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Muchos cambios, pocos cambios

Se trata esta de una edición aniversario, ya que el próximo domingo 14 de junio se cumplen 18 años desde aquél primer Comentarios. Obviamente, muchas cosas han cambiado desde entonces. Google recién daba sus primeros pasos. Facebook y YouTube (entre tantos otros) no existían. Los celulares eran para hablar y punto. La banda ancha arrancaba con productos de 64 Kbps o, si se era un power user, de 128 Kbps, a un costo de alrededor de US$ 100 mensuales. Pero lamentablemente otras cosas no han cambiado sustancialmente, como un entorno macroeconómico recesivo, con una abrupta caída del PBI y crecimiento del desempleo y la pobreza, una fuerte devaluación de la moneda, entre otras. Un contexto similar al actual, aunque ahora se le agrega el factor sanitario en una situación inédita a nivel mundial en los últimos 100 años.

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Déjà vu:

La pandemia y el confinamiento llevaron al gobierno a buscar medidas diversas para tratar de mitigar sus efectos sobre la economía general, así como la de las personas. Naturalmente, los servicios TIC no quedaron al margen.

Todo arrancó con el DNU 311/20, del 24/03, que establecía que las prestadoras de servicios TIC (entre otros servicios) no podían disponer de la suspensión o corte de servicios en caso de mora o falta de pago hasta tres facturas con vencimientos desde el 1/3/20. Pero particularmente para las TIC obligaba a mantener un servicio reducido, algo que no es aplicable por su naturaleza a otros servicios como agua, electricidad o gas. La obligación se mantendrá por 180 días.

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Estado de excepción, medidas excepcionales

Entre la última edición de Comentarios (el 21 de febrero) y esta, todo cambió. El asunto del Coronavirus estalló globalmente, la pandemia se extiende y todavía no está claro cuándo se achatará la famosa curva de contagios. Esta situación está teniendo impactos diversos, más allá de los sanitarios, y las telecomunicaciones no escapan a este cambio de escenario.

Con el distanciamiento social convertido ahora en cuarentena generalizada, los hábitos de consumo de telecomunicaciones están mutando, lo que puede suponer un stress inusual sobre la capacidad de las redes. Porque así como el sistema de salud puede verse desbordado por una demanda totalmente atípica, lo mismo puede suceder con las redes. Y éstas son vitales para encarar una situación crítica como la actual.

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Cumpliendo 17

En el día de hoy, el 14 de junio, se cumplen 17 años desde la primera edición de Comentarios. Como todo aniversario, es un buen momento para mirar hacia atrás y también hacia adelante.

Los inicios de Comentarios fueron en tiempos difíciles. No sólo por la obviedad de lo que significaba la crisis del default en 2002, sino también porque el contraste era aún mayor para una industria tecnológica global que había crecido hasta hacer estallar la burbuja. El sector tecnológico local acusaba entonces un doble impacto causado por un factor interno y otro externo. Eran tiempos de necesidad de catarsis, tanto de quien escribía como de quienes leían. Y fue así como poco a poco Comentarios comenzó a ganarse un lugar, muy segmentado, dentro del universo de publicaciones locales que cubren la temática tecnológica.

 

Prólogo de la primera edición de Comentarios, el 14 de junio de 2002

 

Desde sus inicios, se apuntó a presentar información con un agregado de opinión. La idea era que la información pura es (o debería ser) similar de un medio a otro. La opinión, no. Y así, buscaba su diferenciación. Más allá del concepto que se tenga respecto de esa opinión, no hay dudas de que es un rasgo característico que se mantuvo a lo largo de estos años. Así como la información original de nuestros propios estudios.

 En términos tecnológicos, 17 años no es una vida. Son varias generaciones. Eran tiempos donde Internet era todavía predominantemente dial up y, por impacto de la crisis, favorecía la expansión de los proveedores “free”. La banda ancha recién comenzaba a ofrecerse y era sólo fija, pero un abono de 256 Kbps costaba US$ 120 de aquellos tiempos (US$ 170 dólares a valor actual considerando la inflación en esa moneda). Hoy se puede tener (según la ubicación), 200 Mbps vía fibra óptica a US$ 38 y servicio 4G por US$ 6,5 mensuales. Este abaratamiento que acompañó una mejora del servicio produjo una masificación en el acceso a la infraestructura que fue vital para determinar qué hacemos hoy en Internet y qué haremos en el futuro.

En materia de celulares, había apenas algo más de 6 millones de líneas, que equivalen a 1/10 de la cantidad actual. No había Internet móvil, ni smartphones, ni apps. Y mucho menos se hablaba de miles y miles de dispositivos conectados por km² como se hace hoy con el incipiente 5G. El servicio móvil pasó de ser uno bastante acotado y elitista a ser uno decididamente masivo. Quizás el más.

Google existía como buscador, pero todavía no era una empresa que cotizara en bolsa. YouTube no era siquiera un proyecto, por lo que no había videos de gatitos. No se pensaba que algún día dejaría cuantiosos datos personales en redes como Facebook, cuyo manejo fue en el mejor de los casos laxo. Todavía no habían estallado los SMS como para pensar en un Whatsapp. El celular era para hablar y punto. Instagram y Twitter hubieran sido muy difíciles de explicar en ese entonces. El paisaje de Internet era radicalmente distinto. Quedaba todavía una esperanza de un mundo interconectado mejor y no el temor por otro con odios y mentiras a gran escala de rápida difusión. Interactuar con las voz con algún dispositivo era digno de historias de ciencia ficción.

La PC estaba en el centro de la vida conectada, sin la sombra del smartphone. Eran tiempos en que se estaba produciendo la revolución de las portátiles, que llegarían años después (en el 2010) a ser el formato más vendido. Hoy a nivel global se vende casi el séxtuple de smartphones (1.400 M) que de PC (260 M) evidenciando claramente cuál es el dispositivo central en la conectividad de las personas.

Desde una perspectiva país, las distintas políticas a pesar de dejar que desear en varios casos, no alcanzaron para detener un crecimiento (en líneas móviles, conexiones de banda ancha, capacidad de las mismas, acceso a dispositivos) que quizás podría haber sido más acelerado, pero claramente era irrefrenable. Así y todo, la política siempre se ve tentada a mostrar estos avances como méritos propios y no de la dinámica del sector.

En todos estos años hubo decisiones (u omisiones) que claramente atentaron contra un mayor desarrollo. Se vio en los niveles de competencia, con servicios impedidos según el origen del actor o al no habilitar recursos técnicos (frecuencias, apertura de cielos, facilitación de despliegues) que hubieran impreso un mayor dinamismo al sector. Incluso cuando se quiso controlar o reducir la relevancia de distintos actores se optó por el camino normativo, de difícil aplicación y no el de la competencia (equilibrada) que hubiera sido más eficaz y no hubiera postergado una competencia más intensa por casi una década. Pero cómo será la dinámica del sector que hoy, en un país en recesión y luego de una fuerte devaluación, todavía se sigue avanzando, desplegando fibra, lanzando nuevos productos de TV, mejorando la capacidad y cobertura de las redes, tanto fijas como móviles. Si la economía hubiera sido normal (ni siquiera buena), el sector tendría actualmente un enorme dinamismo.

Así estamos hoy. En un escenario donde la conectividad a Internet se convirtió en un servicio esencial, tal como lo demuestra su adopción masiva. Y si bien el sector tiene una dinámica propia, lo que se haga o deje de hacer desde el Estado incidirá en la velocidad de los despliegues y en la accesibilidad de los productos y servicios tecnológicos. Todavía queda mucho terreno por avanzar. El desafío continúa y allí estará Comentarios haciendo su aporte.

Sweet sixteen

Ayer se cumplieron 16 años desde la edición nº 1 de Comentarios, el 14 de junio de 2002. Fueron 16 años en los cuales el panorama local e internacional de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones cambió sustancialmente. Y nosotros con ello.
Hablar del 2002 significa sentir el escalofrío de recordar la que fue quizás la crisis económica más grave que sufrió Argentina. Pero más allá del contexto macro tan negativo, también el escenario tecnológico era muy distinto.
En esos tiempos los celulares eran sólo para hablar. No había SMS y mucho menos datos. Eran auténticos teléfonos móviles. En aquél entonces se registró una leve caída en la cantidad de líneas. Si bien fue sólo de un 2% fue el único retroceso en la historia de las comunicaciones móviles en Argentina. Luego en estos 16 años, todo cambió. Llegó la tecnología GSM que bajó los costos de los dispositivos y los SMS que bajaron el costo de comunicarse desde un celular y estalló el mercado que comenzó a crecer sin parar. Después fue el turno de los smartphones (que arrancaron su camino ascendente no con el iPhone sino con el Blackberry y su BBM) y hoy andamos con una computadora en el bolsillo. Unos 40 M de celulares en uso de los cuales 27 M son smartphones, muchos de los cuales serán utilizados para ver los partidos del Mundial.
Por otra parte, si bien el acceso a Internet llevaba 7 años desde su lanzamiento comercial en Argentina en 1995, sólo había 1,2 M de accesos luego de una caída del 20% como consecuencia de la crisis. En su mayoría eran dial up y sólo 175 mil era de banda ancha que en esa época eran 64 kbps o 128 kbps en las versiones más avanzadas. Pero la banda ancha fue el único servicio que no cayó con la crisis, habiendo registrado un crecimiento del 26% en un escenario catastrófico y presagiando lo que sería, una infraestructura básica para la era moderna. Eran tiempos en los cuales comenzaron a crecer los locutorios y ciber que ofrecían computadoras y conectividad para quienes no podían disponer de acceso desde sus hogares. Y sólo había 4 millones de usuarios. Hoy el dial up es una rareza y las conexiones de banda ancha rondan los 8 millones, con velocidades que llegan (al menos en los papeles) a 1.000 Mbps y con un crecimiento fuerte de la fibra óptica (aunque todavía en niveles bajos). En términos de usuarios, la cifra ya supera los 30 M de la mano de conexiones fijas vía PC y tablets y móviles con los smartphones.
La TV en esos tiempos no era motivo de seguimiento de este newsletter/blog. Era un servicio de radiodifusión y todavía el video no había llegado a Internet (sería recién en el 2005 con el lanzamiento de YouTube). La TV paga era mayormente por cable y aún no había llegado DirecTV (aunque sí funcionaba Sky). Eran tiempos de transmisiones analógicas lo que hacía muy fácil el acceso a los canales codificados con conversores que se compraban en la calle. Después vino la digitalización, con mejoras en la imagen y sonido, los modelos prepagos (que tan buen resultado dieron) y la TV de alta definición. Pero en paralelo, y sobre todo en los últimos tiempos, fueron apareciendo plataformas alternativas a la TV a través de Internet, apalancadas en el desarrollo de la banda ancha. Hoy, la TV se encuentra en un proceso de cambio radical, avanzando rápidamente hacia modelos OTT que tienen dos grandes ventajas. Una, permitir el consumo bajo demanda. Una característica que parece menor pero que entregó el control al consumidor, que puede ahora decidir qué ve y cuándo. La otra es la separación de la red de los contenidos. Así, un distribuidor de señales puede ofrecer sus servicios fuera del alcance de su red. Algo que comenzará a hacer Cablevisión con Flow antes de fin de año y que podrá ser seguido por otros el año próximo. También esta separación es la que permite que surjan distribuidores sin red, como es el caso de Netflix, entre otros. Y ya nada será igual.
En este breve repaso se puede ver cómo poco a poco, durante los años de vida de Comentarios, fuimos llegando a la convergencia. Un fenómeno que avanzó más rápido en los hechos que en los derechos, como suele suceder. Y que desde aquí fuimos acompañando intentando describir y analizar todo lo que de una forma u otra impactó en este largo pero inevitable proceso.
También en estos años Comentarios fue evolucionando. Desde aquél básico newsletter al cual luego se le sumó un blog para permitir la persistencia de la información y el acceso a aquellos que no son suscriptores. Y, más cerca en el tiempo, el invalorable aporte de las redes sociales, específicamente Twitter y, en menor medida, Facebook, que también sirvieron para llegar a públicos distintos, a los cuales difícilmente se hubiera podido llegar con el modelo original.
No se podría cerrar este comentario sin agradecer en primer lugar a quienes nos leen, algunos desde la primera hora y otros que se fueron sumando con el paso del tiempo, porque un medio sin lectores es un simple escrito. Y más aún cuando la comunicación es bidireccional, con el aporte desde el mail, el blog, las redes sociales o en vivo cuando se da la ocasión. También a las empresas, agencias de prensa y organizaciones que colaboran proveyéndonos información que nos sirve para formarnos así como ayudarnos en nuestros análisis y comprensión de lo que sucede. Y finalmente a nuestros sponsors que permiten solventar los costos de estar todas las semanas al pie del cañón. A todos muchas gracias por acompañarnos en todos estos años. Brindemos todos juntos (sí, cualquier ocasión es buena, pero ésta, más).

Sin vencedores ni vencidos (por ahora)


El reciente decreto 1340/2016 introdujo algunas definiciones conceptuales contundentes en relación a la política del gobierno en materia de comunicaciones convergentes. Sin embargo, muchos puntos espinosos no terminan de ser precisados, quedando las definiciones postergadas hasta tanto el regulador, a través del Ministerio de Comunicaciones y del ENACOM, así las defina.
En líneas generales, quedan en claro dos puntos. Uno es la prioridad que se le asigna a la inversión por sobre la competencia, al menos en el corto plazo. Es indiscutible que Argentina se encuentra atrasada en términos de infraestructura fija, con una razonable penetración, pero un bajo ancho de banda promedio y con grandes diferencias en el mismo a nivel geográfico. Por lo tanto, no se puede hablar seriamente de competencia sin un fuerte proceso inversor previo. El otro punto, y que armoniza con el anterior, es la política expresa de habilitar a las comunicaciones móviles cuanto espectro sea posible, priorizándolo por sobre otros servicios.
La convergencia total implica que cualquier operador pueda dar todo tipo de servicio. Y teniendo en cuenta el escenario actual, las miradas se centran en el ingreso de las empresas de telecomunicaciones al negocio de la TV, así como en la incorporación de servicios móviles por parte de empresas proveedoras actualmente de servicios fijos (banda ancha y TV).
Por el lado de la TV, el decreto establece que las empresas de telecomunicaciones que están impedidas de dar servicios de comunicación audiovisual (Claro, Telecom y Telefónica) podrán comenzar a hacerlo a partir del 1° de enero de 2018. Sin embargo, sólo podrán dar servicio inicialmente en las áreas metropolitanas de Buenos Aires, Rosario y Córdoba capital, todas áreas donde opera Cablevisión. Son las tres principales ciudades del país que en su conjunto concentran el 36% de la población del país. Esto implica que el restante 64% no accederá a los beneficios de una mayor competencia por un tiempo no determinado. El decreto exceptúa del ingreso de las telcos al servicio de TV en localidades de menos de 80.000 habitantes. Se trata de una medida “para la tribuna”, ya que no son mercados de interés para grandes operadores debido a su baja concentración de población. Pero no establece plazos para todo el resto de las localidades que se encuentran entre éstas y las tres más grandes especificadas. Por lo tanto, quedan fuera de este nuevo entorno competitivo ciudades como Mendoza, para alegría del grupo Vila-Manzano. Así, ésta es una medida que favorece a la industria del cable, a excepción principalmente de Cablevisión y de Telecentro.
Por otra parte, se mantiene el impedimento de que las telcos ofrezcan servicios de TV vía satélite. En términos técnicos, esto va en contra de la libertad tecnológica del operador para elegir cómo ofrecer sus servicios. No obstante, primó una visión más enfocada a la inversión, ya que las telcos deberán mejorar la capacidad de sus redes de cable para dar este servicio. La competencia en TV deberá esperar a este despliegue. No obstante, DirecTV se mantiene al margen de esta limitación, permitiéndosele retomar legalmente los servicios (y sus tecnologías) que tenían hasta la publicación del decreto 267. Además de TV satelital, DirecTV ofrece desde hace años acceso a Internet inalámbrico y estaba expandiendo este servicio hasta que el decreto mencionado congeló sus planes. Vuelve a su status anterior, invirtiendo en su red terrestre.
El ingreso de nuevos jugadores al terreno de los servicios móviles es más complejo y espinoso. El decreto anticipa normas y procedimientos para asegurar la reatribución de frecuencias ya asignadas para que sean aptas para servicios móviles. Menciona también que deberán definirse compensaciones económicas (por el mayor valor que tiene el espectro fijo respecto del móvil) así como las obligaciones de cobertura y metas específicas. Si bien muchos vieron a Cablevisión-Nextel como el más favorecido, lo concreto es que sin conocer los aspectos que quedan por definir, no se sabe a ciencia cierta cuán atractivo resultará este proceso. Como reza el dicho, el diablo está en los detalles.
Por otra parte, menciona que se podrá asignar espectro no sólo a los actores actuales sino también a prestadores locales o regionales de servicios TIC en sus áreas de operaciones. Esto permite deducir que el gobierno piensa no ya en un único 4° operador sino en múltiples 4° operadores, cada uno en áreas geográficas distintas. Esto se vería potenciado con la puesta en funcionamiento de la Red de Protección Pública y Operaciones de Socorro, Defensa y Seguridad, pensando en situaciones de emergencia. Según declaraciones radiales del Ministro Aguad en el programa TMT conducido por José Crettaz, la idea es llamar a licitación para la construcción de una red que, como tendrá capacidad ociosa la mayor parte del tiempo, sirva también para ofrecer servicios mayoristas, utilizando las bandas de 700 MHz y 2,5 GHz. Toda una novedad.
El surgimiento y desarrollo de nuevos operadores móviles no sólo tiene que ver con el espectro sino también con temas más áridos, pero no menos relevantes como condiciones de interconexión o de roaming. En el caso de la interconexión se establecerán tarifas asimétricas por el término de 3 años prorrogables por 18 meses más. Si bien señalan que inicialmente se tomarán como referencia promedios de tarifas para servicios similares en Latinoamérica, no se indican cuáles serían las condiciones que podrían dar lugar a la mencionada prórroga. El roaming, que permitirá que clientes de un operador regional usen su servicio más allá del área de cobertura original, será obligatorio por 3 años. Ambas son medidas para ayudar a entrantes mientras se desarrollan, donde lo que se debate es si ese plazo es adecuado o exiguo.
Finalmente, se fijó en 15 años la no aplicación de la desagregación del bucle en redes NGN de última milla. Esto implica que, durante este término, los operadores que desplieguen en adelante redes de última milla NGN (fibra óptica o cable coaxil) no estarán obligados a permitir que otros operadores utilicen esa infraestructura para dar sus servicios. Garantizando la exclusividad del uso de sus propias redes de última generación, motiva a las telcos (Telecom y Telefónica por tener una tecnología vieja y Claro por prácticamente no contar con infraestructura cableada) a invertir en el desarrollo y capilaridad de las mismas, aunque esta protección también aplicaría para los nuevos tendidos de los actuales operadores de TV por cable. Aquí nuevamente se ve el foco en la inversión por sobre la competencia. No obstante, si el término de 15 años es el adecuado, es materia debatida.
Tácitamente, el gobierno afirma que en materia de convergencia hoy la prioridad es multiplicar la inversión. La competencia real y efectiva deberá esperar mientras se despliegan las redes (fijas y móviles) necesarias. Sin embargo, todavía quedan pendientes muchas definiciones, más técnicas, pero no menos políticas, que pueden inclinar la cancha para uno u otro lado. Lo que está asegurado es que la acción se mantendrá en los próximos meses.

De fiesta

El fin de semana pasado, más precisamente el 14 de junio, se cumplieron 12 años desde la primera edición de Comentarios. Como todo aniversario, es un buen momento para mirar para atrás y también para adelante.
Los inicios fueron en tiempos difíciles. No sólo por la obviedad de lo que significaba la crisis del default en 2002, sino también porque el contraste era aún mayor para una industria tecnológica que había crecido hasta hacer estallar la burbuja. Un doble impacto por un factor interno y otro externo. Eran tiempos de necesidad de catarsis, tanto de quien escribía como de quienes leían. Y fue así que poco a poco Comentarios comenzó a ganarse un lugar, muy segmentado, dentro del universo de publicaciones locales que cubren la temática tecnológica.
Desde sus inicios, se apuntó a presentar la información con un agregado de opinión. La idea era que la información pura es (o debería ser) similar de un medio a otro (aunque muchas veces es manipulada). La opinión, no. Y así, buscaba su diferenciación. Más allá del concepto que se tenga respecto de esa opinión, no hay dudas de que es un rasgo característico.
Tecnológicamente, 12 años es una vida. Eran tiempos donde Internet era todavía predominantemente dial up y, por impacto de la crisis, favorecía la expansión de los proveedores free (que en realidad no eran porque cobraban una parte del costo de llamada telefónica). La banda ancha recién comenzaba, pero un abono de 256 Kbps costaba US$ 120 de aquellos tiempos.
En materia de celulares, había apenas algo más de 6 millones de líneas, que equivalen a 1/10 de la cantidad actual. En ese entonces, a lo mejor que se podía aspirar como teléfono era a un Motorola v60 (un fierro, dicho sea de paso). No había Internet móvil, ni smartphones, ni apps. Google no era pública, y Facebook y YouTube ni siquiera eran una idea en la mente de sus fundadores. Sí, Internet no tenía videos de gatitos en esos tiempos.
La PC estaba en el centro de la vida conectada, sin la sombra de los smartphones y las tablets. Eran tiempos en que se estaba produciendo la revolución de las portátiles, que llegarían años después (en el 2010) a ser el formato más vendido. Hoy se vende casi el triple de smartphones que de PC, mientras que las tablets equivalen a un 1/3 de las PC vendidas por año.
Desde una perspectiva política, se comenzaban a dar los pasos que llevarían a la infraestructura de telecomunicaciones de ser una de las más avanzadas en Latinoamérica a formar parte del pelotón de cola en el cual estamos actualmente, tanto en móviles como en banda ancha. La apertura del mercado de telecomunicaciones lanzada en el 2000 no había llegado a completarse por falta de reglamentación de diversos aspectos. Pero tampoco se lo hizo después. El tiempo pasó y a pesar de los avances registrados durante estos años, Argentina fue perdiendo terreno en términos comparativos.
Políticamente, las telecomunicaciones estuvieron abandonadas a su suerte. En la transición de Duhalde, comprensiblemente relegadas por las urgencias. La gestión de Moreno confundió una política de telecomunicaciones con fabricar localmente, llegando al extremo de anunciar un celular argentino, bajo el simpático nombre de Argento, que nunca vio la luz. Y por supuesto, la constitución de fideicomisos. Luego vino la silenciosa gestión de Salas, a quien sólo se lo puede criticar por no haber hecho nada. Finalmente llegó el entusiasta Berner y su equipo, con muchas ganas de reactivar las cosas, aunque se pueda discutir el orden de prioridades.
Así estamos hoy. En un escenario donde Internet está en el centro de la acción, accedido desde múltiples dispositivos, donde los móviles son cada vez más relevantes, y tratando de recuperar el tiempo perdido durante más de un década en materia de infraestructura. Un escenario totalmente distinto, pero que seguirá dando que hablar (y que escribir). El desafío continúa y allí estará Comentarios.

Década más uno

Hoy, 14 de junio, se cumplen exactamente 11 años desde la edición nº 1 de Comentarios. Era el 2002, un año complejo por cierto. Un momento complicado para el país y, naturalmente, también para la industria.
Resulta interesante observar los temas abordados en aquella oportunidad. Comenzaba a percibirse la consolidación de la industria, especialmente a nivel de empresas de telecomunicaciones. Veníamos de la fiesta aperturista iniciada por el decreto 764/2000 (aún vigente, aunque no parezca) que se vio abortada por la crisis local sumada a aquella de las tecnológicas post explosión de burbuja puntocom. Otro tema era los planes de recortes de gastos en servicios de telecomunicaciones por parte de los hogares argentinos como consecuencia de la crisis. También se mencionaba el crecimiento de los ISP gratuitos (todavía dial up). Se abordaba el tema de la oportunidad para la exportación de servicios basados en tecnología como consecuencia de un tipo de cambio super favorable. Aparecía en el radar el proyecto de Ley para la Promoción del Desarrollo de Software. Especulábamos con el potencial de los canales bancarios electrónicos, en un momento en que el negocio de los bancos había cambiado, donde ya los ingresos no serían por préstamos sino por transacciones.
Evidentemente, hubo cambios en la forma y también en el fondo. En la forma, porque había más comentarios, más cortos. En el fondo, porque estos 11 años trajeron otros problemas y otras oportunidades.
Desde una perspectiva positiva están el gran crecimiento del negocio de las telecomunicaciones, con el avance de la banda ancha (el dial up hoy es prácticamente inexistente), la explosión de los celulares (tanto en cantidad de líneas en servicio como de las posibilidades de éstos), las ventas crecientes de PC (hoy algo desaceleradas), de celulares (con smartphones dominando la escena), el surgimiento de las tablets y la conectividad de los televisores vía Smart TV. Avances que generaron el entorno actual que es bien diferente y que, visto a la distancia, tiene bastante de Supersónicos (AKA Jetsons).
En cuanto a los aspectos negativos, comienza a resentirse la infraestructura que tanto creció en un momento y hoy se encuentra algo “encorsetada”. En materia de telecomunicaciones móviles, es más que evidente que el gran crecimiento de estos 11 años superó la capacidad de las redes. Un tema que ya fue tocado reiteradamente desde este medio y que sería cargoso volver a repetir. En cuanto a la banda ancha, la falta de una mayor competencia, donde influyeron decisiones de tipo regulatorias, también hizo mella. A esta altura, hubiera sido razonable pensar que el Triple Play sería cosa de todos los días. Lamentablemente, leyes que dan un tratamiento diferenciado a redes que en términos prácticos son idénticas (tanto pensando en servicios a brindar como en cobertura), impidieron una competencia más intensa que hubiera generado mayores niveles de inversión.
En estos años, el Estado dejó un poco de lado su rol de regulador, enfocándose más en su rol de actor. El plan Argentina Conectada tiene la buena intención de llevar el acceso a zonas mal atendidas, aunque le quedan muchos kilómetros de tendido. La TDA, un salto en términos de calidad y variedad de contenidos para la TV gratuita, aún no logra, por diversos motivos, la penetración que se esperaba inicialmente. Y la creación de Libre.ar, con un modelo inicial muy interesante en términos de generación de competencia y oportunidades en materia de telecomunicaciones móviles, todavía debe resolver cómo comenzar a operar desde el punto de vista técnico (léase, qué red utilizar). Todas estas iniciativas tuvieron algún grado de oposición, aunque sus objetivos últimos son sin dudas atractivos. Pero su concreción depende de tiempos y/o definiciones que hacen que aún no hayan dado los resultados buscados.
Durante estos 11 años, con sus altos y bajos, siempre buscamos hacer aportes a la industria, describiendo, analizando y opinando sobre una actividad de la cual no sólo formamos parte sino que consideramos clave para una sociedad y economía moderna. Y esperamos poder seguir haciéndolo por mucho tiempo más, mientras nos sigan acompañando. Brindemos por eso.

Mea culpa

Como seres humanos, no estamos exentos de los errores. Pero la diferencia está en la forma de reaccionar ante éstos. En nuestro caso, consideramos que lo mejor que se puede hacer es asumirlos y presentar nuestras aclaraciones así como las disculpas correspondientes.
La semana pasada publicamos información inexacta sobre el mercado de smartphones en Argentina para el primer semestre del año en curso. Un error en la vinculación de la base de datos de la información proveniente de Aduana con aquella que contiene la descripción exhaustiva de los equipos ingresados al país (como sistema operativo, tenencia de GPS, WiFi y toda una serie de características) tuvo como resultado que en las cifras anteriormente publicadas quedaran fuera de contabilización determinados modelos de equipos que sí entran en esta calificación.
Así, el segmento de smartphones durante el primer semestre del año no representó el 16% del mercado de celulares sino el 19%. En lo que hace a participaciones de mercado, no se altera el orden de los principales fabricantes, aunque sí las proporciones. No obstante, preferimos no publicar aún los resultados hasta no haber revisado más en detalle nuestras bases de datos para cerciorarnos de que no se registre alguna errata aún no identificada.
Siendo que nuestro principal objeto es la información, este error no por involuntario deja de ser lamentable, asumiendo en nombre propio la responsabilidad por el mismo.
Sabemos que en momentos en que las estadísticas (tanto públicas como privadas) son objeto de profundos cuestionamientos en nuestra sociedad, nuestro equívoco no colabora en revertir esa imagen. Lo único que nos queda entonces es reconocer la falta y pedir, nuevamente, las disculpas del caso. Gracias por la comprensión.
Nota: El post original ha dejado de ser publicado para evitar que la información errada se siga difundiendo

Comentarios está de fiesta

Durante la semana que termina Comentarios cumplió 9 años desde aquél 14 de junio de 2002 en que vio la luz la edición n° 1. Claramente la fecha indica que se trataba de tiempos muy complicados.

En aquella edición publicamos resultados del primer relevamiento post estallido y el panorama era desolador. Altos porcentajes de entrevistados afirmaban su voluntad de recortar sus gastos en los diversos servicios de telecomunicaciones. No obstante, ya en ese entonces Internet aparecía como el servicio más deseado, presentando los menores índices de intención de reducción de uso. Eran, claro, tiempos en que los accesos dial up gratuitos hacían furor y donde la banda ancha acababa de lanzarse. Hoy, no sólo hablamos de banda ancha como sinónimo de Internet sino también, y como comentamos en esta misma edición, ya estamos ante el punto de que el acceso móvil supere al fijo. Claramente, otro mundo.

También en esa edición mencionábamos las oportunidades que surgían como consecuencia de la fuerte devaluación, enfocadas éstas en la exportación de servicios. Hoy, con un peso revaluado y un dólar débil en todo el mundo, el escenario es distinto, aunque ciertas oportunidades se mantienen.

Fueron 9 años donde el celular pasó de ser el lujo de unos pocos a convertirse en el servicio diario de todos, aún de aquellos sectores con mayores carencias.

Lo único que no cambió sustancialmente fue el escenario regulatorio, quizás el aspecto vinculado a la tecnología donde prácticamente no se introdujeron modificaciones. Apenas si se anunció la portabilidad numérica para fin de este año, la utilización de los fondos del Servicio Universal para financiar, en parte, el plan Argentina Conectada y se prevé una licitación de espectro para servicios móviles que no es nuevo sino que fue devuelto. Y todo esto se hizo en el último año. Muy poco para tanto tiempo.

Sí se registraron avances desde la perspectiva más industrial, con el desarrollo de productores nacionales de computadoras (principalmente portátiles) que lo hicieron mayormente sin ayuda estatal. Distinto es el caso de los celulares, más exitoso en términos cuantitativos, pero resultante de una política tributaria, arancelaria y para arancelaria proteccionista.

Sería largo revisar lo sucedido en todo este tiempo en la industria. Por lo pronto, para nosotros es motivo de orgullo el posicionamiento logrado así como el crecimiento constante de nuestra llegada. Crecimiento que se dio no sólo en el mero número de suscriptores al newsletter, sino también en lectores que llegaron por otros canales, como el blog www.comentariosblog.com.ar y Twitter. Justamente en línea con esta diversificación de canales es que aprovechamos esta fecha para anunciar la presencia en Facebook de Comentarios. En todos estos canales el contenido de base es el mismo para permitir que cada cual utilice la plataforma que más le agrada o le resulta conveniente, aunque por supuesto con las particularidades de cada una. Pero más allá del contenido de base, todos tienen en común permitir la interacción con los lectores, algo que buscamos desde la edición n° 1. Lo hicimos convencidos de que la interacción es la fuente de más y mejores ideas, recibiendo la mayoría de las veces aportes valiosos. Por supuesto, también nos critican y eso es muy bienvenido en la medida en que la crítica esté fundamentada y aspire a construir. Por suerte mayormente es así, especialmente en tiempos de fanatismos enceguecedores.

Por todo esto es que queremos compartir este nuevo cumpleaños que nos hace comenzar a recorrer el décimo año (cifra simbólica si las hay) agradeciéndoles por estar siempre del otro lado. Muchas gracias por estar allí, permitiéndonos informar, analizar y opinar.

Ya en la fase interna, un muy especial agradecimiento a Adriana, Joaquín y Juan Manuel, cuya colaboración para hacer de Comentarios una realidad es invalorable. Con ellos y con Uds., alzo mi copa (virtual, una lástima). ¡Chin chin!

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