pero a veces, aún la diferencia de criterios no alcanza para explicar ciertas discrepancias.
Esto sucede cuando se consideran las cifras que surgen del Indicador Sintético de Servicios Públicos (ISSP), que publica mensualmente el INDEC. Según el informe del mes de abril (que cubre la información al mes de marzo), la cantidad de líneas celulares en servicio es de 41,7 millones. Sin embargo, esto contrasta con los datos que surgen de los informes trimestrales de los distintos operadores (Claro, Movistar, Nextel y Personal), ya que sumando las cantidades declaradas entre todos se llega a que son 39,6 millones las líneas en servicio. La pregunta obvia es ¿de dónde surgen esos 2,1 millones de líneas adicionales que contabiliza el INDEC? ¿Será un ayudín para mejorar las cifras de consumo de servicios públicos?
 

 
Para agregar confusión a la sopa de números, se puede agregar el criterio de contabilizar las líneas en uso efectivo. Aquí el terreno es mucho menos firme, ya que se trata de determinar cuántas de esas líneas técnicamente en servicio (es decir, que mínimamente pueden recibir un llamado o un SMS) están efectivamente en uso. Allí, y según nuestras propias estimaciones, el número desciende considerablemente, alrededor de un 20% para ubicarse en unos 31 millones. Este número es similar a la población argentina con más de 10 años, lo que no significa que todos y cada uno de los mayores argentinos de 10 años o más tengan un celular. Aquí entran en juego no sólo las líneas de los individuos sino también las contratadas por empresas y, con un rol creciente, las líneas destinadas a usos M2M (machine to machine) que son utilizadas para sistemas de monitoreo remoto.
Más allá de todas estas cifras, sí queda en claro que la penetración del servicio se encuentra en un punto próximo a la saturación. Por lo tanto, el crecimiento en líneas tenderá cada vez más a ser vegetativo (esto es, alimentado por los más jóvenes que acceden a su primera celular), por que los mayores ingresos vendrán por el lado de vender más a los clientes existentes que de la incorporación de los nuevos. Este es el gran desafío que tiene hoy la industria, que abarca no sólo a los operadores sino también a los fabricantes de terminales y los proveedores de contenido. Un desafío que seguramente cambiará el negocio.

Ahora sí Apple

Finalmente, y luego de muchas especulaciones y no poca ansiedad por parte de sus seguidores, se lanzó el iPhone 3G, una actualización de su primer celular que viene a dar respuesta a muchos de los cuestionamientos que se le hicieron a la primera generación de equipos de la empresa. Trae novedades como la tecnología 3G (sobre redes UMTS), posicionamiento (combinando GPS, antenas celulares y WiFi) y soporte de Microsoft Exchange. O como simplifica el slogan del nuevo equipo “el doble de rápido, la mitad de precio”.

 

Más allá de las características del producto, este lanzamiento promete tener más impacto real que el de la primera versión, que fue más de concepto, demostrando que se podía repensar totalmente el celular, aunque con un impacto comercial moderado.

 

En primer lugar, el precio de US$ 199 demuestra un giro de 180° en la estrategia comercial de Apple. Esto se debe a que, pasado el furor inicial entre sus fervientes devotos principalmente en los EE.UU., el iPhone original tenía un precio (US$ 399) que estaba por encima de lo que se considera apropiado para un producto masivo. Esta reducción de precio surge de un cambio de modelo de comercialización, similar al de los demás fabricantes de teléfonos. Tiene un fuerte subsidio del operador, quien dejará ahora de compartir sus ingresos por uso con Apple. Al parecer, en un primer momento Apple quiso enseñarle al resto de los fabricantes de terminales cómo debían venderse equipos. La realidad demostró otra cosa. Se quiso comer a los chicos crudos pero a veces la comida cruda cae pesada.

 

Por otra parte, Apple apuesta fuerte con un lanzamiento masivo, a diferencia de la primera versión que salió en EE.UU. y luego fue llegando a otras geografías pero con cuenta gotas. Ahora, en cambio, estará disponible en 22 mercados para la fecha de su lanzamiento (11 de julio), habiéndose anunciado otros 49 países, entre ellos Argentina, aunque sin fecha cierta aún. Obviamente, este desembarco masivo (al estilo día D en Normandía) exigirá al máximo su capacidad de producción y logística. Todo un nuevo desafío para Apple.

 

Dentro de este panorama global, resultó interesante observar cómo en Argentina tanto Claro, primero, como Movistar, después, salieron a decir “yo lo voy a traer”, aunque sin precisiones de fecha. Por otra parte, lo más probable es que llegue en cantidades moderadas (y por ende en alto precio) habida cuenta de los múltiples mercados que deberán abastecer.

 

Esta situación será un incentivo para que los otros fabricantes de terminales (Nokia, Samsung, Motorola, Blackberry, etc.) apuren el lanzamiento local de sus equipos de línea alta, de forma tal de no quedar tan descolocados ante la inevitable repercusión mediática que tendrá la llegada oficial del iPhone 3G. Esto implicará seguramente que en los próximos meses haya muchos anuncios.

 

También será interesante ver qué impacto tiene el lanzamiento local del iPhone 3G para potenciar el uso de este tipo de redes con todo lo vinculado a los datos móviles, que anda necesitado de un push de la demanda. No obstante, también será interesante observar hasta dónde llegará la canibalización resultante de tener capacidades WiFi. Esta canibalización podría no sólo limitarse al consumo de datos, sino que podría llegar también a la voz, ya que al tener hoy el iPhone una plataforma más abierta al desarrollo de terceros, no tardarán en llegar aplicaciones de VoIP.

 

En definitiva, este anuncio de Apple es relevante ya que esta vez sí habrá un impacto local real. Y si bien todavía falta para su llegada oficial, sus efectos ya se están manifestando, por el momento, a nivel industria. Será interesante ver qué pasa a nivel de usuarios. Un poco de paciencia.

Modorra regulatoria selectiva

Esto es lo que se observa en el gobierno en muchos aspectos vinculados a las telecomunicaciones. Pero esta modorra no es generalizada, tal como sucede en la aprobación de las adquisiciones de empresas.

 

Ya son conocidos los casos de Telmex y Nextel, ambas en la dulce espera de la aprobación de sus compras de Ertach y Velocom respectivamente. A éstas hay que sumarle el caso de Global Crossing, cuyo Managing Director regional declaró hace unos días en el diario El Cronista que aún esperaban la aprobación de la adquisición de Impsat.

 

En todos estos casos, Defensa de la Competencia emitió su visto bueno, pero es el área específica que involucra a CNC, Secretaría de Comunicaciones y Ministerio de Planeamiento donde la aprobación definitiva de estas operaciones sufre la amansadera.

 

Esta situación tiene dos aspectos que la hacen inentendible. Por un lado, no existen elementos objetivos para no dar luz verde a estas operaciones. Por el otro, atentan contra mayores inversiones, ya que es muy difícil pedirle a los accionistas que aprueben fondos para operaciones cuya aprobación definitiva no está dada. En definitiva, se trata de decisiones.

 

Esto no resulta coherente con el accionar del gobierno en otros casos, como la fusión entre Cablevisión y Multicanal, que tiene más elementos para analizar en profundidad desde el punto de vista de concentración monopólica, aprobada en tiempos récords (más allá de que después se agiten fantasmas de una posible marcha atrás).

 

Realmente, no se entiende la lógica detrás de todo esto. Aunque también es justo decirlo, tampoco se entiende la lógica detrás de muchas de las decisiones tomadas en los últimos tiempos. Paciencia y tomar quina, que es la mejor medicina.

Apuesta renovada

Camine señora, camineNo es nuevo el interés del grupo Clarín por una tajada del creciente mercado del comercio electrónico en Argentina (que hoy mueve unos $ 3.800 millones anuales). Tiempo atrás lanzó Más Oportunidades, un mercado electrónico con el que buscó competir con los líderes, Mercado Libre y Deremate. Sin embargo, era una batalla perdida de antemano, ya que llegó lo suficientemente tarde como para que no le impacten negativamente los efectos propios de la economía de red (los vendedores van donde hay compradores y viceversa, generando un círculo virtuoso).

 

 

Sin embargo, hay que reconocer que si algo no le falta al grupo es constancia. Parafraseando al título de la película de Van Damme, “Retroceder, nunca. Rendirse jamás”. Así, esta semana salió a la luz pública Confronte.com, un sitio dedicado a la comparación de precios de los sitios de venta online.

 

A diferencia de los mercados electrónicos, en este caso los ingresos no son por comisión por transacciones sino por click, con lo que se trata de un negocio publicitario al mejor estilo Google. Además, cuenta con una interesante plataforma para el desarrollo de sitios, de forma tal que los comercios más pequeños o con menos acceso a recursos tecnológicos puedan tener sitios de aspecto profesional. A esto le agrega la plataforma de pago de Dineromail, una empresa donde el grupo tiene participación, con lo cual también aporta sinergia.

 

Si bien hubo propuestas similares anteriormente, lo interesante de ésta es que cuenta con las espaldas y la tracción del grupo Clarín. Sin dudas un emprendimiento para seguir su evolución.

 
 
 

 

Gaffes

“A googlear mi amor, vamos a googlear mi amor”, cantan los redondos. Es que las palabras de Cristina en la inauguración de las oficinas de Google (y van…) no estuvieron exentas de bloopers. Primero, destacando la capacidad de Bill Gates, enemigo acérrimo de los Google boys. Algo así como alabar al almirante Rojas en la inauguración de una unidad básica. También hizo mención a como el buscador democratiza la información. Esto es relativamente cierto. Habría que decirle que en China los resultados que se obtienen en ciertas búsquedas no son los mismos que los que se obtienen afuera, como consecuencia de alguna “sugerencia” del gobierno central de aquél país.

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