Archivojunio 2008

Internet es banda ancha

Es claro que el acceso a Internet es junto con la telefonía móvil, una de las vedettes del negocio de las telecomunicaciones. Así lo demuestra el aumento de la penetración del servicio, que hoy llega a unos 2,7 millones de hogares, habiendo crecido un 23% en los últimos 12 meses. Esto surge del informe “Telecomunicaciones residenciales 2008”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados.

 

Este avance estuvo impulsado principalmente por los segmentos socioeconómicos medio bajos y bajos (D1/D2), donde la penetración del servicio pasó de un 8% a un 28% en el último año (tomando como base los hogares con teléfono). También hubo avances en el Interior, por lo que la brecha con el AMBA se redujo de 16 a 9 puntos en igual período.

 

Pero a los cambios cuantitativos se suman los cualitativos. La banda ancha ya es sinónimo de Internet, con un 94% de los hogares con acceso a la red lo hace a través de una conexión de este tipo, confirmando la tendencia creciente de los últimos años. El dial up prácticamente desapareció, descendiendo del 30% de los hogares un año atrás al 3% en la actualidad. Por su parte, la ADSL fue la tecnología que mejor capitalizó el avance de la banda ancha, pasando en un año del 40 al 62% de las conexiones, mucho más que el cablemódem que apenas subió de un 28% a un 31%.

 

 

En cuanto al gasto, la desaparición del dial up, el fin de muchas promociones de ingreso, combinado con algunos ajustes en los precios hizo que el gasto promedio en el servicio pasara de $ 58 a $ 68 (un 17% más). Resulta interesante observar el efecto de la competencia, particularmente en el caso de la zona de influencia de Telecom (donde Fibertel tiene gran parte de su red), donde el gasto promedio ($ 62) es un 16% más bajo que en la zona de Telefónica ($ 74). Así, se demuestra que para incentivar el desarrollo del servicio, manteniendo precios razonables, lo mejor es la competencia.

Un año de 3G

 

El mes pasado se cumplió un año desde el lanzamiento del servicio de 3° generación de telefonía celular en Argentina y, como todo cumpleaños, es un buen momento para ver qué pasó, que no pasó y qué puede pasar.

 

No es muy sencillo determinar el número de líneas operando con equipos 3G (lo cual no equivale a que estén utilizando las capacidades propias de esta tecnología), pero según diversas fuentes puede estimarse en alrededor de unas 120 mil líneas. En términos relativos es casi insignificante, ya que sólo representan el 0,3% del total de líneas en servicio en el país. ¿Se puede hablar de resultados decepcionantes? Sí y no.

 

Sí si se considera la expectativa generada por los propios operadores, a veces más por un tema de posicionamiento que por el empuje al producto en sí. En esto Claro se diferencia de sus competidores, ya que la empresa busca ocupar un espacio también como ISP con sus módems USB para conectar a PC, incluyendo a las de escritorio, terreno en el que por sus vínculos con sus parientes de fija, Movistar y Personal no avanzan agresivamente.

 

No es decepcionante si se recuerda que al momento del lanzamiento de 3G, Personal fue muy cauteloso, aclarando que las inversiones en expansión de la red avanzarían al ritmo de la demanda. Y Movistar si bien no fue tan explícito, en los hechos tuvo un comportamiento similar.

 

Lo cierto es que más allá del accionar de cada operador en particular, el desarrollo de 3G depende de todo un ecosistema que evidentemente no se obtiene de un día para el otro. Obviamente, el punto de partida es la red. Y en el caso de servicios móviles, la cobertura es clave, ya que nadie quiere un servicio que ande sólo en algunos puntos de una ciudad o de un país. Otro aspecto son las tarifas de los servicios de datos, las cuales tienen dos contras: en muchos casos son caras y, al cobrarse por tráfico, no son transparentes para el usuario. A esto hay que sumarle el costo de los equipos, que todavía se encuentran en valores de gama media para arriba, aunque se sabe que esto es sólo cuestión de tiempo. El último eslabón de la cadena son los contenidos. Aquí, si bien habrá espacio para lo que algunos desarrolladores puedan ofrecer, la experiencia de Internet indica que en la medida en que los usuarios llegan, los contenidos se generan.

 

Lo que resta del 2008 y todo el 2009 serán clave para que el ecosistema, aún incipiente, se desarrolle. Entonces ya podremos hablar de un mercado de 3G que muestre una penetración de un dígito sólido respecto del parque total de líneas celulares y no de la fracción actual.

Jubilando a Gates

A partir de la semana próxima, Bill Gates, a esta altura un verdadero prócer de la era digital, abandonará su actividades al frente del día a día de Microsoft para dedicarse a otros temas (aunque seguirá siendo chairman de la compañía). Es el momento de repasar la trayectoria, con grandes aciertos y también algunos fracasos, de una persona que despertó odios y amores, pero que nunca resultó indiferente.

 

Un error bastante habitual entre quienes no siguen de cerca el mundo tecnológico es creer que Bill Gates es un genio de la tecnología. Quizás fomenta esta idea no sólo el éxito de su empresa sino su aspecto de adolescente nerd, con sus anteojos y sus aires de “no me importa mucho mi look”, y eso que éste mejoró bastante durante los 90 [N de la R: tenemos una foto con Gates en la cual posa con su corbata dentro del pantalón…]. Pero el verdadero genio de Gates no está en la tecnología en sí (aunque ciertamente no es un negado) sino en su capacidad para hacer negocios en el por entonces nuevo escenario.

 

Gates fue el primero que comprendió que las reglas de los negocios en el mundo digital eran otras y basó su éxito en algunos conceptos no tan habituales: entender que el negocio del software era distinto que el del hardware (algo que hoy puede parecer evidente pero que en los comienzos de Microsoft no lo era), apostar a desarrollar una plataforma tecnológica que otros se ocuparían de hacer relevante y ser conciente del poder de los efectos de la economía de red. Tres conceptos íntimamente ligados entre sí.

 

Cuando MS comenzó, si bien el software como negocio ya existía, estaba íntimamente ligado a una determinada plataforma de hardware y eran los fabricantes de este último los que marcaban el ritmo. Con el lanzamiento de DOS primero y Windows después, Microsoft invirtió los términos de la relación, permitiendo que múltiples fabricantes desarrollaran hardware que funcionara con el software de la empresa de Gates. Así surgió la revolución y masificación de las PC, dando lugar a que sus sistemas operativos se conviertan en una plataforma tecnológica que proporcionaba servicios y herramientas que otros podía usar para montar sus propios productos. Hoy vemos como el catálogo de aplicaciones es infinitamente más amplio para Windows que para cualquier otra plataforma de software, inclusive si se las combina a todas.

 

Por lo tanto, la plataforma es la base para capitalizar los efectos de red que permiten que el valor de un producto crezca en la medida en que más gente lo usa. Así, los fabricantes preinstalan Windows porque es la plataforma que más aplicaciones tiene, los usuarios piden Windows porque sobre éste corre Office, que es la herramienta que ya manejan y para la cual hay más opciones de capacitación y soporte. Un proceso que en la medida en que se da, más fuerte se hace.

 

Microsoft nunca se destacó por ser la empresa que mejores productos tiene. Apple desarrolló un entorno gráfico similar a Windows, pero varios años antes. Sin embargo Apple, que lideró originalmente el movimiento de las computadoras personales, apuntó a hacer por sí sola y bajo un modelo propietario, el mejor producto, con lo que sólo pudo alcanzar lo que sus brazos le permitieron (de hecho, mayormente tuvo participaciones de mercado por debajo del 10%). Al mismo tiempo, Microsoft, con productos de menor calidad (hecho que se debe en parte a tener que funcionar con hardware y software de múltiples proveedores), desarrolló la plataforma sobre la cual miles de desarrolladores crearon sus aplicaciones y productos. Los resultados son más que evidentes. Hay muchos otros ejemplos de productos técnicamente superiores (el OS/2 de IBM, WordPerfect, Lotus 1-2-3, Netscape, etc.), pero todos sucumbieron ante la más sólida estrategia de Bill Gates. Esto le permitió repeler desafíos y vencer rivales, aún cuando MS llegaba tarde a un mercado (como pasó con el de los navegadores de Internet).

 

El retiro de Gates del día a día de Microsoft se produce en un momento crucial para la empresa. Hoy la acción en el mundo tecnológico no pasa tanto por la PC como por Internet, y este cambio del punto alrededor del cual giran las cosas altera las reglas del negocio que Microsoft manejó a su provecho como ninguno. Y si bien la empresa seguirá contando con las vacas lecheras que son Windows y Office, estas son cada vez más parte del pasado y menos del futuro.

 

Con la madurez de su mercado Microsoft se transformó también en una empresa enorme, con la burocracia inherente a toda organización de sus dimensiones. Y viene trastabillando en sus planes para adaptarse al mundo de Internet (su buscador no levanta vuelo, fracasó su intento por Yahoo), por lo que los jóvenes talentos se sienten más atraídos por el glamour de empresas como Google. Sin dudas, Gates se retira a tiempo y seguramente no faltará en el futuro quien interprete que Microsoft comenzó su decadencia con la partida de su fundador, pero está claro que no es así.

 

En lo personal, y mirando esta nueva etapa en la vida de Gates, sin dudas hay que reconocer y aplaudir que, con toda su millonada a cuestas, hizo lo que muchos otros no hicieron: dedicar gran parte de su fortuna a ayudar al mundo luchando contra sus miserias. ¿Será al final que no era tan malo, sino un implacable hombre de negocios que resultó ser un buen tipo? El futuro dirá.

La lucha por el móvil

 

Ya que mencionamos el poder de las plataformas tecnológicas, una sorda guerra se está desatando en el ámbito de las comunicaciones móviles. Especialmente luego de que durante la semana se conociera que Nokia compró la participación que aún no tenía en Symbian a otros fabricantes (como Sony Ericsson, Samsung) por US$ 410 millones. Si bien con esta compra Nokia dejará de pagar por licencias de este sistema operativo para celulares (que le costó US$ 250 millones el año pasado), lo que impulsa la movida es la creciente competencia por dominar el software de los equipos móviles en los próximos años. Se trata de una batalla de la cual participan varios actores, como Android de Google, Windows Mobile, Apple, Blackberry y variantes de Linux.

 

Esta diversidad de plataformas atenta contra el desarrollo de la industria móvil, ya que operadores, fabricantes de terminales y generadores de contenidos deben atender a una plataforma muy fragmentada, lo que multiplica los costos y reduce la capacidad de desarrollo. Lo inverso a lo que sucedió en el mundo de las PC con la estandarización de facto alrededor de Windows. Una estandarización en una plataforma permitiría, además, mejoras en las interfaces, las cuales serían más consistentes que en la actualidad, facilitando la vida de los usuarios.

 

Por supuesto, esto conlleva el riesgo de que haya abusos de posición dominante en el mundo de los celulares. Por este motivo, con la compra, Nokia anunció la creación de la Fundación Symbian que hará que el sistema operativo esté disponible bajo un modelo de licenciamiento de fuente abierta. La Fundación será liderada por El Concejo de los Diez, del que formarán parte Nokia, LG, Motorola, Samsung, Sony Ericsson, AT&T, DoCoMo, Vodafone, STMicroelectronics y Texas Instruments.

 

Se trata de un camino (el del open source) ya explorado por Google con su Android, aunque cuenta con la ventaja de tener a varios pesos pesados detrás. Tantos nombres deberían lograr una necesaria unidad alrededor de una plataforma común. El tiempo dirá si se trató de una movida exitosa o si simplemente se creó una organización burocrática o, peor aún, dependiente de Nokia.

I’ll be back

Quienes ya tienen un tiempo en esta industria, recuerdan el estrepitoso fracaso de AOL en Argentina (y otros países de la región, para ser justos), basado en querer exportar el modelo que les había resultado exitoso en los EE.UU. al resto de Latinoamérica sin adaptarlo a las realidades de mercados distintos. Así le fue.

 

Ahora, y parafraseando a Terminator, AOL vuelve a apuntar sus cañones a la región. Claro que ni AOL ni la región son los mismos. AOL tuvo a partir del 2000 un camino descendente, con su negocio como ISP desgastándose al ritmo en que creció la banda ancha. Y la conectividad en la región es mucho mejor que entonces.

 

Esta semana, AOL anunció un sitio gratuito (anteriormente fueron el paradigma del walled garden) desde donde se podrá acceder a servicios como el e-mail, mensajería instantánea así como una amplia variedad de contenidos. Inicialmente, el sitio estará disponible para Argentina, Chile, Colombia y Venezuela.

 

Este regreso se suma al que recientemente hizo Starmedia. El problema con ambos es que insisten con un modelo, el del portal, que está en franca retirada. A fin de cuentas, el modelo de portal que agrega y ordena la información, es más propio de una era de Internet en el que la información era finita y se ordenaba bajo el modelo del bibliotecario. Hoy, con las toneladas de contenidos en la Web, el modelo Google resulta más efectivo. Pero bueno, el mercado dirá. Al menos esta vez no habrá inundación de CD…

Marketing tecno

El marketing tecnológico es brillante. No sólo porque logra vender productos que aún no existen, sino porque también es muy creativo a la hora de rebautizar productos preexistentes para darles un toque de modernidad. En esta línea, los data centers se llaman ahora cloud computing centers. Los méritos en este caso son para IBM. A aprenderse el cambio para no quedar démodé.

Insufribles

Este es el único calificativo para los sitios en la Web (y son muchos) que bajo el vínculo “Contáctenos” sólo ofrecen un formulario y ningún dato físico (principalmente teléfono) del responsable del sitio. Evidentemente, hay gente con fobia a los potenciales clientes.

Pispeando el triple play

En momentos en que se habla de modificaciones dentro del panorama regulatorio de las telecomunicaciones y la radiodifusión en Argentina, se escuchan opiniones diversas de los actores involucrados, pero siempre dentro del ámbito de la oferta. Sin embargo, la demanda, o sea el consumidor, también tiene su visión, quizás menos técnica o preocupada por temas regulatorios o microeconómicos. Algo normal, ya que al consumidor lo que le interesa es lo que le ofrecen y poco más.
Alrededor de la mitad de los hogares con teléfono opinan que contar con un proveedor que ofrezca simultáneamente todos los servicios de telecomunicaciones (telefonía, Internet y TV) es ventajoso. Y para esto se basan en la simplicidad de interactuar con un único proveedor y tener una única factura así como lograr un mejor precio final al contratar todo junto en lugar de hacerlo por separado. Esto surge del informe “Telecomunicaciones residenciales 2008”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados.
A la hora de identificar qué tipo de proveedor les resultaría más confiable para contratar servicios unificados, a prácticamente la mitad este aspecto le resulta indiferente. En segundo lugar se ubican las empresas de telefonía, con un 32% de las respuestas y en tercer lugar, aunque bastante más lejos, aparecen los operadores de cable, con un 8%.
Proveedor Triple Play
Actualmente, la cantidad de hogares que consumen los tres servicios que conforman el triple play (telefonía, Internet y TV) es de aproximadamente 2 millones. Pero para estimar el potencial de mercado para una oferta triple, también hay que considerar a los que sólo consumen dos de estos servicios (telefonía e Internet o telefonía y TV), ya que serían candidatos a sumar un tercero ante una oferta económicamente interesante. De esta forma, el mercado potencial inicial de una oferta triple estaría arañando los 5 millones de hogares. Una cifra que permite entender la lucha de intereses detrás de este tema.

Pum para abajo

Caída en celularesEsta semana, un artículo publicado por el diario La Nación puso sobre el tapete el tema de la caída en la venta de terminales celulares en el mercado argentino. El tema es interesante, ya que no responde únicamente a la saturación del mercado sino también a otros factores que resulta interesante destacar.
El mercado de terminales tuvo su punto más alto en el 2006, año en el que las importaciones alcanzaron los 12,7 millones de unidades. En el 2007 se registró una caída del 12% que llevó a que el número se ubicara en 11,2 millones. Este año, si bien las importaciones hasta el mes de mayo muestran volúmenes similares a los del 2007, se espera una nueva caída, que podría llevar el número final a valores más cercanos a los 10 millones. Varios son los factores detrás de esta tendencia.
Es cierto que la saturación del mercado de líneas pone un freno a la importación de terminales, ya que éstos ingresan ahora mayormente para reemplazar equipos existentes más que para acompañar nuevas líneas, como venía sucediendo en años anteriores. No obstante, la base instalada asegura un piso de renovación, el cual puede estimarse en un tercio de las líneas en uso (no las en servicio). De esta forma, este piso se ubica entre 10 y 11 millones de equipos anualmente.
¿Por qué decimos que a pesar de que a mayo las importaciones acumuladas del año son similares a las del 2007 se registrará igualmente una baja durante el 2008? Porque desde fines del año pasado y durante el primer semestre de este año, hubo importaciones extraordinarias, destinadas al recambio inducido de los terminales que todavía funcionaban con tecnologías no GSM (CDMA, TDMA y AMPS), y que a septiembre del 2007 representaban unas 4 millones de líneas entre todos los operadores. O sea, hubo una demanda extraordinaria que no forma parte ni del crecimiento ni de la renovación natural.
Por otra parte, es imposible abstraerse de la situación macroeconómica, que presenta un cóctel de inflación, escasez energética, caída de exportaciones e ingreso de divisas, encarecimiento del crédito y desaceleración del crecimiento que difícilmente sean inocuos.
Hay, no obstante, algunos factores que podrían incidir para frenar esta caída. Uno sería un mayor énfasis de los operadores en el desarrollo de las redes 3G y sus servicios asociados, de forma tal de incentivar a los usuarios a renovar sus equipos para aprovechar las novedades. Aunque el tema por ahora viene en un allegro ma non troppo o en un moderato cantabile. El otro, y es el que apuestan los proveedores de equipos, es que el celular es para muchos una forma de darse una satisfacción (algo no menor en tiempos de dificultades), y como su precio es más bajo que el de otros bienes que podrían cumplir este objetivo, las ventas se mantendrán igual. Finalmente, el abaratamiento del dólar, tanto en términos absolutos (a 3,06 desde casi 3,20) como relativos (por efecto de la inflación), hacen que el costo de un equipo frente al de otros bienes sea cada vez más bajo.
Se trata entonces de una pulseada, con elementos que empujan para uno u otro lado. A nuestro criterio, terminarán imponiéndose las variables que propician para este año una nueva caída, cuya magnitud aún es incierta.

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