Archivoseptiembre 2008

Las lagunas y los vivos

Las lagunas y los vivosLas lagunas en las leyes de regulación sobre el tráfico de la web siguen causando problemas en el país. El último caso trascendente es la demanda que iniciaron cientos “famosos argentinos” a Google y Yahoo por aparecer sus nombres vinculados a sitios porno en las búsquedas que ofrecen los buscadores.
Desde Google salieron a defenderse públicamente remarcando que este tipo de acciones  están generando una “industria del juicio” en su contra, al tiempo que señalaron que es imposible cumplir con lo que les piden ya que, en efecto, no son ellos quienes suben el material a la web. En su defensa remarcaron que si bien les preocupa el problema de la privacidad, su regla principal es la libertad de expresión (por supuesto, no aclararon porque su alto respeto por los derechos individuales es tan flexible en China).
¿Servirá este caso para sentar bases para una (necesaria) legislación más acorde a la realidad? Se sabe que la imaginación argentina para aprovecharse de la ley (o la carencia de ella) no conoce límites. Mejor empezar rápido. 

Recuerdos de una semana agitada

Como es habitual todos los años, se llevó a cabo una nueva edición de Expocomm, el evento que convoca a la industria de las telecomunicaciones local vía expo y congreso. Y como suele suceder, quedó bastante tela para cortar. Por supuesto, lo jugoso suele estar en el congreso, ya que siempre hay definiciones y declaraciones que tienen bastante de política sectorial, a lo que se suman los discursos inaugurales donde asisten y hablan no sólo ejecutivos de la industria sino también funcionarios del área.
Dentro de los reclamos políticos, no faltó el llamamiento a diseñar un marco jurídico adecuado a los tiempos tecnológicos que corren, realizado por el presidente de CICOMRA. En otras palabras, convergencia (tecnológica y de industrias), y más específicamente la posibilidad legal de ofrecer servicios como triple y cuádruple play, en clara referencia al servicio de TV, ya que los otros (telefonía, Internet y celular) son ofrecidos por los operadores de telecomunicaciones. Más específicamente, hubo reclamos por una “necesaria nueva Ley de Telecomunicaciones y una nueva Ley de Radiodifusión que sean parte de este marco”. Aquí vale observar que la industria telco es menos agresiva en relación a sus reclamos que la de TV por cable, que en cuanta oportunidad se presenta apuntan directamente a las empresas de telecomunicaciones y recuerdan que la ley les impide dar servicios de TV. En definitiva, diferencias de estilo cuya efectividad se verá en los próximos ¿meses?
Por otra parte, causó sensación la presencia del Secretario de Comunicaciones y su subida al estrado para decir unas palabras en el acto inaugural. Es que el funcionario, paradójicamente poco proclive a comunicar, arrancó su breve discurso con una franqueza inusual en estos casos: “No tengo más remedio que decir unas palabras porque así fue anunciado”. Las sorpresas no terminaron aquí, sino que siguieron cuando afirmó que el desafío de todos era llevar las TIC a todo el país para que el desarrollo sea parejo. Curioso que nadie le haya dicho que uno de los objetivos de su gestión, y para lo cual cuenta con las herramientas regulatorias, es lograr que estas diferencias geográficas desaparezcan o, al menos, sean menores que en la actualidad. Aquí entran el Servicio Universal, los precios de interconexión, la asignación de espectro, entre otras tantas posibilidades.
Pero el Secretario tiene razón cuando observa estas diferencias. A modo de ejemplo, el costo por Kb de banda ancha en los grandes centros urbanos es de $ 0,09, mientras que en algunas localidades del interior del país, este llega a $ 0,38, es decir, 4 veces más. Estas diferencias se basan tanto en las economías de escala que surgen de la densidad poblacional como de los costos de conexión a la red para cada ISP.
Si luego de dos años y medio al frente de la Secom su titular recién empieza a darse cuenta de algunas cosas, los cambios que la industria necesita pueden demorarse en llegar.

¿Todo sube?

Esta semana se combinaron diversas noticias que permiten pensar que en breve el tema tarifas telefónicas podrá tener mayor presencia que la que venía registrando hasta el momento.
Primero fueron las eliminaciones de algunas bonificaciones en los servicios de telefonía fija que afectaron a los clientes de líneas control. Luego fue el aumento en los abonos de banda ancha (servicio desregulado). Básicamente, medidas para suplir el congelamiento de las tarifas telefónicas que están en los mismos valores desde antes de la gran crisis del 2002. Medidas que ciertamente no son simpáticas ni bienvenidas. Pero también es justo reconocer que mientras otros precios de la economía (salarios, bienes, servicios y tarifas) subieron para acomodarse, en mayor o menor medida, a una inflación no reconocida aunque real, los de la telefonía básica se mantienen inalterados. Y esto hace que, en términos relativos, la telefonía fija sea hoy mucho más barata que años atrás.
Y como todo, la paciencia de las empresas parece estar acotándose. En su paso por Expocomm, el presidente de Telefónica reclamó un ajuste de las tarifas telefónicas que permita “seguir desarrollando infraestructura”. No le faltó razón al ejecutivo en cuestión cuando analizó el motivo por la cual el Gobierno no descongela las tarifas del sector: “nosotros no tenemos subsidios. Si tuviéramos subsidios, los bajarían y nos permitirían aumentar”.
Por supuesto, esto no indica que el ajuste deseado por las telefónicas esté a la vuelta de la esquina, pero en la medida en que se mantengan los actuales niveles de inflación, no debería llamar la atención que los reclamos empiecen a reiterarse.
Quizás un camino a considerar sería el de permitir los aumentos pero introduciendo medidas que alienten la competencia, buscando que sea en definitiva ésta la que actúe como freno a las subas. La prueba está en que en los negocios cuyas tarifas están desreguladas, como telefonía móvil, banda ancha o larga distancia, los precios subieron en mucha menor medida que la inflación.

Invasión Androide

Luego de meses de expectativa, finalmente esta semana vio la luz el primer celular basado en el sistema operativo Android, desarrollado por Google, inicialmente para teléfonos celulares. Se trata de un equipo fabricado por HTC funcionado en la red de T-Mobile de los EE.UU.
La primera reacción de diversos medios fue la de comparar a este teléfono con el iPhone, pero no es este el enfoque adecuado. El iPhone es un equipo propietario desarrollado por Apple, tanto software como hardware, mientras que Android es apenas un sistema operativo, más comparable con Windows Mobile o Symbian. Lo que haya hecho HTC a nivel hardware no define ni acota lo que otros fabricantes puedan diseñar en base al nuevo sistema operativo de Google. En este sentido, se reedita el modelo de mediados de los 80, donde la Macintosh de Apple (hardware y sistema operativo) competía con el software de Microsoft instalado en hardware de distintos fabricantes. Más aún, la lucha era por transformarse en la plataforma dominante, para la cual las compañías de software desarrollarían sus productos. El resultado está hoy a la vista.
Si bien Android incluye varias aplicaciones, como la búsqueda de Google, Gmail, Google Maps y Youtube, la intención es crear un ambiente para que terceros desarrollen aplicaciones que corran sobre él. Para incentivar su adopción, Google pone a Android a disposición de fabricantes de equipos y operadores de redes en forma gratuita. El objetivo es que la mayor cantidad posible de celulares tengan un fácil acceso a los servicios de Google. En otras palabras, para Google Android no es un negocio en sí sino una forma de incentivar el uso de sus servicios, permitiéndole ganar dinero a través de la publicidad. Lo importante entonces es que se usen sus servicios más que su sistema operativo.
Así, el lanzamiento de Android puede ser un hito en la extensión del dominio de Google en la Internet basada en la PC hacia los teléfonos móviles, lo que implicará, además, que los operadores tengan aún menos control sobre lo que sus clientes hacen con sus teléfonos. Y sí, no todo podía ser color de rosa.

Telefónicas IP

Esta semana, con distintos anuncios, tanto Telefónica como Telecom lanzaron nuevos servicios que apuntan al segmento de empresas basados en telefonía IP, demostrando que una amenaza puede convertirse en una oportunidad si se sabe manejarla.
Telecom presentó su PABX 2.0, un nombre marketinero para un servicio basado en una central privada de la empresa canadiense Mitel que, funcionando sobre una conexión ADSL, permite conjugar extensiones fijas e inalámbricas, acceso a Internet y WiFi. Además, su software permite, a través de una interfaz Web, configurar un preatendedor, casillas de voz y otras funcionalidades típicas de centrales. En lo que hace datos, combina puertos Ethernet con WiFi, firewall y una interfaz ADSL 2+ (para velocidades de hasta 20 Mb). El público objetivo son pymes y profesionales que podrán concentrar sus necesidades de comunicación fija en una conexión de banda ancha y esta PABX.
Por su parte, Telefónica anunció SICE (Soluciones Integradas de Comunicaciones Empresariales), destinada a grandes empresas. Las mismas están basadas en tres módulos (Telefonía IP, Mensajería y Movilidad) y se puede combinar con los servicios provistos por su datacenter, tanto para telefonía como datos. Así, la plataforma permite gestionar, desde una línea telefónica o un celular, el calendario, correo y otras herramientas, utilizando el reconocimiento de voz.
Si bien ambos anuncios apuntan a segmentos distintos dentro del rubro empresas, tienen en común el hecho de tratar a la voz como dato, utilizando tecnología IP. Así, lo que hasta no hace mucho era visto como una tendencia que amenazaba la supervivencia de las compañías telefónicas tradicionales, se presenta hoy como una nueva oportunidad para dar servicios. Y de paso, ya que son servicios de valor agregado, se puede evitar la regulación típica de la telefonía tradicional, que de esta forma comienza su proceso de retirada, que será lento y largo, pero inexorable.

Mapeados

Entre los servicios que más expectativas despiertan en los últimos tiempos están aquellos que permiten la localización. Pero un paso previo para esto es la existencia de mapas, con información de puntos de interés y, lo mejor, con actualización constante para permitir saber qué pasa en determinado momento y lugar.
Imitando el estilo Google, Microsoft presentó un producto en estado Beta. Se trata de Live Maps, que cubre 59 ciudades del país y permite localizar direcciones y puntos específicos, así como el trazado de trayectos entre dos puntos. Esto está dentro de lo convencional. Lo novedoso es que los mapas digitales fueron desarrollados en base a fotos satelitales que se actualizan cada 15 y 30 minutos, lo que permite otros servicios casi en tiempo real, como el estado del tránsito. Por otra parte, Microsoft hizo un acuerdo con Páginas Amarillas, quien proveyó su base de datos comercial, permitiendo geoposicionar a unas 700.000 empresas, comercios y profesionales.
Si bien la propuesta es interesante, todavía se le nota mucho el estado Beta (se cuelga, tiene mensajes en portugués, no siempre encuentra una dirección). Pero más allá de la necesaria puesta a punto, este servicio tendrá más utilidad cuando pueda ser accedido desde teléfonos móviles. A fin de cuentas, se trata del dispositivo ideal para buscar una ruta y, sobre todo en el Buenos Aires actual, tener el estado del tráfico actualizado.

No me dejen solo

MySpace comenzó a ofrecer la posibilidad de escuchar música gratis desde su sitio, la cual será financiada con publicidad y cuenta con el aval de las discográficas. Si algún tema resulta atractivo, los usuarios podrán linkear directo a la tienda de música de Amazon. Con esta característica de MySpace sumada a que Android incluye una aplicación de music store de Amazon, se viene una competencia más seria para iTunes.

Dentro del 1%

Un estudio realizado por Technorati, el buscador de blogs, indica que hay 133 millones de blogs. Sin embargo, sólo 7,4 millones fueron actualizados en los últimos 6 meses y apenas un 1% lo hacen semanalmente. A pesar de no actualizar como quisiéramos, nuestro blog pertenece al exclusivo club del 1%.

Tendencia celular

La semana pasada tuvimos oportunidad de participar en Americas Com, un congreso regional de la industria móvil. Más allá de la llamativa ausencia de representantes de los operadores argentinos, fue interesante observar cuáles son los temas que acaparan la agenda de los involucrados con esta actividad, particularmente en Latinoamérica. Obviamente, el tema dominante fue 3G, tanto desde lo realizado y aprendido hasta el momento como lo que vendrá.
En líneas generales, da la sensación de que la industria móvil está en estos momentos apuntando a un modelo de provisión de la infraestructura de acceso, particularmente a Internet, pero sin ser necesariamente proveedor de contenidos. Se trata de un tema donde las opiniones están divididas. Tiempo atrás, ningún operador quería quedar fuera del juego de los contenidos, y así fue como cada uno desarrolló su propio portal móvil. Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes. Esto no debería llamar la atención, ya que en realidad no hay razones para que los usuarios consuman contenidos de manera distinta entre el celular e Internet. El modelo de portal móvil propio es la repetición de lo que oportunamente hicieran los distintos ISP (con AOL como caso emblemático), quienes inicialmente intentaron competir con la Internet abierta y de contenidos infinitos con su propios portales, con resultados similares a los encontrados ahora por los operadores celulares. En el mejor de los casos, se le presta atención a posibles alianzas con especialistas en contenidos.
Así, surge una tendencia por la cual los operadores se convierten en ISP, y no sólo móviles (permitiendo el acceso a Internet desde terminales o notebooks conectadas), sino también complementando, y a veces sustituyendo, a los accesos fijos. Este enfoque puede resultar una forma rápida de monetizar las redes 3G, pero claramente resulta un paso hacia lo que otrora era tan temido por la industria: convertirse en meras tuberías. Si bien esto no debería necesariamente ser así, lo que queda claro es que los operadores (tanto fijos como móviles) no deben pretender competir en el mismo terreno que los proveedores de contenidos, porque claramente llevan todas las de perder.
Lo que sí parece claro es que, más allá del desarrollo de nuevos servicios como es el caso de la Internet móvil, todo indica que las tasas de crecimiento de la industria en los últimos años difícilmente puedan mantenerse en el mediano plazo. Por eso, otros de los temas fue la disminución de los costos, particularmente los operativos. Donde hubo coincidencia entre los distintos operadores que ya lanzaron el iPhone (increíblemente, aún no lo hicieron en Brasil) es que con el uso de este equipo se dispara el tráfico en la red. Así, la popularización de equipos que permiten acceder a Internet genera una fuerte presión sobre las redes, particularmente en el backhaul, lo que tarde o temprano exigirá mayores inversiones. Y así como ya varios planean interconectar sus estaciones base con fibra óptica, también entran en el radar otro tipo de opciones, como tercerizar redes, compartirlas y, en un plazo más lejano, migrarlas a infraestructuras totalmente IP.
Un punto aparte para destacar es que el tema TV móvil brilló por su ausencia, en contraste con lo que sucedía algo más de un año atrás donde era “el” tema. Se trata de un negocio muy incierto, y claramente los operadores no están interesados en apuestas tan altas.
Como se puede observar, la industria se encuentra en un punto similar al paso de la adolescencia a la adultez, donde algunos sueños e ideales son conservados como gratos recuerdos, pero donde las necesidades concretas imponen otro tipo de prioridades.

¿Qué te puedo cobrar?

Un tema recurrente durante los dos días que duró el evento fue determinar cuál es la mejor manera de cobrar por los servicios de datos. En líneas generales, hay coincidencia en que si bien es la opción técnicamente más correcta, el cobro por tráfico es una alternativa muy oscura para el usuario. Y esto tiene la contra de que cuando el usuario duda de cuánto va a pagar por usar un servicio, prefiere obviarlo. La incertidumbre es peor que un costo alto. Por eso, la tendencia es a tener tarifas planas.
Uno de los temores de los operadores celulares en relación a la tarifa plana es que el uso excesivo de datos termine sobrecargando sus redes. De hecho, no faltan los usuarios con intenciones de usar su celular como un módem de datos, que pueda ser utilizado tanto en forma móvil como fija, sustituyendo en este último caso a los tradicionales abonos de banda ancha como son el ADSL o el cablemódem. Los usuarios no quieren limitarse a mandar mails y mensajes o navegar un poco, quieren hacer streaming de video y, porqué no, descargar archivos pesados (ej: películas). Y por más que hay avances en el desarrollo de 3G y banda ancha móvil, todavía la red no está en condiciones de traficar semejante cantidad de datos.
Por el momento, hay diversas formas de limitar este consumo excesivo (si hablamos de tarifas planas). Una es inhabilitar la capacidad del celular para que funcione como módem, con lo que la tarifa plana se reduce al uso que se haga desde el móvil. Otra es poner un límite de tráfico a partir del cual la velocidad se reduce considerablemente. Lo que pudo verse en Americas Com es que algunos operadores optaron por una solución simple, que es la de ofrecer tarifas planas pero con distintos anchos de banda, tomando el modelo de los ISP fijos. Esto tiene la ventaja de que se puede arrancar con abonos de bajo costo y baja capacidad, orientados a los usos básicos desde el móvil, como es el acceso al mail, los mensajeros instantáneos o la navegación a través de sitios móviles.
La ventaja de los abonos planos es que desaparece el temor de los operadores por la popularización de los equipos con conectividad WiFi, ya que entonces si esta última red se lleva parte del tráfico, se trata de una consecuencia bienvenida.

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