Archivoabril 2009

¿Impuestazo en ciernes?

Los impuestos pueden ser vistos como una herramienta de política fiscal, pero también de política económica. Idealmente, todo nuevo impuesto o variación en el mismo debería impactar positivamente en ambos campos, aunque muchas veces es una frazada corta (lo positivo de un lado es negativo del otro) y otras, un simple taparrabos (no cubre ni la cabeza ni los pies). Este último podría ser el efecto a obtener de aprobarse un proyecto presentado por el Ministerio de Producción que amplía el listado de productos gravados con impuestos internos al tiempo que también eleva el porcentaje de IVA a varios productos electrónicos, tales como celulares, notebooks, pantallas de LCD, monitores o cámaras digitales.
La medida fue presentada originalmente como tendiente a reforzar la competitividad de Tierra del Fuego, provincia que desde hace años pretende emular a la ciudad brasilera Manaos, aunque ciertamente con menos éxito. La misma contempla el retoque en dos impuestos: los internos y el IVA. En el caso de los primeros, se aplicará para estos productos una tasa del 17% cuando sean importados, frente a un 6,5% cuando sean producidos en Tierra del Fuego. Por el lado del IVA, se subirá la alícuota al 21% desde los 10,5% actuales.
En el caso del IVA, no es malo en sí mismo que se tienda a aplicar una tasa uniforme. El problema es la magnitud de esta tasa, que si bien puede ser deducida en el caso de las empresas (con lo que su impacto es financiero pero no económico) es absorbida en su totalidad por los consumidores. Visto así, servirá para ayudar al freno en el consumo.
Por el lado de los internos, se trata de un impuesto directo que se aplica sobre determinados bienes y son pagados por los fabricantes o importadores, que lo trasladan al precio final del producto. De allí que sean considerados “distorsivos” por los tributaristas, más allá de tener fines políticos y/o fiscales. En este caso en particular, es claro que tiene un fin político (favorecer la producción en determinada provincia), pero el económico es menos evidente, ya que habrá que evaluar cuántos de estos bienes dejan de venderse por aumento de su precio y, consecuentemente, cuál es el resultado fiscal de este cambio.
El proyecto de ley genera dudas por diversos motivos. Siendo que productos como los celulares son consumidos prácticamente por casi todos los argentinos a partir de determinada edad e independientemente del nivel socio económico, cuesta creer que sea más justo que todos paguen más por ellos para favorecer a la industria electrónica en Tierra del Fuego, cuyos dirigentes estiman permitirá la creación de 1.500 puestos de trabajo. Que millones de argentinos vean un encarecimiento superior al 25% en determinados productos para generar 1.500 puestos, no parece una relación muy justa.
Por otra parte, si bien el objetivo de competir con Manaos es loable, esta parece una carrera perdida. Es conveniente destacar que la fabricación de electrónicos está supeditada a determinadas economías de escala, razón por la cual este tipo de fábricas no se instalan en cada mercado como si fueran Mac Donalds, sino que mínimamente abastecen mercados regionales.
Paralelamente, surge la duda sobre qué pasará con empresas que ya están fabricando, pero no en Tierra del Fuego. Tal el caso de PC Arts (Banghó), CICSA (Olivetti) y otras, que lo hacen en Buenos Aires. ¿Pagarán ellas también el impuesto interno para favorecer a la fabricación en Tierra del Fuego?
Por todo esto, la medida, que a priori puede presentarse como “industrialista”, choca contra la recuperación del consumo, las industrias ya establecidas fuera de la isla y las políticas de inclusión digital. Y podría discutirse si es más importante la producción local de estos bienes o el dinamismo y valor agregado que generan, independientemente de su origen, aunque eso ya es entrar en el terreno ideológico, que puede llevar a discusiones interminables. En resumidas cuentas, quizás la única favorecida sea la caja del Estado a través de la recaudación fiscal. En fin…

Caída y rebalanceo

El mercado de PC mostró, en el primer trimestre del año, algunos claroscuros. En líneas generales, las noticias no son buenas, ya que se registró una caída del 29% comparando con igual período del 2008.
Quienes llevaron la peor parte fueron las PC de escritorio, que mostraron un retroceso del 41%. Inversamente, y para que nadie dude de que actualmente son las estrellas del negocio del hardware, las notebooks mostraron un crecimiento del 30%, suavizando, en parte, la caída general.

Esta disparidad en la suerte de desktops y notebooks se ve reflejada en la composición total del mercado de las PC. Así, mientras en el primer trimestre del 2008 las notebooks representaron el 16% del total, este año esta participación creció hasta el 30%.

Eso es más significativo aún si se considera que el avance de las portátiles se da en un período de retracción. Así, imaginar que quizás el año próximo las notebooks superen a las desktop no es ciencia ficción. Dependerá más del ambiente macroeconómico que de la dinámica propia del negocio de las PC.

No somos nada

Muy interesante y, por qué no, inquietante, resultó ser un artículo publicado esta semana por el diario The New York Times. Básicamente, el mismo se refiere a las compañías basadas en la Web que muestran grandes tasas de crecimiento en países en desarrollo. En estos casos, se produce una paradoja, que es que esta mayor cuota de público suele venir acompañada de mayores costos y generalmente de ningún ingreso adicional.
Los mayores costos provienen principalmente de la necesidad de tener más servidores así como más ancho de banda para distribuir los contenidos. Así, sitios de videos con Veoh, directamente optaron por bloquear el servicio a usuarios de África, América Latina, Asia y Europa del Este, lo que puede comprobarse fácilmente intentando ver un video de este sitio. Algunos no llegaron a tal extremo (por ahora), pero analizan tener versiones más “light”, con diseños más simples o videos en menor resolución, para no consumir tanto ancho de banda.
Esta situación es un tiro de gracia para aquellos emprendimientos que buscaban a toda costa crecer en audiencia (o “eyeballs”), postergando la generación de ingresos. Evidentemente, no somos todos iguales. O mejor dicho, no somos todos igual de rentables.
Como siempre, las leyes económicas pueden resultar simpáticas o antipáticas, pero no hay dudas de que son inexorables.

Fomentando el teletrabajo

La actual epidemia de gripe porcina puede cambiar muchas cosas en México. La necesidad de evitar el contacto humano para controlar la difusión de la enfermedad hace que más gente se quede en su casa para trabajar, utilizando más teléfono e Internet. Habrá que ver si esto se convierte en un impulso para el crecimiento del teletrabajo en aquél país.

A jugar en casa

Como dato anecdótico, y siempre en relación a la gripe porcina, quienes acostumbran jugar online detectaron en los últimos días un crecimiento de los participantes mexicanos. Es que estar en casa todo el día puede ser aburrido…

Mirando hacia atrás

Para no desperdiciar el pequeño mercado de quienes apostaron (y perdieron) al formato de discos HD, Warner Bros. lanzó un programa que permite cambiar los discos de las películas del estudio que hayan sido adquiridas en el formato discontinuado por los mismos títulos en formato Blue-Ray. El consumidor debe seleccionar en forma on-line el título que desea “up gradear”, pagar un costo por título (US$ 4,95) más gastos de envío (US$ 6,95), mandar las tapas por correo y esperar unas semanas para recibir en su casa sus nuevos discos azules.
Si bien es una medida bienvenida para aquellos que apostaron al formato perdedor, no deja de ser una muestra más de los inconvenientes que generan los formatos físicos. Para los consumidores involucra tener que interiorizarse del proceso de cambio y, en especial, pagar por los títulos que deseen cambiar. Aquellos cinéfilos que reiniciaron su colección pasando del DVD al HD y cuenten con decenas de títulos en este formato seguramente considerarán la conveniencia de apostar nuevamente a un formato físico que puede tener corta vida.
La medida hace pensar en que se trata de quemar los últimos cartuchos que le quedan a los formatos físicos, en momentos en que la tendencia claramente es a la distribución online de contenidos en video, ya sea a través de descargas (legales e ilegales) así como de streaming. Sin dudas una forma más accesible, cómoda y económica que la de utilizar discos (concepto típico del mundo de los átomos, no de los bits). Por otra parte, pone en evidencia de que en líneas generales a los estudios cinematográficos se les dificulta la transición entre el modelo analógico y el digital. Cosa que claramente no le está sucediendo a su público.

En descenso

No es novedad que el mercado de terminales celulares se encuentra en un período de retracción, tanto por causas estructurales como coyunturales. Por el lado de las primeras, la madurez del mercado hace que prácticamente todos los nuevos equipos vayan a reemplazar a otro ya en uso. De hecho, últimamente el crecimiento de usuarios (y por ende las altas netas de equipos) se centra mayormente en los segmentos adolescentes y preadolescentes que acceden a su primer equipo y línea. En cuanto a las coyunturales, la crisis global impacta también localmente (amén de haber sazonado la misma con el aporte local que nunca falta). Así, difícilmente puedan mantenerse niveles de ventas similares a los de un par de años atrás, cuando se alcanzó el récord de 12,75 millones de equipos en el 2006.
No obstante, y más allá de una tendencia que no es novedosa, impacta la caída de las importaciones de equipos del primer trimestre del 2009 respecto del 2008, que llegó al 30%. Además, la misma marca una profundización si se compara el último trimestre del 2007 y del 2008, donde la caída fue del 18%.

Ni siquiera los smartphones, auténticas vedettes del momento, pudieron salvarse de la tendencia negativa. Comparando los últimos dos trimestres que van de enero a marzo, las importaciones retrocedieron un 23%. Menos que la general, pero caída igualmente en términos absolutos. Más grave en este caso es que en el último trimestre del 2008 habían crecido un 17% respecto del año anterior, lo cual era más positivo aún considerando el descenso general del 18%. En otras palabras, pasaron de un crecimiento del 17% a un retroceso del 23% comparando trimestres anualmente.

Sin dudas, el dato de los smartphones es un llamado de atención no sólo para los fabricantes sino también para los operadores, ya que más allá de afrontar el gasto en el equipo, después hay un gasto adicional en el servicio, a través de los distintos paquetes de datos. Y éstos todavía presentan de dos aspectos negativos: su precio es considerado alto y, en ocasiones, son poco claros en cuanto a lo que se puede y no se puede hacer, y hasta dónde.
Si los servicios de datos de la mano de los smartphones son el próximo gran negocio para la industria, todavía hace falta un importante trabajo de puesta a punto de la oferta comercial.

Arrivederci cari?

Si bien aún no resulta claro si es parte de una movida que apunta a meter presión o si es una alternativa probable, lo cierto es que esta semana se agregó un factor de color al culebrón Telecom Italia, Telecom Argentina, Grupo W, Gobierno, CNDC, Telefónica (perdón si nos olvidamos de alguien).
Todo comenzó cuando el diario de negocios italiano Il Sole 24 Ore publicó un artículo bajo el título “Telecom, la salida de Argentina ya no es un tabú”. En la misma, y citando “indiscrezioni”, se dice que en Telecom Italia (TI) evalúan como una alternativa a su conflicto con el gobierno argentino y la CNDC desprenderse de sus activos en este país. Pero al día siguiente nomás, estos trascendidos se convirtieron en declaraciones del presidente de la compañía a la agencia Reuters, cuando afirmó que “no descartan una posible venta de sus activos en Argentina”.
En el artículo de Il Sole se mencionan dos datos de interés para el tema. Uno es que se habrían producido contactos con empresarios brasileros del sector telecomunicaciones (podría ser Oi, el gigante de aquél país, quien tiempo atrás manifestó sus planes de expandirse en la región) para verificar el interés de éstos por el segundo jugador del mercado local de las telecomunicaciones. El otro es que, según algunos accionistas, su participación en Telecom Argentina no es considerada “estratégica”.
En los distintos artículos que se publicaron como consecuencia de estas declaraciones, se mencionó que la participación de TI en la controlante de Telecom Argentina podría valer unos € 300 millones. Aunque no queda claro si ese precio incluye la opción de compra del paquete del Grupo W.
Seguramente los próximos días sean prolíficos en novedades relativas a este tema. Pero por ahora, es más prudente no avanzar demasiado con las especulaciones.

Surprise!!!

Esto es lo que gritó Oracle cuando anunció la compra de Sun. Es que luego del intento fallido de IBM, se especuló con otros nombres, pero Oracle no estaba en el radar. Lo interesante es que esta operación puede ser vista desde dos perspectivas: la puramente de negocios y la filosófica.
Desde el punto de vista del negocio, Oracle gana por el lado del software y del hardware. Suma así a Java, plataforma de desarrollo que según el CEO de Oracle implica “el activo de software más importante que jamás hayamos adquirido”. También el sistema operativo Solaris, principal plataforma sobre la que corren las bases de datos de Oracle. Además, con su adquisición, Oracle se asegura de que no caigan en manos de IBM, con quien compite en varios segmentos de software. Por otra parte, con el hardware de Sun, Oracle no sólo puede completar su oferta, sino potenciar el desarrollo de una propuesta de datacenter, promoviendo el cloud computing, tan en boga.
Más interesante es que la operación lleva a la unión de dos empresas emblemáticas del Silicon Valley, que tienen años de una alianza espiritual que comenzó en los 90 cuando, cada una por su lado, resistían al dominio de Microsoft. De hecho, estuvieron entre los principales impulsores del proceso antitrust contra la empresa fundada por Bill Gates. Por otra parte, y simultáneamente, promovían el concepto de thin client, que en aquél entonces respondía a la misma base conceptual que el actual cloud computing. Claramente, sus destinos estaban trazados para terminar profundamente entrelazados.
Visto más a la distancia, resulta interesante el cambio en las tendencias en la industria. Hasta los años 80, la informática era vertical. Empresas como IBM, Unisys y otras tenían una oferta completa de hardware, software y servicios. Más tarde, ya en los 90, la irrupción y masificación de la PC hizo que la industria se hiciera horizontal. Las empresas comenzaron a especializarse en algún componente de la oferta informática. Era la hora de los spin off. Ahora, en los 2000, se vuelve a la verticalidad. La diferencia en esta ocasión es que en vez de pretender vender individualmente los distintos componentes a sus clientes, las empresas los combinan para ofrecer la informática monolíticamente, aunque como servicio. Como dirían las abuelas, todo vuelve…

Me too!

El de Google es un caso curioso. Así como revolucionó el mundo de las búsquedas por Internet y de la publicidad online, también llegó tarde y mal a otros rubros, como Google Video (cuyo fracaso lo llevó a comprar YouTube), GoogleTalk (versión sin éxito de Skype), o el navegador Chrome (que por el momento es más lo que amagó que lo que logró).
Ahora, lanzó Google Profiles, una aplicación que si bien apunta manifiestamente a personalizar la información que aparece cuando se googlea a una persona, tiene características que claramente podrían servirle de plataforma para ser una red social, mezcla de LinkedIn y Facebook.
¿Qué pasó con el talento creativo que era atraído por la mística de Google? ¿Se está convirtiendo Google en una nueva Microsoft? No olvidemos que a ambas se las acusó (en distintos momentos) de querer dominar su mercado así como de copiar ideas cuando éstas habían demostrado ser exitosas por terceros.
Sus opiniones son bienvenidas.

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