Archivoseptiembre 2011

¿Y el resto dónde está?

Días atrás se conocieron algunos datos nuevos del Censo 2010. Cabe recordar que en el relevamiento se indagaba la existencia de líneas celulares en el hogar, aunque sin especificar la cantidad. De los resultados publicados surge el dato que son 10.470.239 los hogares con al menos una línea móvil, que redondeamos a 10,5 M para simplificar. Por otra parte, del informe “Telefonía móvil: Segmento individuos – 2011”, realizado por Carrier y Asociados, surge que la cantidad de líneas promedio en uso por hogar es de 2,5. Aplicando este valor a la cantidad de hogares con celular, obtenemos 26.250.000 líneas en todo el país, valor que dista mucho de los 57.850.000 que declara el mismo INDEC en su último Indicador Sintético de Servicios Públicos (ISSP) a julio de este año. Se trata de una diferencia de más del 100% que merece una explicación.
Por un lado, al ser un censo en hogares, se pueden agregar las líneas contratadas por las organizaciones (empresas, gobierno, etc.). Sin embargo, más allá de que éstas no representan ni cerca unos 20 millones adicionales, en el relevamiento de Carrier y Asociados al consultarse en hogares no se preguntó por quién paga la factura sino por la existencia de esa línea en el hogar. Igualmente, éstas no llegan a los 5 millones. Llegamos así a 31,25 millones.
Por otra parte, habría que considerar aquellas líneas que no terminan en un teléfono sino en algún tipo de máquina. Aquí entrarían las correspondientes a módems 3G así como las destinadas a M2M (Machine to machine), utilizadas para conectar alarmas, dispositivos de medición, etc. Pero todas estas, con suerte y viento a favor, llegan a los 3 millones.
En otras palabras, siendo holgados y generosos, tendríamos apenas algo más de 34 millones de líneas en uso. Por lo tanto, hay un “extra” de mínimamente 24 millones de líneas que puede que estén técnicamente en servicio, pero que evidentemente no facturan. Esto distorsiona los análisis, empezando por el famoso ARPU (ingreso promedio por línea) que surge de dividir la facturación de los operadores por la cantidad de líneas en servicio. Por este motivo, los valores de ARPU que surgen de sus balances están tan alejados del gasto promedio de los usuarios. Pero la distorsión también afecta a quienes quieren desarrollar negocios basados en la telefonía móvil ya que calculan sus mercados potenciales en base a una irrealidad.
Por último, vale aclarar que la distorsión no es sólo causada por el INDEC (que da cifras mayores a la suma de los valores proporcionados por los operadores). A diciembre de 2010, y según sus balances, las líneas declaradas por los mismos operadores (Claro, Movistar, Nextel y Personal) sumaban 52 millones. Pero claro, son líneas en servicio, no en uso…

Doble impacto

Esta semana Fibertel anunció Evolution, un  acceso a Internet de banda ancha de 30 Mb destinado al mercado residencial. La ventaja del mismo no pasa tanto por la velocidad a la que se puede navegar sino por la posibilidad de contar con distintos dispositivos conectados simultáneamente (computadoras, smarTV con HD, consolas de videojuegos, smartphones, tablets, etc.), sin que por esto se resienta la velocidad de acceso de cada uno de éstos. Considerando que cada vez hay más equipos conectables en el hogar, no quedan dudas de que esta será la tendencia en cuanto a conexiones.
El anuncio tiene implicancias más allá del producto en sí. Por un lado frente a la competencia y por el otro frente al gobierno.
En términos de competencia, no se trata de algo por lo que las telefónicas festejen. Éstas todavía utilizan la misma red de cobre que transporta las llamadas de voz y cuya vida útil fue estirada por la tecnología ADSL. Sin embargo, se encuentra cerca de su máxima velocidad, que es de aproximadamente 24 Mb, mientras que en otros países el cable ya ofrece comercialmente velocidades de 100 Mb. De esta forma, sentirán cada vez más la presión de comenzar a llevar la fibra óptica hacia la casa del cliente para poder seguir el ritmo de la evolución del consumo. Por otra parte, no es el cable la única competencia, ya que últimamente otros operadores están comenzando a dar servicio con redes híbridas o inclusive con fibra hasta el hogar, como es el caso de Metrotel o Claro. En pocas palabras, comienzan a acosarlas desde diversos flancos.
Por otro lado, no se puede hablar de Fibertel sin dejar de pensar en el enfrentamiento del Grupo Clarín con el gobierno nacional. Tan solo un año atrás desde este último habían decretado su extinción (con el famoso “Fibertel no existe más”), cosa que evidentemente no ocurrió. Por el contrario, siguió operando y captando clientes, a lo que ahora se suma este anuncio que implica una inversión de $ 150 millones. Pero es justamente este enfrentamiento lo que hizo que no hubiera ningún funcionario durante el lanzamiento, siendo que hubo actos y discursos oficiales por inversiones de mucha menor cuantía. Por el contrario, el mensaje de Fibertel sería algo así como “somos una empresa nacional, que invierte en el país y ofrece productos más avanzados que las multinacionales”.
En definitiva, Fibertel les dio una buena noticia a sus clientes al tiempo que pisó un par de callos.

Viva la promiscuidad

Esta semana fue rica en novedades relativas a la industria móvil, más particularmente por el lado de los involucrados en los dispositivos, tanto desde los sistemas operativos como a nivel de procesadores.
Uno fue el anuncio que Qualcomm, el principal proveedor de chipsets para smartphones, dará soporte al futuro Windows 8 no sólo en PC sino también en celulares. De esta forma, el sistema operativo de Microsoft será diseñado para residir tanto en uno como otro tipo de dispositivo (algo que hasta ahora no sucede). Por otra parte, Qualcomm extiende su alcance más allá de los móviles para ganarse un lugar en el escritorio, aportando además sus tecnologías de conectividad 3G, 4G, bluetooh y Wifi a las computadoras personales. Y, dicho sea de paso, se mete como cuña en la histórica combinación WinTel.
Por otra parte, esta fuerte asociación entre Microsoft e Intel que se da en el mundo de las PC no se repetirá en los móviles, ya que Google e Intel anunciaron que trabajarán en conjunto para optimizar versiones futuras de los procesadores de bajo consumo energético Atom (hoy muy populares en las netbooks). Para Intel esto es positivo porque la empresa aún no pudo hacer pie en el mercado de procesadores para móviles y la cosa se complicaría a futuro habida cuenta de que todo parece indicar que tablets y smartphones seguirán creciendo impactando negativamente en las ventas de PC. Para Google, tiene la ventaja de aumentar aún más la capacidad de distribución de su plataforma Android. Algo que no es menor teniendo en cuenta los movimientos de algunos de sus principales socios en materia de smartphones.
Justamente con estos últimos la relación comienza a dar indicios de no ser todo lo fluida posible. Es que con la estandarización de algunos smartphones sobre la plataforma Android se limitan las posibilidades de diferenciación para los fabricantes. Y la necesidad de contar con un plan B en materia de sistemas operativos se hizo evidente en las últimas semanas. Primero, con Samsung anunciando nuevos smartphones con su sistema operativo Bada, que se sumarán también a aquellos con Windows Phone. Luego esta semana la cosa se puso interesante con HTC, cuya CEO declaró que están evaluando la compra de un sistema operativo para móviles y todos los dedos señalan al WebOS, recientemente puesto en el freezer por parte de HP.
Si bien en la industria móvil muchos apuestan a la consolidación de plataformas haciendo hincapié en el peso de las tiendas de aplicaciones, el panorama no parece tan evidente a mediano y largo plazo. La historia marca que el desarrollo de las PC como producto masivo se dio con la irrupción de Internet, que puso el foco en las aplicaciones (webmail, Facebook, Twitter, etc.) y contenidos (diarios, videos, música) accesibles desde la Web más que en la plataforma. Hoy, lo mismo da tener una PC con Windows, Linux o una Mac. Aplicaciones y contenidos en la Web son accesibles indistintamente. El modelo actual de aplicaciones en los celulares tiene mucho de esa primera hora de la PC, por lo que lo lógico será que todo tienda también en este caso a estar en Internet. En este sentido, el desarrollo de servicios y contenidos vía HTML5 es visto como la mejor forma de lograr interactividad desde los navegadores móviles, prescindiendo de una aplicación específica para cada formato. Otra de las grandes ventajas de este lenguaje es que permite desarrollar sitios multiplataforma, que pueden ser accedidos desde distintos dispositivos, sean PC, smartphones, tabletas o lo que vaya surgiendo.
Paradójicamente, fue Apple con su ecosistema cerrado para su iPhone quien más impulso le dio a HTML5, al resistirse a que sus equipos móviles incluyeran soporte para Flash. Algunos proveedores de contenidos vieron que este lenguaje les permitía circunvalar el cerrado mundo del AppStore y sus condiciones, a veces draconianas (como le sucedió con el Financial Times, que abandonó la aplicación por un sitio en este formato).
En definitiva, fabricantes de hardware y desarrolladores de plataformas podrán combinarse promiscuamente aunque ya no será relevante. En la medida en que permitan el acceso a servicios y contenidos en Internet, las distintas combinaciones de hardware y software serán un problema de la industria, no de los usuarios.

Linkeando

  • Cambio de modelo: Así como el modelo de uso por suscripción es habitual en video y se extiende para la música, Amazon estaría planeando llevarlo también al consumo de ebooks. [Gizmodo]
  • Otra mirada: Es la que tiene Brasil para su ley de medios. Obviamente, las condiciones cambian de país a país, pero algunos conceptos que aplican parecen más razonables que los adoptados en Argentina. [La Nación]
  • Avanzada oriental: Qualcomm es un fuerte productor de chipsets para celulares donde ostenta el 80% de share. Pero al parecer, algunos fabricantes orientales quieren participar también de este negocio [Nota: corregido de la versión original que tenía un error]. [Fiercewireless]

Adivinando el futuro

En momentos en que se vive una fuerte tendencia a la renovación de teléfonos celulares, resulta interesante conocer la opinión de los usuarios en relación a la marca a considerar llegado el momento de dar de baja su actual equipo. En Argentina, Nokia sigue teniendo una fuerte presencia en la mente de los usuarios del servicio, con un 31% mencionándola como la marca a elegir. En segundo lugar se ubica Blackberry (14%), lo que es igualmente relevante habida cuenta de que se trata de una marca que sólo ofrece smartphones. En casi situación de empate técnico se ubican Samsung y Motorola (13%). Estos datos surgen del informe “Telefonía móvil: Segmento individuos – 2011” realizado por Carrier y Asociados.

Cuando las respuestas se cruzan por distintas variables, el análisis se hace más interesante.
Por nivel socioeconómico, Blackberry, con un 27% de las menciones, se acerca notablemente al 30% de Nokia en el codiciado ABC1. Mientras Nokia, Samsung y Motorola son nombrados con una frecuencia similar en todos los niveles, Blackberry desciende claramente en la medida en que lo hace el nivel socioeconómico.
La marca finlandesa logra una fuerte presencia en el segmento adolescente, donde llega al 45%, muy lejos de Blackberry, el segundo, con un 17%. La distancia entre ambos se acorta entre los jóvenes, donde Nokia desciende al 35% y BB sube al 23%. Samsung y Motorola muestran niveles de mención similares en los distintos segmentos etarios.
Conviene aclarar que las mencionadas son marcas “a considerar”, lo cual no necesariamente implique que sean aquellas que ya tengan decido comprar. Llegado el caso, dependerá de la oferta del momento. No obstante, marca una pauta de hacia dónde irá el mercado y sus diferentes segmentos.

Lo sirvieron crudo

Mucho antes de lo que originalmente había trascendido (se hablaba de unos 12 meses), esta semana Netflix hizo su lanzamiento oficial en Argentina así como en otros países de la región. Y si bien la expectativa era mucha, las primeras impresiones recogidas tienen más sabor a decepción que a entusiasmo. Da la sensación de que hubo cierto apuro en lanzar el servicio, ya que parece más una versión de prueba que un producto terminado.
Llama la atención a primera vista lo reducido de la oferta de títulos. Realmente, es una fracción (menor) de lo que tiene cualquiera de los videoclubs que hoy subsisten. Revisar el catálogo es cosa de unos pocos minutos, en los cuales se descubre que algunos títulos están en varias categorías, con lo que son menos de lo que parece a primera vista. Claro que esto puede deberse a que algo funciona mal en el sitio: por el buscador se encuentran títulos que no aparecen cuando se ojea el catálogo. Así, resulta entonces una incógnita saber cuánto hay disponible realmente. Pero lo que hay a simple vista, es poco.
Por otra parte, hay material que ya entró en la categoría “repetición hasta el cansancio” en el cable. Y por el momento no habrá estrenos o material más reciente, ni siquiera pagando un adicional al abono básico.
En cuanto a la localización, muchos de los contenidos aún no tienen subtítulos en español, sino que están doblados, algo que en Argentina no es tan común como en otros países. Desde Netflix afirman que esta falta de subtítulos se irá subsanando en los próximos meses, pero no deja de ser un punto en su contra al momento de su lanzamiento.
A la hora de pagar, por ahora sólo ofrece la alternativa de tarjeta de crédito. Esto no debería ser un gran impedimento en función de la penetración de los plásticos, pero sí lo es en relación al temor, todavía vigente, a ingresar los datos por Internet. Otras opciones, como el uso de redes de pago, debería contemplarse.
El lanzamiento hace recordar a aquellos de los años del boom de las puntocom, donde los sitios eran presentados a medio terminar. Pero el riesgo de salir al mercado en estas condiciones (y peor aún cuando se trata de una marca medianamente reconocida) es la decepción que genera, lo cual puede convertirse en un boomerang: se crea expectativa, la realidad desilusiona y más tarde hay menos ganas de volver, ya que la imagen de la decepción es la que subsiste.
Por supuesto, nada de esto es irremontable, y seguramente se irá puliendo con el correr de los meses. Pero no tiene sentido arrancar el partido perdiendo, y con un gol en contra totalmente evitable.
Por lo pronto, sus competidores locales directos e indirectos pueden respirar con tranquilidad. A Netflix todavía le falta un golpe de horno. El riesgo es que para cuando esté listo, los comensales ya se hayan acostumbrado a satisfacer su apetito por otro lado. Vale la pena recordar que localmente compite, además de los paquetes bajo demanda de los operadores de TV paga, con otras propuestas basadas en Internet como On Video (Telefónica), MovieCityPlay, Mubi (sólo para cine de autor), así como Cuevana, una alternativa que muchos ven como “floja de papeles” pero que funciona muy bien y es gratuita, por lo que es altamente popular. Quizás el rival más difícil a vencer.

Curándose en salud

Esto es lo que parece estar haciendo Telefónica a nivel global con el anuncio esta semana de su reorganización. Básicamente, el operador lo hará en base a dos ejes: uno geográfico y el otro funcional.
Por el lado geográfico, desaparece Telefónica de España como unidad independiente para pasar a formar parte de Telefónica Europa. Hasta ahora, esta última manejaba los activos adquiridos a O2 en 2006 e incluía las operaciones del Reino Unido, Irlanda, Alemania, Eslovaquia y República Checa. Con la incorporación de las operaciones de España bajo el paraguas de Europa, se diluye para ésta el peso de los problemas económicos de aquél país (que hoy tiene el más alto índice de desempleo de la Unión Europea). Por otra parte, se trata de un paso más en su internacionalización, no ya a nivel operaciones sino también a nivel de management y, por qué no, de decisiones estratégicas.
Por el lado funcional, se crean dos nuevas unidades. Una es Recursos Globales, que se enfocará en potenciar los beneficios de la escala del operador, buscando garantizar la rentabilidad y sostenibilidad del negocio. Su objetivo entonces es el de acelerar la transformación hacia una compañía íntegramente global. Dato de color chauvinista: esta unidad será dirigida por el argentino Guillermo Ansaldo.
La otra unidad es Telefónica Digital que manejará los negocios no estrictamente de operador pero en los cuales Telefónica viene invirtiendo desde hace varios años. Esta unidad se enfocará en el desarrollo de los negocios no tradicionales como contenidos, publicidad, servicios financieros, servicios en la nube y otros. Básicamente, productos y servicios con el potencial de ser OTT. Si bien éstos tienen un gran potencial, no son fáciles. Aquí, Telefónica competirá con pesos pesados de Internet. No obstante, la separación operativa permitirá que la empresa desarrolle su actividad tradicional y medular (las telecomunicaciones) sin verse afectada por la implementación de modelos de negocios típicamente de Internet, que tienen una dinámica totalmente distinta. La misma tendrá base en Londres, reforzando la internacionalización del grupo, aunque con sedes también en otras grandes ciudades del mundo.
No son estos momentos fáciles (particularmente en Europa) y lo que Telefónica hace es tomar acciones preventivas: deshipanizarse, potenciar sus economías de escala y dar espacio propio a los nuevos negocios. Mínimamente, hay que reconocer que tomando la iniciativa resguarda su capacidad de maniobra. Después, habrá que ver si fue una movida en la dirección indicada. Pareciera que sí.

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