Archivojunio 2015

Multiple choice

Si bien cuando se habla de TV se suele mencionar que la misma está en crisis por la aparición de nuevas formas de distribución, lo concreto es que la multiplicación de caminos para llegar al televidente asegura audiencias para el productor del contenido aunque no necesariamente para el distribuidor. Esto surge del informe “Usuario online 2015” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Tomando como base a los hogares con Internet, la TV paga (entendiendo como tal tanto en su versión por cable como satelital) sigue dominando la escena, presente en el 85% de los casos. La misma presenta niveles de penetración muy similares independientemente del nivel socioeconómico, aunque con diferencias menores en función de la composición etaria del hogar.

Lejos, aunque no por ello poco relevante, el streaming gratuito aparece en prácticamente 1 de cada 3 hogares conectados. Aquí se incluyen tanto opciones ilegales como legales. En este caso el factor generacional sí es muy relevante, siendo una práctica que crece mucho en los segmentos más jóvenes, donde supera el 50%. También es más alta entre quienes no disponen de servicios de TV paga.
Las descargas tienen mayor incidencia en la medida en que sube el nivel socioecónomico del hogar, lo que indicaría que no hay tanto una motivación económica sino quizás de tipo de contenido. Como en toda alternativa basada en Internet, también pesa el factor generacional.
Los servicios OTT (dominados por Netflix) tienen una penetración claramente mayor en niveles socioeconómicos altos y medios, aunque con diferencias en función del proveedor. También crece significativamente en la medida en que más sofisticado es el consumo de TV paga (como servicios digitales, HD o DVR). Esto marca que se trata de segmentos que son ávidos consumidores de contenidos de TV (series y películas).
La TDA muestra un importante crecimiento impulsado por la inclusión de sintonizadores digitales en las TV más nuevas, cosa que no sucedió durante los primeros años de disponibilidad del servicio. Adicionalmente, la TDA muestra características particulares, ya que en la mitad de los casos convive con un servicio de TV paga, con tendencias claramente distintas si el hogar sólo tiene TDA o lo hace en convivencia con la TV paga.
Como se ve por los porcentajes, por el momento la tendencia es a que convivan distintas formas de acceder a los contenidos de TV, con un dominio de las formas tradicionales pero con una presencia significativa de las alternativas. La gran pregunta es cuánto durará este escenario de convivencia pacífica.

Atrapados

En los últimos tiempos, noticias sobre el mercado móvil provenientes de todas partes del mundo, incluyendo pero no limitándose a Argentina, hablan de lo mismo: el fin de los planes de datos ilimitados, más conocidos como Internet ilimitada. Básicamente, los operadores móviles están dando de baja  estos planes para reemplazarlos por otros basados en un abono asociado a una determinada cantidad de tráfico de datos que una vez consumidos dan la opción de pagar como excedentes o dejar de conectarse hasta el próximo ciclo de facturación. Un modelo conocido como capping.
En algunos casos los planes de Internet ilimitada mantenían la velocidad (tasa de transferencia, pera ser más precisos) independientemente del tráfico generado. Otros reducían la velocidad (generalmente a niveles de 2G) una vez alcanzado cierto nivel de tráfico pero mantenían la conectividad, una práctica conocida como throttling. Algo que a los efectos prácticos sólo es útil para aplicaciones de mensajería, poco demandantes de ancho de banda. Claro que el throttling es un arma de doble filo para los operadores, ya que es un concepto generalmente desconocido o no entendido por el usuario, que ve una degradación en la calidad de la conexión, atribuyéndola a una mala calidad del servicio.
La sustitución de modelos ilimitados o de throttling por otros de capping se está produciendo no sin sacudones que afectan la relación entre operadores y consumidores. Es que generalmente significa la modificación unilateral de las condiciones contractuales entre operador y cliente. Esto va más allá de la legalidad de este cambio, tal como sucede en Argentina donde alcanza con que el operador comunique con 60 días de anticipación el cambio en las condiciones. La pregunta es entonces: ¿por qué se llegó a esta situación de conflicto?
El concepto de Internet ilimitado surgió en los tiempos de 2G, donde las velocidades de las redes móviles combinadas con los pocos dispositivos aptos, no permitían hacer un consumo de datos que pusieran en riesgo la capacidad de la red. Eran los tiempos en que los Blackberry, que se usaban principalmente para mail y mensajería instantánea, dominaban el mercado de smartphones. Así y todo, uno de los argumentos de venta de Blackberry hacia los operadores era que estos equipos utilizaban mecanismos de compresión, lo que demandaba aún menos capacidad de las redes. El lanzamiento del iPhone en 2007, cambió este escenario ya que masificó la navegación por la Web y el consumo multimedia. De hecho, durante más de un año AT&T (el operador que tenía la exclusividad para la venta iPhone) vio cómo la calidad de su red se degradaba hasta límites insospechados previamente. No obstante, en su afán por no quedar relegados por el éxito del iPhone, en EE.UU. los competidores de AT&T también salieron a ofrecer planes de datos ilimitados. Con el inicio de la popularización de los smartphones en otros mercados, los distintos operadores los ofrecían con planes de Internet ilimitada para que la incertidumbre del costo por el consumo de datos no fuera un freno a su adopción o por temor a quedar descolocados frente a un competidor que sí ofreciese Internet ilimitada. Así, los operadores se encerraron en su propia trampa.
Los operadores no podían desconocer que ese “dulce” encerraba un potencial conflicto a futuro. A diferencia de ofrecer voz ilimitada que al medirse en unidades de tiempo establece un límite de 24 hs por día, el concepto de datos ilimitados es temerario. Tanto en los accesos fijos como en los móviles, el consumo de datos no para de crecer y tampoco se vislumbra aún un límite. Al pasar del mail y la mensajería instantánea primero, a la navegación web después, seguido del streaming (tanto de video como de audio) con calidades cada vez mayores, el límite de lo que se puede consumir en términos de datos no está en el horizonte. Y no hay forma económicamente viable de sostener una demanda creciente a un precio fijo.
La situación se hizo más apremiante con la llegada de 4G. Esta tecnología ofrece más velocidad, permitiendo consumir videos con una performance igual o superior a un WiFi. Esto posibilita no sólo el uso de YouTube sino de otras apps como Periscope que permiten hacer broadcasting de video. Adicionalmente, los equipos más modernos tienen cámaras que graban en HD y la posibilidad de hacerlo en 4K está a la vuelta de la esquina. Pero al mismo tiempo, 4G llegó con necesidades de grandes inversiones en espectro, red y terminales para satisfacer mercados maduros que ya no crecen en clientes pero sí en consumo. El repago de las inversiones requeridas no es compatible con el modelo ilimitado. La crisis era sólo cuestión de tiempo. La situación los llevó a tener que cortar de raíz con el concepto de ilimitado y con ello llegaron los conflictos. Ahora deben enfrentar los cuestionamientos de clientes y, en varios países, también del regulador. Pero a no dudar, Internet ilimitado es cada vez más cosa del pasado. Fue lindo mientras duró.

E se restiamo?

Luego de una compleja ingeniería societaria y financiera, finalmente esta semana Telefónica dejó de tener participación en el capital de Telecom Italia como consecuencia de la venta de sus acciones al grupo francés Vivendi. Se trató de una operación que incluyó no sólo activos en Italia sino también en Brasil.
Para Telefónica, seguramente es un alivio. Su inversión en Telecom Italia (TI) le trajo más dolores de cabeza que alegrías. Cuando Telefónica ingresó al capital de TI en el 2007 lo hizo a un precio de € 2,82 por acción, mientras que esta semana vendió las últimas que le quedaban a € 1,18, o una pérdida del 58%. Pero también le trajo conflictos con los reguladores de Brasil y Argentina, países donde ambas empresas tienen posiciones relevantes que naturalmente generaron tensiones con los reguladores.
Es interesante especular respecto de cuál será el impacto de esta desinversión de Telefónica en TI en Argentina y que tiene que ver con algunas versiones que indicarían que los italianos no están ahora tan convencidos de irse de Argentina. O al menos no en las condiciones que pautaron en su momento con los mexicanos de Fintech.
Cuando TI decidió poner en venta su participación en Telecom Argentina lo hizo por varios motivos. Necesitaba los fondos para desendeudarse y la argentina era una operación poco valiosa porque no le permitía recibir giros de utilidades al tiempo que le generaba presiones del regulador por su relación con Telefónica. Así, acordó su venta a Fintech a un precio que estaba un poco por debajo de su valor técnico (al menos eso es lo que decían los que entienden del tema). Pero la transacción no terminó nunca de aprobarse y el escenario fue cambiando.
Durante ese tiempo TI encontró formas de desendeudarse más efectivas, como sacar a la bolsa su el 40% del capital de Inwit, su división de torres de telefonía móvil. También el paso del tiempo los llevó a estar a un paso de las elecciones presidenciales en Argentina, lo que podría implicar ciertos cambios en la política económica, como permitirles a las multinacionales girar dividendos al exterior (al menos los futuros si no los pasados). Adicionalmente, en este tiempo la ley Argentina Digital habilitó a las empresas de telecomunicaciones como Telecom Argentina a dar servicios audiovisuales, lo que podría ser un interesante canal de distribución para los contenidos de Vivendi, hoy el principal accionista de TI.
Tampoco hay muchas certezas de que el regulador termine de aprobar la venta a Fintech. Muchos dicen que esto nunca ocurrió debido a las vinculaciones de los mexicanos con el Grupo Clarín, por lo que no querían ser ellos quienes les entregaran el negocio a su archienemigo. Pero con la creación de la AFTIC, serán los mismos funcionarios actuales quienes, al menos en teoría, deberían seguir al frente de la regulación del sector de las telecomunicaciones en la próxima gestión. Por lo tanto, tampoco da la impresión que vayan a haber una aprobación luego del cambio de gobierno.
Así, no sería muy descabellado pensar que los italianos estén reconsiderando su salida de Argentina. ¿Será? Habrá que esperar.

Tuits selectos

Empaquetados

Hubo un tiempo en que las redes eran para un servicio único. La red telefónica daba telefonía, la red de TV daba video y las redes de datos, Internet y datos en general. Con la digitalización, esta especialización de las redes desapareció, dando lugar a la convergencia. Y a partir de allí, las redes se hicieron multiservicio, pudiendo transmitir voz, video y datos. Dejó de haber entonces límites técnicos, subsistiendo sí los regulatorios y/o políticos.
Esta situación tiene como consecuencia que hoy los principales ISP del país (Speedy, Fibertel y Arnet) pertenezcan a empresas que ofrecen otros servicios, sea de TV como de telefonía, aunque claramente no son los únicos. Por eso no  sorprende que casi 9 de cada 10 hogares tengan su acceso a Internet como parte de un combo de servicios, sea con telefonía, con TV paga o ambos. Esto surge del informe “Acceso a Internet y tecnología residencial – 2015” realizado por Carrier y Asociados.
Como resultante del predominio de las telefónicas en el acceso a Internet, el combo Internet+Telefonía es el más popular, con un 52%. Luego sigue el de Internet+TV paga con el 26%. Y un 9% tiene triple play (Internet, Telefonía y TV paga). Conviene aclarar que aquí se incluyen también a los combos entre las telefónicas y DirecTV, que aunque sus servicios no comparten la misma red, fueron vendidos en un mismo paquete comercial.

Así, apenas un 10% únicamente contrata el servicio de acceso a Internet a su proveedor. Esto último se da más en los hogares jóvenes, donde el valor llega casi al doble.
En cuanto a la evolución del triple play, no hay que esperar importantes crecimientos para los próximos años. Con los cambios en la regulación como consecuencia de la aprobación de la ley Argentina Digital, las empresas de telecomunicaciones pueden ahora dar servicios de TV. No obstante esta medida no tendrá una incidencia importante en el corto plazo. Las redes de telefónicas no están mayormente en condiciones técnicas de permitir la capacidad de transporte necesaria para combinar Internet de banda ancha y TV. Esto requiere de inversiones, las cuales competirán por presupuesto con los despliegues de redes móviles, particularmente con 4G. Por lo tanto, los avances en este sentido serán lentos.
Por el lado de las empresas de TV paga, muchas ya tienen una oferta triple play salvo la más grande de todas, Cablevisión. Esto no se debe a una limitación técnica ni regulatoria, sino política. Sus redes pueden hacerlo y tienen licencia para dar telefonía. Lo que no se les ha otorgado es la numeración necesaria. Y para cuando lo hagan, el negocio de la telefonía fija será (ya lo es) poco interesante para un entrante. En otras palabras, Argentina llegó tarde y mal a la ola del triple play.

Puntadas finales

Esta semana, la Secretaría de Comunicaciones dio los últimos pasos como para ir cerrando la licitación de 4G, proceso que todavía se encontraba inconcluso. Las noticias fueron dos: la asignación (finalmente) del espectro en 700 MHz para Claro, Movistar y Personal, y la asignación completa de espectro (para 2/3G, AWS y 700 MHz) a Arlink, que además fue registrada para la prestación de servicios móviles.
La asignación de los 700 MHz es importante porque facilita la llegada del servicio a zonas de baja densidad poblacional. Esto se debe a que cuanto más baja la frecuencia, mayor es su cobertura geográfica, lo que permite cubrir una misma área con menos antenas que en frecuencias más altas. Se trata de una capacidad importante no sólo para las áreas rurales sino también para ofrecer cobertura en las rutas, las cuales están incluidas en las distintas etapas previstas para el despliegue de 4G. Por otra parte, las frecuencias más bajas tienen mejor propagación, lo cual les permite penetrar en edificios, algo beneficioso en áreas de urbana.
Claro que la llegada con atraso de los 700 MHz seguramente impactará en los tiempos de despliegue. Hay que recordar que la primera etapa tiene una duración de 18 meses, lo que en teoría implica que se cumpliría hacia junio/julio de 2016. Pero siendo que la frecuencia de mayor cobertura se asignó 6 meses después que la de AWS y que esta es indicada para los corredores viales (que en total suman más de 5.000 Km en la primera etapa), no sería de extrañar que las empresas reclamen que el plazo de 18 meses comience a correr a partir de la entrega de los 700 MHz y no desde diciembre pasado, cuando se les asignó únicamente frecuencia AWS (que es la utilizada hoy para dar servicios 4G).
Por otra parte, el registro de Arlink como prestador de servicios móviles y la asignación del espectro para tal fin implican el surgimiento del 4° operador móvil (o 5° si se tiene en cuenta a Nextel, aunque con otra tecnología y frecuencias). En el mercado siempre hubo dudas respecto de la capacidad económica de Arlink para hacer frente a las obligaciones que tiene por delante (espectro y despliegue de red). Las mismas quedarán develadas la semana próxima, cuando venza el plazo para que Arlink deposite el pago por el espectro.
Más allá de los nombres, lo cierto es que las condiciones para el 4° operador son draconianas. Se trata de un actor que arranca en franca desventaja respecto de los otros tres, sin red, sin sitios para antena y sin clientes. No obstante, el precio fijado al espectro para el 4° operador no fue sustancialmente menor que para los existentes. De hecho, Arlink ofreció US$ 506 millones. A esto hay que sumar el desembolso en el despliegue de red. Aquí es más difícil determinar su envergadura, pero si cada uno de los operadores existentes estima que deberá invertir alrededor de US$ 2 mil millones en total, claramente lo que deba desembolsar un operador sin nada de red previa será un monto superior. Por otro lado, en términos de plazos para el despliegue, el 4° operador apenas si tiene 6 meses más por etapa, en el mejor de los casos. Todo esto para alguien que debe ingresar a un mercado maduro, con una penetración en líneas superior al 100% de la población. Bajo estas condiciones, el surgimiento de un 4° operador es una quimera.
Con este escenario, los próximos días serán seguramente ricos en definiciones. Como dicen los gringos, “stay tuned”.

Popurrí tecnológico

Invitado por el diario La Nación para participar del ciclo Conversaciones, nuestro director, Enrique Carrier fue entrevistado por José Crettaz para charlar de temas varios de la industria tecnológica local: el estado de las redes celulares, situación local del negocio de los terminales móviles, hábitos en los usos de apps, perspectivas de los pagos móviles, consumo de contenidos y más. Todo en una charla de casi 20 minutos a la que se puede acceder desde aquí.

Tuits selectos

Generando las condiciones para el despliegue exitoso de LTE

Como toda infraestructura, las redes móviles requieren de visión de mediano y largo plazo para una evolución exitosa. En el caso de la 4G, la tecnología LTE tiene varios ases en la manga que la diferencian de las anteriores pero que a su vez exigen tener en cuenta nuevos factores que influyen en su mejor aprovechamiento. Para ello es clave considerar a los dos pilares de la capacidad y cobertura de una red móvil: espectro y antenas. En ambos aspectos, es necesaria una cuidadosa planificación del Estado, quien tiene a su cargo identificar y asignar el espectro a utilizar así como establecer la normativa necesaria para facilitar la instalación de antenas. También el sector privado (operadores y proveedores) debe prever e identificar sus necesidades para ayudar al Estado en sus definiciones cuyo efecto puede demorar en materializarse y tiene impacto por muchos años.
Planificar para un escenario futuro es imperativo ya que está fuera de discusión que en los próximos años la demanda por una mayor capacidad de las redes móviles es una certeza, no una hipótesis. Esta mayor demanda se basa en diversos factores:

  • En Latinoamérica todavía se registra un crecimiento genuino de la cantidad de usuarios de servicios móviles
  • La región está en pleno proceso de migración de teléfonos básicos a smartphones, con tasas de penetración que crecen por encima del 50% anual y con una proporción de los nuevos celulares vendidos que son entre un 80 a 90% smartphones
  • Se registra un aumento exponencial de la demanda de capacidad, tanto por la creciente existencia de smartphones como por la masificación de apps que hacen uso intensivo de los datos (como videos de alta definición), lo que impulsará la demanda por equipos y servicios 4G
  • Comienzan a surgir nuevas categorías de dispositivos conectados que van más allá de los teléfonos, tablets y módems para llegar a todo tipo de dispositivos que en unos años superarán ampliamente a los celulares en número
  • Se comienza a observar en Latinoamérica la sustitución del acceso fijo por el acceso móvil tanto por una evolución natural del uso así como por ser el móvil un factor fundamental para el cierre de la brecha digital

 

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Creced y multiplicaos

El acceso a Internet dejó de ser una materia exclusiva de las computadoras personales para extenderse a una gama creciente de dispositivos. Entre éstos, el celular está claramente a la cabeza, aunque también se destaca el avance de otros, como las Smart TV y las consolas, así como una nueva generación de reproductores de medios (al estilo Apple TV, Chromecast y otros). Esto surge del informe “Acceso a Internet y tecnología residencial – 2015” realizado por Carrier y Asociados.
La PC sigue siendo casi omnipresente en el acceso hogareño, hallándose al menos una de éstas en el 94% de los casos, con un promedio de 1,9 equipos por hogar. Un 63% de los hogares cuenta con 2 o más PC.

El celular (con acceso a Internet) está teniendo ya casi la misma penetración en hogares que las PC. La explosión de ventas de smartphones de los últimos tiempos se ve claramente reflejada aquí.
También se observa un importante crecimiento de las tablets, que alcanzan una penetración del 30% de los hogares conectados, casi el doble de un año atrás. Las mismas se encuentran con mayor frecuencia en los hogares con hijos menores, siendo en muchos casos “el” dispositivo de acceso de éstos. Las Smart TV y Consolas subieron fuertemente en el último año. No obstante, no todas están conectadas sino aproximadamente 2 de cada 3 en cada caso.
Evidentemente, las penetraciones de los distintos dispositivos marcan una fuerte tendencia hacia la multiplicidad de éstos en el hogar. Actualmente, el promedio es de 2,4 categorías de dispositivos en el hogar, siendo superior en los hogares ABC1 y en aquellos con hijos menores.
Como puede observarse, aunque todavía muy relevante, la PC ya no reina en soledad en el acceso a Internet. Toda una gama de otros dispositivos le compiten en horas de uso, contenidos consumidos y conectividad requerida. Esta diversidad es buena noticia para usuarios, proveedores de contenidos y de conectividad, pero no lo es tanto para los fabricantes de PC. Los dispositivos alternativos que proliferan también compiten por el presupuesto familiar. Por todo esto, los plazos de renovación de las PC comienzan a estirarse, incidiendo negativamente en los volúmenes de ventas actuales y próximas.
Por otra parte, esta multiplicación de dispositivos al interior del hogar garantiza la demanda creciente por ancho de banda. Las capacidades actuales de celulares, Smart TV, tablets y consolas por sí solas consumen cada vez más tráfico de datos. Y al multiplicarse la cantidad de equipos, la demanda por capacidad seguirá siendo creciente.

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