Archivonoviembre 2009

Móviles y conectadas

Ya no es ninguna revelación que las notebooks/netbooks son las vedettes del mercado de computadoras personales. Y esto no impacta únicamente al segmento masivo (a quien apuntan sus cañones los fabricantes y las cadenas de retail), sino también a las empresas. En el caso puntual de las PyME argentinas, también se observa el furor. Un 68% de las empresas cuenta con este tipo de equipos, evidenciando un avance sobre el 59% que hacía lo propio un año atrás. Esto surge del informe “Telecomunicaciones móviles en PyMEs: voz y datos – 2009” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
En cuanto a la conexión de las mismas estando fuera de la empresa, 3 de cada 4 lo hacen vía WiFi. Esto es así por diversos motivos: gratuidad, disponibilidad de hotspots en áreas urbanas, necesidades de conexión esporádicas que no justifican abonos.
No obstante, el uso de módems 3G para acceder a banda ancha móvil (BAM) también muestra un interesante crecimiento, habiendo pasado de ser utilizados por el 9% de las empresas con notebooks el año pasado a un 16% este año. A pesar de no ofrecer generalmente mejores velocidades que las que se pueden lograr vía WiFi con banda ancha fija, la BAM tiene la ventaja de prescindir de los hotspots, siendo así atractiva para usuarios que necesitan conectividad en movimiento regularmente.

El panorama se muestra alentador, no sólo porque las empresas cuentan con planes para aumentar la cantidad de notebooks sino también porque crece el interés por conectarlas vía BAM.
Esta combinación de atractivo por notebooks/netbooks y BAM permite prever una oportunidad para la venta conjunta de ambos productos, sea vía el fabricante del equipo o el operador del servicio. Eso sí, sería bueno que los dispositivos ya incluyan la electrónica para conectarse a 3G en forma nativa y no tener que cargar el módem 3G USB por separado. No es cool.

Todo en uno y todo para pocos

En el mercado argentino se está produciendo el desembarco de las herederas de las PC desktop. Se trata de las all-in-one, equipos que a primera vista parecen un gran monitor (20”, 22” o más), con teclado y mouse. En realidad, ese monitor alberga también a toda la electrónica (motherboard, procesador, memoria, disco), lo que le da a estas desktops una de las ventajas de las notebooks: reclaman poco lugar.
Las all-in-one prometen así desplazar a las desktop, que ya representan el 20% de las ventas de PC de escritorio en Europa (según datos de Intel). Así, las desktop tradicionales quedan en un sándwich entre las pequeñas y portátiles notebooks y netbooks y esta nueva propuesta de PC integrada.
Esto sin dudas es un llamado de atención para los ensambladores locales de PC de escritorio o cloneros. Las all-in-one se parecen técnicamente mucho a las notebooks: una pantalla LCD y demás componentes electrónicos de reducidas dimensiones ya integrados en un único paquete. Así, no es difícil imaginar que el mercado se repartirá de manera similar a lo que hoy sucede con las notebooks: grandes marcas internacionales importando sus productos terminados y marcas locales importando los barebones (el monitor integrado a la electrónica) para sumarle localmente los componentes más perecederos y a la vez diferenciadores: el procesador, el disco y la memoria. Así, los centenares de pequeños comercios y empresas que hoy viven de ensamblar PC de escritorio en una suerte de tecno-lego quedarán fuera de este negocio. No es cuestión de alarmarlos. Pero sí deben pensar seriamente cómo reorientarse para que el fin del ciclo de las desktop (tal como las conocemos hoy) no los deje con las manos vacías.
Un dato adicional. Con los nuevos esquemas impositivos, una all-in-one es una computadora, no un monitor (aunque se le parezca externamente). Así, no se verá alcanzada (hasta nuevo aviso) por el recientemente sancionado impuestazo tecnológico, cuya aplicación comienza a regir en diciembre y que sí incluye a las pantallas. Una razón adicional de preocupación para los cloneros.

Viendo otro canal

Uno de los argumentos más esgrimidos a favor de la sanción de la reciente ley conocida como “impuestazo tecnológico” tenía que ver con que permitiría la creación de 2.000 puestos de trabajo en la provincia beneficiada. Así, resulta inadmisible (aunque sí comprensible considerando el contexto) que la industria de los Call Centers haya perdido en lo que va del año unos 3.500 puestos, tal como surge de un artículo publicado por el diario El Cronista.
Las razones de este achicamiento eran totalmente previsibles desde hace un tiempo: revaluación del peso frente al dólar, salarios que subieron en dólares y crecientes incentivos estatales de otros países de la región. O sea, pérdida de competitividad cuando aumenta la competencia: una combinación letal.
No se trata en este caso de pedirle al gobierno que cambie su política económica en función de un sector de actividad. Pero se le puede pedir que la incentive con regulaciones específicas. Y acá sí se puede criticar que el proyecto original de la Ley de Software (que ha dado buenos resultados) incluía a los call centers y otras actividades de BPO (business process outsourcing), pero misteriosamente fueron borrados de la misma sin que nunca se supiera oficialmente por qué.
Los beneficios de una industria de tercerización de servicios son más que suficientes para merecer un trato diferencial, especialmente por parte de un gobierno que ha hecho de la promoción discriminada un culto. Generan muchos puestos de trabajo y rápidamente, emplean a sectores más propensos a tener dificultades para encontrar trabajo (como jóvenes, adultos de más de 45 años, etc.), no requieren de inversiones importantes en relación a los puestos de trabajo generados y permiten exportar sin agotar recursos internos, entre otros.
Quizás la ilusión de que estamos solos en un mundo globalizado o, tanto o más grave aún, creernos seriamente que teníamos capacidades únicas no replicables por nuestros vecinos, está logrando que una actividad que generó 58.000 puestos de trabajo en sólo 5 años y sin leyes especiales, hoy haya entrado en un proceso descendente. Por favor, que no sea otra oportunidad perdida. Ya fueron muchas.

¿Neutralidad de las búsquedas?

En momentos en que en algunos países se discute sobre neutralidad de la red, pareciera que hay que prepararse para otra, de no menor calibre, que es sobre la neutralidad de los buscadores.
Todo comenzó con los reclamos de Rupert Murdoch (dueño de News Corp. a su vez propietaria, entre otros medios, del Wall Street Journal) hacia Google, acusándola de “robar” sus contenidos y amenazando con impedir el acceso del buscador a sus contenidos. Luego la cosa se puso más interesante, cuando trascendió que News Corp. negocia con Bing, el buscador de Microsoft, para darle exclusividad en el acceso a sus contenidos. Si bien todavía no está dicha la última palabra, la movida da para el análisis.
En primer lugar, existen elementos como para pensar que News Corp. está negociando, a su manera, con Google. Nadie en su sano juicio puede presumir que el buscador le roba contenidos a ningún medio. Lo que hace Google es publicar el título de la nota que contiene la información buscada y a los sumo un par de líneas que sirven para determinar si es necesario clickear en ese vínculo o no. Pero el contenido (editorial y publicitario) sigue estando en los sites de los diarios y otros medios, no en Google. De esta forma, el tráfico generado (estimado en un 25% del total para el caso del WSJ) no debería ser despreciado. Por otra parte, la red social MySpace (propiedad de News Corp.) tiene un acuerdo de exclusividad con Google para la publicidad por tres años, por el que acordó pagar unos US$ 900 millones (sujeto a ciertas metas). Como es sabido, en los últimos tiempos MySpace viene perdiendo terreno frente a Facebook, por lo que la renovación de ese acuerdo, al menos en las actuales condiciones, no sería tan sencilla.
En el caso de Microsoft, ésta no tiene reparos en comprar market share. Ya hizo un acuerdo para proveerle las búsquedas a Yahoo e implementó un programa donde devuelve dinero a quienes compran bienes a través de su buscador. Todas medidas tendientes a lograr que el uso de Bing siga creciendo hasta convertirse en un serio rival para Google.
Pero más allá de los pormenores de esta movida, lo que está gestando con esta movida hacia la indexación exclusiva es una Internet con muros. Por lo tanto, de concretarse esta política de “vos podés indexar y vos no”, estaríamos ante un nuevo fenómeno: la parcialidad de la Web. Esto daría lugar a una Internet muy distinta a la que hoy conocemos. Lamentablemente.

Todo es historia

La semana pasada se cumplieron 20 años del servicio de telefonía celular en el país, lo que motivo que el diario El Cronista publicara una interesante reseña. Para que algunos se enteren y otros rememoren.
El artículo tiene una perlita, y es la que se refiere a los criterios para otorgar la licencia. La calificación entre los distintos oferentes se basó en el compromiso de inversión, que no se midió en dinero sino en la cantidad de usuarios que se estimaba tener para el 2005 (15 años después). El grupo ganador estimó que para ese entonces los usuarios serían ¡¡300.000!!, cuando ese año cerró con 22 millones. O sea que proyectaron sólo un 1,4% de las líneas que efectivamente hubo en ese momento. Claro que si hubieran dicho 22 millones, los habrían descalificado por chantas…
Si bien la nota no lo menciona, quien estableció esa primera comunicación celular en el país fue Roberto Pérez, cuyo nombre no es muy marketinero para quedar en la posteridad pero que, sin saberlo, se convirtió en un prócer de las telecomunicaciones en Argentina (gracias a RJPA por el dato).
Como dice el tango, que 20 años no es nada.

Linkeando

  • Cambio de nombre: Esto es lo que habría que hacer con las consolas de videojuegos. Es que con el reciente anuncio de Nintendo, ya todas las consolas de última generación (Xbox 360, PS3 y ahora Wii) permiten que sus usuarios “alquilen” películas y series directamente desde estos dispositivos conectados a Internet. A esto hay que sumarle aplicaciones basadas en la red como Facebook, Twitter y otras. ¿Y si las rebautizamos como Internet Boxes? [Clarín]
  • One handed iPhone: Mientras que el celular de Apple sin dudas estableció un nuevo estándar para dispositivos móviles, una pequeña empresa israelí desarrolló una interfaz que simplifica el manejo de una pantalla touch con una sola mano. Ideal para Cervantes. [Engadget – ver el segundo video para entender mejor]
  • Sumando pretendientes: Cuando aún no es oficial que Telecom Italia vaya a desprenderse de su participación en Telecom Argentina, siguen apareciendo candidatos. La lista no para de crecer. [La Nación]

Gracias por fumar

Quien fuma corre el riesgo de que Apple no le dé garantía, según denuncia Consumerist (en español en El País). La razón es que el cigarrillo es una sustancia peligrosa, y sus restos lo son para los empleados del servicio técnico. Tenemos más ideas: no atender problemas de batería, por contener químicos tóxicos, vender sólo online para no correr el riesgo de contagiarse gripe A o alguna otra peste del momento, ubicar sus locales únicamente en áreas rurales para evitar que sus empleados respiren aire contaminado de la ciudad. Se aceptan más sugerencias

Separando la paja del trigo

En estos días, se difundió la noticia de que en México se está avanzando con el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía móvil (RENAUT), que, como indica su nombre, consiste en identificar a los titulares de celulares prepagos (los que tienen abono, ya están identificados). Las líneas que no se registren hasta abril del 2010, serán automáticamente dadas de baja. Las previsiones de analistas que cubren ese mercado indican que al terminar el proceso, en abril del 2010, la base de líneas en servicio caería un 30%.
Resulta interesante ver que son varios los mercados en los cuales existe una “inflación” en el número efectivo de líneas móviles. Esta situación se da con mayor énfasis en los mercados donde, como en Argentina, predomina el sistema prepago.
Durante la última semana, diversos medios locales estuvieron abordando la temática sobre cuántas líneas están efectivamente en uso, más allá de la cantidad que están técnicamente en servicio. Según los balances de los operadores, el mercado a fin de septiembre último era de 46,7 millones de líneas móviles (por más que el INDEC se empecine en “inflacionar” este número, llevándolo a 50,4 millones, vaya uno a saber por qué). Con una población estimada en 40 millones, la penetración entonces es del 117%.
Pero no es razonable pensar que TODO habitante de Argentina tiene un celular. De hecho, y en base a la pirámide poblacional, la población mayor de 10 años es de 33 millones de personas. Y dentro de éstos, hay muchos no usuarios, por razones generacionales, económicas y hasta actitudinales. Pero aún asumiendo que todos estos 33 M tienen un celular, la cifra está muy lejos de los 46,7 M declarados por los operadores.
Dentro de esta diferencia de 13,7 M de líneas, hay un poco de todo. Por un lado, segundas líneas. Es típicamente el caso de una persona que tiene un celular por su trabajo (generalmente provisto por su empleador) y uno de uso personal. Según surge del informe “Telefonía móvil: segmento individuos – 2009”, en un 13% de los hogares hay un integrante con dos líneas móviles, lo que equivale a un 5% de los usuarios. Así, serían aproximadamente 1,7 M de segundas líneas.
De las restantes 12 M de líneas móviles hay que descontar las utilizadas sólo para datos. Aquí se considera a los módems 3G, así como las que se utilizan en modelos M2M (machine to machine), como por ejemplo sistemas de alarmas. En este caso es más difícil estimar el número, que podría establecerse, generosamente, en 2 M de líneas.

La pregunta entonces que surge es: ¿y los 10 M que sobran? Puede afirmarse sin temor que se trata de líneas que no han sido dadas de baja sino que están en desuso. Es el típico caso de líneas prepagas cuyo propietario dejó de usar cuando compró ese nuevo terminal que venía con línea incluida. Al ser la anterior una línea prepaga, no se da de baja (ya que no genera gastos) sino que simplemente se deja de usar. Lo que muchos denominan, el teléfono en el cajón. Así, estas líneas sin uso equivalen al 21% del total.
Estos 10 M son entonces sólo el piso de líneas sin uso, ya que se asume que la totalidad de la población mayor a 10 años tiene un celular, cosa que efectivamente no es así. ¿Cuántos serán en realidad?

Distorsionados

La “inflación” de la cantidad de líneas efectivamente en uso genera ciertos efectos colaterales, no del todo positivos. Por un lado, distorsiona el ARPU (o ingreso medio por línea). Este valor se calcula dividiendo los ingresos generados por la cantidad de líneas en servicio. Pero si ésta supera holgadamente a la cantidad en uso, lo que se está haciendo es bajar artificialmente este valor. Quizás esto no sea muy grave para los propios operadores, que cuentan con la información necesaria como para saber cuántas de sus líneas están en servicio y cuántas efectivamente en uso.
Para los terceros, el panorama es un poco más complicado. Tal es el caso de los fabricantes de terminales, que deben estimar el parque a renovar sobre una base de líneas ficticiamente grande. O aquellos que proyectan servicios basados en las redes móviles, que deben asumir un mercado más grande de lo que en realidad es.
La pregunta que inevitablemente surge es: ¿Por qué las empresas mantienen en servicio líneas sin uso? ¿Es sólo por una cuestión de marketing (quién tiene más)? Buena pregunta Mario…

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