Archivoabril 2015

Suben, pero bajan

El mercado de las telecomunicaciones móviles facturó en 2014 unos $ 73 millardos, más que el año pasado en términos nominales pero menos en valores constantes. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2015” realizado por Carrier y Asociados.
Esta cifra representa la facturación combinada de Claro, Movistar, Nextel y Personal, incluyendo el servicio propiamente dicho y los terminales vendidos por los operadores. Representa un crecimiento nominal del 17% respecto del 2013. Si se tiene en cuenta la inflación oficial, medida por el INDEC, que fue del 10,9%, estamos hablando de un aumento de la facturación. Sin embargo, si se lo contrasta con cualquier medición extra oficial, que ubica a la inflación del año pasado en alrededor del 30%, la facturación en términos constantes cayó.
Visto por operador, se puede observar que los niveles de facturación fueron muy parejos entre los tres mayores en términos de líneas.

También cayó la facturación total medida en dólares al valor oficial (que es el utilizado por las empresas para sus importaciones, pagos al exterior y consolidación contable), aunque en este caso afectada por la devaluación de principios del 2013. En dólares, la facturación total a cotización del 31/12 fue de US$ 8,5 millardos, alrededor del 15% menos que los US$ 10 millardos del 2013.
Un dato adicional, y que marca más a las claras la situación, es que si se considera únicamente la facturación por servicio (sin considerar la venta de terminales), la facturación total de la industria creció en términos constantes, un 10%. Por debajo de la inflación oficial.

¿Vientos cambiantes?

Luego de años de tensión creciente, el mercado de las telecomunicaciones está llegando a un punto que podría marcar el inicio de una relación distinta entre operadores de telecomunicaciones y empresas que ofrecen servicios OTT. Una relación que tiene dos puntos de conflicto. Uno tiene que ver con regulaciones distintas para servicios que son similares. La otra, quién paga la cuenta.
En materia de regulación, es interesante observar lo que está sucediendo en Europa. Desde hace ya varios años, las autoridades continentales vienen bregando por una agenda que lleve a un mercado digital europeo único que no deje al viejo continente fuera de la carrera por el presente y el futuro. Y lo hacen con autocrítica. La Comisión Europea elaboró un documento donde sostiene que sus intentos por un mercado único estuvieron demasiado focalizados en la neutralidad de la red y en el roaming intracontinental en lugar de plantearse metas más ambiciosas que impulsen la inversión y la innovación (vale aclarar que hubo recientemente un cambio en la máxima autoridad europea en la materia).
Las modificaciones, que se propondrían la semana próxima, apuntan a las demandas de los operadores europeos en relación a la asimetría en la regulación de servicios similares ofrecidos por actores diferentes que, sostiene, no están sometidos a las mismas reglas. Mientras los operadores deben responder por la calidad de sus servicios, productos OTT como Whatsapp o Skype pueden tener problemas de funcionamiento y sólo emitirán una disculpa. De más está decir que servicios como Whatsapp, que acaba de alcanzar 800 millones de usuarios activos, están detrás de la fuerte pérdida de ingresos por SMS. Y que ahora con la llegada de la posibilidad de comunicaciones de voz (algo similar a lo que hace Skype) amenazan también su negocio más tradicional. Lo que no está claro es si esta armonización de las regulaciones vendrá por el lado de un endurecimiento de aquellas que alcancen a los OTT, una relajación de las que afectan a los operadores o habrá un punto intermedio. Lo que sí resulta cada vez más evidente es que es necesario diseñar marcos regulatorios justos y lo suficientemente flexibles para adaptarse a los cambios que se seguirán produciendo en el futuro.
En una discusión más global y no puramente europea, otro punto en esta relación odio-necesidad pasa por la pregunta del millón: ¿quién paga los costos? Los operadores sostienen que son los OTT quienes deberían compartir la carga económica que implica la constante actualización de las redes para soportar crecientes demandas por tráfico de datos. Pero esta aproximación entraña una limitación, ya que impondría un freno a nuevos servicios que verían dificultado su crecimiento, limitando entonces la innovación. Una alternativa sería fijar un nivel de tráfico generado a partir del cual el OTT tuviera que participar en los costos que su servicio ocasiona a quienes proveen las redes. Pero esto puede llegar a ser un poco arbitrario. Por eso, aunque por el momento no es una variante que se mencione demasiado abiertamente, una solución más justa sería que fuera el usuario que pague por estos mayores costos dependiendo del uso que hace de los distintos servicios, medido en función de los datos que consumen. Así, quien quiera ver una película Netflix en 4K pagará más a su ISP u operador celular que aquél que sólo usa Whatsapp. Un servicio que se pague por uso, como ya sucede con la luz, el gas y otros. Los operadores han adoptado este modelo en el caso de los servicios móviles. En el caso de los fijos, la cosa no está muy difundida, pero no debería llamar la atención que comiencen a hacerlo. De hecho, hay casos como el de Antel (el operador de telecomunicaciones estatal uruguayo) que ya vende sus productos de banda ancha fija con determinadas cantidades de tráfico de datos, en un modelo parecido al de los móviles. Esto le permitió hacer un acuerdo con Netflix para revender su servicio. Es lógico, quien quiera ver videos en 4K todo el día, contratará abonos de mayor precio (y eventualmente pagará por excedentes) que aquél que sólo se mete en Facebook. Está claro que así Antel convirtió a Netflix de enemigo a socio.
Sean éstas u otras las medidas que comiencen a darse alrededor del mundo en materia de telecomunicaciones, lo cierto es que en un escenario donde los contenidos/servicios son independientes de la red, todo indica que más tarde o más temprano la relación entre ambos deberá adaptarse a esta realidad. Creer que esto no vaya a suceder sería ingenuo.

Experimento, no revolución

Luego de haber sido anticipado tiempo atrás, esta semana finalmente Google presentó las características su primer operador móvil, Project Fi. Se trata de un operador móvil virtual (OMV) que tiene la particularidad de operar sobre múltiples redes. Las de dos operadores reales (Sprint y T-Mobile) así como con las redes WiFi, eligiendo siempre aquella que tenga mejor señal en forma transparente para el usuario. Por sus características, el servicio estará disponible inicialmente sólo para equipos Nexus 6 de Google con una tarjeta SIM customizada para manejar las múltiples redes.
El servicio tendrá un costo de US$ 20 mensuales, lo que incluye sólo los tradicionales servicios de voz y SMS, ambos ilimitados. Los datos se facturarán por separado, a un costo de US$ 10 mensuales por cada Gb de tráfico. Por otra parte, el costo del tráfico no utilizado es devuelto (en realidad acreditado) en la cuenta del cliente. Muchos se ven atraídos con lo que a primera vista parece un servicio muy conveniente desde el punto de vista económico, pero analizando las ofertas de las propias Sprint y T-Mobile las diferencias no son tantas. Salvo para aquél que tiene un bajo consumo de datos, los costos son similares entre Project Fi y los operadores que le dan vida. Para quienes se entusiasman con la particularidad de que el tráfico no utilizado es acreditado en la cuenta, esto no es muy distinto de lo que ya hace T-Mobile, que pasa el saldo no usado al próximo mes, no como dólares, sino como Gb. En definitiva es lo mismo y la diferencia es sólo un juego contable y de unidad de medida. Lo mismo sucede con el roaming internacional de datos, que tiene el mismo costo que el nacional, pero con un límite de velocidad de 256 Kbps. Como para mantenerse en contacto vía mail o mensajeros. También presentan como novedad la posibilidad de llamadas y SMS desde tablets y computadoras, algo que en Argentina ya existe bajo el nombre de Tu Go.
En definitiva, Project Fi es más un experimento que un negocio en sí. No lo es para Google porque siendo operador virtual, su límite en los costos están dados por lo que haya acordado con los operadores reales que le proveen infraestructura. Además, estos tienen el recurso de no renovar los acuerdos con el MNVO si se vuelve amenazante para su negocio (cuando no hay un límite, como en el caso de la regulación argentina). Para ser operador y manejar todas las variables, hay que tener red. Si no, no se tiene el control.
Lo interesante del Project Fi son los aspectos técnicos. Una es la posibilidad de dar servicio sobre no sólo dos operadores distintos, sino que tienen para 2 y 3G tecnologías distintas (CDMA para Sprint y GSM para T-Mobile) con un mismo equipo y una única SIM. La otra es la elección automática y transparente para el usuario de la red más apta, sea la de uno de estos operadores o la red WiFi. El modelo comercial tiene algunas cosas atractivas, pero no es disruptivo. Mucho de lo que ofrece ya existe, aunque quizás presentado de otra forma. No obstante, esta aproximación es la correcta. No se le hubiera prestado mucha atención si hacían foco en los aspectos técnicos (que son los que interesan a Google) en vez de poner el énfasis en presentar de manera novedosa cosas que ya existen.

Tuits selectos

Te llevo en el corazón

El fastidio de sacar turno con el médico para revisarse el corazón y los agobiantes ejercicios durante la cita misma pueden ser cosas del pasado. O al menos en un futuro no tan lejano y para chequeos rutinarios. Investigadores del MIT desarrollaron una técnica que monitoriza el ritmo cardíaco de las personas de un cuarto aprovechando las ondas de redes Wi-Fi. Con sólo un router modificado que incorpore el sistema, será posible estar al tanto de los signos vitales. Nunca fue tan cierto el dicho: “sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos”.

Contando líneas

Sumando la cantidad de líneas móviles en servicio declaradas por los distintos operadores (Claro, Movistar, Nextel y Personal) a fines del 2014, el mercado argentino alcanza 62 millones. Sin embargo, esa cifra no sirve para prácticamente ningún tipo de análisis, ya que considera muchas líneas que, aunque activas, no están en uso. De hecho, las líneas efectivamente en uso son aproximadamente 37 millones. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2015” realizado por Carrier y Asociados.
Las cifras que publican los operadores en sus balances tienen en cuenta las líneas que todavía están técnicamente en servicio. Pero esto no implica que haya estado en uso en los últimos meses. Por lo tanto, para aproximar el número real de líneas en uso hay que considerar diversos factores: la población, la proporción de usuarios con 2° líneas (por ejemplo, una personal y otra laboral) y las líneas no asociadas a teléfonos, como módems celulares, tablets con conectividad y equipos M2M, como los utilizados en sistemas de monitoreo, alarmas, etc.
Partiendo del análisis de la pirámide poblacional surge que el mercado potencial máximo de individuos en Argentina se ubica en aproximadamente unos 33,5 millones de personas (no líneas). Esta cifra asume que todo individuo de 10 años o más tiene una línea móvil, independientemente de su condición socio económica, motivo por el cual es el “potencial máximo”. Estos valores están en línea con los 29,4 millones de usuarios en Argentina que surgen de la “Encuesta Nacional sobre Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (ENTIC)” realizada a fines del 2011 por el INDEC. Estos a su vez equivalen actualmente a 31 millones de usuarios (personas), teniendo en cuenta el crecimiento vegetativo de la población.
Así, partiendo de los 31 millones de usuarios más la cantidad de segundas líneas se llega a unas 36 millones de líneas conectadas a teléfonos. A esto hay que sumarle 1,6 millón de líneas que conectan otros dispositivos y se alcanzan las 37,6 millones de línea en uso efectivo.

De este modo, toda cifra de líneas en servicio superior a este valor tendrá su explicación principalmente por dos grandes factores: líneas en desuso aún no dadas de baja por el operador y líneas sin uso que se mantienen como teléfonos de respaldo. Estas aproximadamente 24,4 millones de líneas en servicio pero sin uso afectan los análisis, como es el cálculo del ARPU (más bajo por dividir por cero) y no permiten dimensionar correctamente el mercado. En otras palabras, distorsionan.

Se ha formado una pareja

Luego de muchos meses de rumores (las conversaciones arrancaron hacia fines del 2003), esta semana Nokia y Alcatel-Lucent anunciaron su fusión que operará bajo el nombre de Nokia Corporation. La operación, valuada en 15,6 millardos se hará completamente a través de un intercambio de acciones. Se espera que la operación se concrete en la primera mitad del 2016. El anuncio, de llegar a buen puerto, significa una reconfiguración del mercado de proveedores de infraestructura para telecomunicaciones.
La nueva Nokia pasará a ocupar el 2° lugar en el mercado, con una facturación combinada al 2014 de € 25 millardos, frente a los € 25,1 millardos de Ericsson, el líder, y por delante de los € 23,5 millardos de Huawei. Se establecerá así una paridad bien marcada entre los tres principales proveedores.

Para más allá de la suma bruta de facturación, la fusión se da entre dos empresas que son complementarias, tanto desde el punto de vista geográfico como de productos. Mientras Nokia es más fuerte en Asia/Pacífico, Europa y América Latina, Alcatel-Lucent lo es en el mercado estadounidense. En otros, como China y África y Medio Oriente, la facturación de ambas es pareja. Desde el punto de vista de la cartera de productos, Nokia tiene su fuerte en redes móviles y servicios, mientras que Alcatel-Lucent tiene un portfolio más diversificado, con un importante negocio inalámbrico, pero también en todo lo que es tecnología IP tanto para el transporte, routing y plataformas, así como un negocio interesante en redes fijas. Considerando que las redes móviles actuales tienden a ser IP y que la red fija es fundamental para el desarrollo de las móviles, la combinación de ambas carteras es totalmente complementaria y estratégica.
La fusión dará un importante impulso a la investigación y desarrollo (R&D), combinando los ya legendarios Bell Labs de Alcatel-Lucent con los FutureWorks de Nokia. La nueva estructura de R&D representa una inversión de € 4,7 millardos contra los actuales € 5 millardos de Huawei, el líder, dando trabajo a 40.000 personas sólo en materia de investigación, desarrollo e innovación.
Ambas empresas vienen de procesos de reorganización que las sacaron de momentos difíciles para llevarlas a la rentabilidad, con lo que la fusión se produce en momentos en que ambos barcos están enderezados.
Desde el punto de vista regulatorio, y contrariamente a lo que se pudiera pensar, las dificultades podrían venir más del lado de los EE.UU. que de Francia (sede de Alcatel-Lucent). Tradicionalmente, los franceses fueron reacios a perder a sus campeones nacionales. Pero Nokia manifestó su intención de mantener el empleo en aquél país así como aumentarlo en materia de R&D. Por ello, el gobierno actual ve a esta operación no como una pérdida sino como una forma de mantener la importante actividad de la empresa en el país, por lo que ya adelantó su visión favorable a la operación. Además, ya a nivel continental, la fusión es vista como la creación de un campeón europeo que pueda hacer frente a la avanzada china, encabezada por Huawei y ZTE.
En EE.UU. la situación puede ser más complicada. Si bien se trata de un país más abierto a estos movimientos, en el caso del mercado de proveedores de redes se da una situación especial. Es que allí tanto Huawei como ZTE están en los hechos impedidos de ser proveedores de los operadores de telecomunicaciones, bajo el argumento de la seguridad nacional. De esta forma, allí pasarían de un mercado de tres proveedores a uno de dos. Pero además de esto, al igual que cuando la francesa Alcatel compró a la estadounidense Lucent en el 2006, las autoridades de aquél país prestarán especial atención a las tecnologías “sensibles” que Alcatel-Lucent provee allí y que, de aprobarse la operación, pasarán a manos de Nokia.
Está claro que la tendencia a la consolidación no es patrimonio exclusivo de los operadores de red buscando mayores escalas. Lo mismo se viene dando entre sus proveedores, especialmente luego de la irrupción de las empresas chinas. No aprobar esta fusión podría ser contraproducente para los intereses tanto de europeos como estadounidenses. Difícilmente esto ocurra. Por supuesto, quedan por delante los típicos dolores de cabeza de una fusión de esta magnitud, incluyendo la previsible pérdida de puestos de trabajo por superposición de tareas. Pero no parece que haya otro camino. Y el timing es el correcto. En unos 5 años comenzará un nuevo ciclo expansivo para los proveedores de telecomunicaciones, cuando comience el despliegue de redes 5G que requerirán de infraestructuras extremadamente robustas y ubicuas. Será el momento de capitalizar esta operación.

Tuits selectos

Billetera mata gamer

Que los videojuegos en los últimos veinte años hayan cambiado notablemente en sus gráficos no es ninguna novedad. Pero eso no quiere decir que todavía no puedan sorprender en otros aspectos. Tal es así que la nueva edición de Mortal Kombat permite ejecutar sus clásicas fatalities sin tener que memorizar imposibles combinaciones de botones, si se está dispuesto a pagar por ello: invirtiendo unos pocos dólares el jugador accede, por una cantidad de veces limitada, a decapitar a su enemigo sin complicaciones. Quizá la tendencia continue y ya no sea la destreza de Mario explorando tuberías la que salve a la princesa sino, más bien, las monedas que (literalmente) lleve en el bolsillo.

Los celulares se liberan

Históricamente la inmensa mayoría de los terminales celulares en Argentina fueron comercializados a través de los operadores (Claro, Movistar o Personal). Esta situación comenzó a cambiar hace un par de años, a punto tal que en el 2014 un 20% de los terminales nuevos fueron vendidos a través del canal retail (compuesto mayormente por cadenas de electrodomésticos y supermercados), sin participación de los operadores. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2015” realizado por Carrier y Asociados.
Hacia fines de 2012 y principios de 2013, y como emergente de un mercado maduro en términos de penetración, los operadores comenzaron a reducir los subsidios a la venta de terminales. Esto se dio inicialmente con más énfasis en aquellos equipos que no hacen uso de datos. La medida era razonable. Para qué subsidiar el costo de un equipo si esto no implicaba un mayor ingreso en términos de servicio. Luego, en la medida en que el consumo de datos se fue masificando, la reducción de los subsidios se fue extendiendo hacia todo tipo de equipos. Como consecuencia de este cambio en la política de comercialización de terminales de los operadores, la brecha de precio entre un equipo adquirido a través de éstos y uno adquirido en el canal retail se redujo sustancialmente, llegando en ocasiones a ser insignificante.

Pero este cambio no sólo produjo una reducción en la brecha de precios entre un canal y otro, sino que significó una interesante oportunidad para el retail, que logró dos diferenciadores adicionales: la oferta de equipos liberados y una selección más amplia de modelos, especialmente en momentos en que los operadores comenzaron a concentrarse en un set de equipos más acotado.
La disponibilidad de equipos liberados simplificó la venta en el canal retail. La misma se hizo más expeditiva ya que no había que dar de alta una línea con su consecuente proceso burocrático. Como consecuencia de esto, se redujo el costo de venta, ya que dejó de ser necesario un vendedor que tuviera que hacer el trámite de dar de alta una línea (con el tiempo que esto implica), como sucedía mientras este canal vendía equipos de los operadores. Por otro lado, mientras la oferta de los operadores se acotó, simplificando el manejo de stocks y el soporte, el canal retail comenzó a ofrecer modelos y marcas no siempre disponibles en el operador. Más elección para el comprador.
No obstante, habrá que ver si este cuadro de situación se mantiene. No es evidente que la relevancia del canal retail vaya a acrecentarse en el 2015 y 2016, ya que los operadores reflotaron la estrategia de los subsidios para incentivar la migración de sus clientes hacia 4G. Es que tienen dos motivaciones para estimular la migración de terminales. Desde el punto de vista de la red, la mayor presencia de equipos 4G en la calle significará una descongestión de la red 3G. De esta forma, estos subsidios podrán ser vistos como parte de las inversiones en la red (a fin de cuentas, la red termina en el terminal, de allí su nombre). Por otra parte, está comprobado que al poco tiempo de un cambio de servicio 3G a 4G, en promedio el consumo de datos por usuario crece significativamente, generando mayores ingresos que servirán para comenzar a amortizar los gastos en la nueva red. Habrá que ver qué armas utilizará el retail para que no se les escape un interesante negocio de las manos.

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