Atrasados

Tal como comentáramos la semana pasada, la licitación del espectro remante devuelto por Movistar sufrió una nueva postergación, al no anunciarse el 7 pasado los preclasificados para participar de ésta. Como es habitual, no hubo explicaciones oficiales para esta nueva demora (y van…), lo que da lugar a todo tipo de especulaciones, algunas específicas de la industria y otras con tinte más político, donde se incluyen a personajes con poder pero en retirada.
Es una lástima, porque la finalización de esta licitación beneficiaría a todos. Al Estado, que podría hacerse de un piso de US$ 228 millones, emergente del monto base establecido del valor del MHz a adjudicar. Obviamente, este valor podrá subir si hay compulsa entre los distintos participantes. Para el Estado es un negocio redondo, ya que a cambio de ese dinero entrega aire. Sin embargo, ni las evidentes necesidades de caja parecen alcanzar para acelerar el trámite.
Por el lado de los operadores, las ventajas serían dos. Por un lado, con nuevo espectro, en mayor o menor medida todos los participantes deberían realizar inversiones para usufructuarlo. Esto es mínimamente equipamiento e instalaciones, pero a lo que hay que sumarle inversión en backbone, operaciones comerciales, administrativas y operativas así como generación de empleo, específicamente en el caso de operadores nuevos, donde habría que incluir eventualmente a Nextel, para quien el nuevo espectro abre un negocio mucho más amplio para atender. Por otra parte, al haber más espectro disponible, entre un 5% y 20% más para los operadores actuales, más el utilizado por un potencial nuevo operador, habría más capacidad para las redes que actualmente están bastante recargadas. Hay que tener en cuenta que hoy, al no estar disponible el espectro que está en proceso de licitación, la industria opera con menos cantidad de éste que 12 años atrás, aunque con 10 veces más líneas y con el agregado de servicios que antes no existían, como los SMS y los datos.
Para los usuarios significaría una mejora en el servicio por mayor espectro (quizás no muy perceptible), pero más beneficioso sería el ingreso de un nuevo operador (considerando a Nextel como tal, así como a los otros sin antecedentes en comunicaciones móviles), lo que traería más competencia al mercado. Esto se traduce en más y mejores servicios y/o mejores precios.
Un dato final a tener en cuenta es que mientras no se resuelva esta licitación, es imposible pensar en el próximo paso, la licitación de espectro para 4G. Y en este caso no correrán los topes de espectro disponibles para cada operador como sucede hoy, lo que implicaría que todos puedan participar. Una fiesta de inversiones y nuevos productos.
Visto así, queda claro que las demoras en esta licitación no son simplemente una ocasión para reírse (si no llorar) por las informalidades que nos caracterizan.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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