Archivodiciembre 2014

Habemus lex

Finalmente y como era previsible (o sea, mucho discurso y ninguna modificación), el proyecto de ley Argentina Digital fue aprobado por la Cámara de Diputados y ahora aguarda su promulgación por parte el Poder Ejecutivo Nacional. Lamentablemente, el diseño de la norma, inconsulto con los involucrados, y el tratamiento express recibido en el Congreso para una ley de tal trascendencia permiten presagiar un horizonte nuboso.
Argentina Digital (o ley telco como se la conoce informalmente) tiene un raro mérito: el de haber sido rechazada por los operadores de todos los tamaños y características, sean grandes telcos, cableras, PyME o cooperativas. Más allá de los lógicos intereses disímiles de cada una de estas empresas, el principal temor y causante del rechazo es que por la vaguedad de su articulado la ley significa un cheque en blanco para la Autoridad de Aplicación (AA). Una Autoridad que además gozará de un enorme poder de regulación (englobando a la Secretaría de Comunicaciones, la CNC, CONAE, CORASA) y tendrá capacidad de intervención directa en el mercado como un actor (con privilegios) a través de Arsat y Argentina Conectada. A esto se sumará el manejo de los recursos del Servicio Universal. En definitiva, poder político y poder económico. Así, lo bueno o malo que pueda surgir de esta ley dependerá de lo bueno o malo de la AA.
Sólo a modo de ejemplo, y según condiciones no definidas objetivamente en la ley, la AA podrá fijar tarifas, determinar las condiciones por las que un operador tiene “Poder Significativo de Mercado” permitiéndole aplicar condiciones de regulación asimétrica, establecer qué operadores deberán abrir sus redes para permitir una desagregación de difícil aplicación, y así tantas otras. No hace falta ser muy perceptivo para darse cuenta que esta discrecionalidad no deja tranquilo a ningún operador de este sector, sin importar origen o tamaño.
Lamentablemente, este no fue un tema de discusión. Las principales modificaciones que sufrió el proyecto en su paso por el Congreso fueron el impedimento (razonable) a las telcos de dar servicios audiovisuales a través del satélite (defendiendo intereses de PyME y cableras así también como los suyos propios) y hacer de la AA un organismo con representación más distribuida entre Poder Ejecutivo Nacional, provincias, bloques legislativos. O sea, la prioridad fue no quedarse fuera de la rosca, no hacer una ley mejor.
Sin ser el tema más relevante de la nueva norma, especialmente luego de la modificación que impidió hacerlo a través del satélite, la posibilidad de que las empresas de telecomunicaciones ofrezcan servicios de TV fue ampliamente sobredimensionada en una discusión estéril. Hay varios fundamentos, técnicos, de negocio y de mercado, para pensar que no cambiará gran cosa en lo inmediato. Por un lado, las telcos deberán invertir fuertemente en aumentar la capacidad de su red si quisieran transportar señales de TV en HD. La IPTV (tecnología a utilizar en este caso) no es Netflix. Necesita un ancho de banda asegurado calculado alrededor de los 7 Mbps. A lo que se suma el ancho de banda necesario para Internet. Así, cualquier propuesta razonable exige contar con un ancho de banda de unos 13 Mbps o más. Algo que no está disponible en la mayor parte de la red ADSL de las telefónicas. Por otra parte, ingresar al mercado de TV paga, con una penetración de aproximadamente el 80%, no es un picnic. Las telcos deberían invertir fuertemente en contenidos, marketing y margen para desarrollar propuestas que en alguna medida deban ser mejores (en calidad y/o precio) que las actuales. A esto hay que sumar que para lo que refiere a servicios de comunicación audiovisual, los operadores TIC están sujetos a los requisitos de la mal llamada ley de medios, lo que incluye una limitación a la participación del capital extranjero entre los accionistas. Así, ni Telefónica (por ser española) ni Claro (por ser mexicana) estarían habilitadas para dar estos servicios. Quizás sí Telecom en la medida en que Fintech (EE.UU., país con el cual hay un acuerdo que lo exime de esta limitación) tome el control de la operación. Por todo esto, pensar que la habilitación a las telcos a dar TV es la motivación de la nueva ley es cuando menos optimista.
Por otra parte, subsiste el articulado que tanto inquieta a los defensores de los derechos civiles, aspecto minuciosamente analizado por ONG y académicos.
Luego de la discrecionalidad otorgada a la AA, quizás al mismo nivel, la limitación mayor de la nueva ley es una falla que se puede considerar estructural. Originalmente, la ley fue presentada como un marco regulatorio para la convergencia. Sin embargo, para que ésta se produzca en armonía, es necesario contar con una regulación única, que no genere más asimetrías que las que ya existen entre los distintos operadores que a partir de ahora serán licenciatarios TIC. En otras palabras, una industria convergente necesita una regulación también convergente. Esta será una asignatura para el próximo gobierno. En el ínterin, Argentina Digital tiene muchas probabilidades de tener la misma aplicación que la lograda por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual luego de 5 años.

Habemus 4G

Luego de que a los tres operadores (Claro, Personal y Movistar) se les asignara espectro y que pagaran por él, con o sin anuncios todos ellos comenzaron a “encender” sus primeras radio bases con LTE. Pero fue Movistar la que hizo el primer anuncio oficial en la reunión de fin de año con la prensa, el miércoles de esta semana.
Necesitadas como están las empresas por más espectro y por comenzar a descongestionar la red 3G, no sorprende que el servicio estuviera siendo puesto a punto para liberarlo al momento de contar oficialmente con el espectro. Por lo tanto no debería llamar la atención que en los próximos días tanto Personal como Claro también liberen comercialmente el servicio. No obstante, esto no necesariamente vendrá acompañada de grandes campañas publicitarias. Tampoco es cuestión de generar expectativa por un servicio que estará inicialmente disponible en muy pocos lugares. El efecto rebote podría ser mortal en momentos en que la industria en su conjunto se encuentra muy cuestionada por los problemas de calidad de servicio.
Para utilizar 4G, los usuarios de Movistar y Claro deberán cambiar su SIM, no así en el caso de Personal. En cuanto a los abonos, al menos en el caso de Movistar que fue la única que anunció el servicio, seguirán vigentes los actuales. No obstante, ofrecerá nuevos planes con más capacidad de datos. La apuesta es a facturar más por un uso de datos más intenso, no por la tecnología en sí que además no tendrá una cobertura total por unos cuantos años, lo cual haría difícil cobrar por ella.
Por el lado de los equipos, conviene recordar que son muy pocos los modelos vendidos en Argentina que actualmente cuentan con esta capacidad (aquí un listado). Se trata de menos del 2% de la base instalada.
En el tema 4G todavía quedan asignaturas pendientes, como la entrega de los 700 MHz y la asignación a Airlink. Sin embargo, después de años de postergaciones, finalmente comenzó a llegar. Un primer paso no sólo para contar con servicios más avanzados sino también, y quizás más importante, para que la red 3G comience a recuperar la capacidad perdida, para el bien de los usuarios de 3G y también de 4G, que seguirán cursando sus llamadas y SMS por la “vieja” red.

Hasta la vista, baby

Con la edición de hoy, Comentarios llega a su fin en este 2014. Las semanas próximas, prolíficas en feriados y asuetos, no son propicias para leer lo que aquí se publica sino para festejar y descansar.
El 2014 resultó ser un año intenso. El anuncio de la licitación de 4G. Los rumores de venta de Nextel que aunque muchos dieron por hecha terminó sin concretarse. Los problemas al giro de divisas que no sólo impactaron negativamente en la producción local de celulares (que caerán este año aproximadamente un 20%) sino que también están generando tensiones en Tierra del Fuego. La expansión de los smartphones que superaron el 80% de los celulares vendidos. La creciente popularidad de servicios OTT con los desafíos que esto conlleva para operadores, proveedores de servicios tradicionales y hasta para las autoridades fiscales. La masificación y diversificación de las redes sociales. Y, como frutilla del postre del año, la ley Argentina Digital.
El 2015 se presenta ambiguo. Seguirá la creciente demanda por más tecnología y nuevos servicios. Habrá que ver cómo las limitaciones en la disponibilidad de divisas, que todo indica se mantendrán, impactarán en la satisfacción de esta demanda. Por el lado de la infraestructura, sin dudas que la vedette será el 4G que promete desarrollarse a buen ritmo, aunque también tanto el regulador (espectro y marco) como los gobiernos locales (antenas) e inclusive el Banco Central (dólares) deberán colaborar para que sea con fluidez.
Este impasse entre el 2014 y el 2015 servirá para que recarguemos las baterías para afrontar el nuevo año. Pero no hay despedida sin agradecer a los lectores que nos leen en silencio y a aquellos que nos enriquecen con su feed back tanto en el blog, como por mail o, cada vez más, por redes sociales. A todos les deseamos unas muy felices fiestas y que el 2015 sea un año para recordar, por lo positivo. Volveremos el viernes 6 de febrero. Mientras tanto, a portarse mal, pero sin (demasiados) excesos.

Linkeando

  • Jugando con las tarifas: Esto es lo que permite interpretar un llamado a licitación realizado por la CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones) para un servicio de consultoría que apunte a desarrollar un esquema de costos en relación a los servicios de telefonía fija, móvil y acceso a Internet. Si esto servirá como tarifa testigo o como tarifa a fijar, es algo que por ahora será imposible saber. [Perfil]
  • Nubarrones para celcos: Las valuaciones de mercado de los 4 principales operadores móviles de los EE.UU. están cayendo aceleradamente, con una pérdida de US$ 45 mil millones desde mediados de noviembre. Al parecer, los inversores observan que los costos de los servicios móviles están creciendo mucho mientras que cada vez tienen menos margen. [WSJ – requiere suscripción]
  • Resistencia: A pesar de que las autoridades suecas tomaron los servidores de The Pirate Bay, el mayor sitio de búsqueda y rastreo de torrents, la medida tuvo efecto casi nulo. A los pocos días, su contenido resucito en otros dominios. Una clara demostración que la estrategia de “desconectar” es inútil en Internet. [The Register]

Tuits selectos

Juegos de guerra

La tecnología hace que la guerra se parezca cada vez más a un videojuego. De hecho, este cañón láser recientemente instalado en un buque de guerra de los EE.UU. se maneja como un videojuego, no sólo por el uso de pantallas para identificar y apuntar al objetivo, sino porque su control es muy similar al de una Xbox o PS4. Pero en este caso no es ningún juego.

Buscando el perfil

Con unos 18 millones de smartphones (más algunos millones de socialphones) en el mercado argentino, la masificación de celulares con capacidad para acceder a Internet móvil que se dio en los últimos tiempos cambió claramente la forma de usarlos. Pero no todos lo hacen de la misma manera. El número es lo suficientemente importante como para identificar segmentos de usuarios en función del tipo de apps utilizadas habitualmente. Esto surge del informe “Usuario de datos móviles 2014”, realizado por Carrier y Asociados.
Los segmentos identificados son los siguientes:

  • Sociales: Centran su uso del celular en la socialización, el contacto y la simultaneidad. Están “conectados” permanentemente con gente cercana. Son usuarios intensivos de Whatsapp, mensajero convertido en una verdadera red social donde además de enviar mensajes comparten fotos, audio y video, tanto con otros individuos como en grupos. Generan contenido y marcan presencia. Éstos pueden dividirse generacionalmente en:
    • Nativos sociales: Utilizan múltiples apps de socialización (Whatsapp, Facebook, Instagram, Snapchat, Tinder, etc.) a las que le suman el consumo de medios (música, videos).
    • Inmigrantes sociales: Son conservadores, focalizándose en servicios tradicionales como voz, SMS y mail aunque sumándole Whatsapp. La utilización de otras apps es claramente acotada.
  • Visuales: Hacen un uso social intensivo de sus celulares, pero combinándolo con una fuerte atracción por la estética, siendo habitual que se expresen a través de imágenes. Utilizan múltiples redes sociales. Consumen fotos y videos en su comunicación y también las generan, siendo habitual que las editen en el mismo dispositivo. Adicionalmente son consumidores de música, mayormente descargada, pero también vía streaming, a través de listas en YouTube o, en menor medida, servicios como Spotify.
  • Prácticos: Hacen un uso más racional, percibiendo al celular como una herramienta versátil que los ayuda a resolver cuestiones diarias. Por lo tanto, valoran las apps que facilitan y optimizan su vida cotidiana. Son usuarios de herramientas de productividad. Privilegian la comunicación por sobre la socialización. Es habitual que utilicen tiempos muertos para acceder a medios y otras fuentes de información.

Por supuesto, las mencionadas son categorías que no implican la existencia de compartimentos estancos ni perfiles claramente acotados. Hay muchas características del uso y consumo tanto del equipo como del servicio que generan patrones de uso transversales a todos los segmentos. No obstante, esta segmentación se convierte en un buen punto de partida para desarrollar distintas propuestas.

En búsqueda del espectro perdido

Ya van dos semanas largas desde que el Estado comenzó a asignar las frecuencias para telecomunicaciones móviles subastadas el 31 de octubre pasado. Sin embargo, la Secretaría de Comunicaciones aún no realizó ninguna aclaración respecto de dos temas: por qué no asignó las frecuencias en 700 MHz a Claro, Personal y Movistar, y por qué no asignó absolutamente nada a Airlink, quien apuntaba a convertirse en el 4° operador.
Por lo pronto, y habiéndose cumplido el plazo establecido de 10 días desde la otorgación del espectro, esta semana se realizó el pago de US$ 281,5 millones por las frecuencias para 3G y el de 4G en AWS. Siendo que algunos sostienen que el retaceo del espectro se debe a que los operadores plantearon pagar mitad en dólares y mitad en pesos, hay dos formas de verlo. Para los cercanos a la posición oficial, se está cumpliendo con lo establecido en el pliego y el pago se está realizando en dólares que ingresan como divisas al país del exterior. Para los que son más críticos, los operadores están recibiendo la mitad del espectro por la mitad que propusieron pagar en dólares. Para lo que se interpretó como pagadero en pesos, no hay espectro.
Al parecer, difícilmente esta situación irregular (ganar una subasta y recibir la mitad de lo subastado) sea aclarada. Pero entonces sí se puede especular respecto de cómo impactará de aquí a futuro, partiendo de la hipótesis de que las frecuencias en 700 MHz no se asignarán en el corto plazo.
Es importante tener presente que la banda de 700 MHz, como toda banda baja, tiene la característica de ofrecer una mayor cobertura geográfica pero con una menor capacidad que la de AWS (la cual es la que sí fue asignada). Esto la hace ideal para zonas de baja densidad de población, permitiendo cubrir una misma área geográfica con menor cantidad de antenas. Así, la no disponibilidad de los 700 MHz impacta doblemente. Por un lado, cada etapa del despliegue de la red incluye, además de localidades en función de la población, una serie de “corredores” o rutas que deben estar cubiertas. Así, la etapa 1 que se cumple luego de los primeros 18 meses, no sólo abarca a las capitales de provincia y las ciudades más importantes sino también las rutas que interconectan a algunas de éstas, como Buenos Aires-Rosario, Buenos Aires-Mendoza, Rosario-Córdoba entre otras. Usar la frecuencia de 700 MHz permite cumplir con las metas de cobertura con menos dinero y menos tiempo de despliegue. En el caso de las ciudades, se aplica lo mismo ya que si bien esta banda no soporta tanta densidad de usuarios, lo cierto es que en una etapa inicial serán muy pocos aquellos que cuenten con equipos aptos. De esta forma, la menor capacidad de la banda de 700 MHz en comparación con la de AWS no es un problema inicialmente, mientras que sí tiene la ventaja de permitir alcanzar la cobertura con menos radio bases.
Queda claro entonces que con esta decisión de la Secom se están afectando claramente las condiciones del pliego. No sólo porque no se ha asignado lo prometido, sino porque los plazos establecidos para el despliegue fueron calculados en base a la disponibilidad de una banda que ahora no se está otorgando. Por lo tanto, de seguir mantenerse esta situación, correspondería una revisión de los plazos del despliegue. Claro que, nuevamente, se estarían alterando unilateralmente las condiciones de la licitación. Una situación que podría desatar demandas.
Por otra parte, resulta llamativo que aún no se haya asignado el espectro correspondiente a Airlink y que darían lugar al tan buscado 4° operador. Desde Airlink no se manifestaron aun públicamente al respecto ¿Estarán preocupados? Por otra parte, desde el punto de vista recaudatorio, la no asignación del espectro a Airlink no es un detalle menor. El Estado estaría dejando de recaudar US$ 614 millones. Entre esto y los US$ 721 millones correspondientes a la banda de 700 MHz no asignada, la recaudación por espectro está US$ 1.335 millones por debajo de los US$ 2.233 millones anunciados. Un 60% menos. En el Banco Central, que ya contaba los dólares, no deben estar muy contentos.

Elección de modelo

Con la media sanción que obtuvo el proyecto de ley Argentina Digital, la semana que viene será clave para saber si se convierte en ley antes de fin año. Mucho se habló de aspectos que hacen a los derechos individuales así como a la discrecionalidad en manos de la autoridad de aplicación. Pero poco es lo que se ha debatido sobre las implicancias para el desarrollo de la infraestructura, más allá del ingreso de las empresas de telecomunicaciones (de todo tamaño) al negocio audiovisual.
Simplificando, se puede decir que en materia de telecomunicaciones hay dos líneas de pensamiento. Están aquellos que sostienen que los grandes operadores deben abrir sus redes a operadores más chicos y/o entrantes al negocio. Y están los que opinan que para dar servicio cada operador debe ser el dueño de su red, propiciando la competencia de infraestructuras.
En el primer caso, si bien puede haber beneficios de corto plazo, no son tan evidentes en el largo. Un operador con red (telco o cablera) no se ve muy incentivado a invertir en mejorar la capacidad de la misma si debe ponerla a disposición de su competencia. Es cierto que se puede argumentar que el primero puede obtener una retribución (que incluya costos operativos, amortización de la inversión y una tasa de ganancia) que haga que le sea indiferente finalmente si esa red es para uso propio o de terceros. Pero si esta retribución contempla todos los costos asociados (y la ganancia es considerada en economía como un costo ya que es la retribución al empresario), para el operador que se quiere montar sobre infraestructura ajena el costo pasa a ser similar al de desplegar su propia red, aunque sin poder direccionar la inversión. Ahora, si la retribución para el dueño de la red no compensa los costos, el resultado serán redes estancadas tecnológicamente.
Quienes piensan que el modelo debe basarse en la competencia de infraestructuras sostienen que esta es la forma en que los operadores se vean motivados a invertir en éstas como una forma de diferenciarse competitivamente y poder lanzar nuevos productos. En Argentina esto se da en los grandes centros urbanos y otros no tan grandes, donde mínimamente compiten las infraestructuras de las telefónicas (en algunos casos incluyendo a PyME y cooperativas) con aquellas de los proveedores de TV por cable, pudiendo sumarse alternativas inalámbricas (como es el caso de DirecTV en Mendoza, compitiendo con Telefónica y Supercanal). Tampoco hay que descartar el impacto que tendrá una infraestructura alternativa como lo serán las redes 4G cuando estén plenamente operativas. En las localidades más chicas, los gobiernos a nivel provincial y municipal pueden incentivar el despliegue de nuevas redes a través de exenciones impositivas y otros beneficios, lo que les otorga herramientas para desarrollar sus propias políticas en la materia. Está claro que la competencia de infraestructuras puede no ser tan efectiva en el corto plazo (mientras éstas se van desarrollando), pero sí puede serlo en el largo si es acompañado por políticas adecuadas. Por supuesto, este modelo requiere de un acompañamiento regulatorio que genere un marco de competencia en un escenario de concentración oligopólica. Una tarea que no por compleja deba desestimarse.
En el caso de Argentina Digital, se propicia el primer modelo. Sería bueno que los diputados que deben tratar este proyecto consideren si les interesa el corto o el largo plazo.

Linkeando

  • Pisando el acelerador: Temiendo perder impulso, la Comisión Europea quiere avanzar rápidamente hacia un mercado único de telecomunicaciones. Temas que afectan al negocio como permitir la consolidación transfronteras o claridad y certeza a los inversores son vistos como fundamentales para potenciar la competitividad de Europa. [Mobile World]
  • Camino con baches: Es el que está atravesando Uber, la app y servicio colaborativo que pretende cambiar definitivamente la forma de viajar en taxi. Pero cada vez encuentra más dificultades. Esta semana, fue particularmente compleja, con malas noticias provenientes de España, EE.UU. e India. [El Mundo] [NY Times] [ABC]

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