Archivoenero 2010

¿Cortaplumas o herramienta específica?

Una de las grandes discusiones en materia de desarrollo de dispositivos tecnológicos es el enfoque: se trata de una herramienta pensada con pocos usos pero muy específicos, generando un equipo más fácil de usar y más barato, o, a la inversa, de un cortaplumas suizo, que puede realizar diversas tareas eficazmente, aunque esta versatilidad agrega complejidad y precio. Con este enfoque en mente, podría decirse que la herramienta específica es lo que todavía predomina en el mercado celular argentino, habida cuenta de las características de los equipos ingresados al país durante el 2009.
El mercado de terminales celulares puede dividirse en tres grandes categorías: los básicos, mayormente orientados a las comunicaciones tanto de voz como de SMS, que apenas en algunos casos incluyen cámaras de baja resolución y/o capacidad precaria de reproducción de archivos de audio. Luego están los orientados a una característica dominante, como aquellos que a la capacidad de reproducir un MP3 le agregan controles dedicados para esta operación, funcionando como un reproductor convencional, o aquellos con cámaras de alta resolución y controles para mejorar las tomas. Y los smartphones, que utilizan sistemas operativos más sofisticados (Symbian, Blackberry OS, Windows Mobile, iPhone OS, Android y variantes de Linux), pudiendo realizar más tareas que cualquiera de las categorías anteriores.
Visto entonces en básicos, característica dominante y smartphones, el mercado argentino estuvo dominado por los segundos, también conocidos como feature phones, donde claramente la capacidad de reproducción de archivos de audio fue la funcionalidad clave. El 41% del mercado en el 2009 se inclinó por los celulares orientados a la música (sin considerar a aquellos que son smartphones, como el iPhone). Por otra parte, un 32% fueron equipos ultra básicos, con voz y SMS pero sin cámara o reproductor.

La popularidad de los equipos orientados a la reproducción de música (4 M de unidades en el 2009) es la causa de la fortísima retracción de los reproductores dedicados, tipo iPod u otros. Por otra parte, y como resulta evidente por las cifras, la popularidad de la capacidad de reproducción no se traduce en un negocio de venta de música legal acorde.
Esta dominancia de los equipos de funcionalidad más acotada no debe ocultar el buen desempeño que registraron los smartphones. Su participación casi se duplicó en un año, pasando del 3,4% del total en el 2008 a un 6,4% en 2009, así como su volumen en unidades. No obstante, todavía es un segmento en desarrollo, representando algo menos del 4% de la base de las líneas en uso.
[Fe de erratas:  Los smartphones representaron el 5%, no el 6]

¿Es un e-reader? ¿Es una netbook? No, es un iPad

La diferencia entre una herramienta de uso específico y un cortaplumas suizo digital se manifestó nuevamente esta semana, con el lanzamiento del iPad, la última creación de Apple. Esto es así ya que muchos creen ver en el iPad a un e-reader o libro electrónico (o e-reader) como el Kindle de Amazon. Pero esta es una visión acotada. El nuevo dispositivo es una herramienta para el consumo de contenidos, que rescata algunos conceptos originales de las netbooks, aunque con distinto factor de forma e interfaz.
A primera vista, el iPad parece una versión agrandada del iPhone o iPod Touch, según la configuración. Su pantalla color de LCD y su capacidad de procesamiento y conectividad convierten al iPad en una herramienta que, si bien puede reproducir libros electrónicos, va mucho más allá, con capacidades para imágenes, audio y video, así como acceso a la Web. Así, mientras un libro electrónico está orientado al consumo de texto, el iPad es más multimedial, con sus pros y contras. Desplegar contenido gráfico requiere de una pantalla de LED, que consume mucha energía, con lo que sus baterías duran, dicen, 10 horas, un valor en línea con algunos modelos de netbooks. No obstante, está lejos de la semana de duración que ostentan e-readers como el Kindle, que utilizan tecnología de “papel electrónico”. Al no tener estas últimas retroalimentación, no sólo consumen considerablemente menos energía, sino que son mejores para leer (nuevamente, texto, no imágenes).
El iPad tiene poco almacenamiento en términos informáticos, con capacidades que llegan hasta los 60 Gb (resultantes del uso de memorias y no de discos para el almacenamiento) y sin opciones de expansión vía tarjetas de memoria. Por lo tanto, los contenidos deben consumirse desde la red. Igual que el concepto original de las netbooks. No obstante, estas últimas abandonaron por sí solas su modelo original, y rápidamente mutaron a notebooks más pequeñas, livianas y de mayor duración de baterías, pero conceptualmente muy parecidas a sus hermanas mayores.
Pisando un poco el terreno de los e-readers y otro poco en el de las netbooks, el iPad podría ser el gran impulsor de la categoría que se sitúa entre smartphones y notebooks, que en su momento Intel bautizara como MID (Mobile Internet Device, o dispositivo móvil de Internet). Con su experiencia en los dos extremos (notebooks y smartphones) y lo aceitado de su mecanismo de distribución de contenidos (iTunes y Appstore), Apple tiene chances de lograr que de una vez por todas que este interregno dé lugar a una categoría pujante.
Siendo que se trata de un equipo orientado más al consumo de contenidos que a su generación, hay sin dudas expectativas por parte de los proveedores de éstos en cuanto al potencial de esta nueva categoría. El iPad extiende el modelo del Kindle. Si bien ambos son claves para que los proveedores de contenidos puedan cobrarlos a sus usuarios, el Kindle se limita a texto como libros, diarios y revistas (con ilustraciones básicas), mientras que el iPad lo extiende a música, videos, aplicaciones. Por otra parte, por sus capacidades gráficas, permite que diarios y revistas puedan simultáneamente desplegar publicidad, generando otra línea de ingresos. Por supuesto, nada es gratis, y como contrapartida a esta mayor eficiencia en la distribución, los productores de contenidos corren el riesgo de quedar sometidos al poder de Apple, como ya le pasó a la industria discográfica.
Con precios que van desde los US$ 500 hasta más de US$ 800, no hay que esperar que esta primera generación sea tremendamente popular, pero podría marcar el despegue definitivo de una categoría de dispositivos de red que hasta el momento sólo registró fracasos. Si hay algo que caracterizó a Apple fue su capacidad para tomar conceptos existentes, pulirlos y convertirlos en éxitos. Así lo hizo con las interfaces gráficas en las computadoras (Mac), los reproductores de audio (iPod) y los smartphones (iPhone). Los próximos meses dirán si el iPad se suma a la lista o si, como otros intentos (Newton, Apple TV) sólo se trata de un equipo que atrae a techies y prensa pero no al consumidor que es quien vota con su bolsillo.
Un comentario final al margen. La elección del nombre trajo cierta controversia, ya que en inglés, un pad es una toalla femenina, por lo que ya acusaron a la empresa de machista, por no considerar la asociación que se da entre mujeres, muy distinta a la de los hombres. De hecho, no faltó quien observara que no hay ninguna mujer entre los ejecutivos top de Apple. ¿Será Jobs una suerte de Pergolini?

¿Anticipo de lo que vendrá?

Esta semana, se conocieron los resultados de la telco estadounidense Verizon de cuyo análisis podría inferirse que adelanta lo que sucede en la industria.
Verizon anunció para este año recortes que llegan a 13.000 trabajadores dedicados al negocio fijo, el cual registró un retroceso anual superior al 11% en el último trimestre de 2009. Los ingresos del negocio de telefonía disminuyeron un 59%, con una caída en la cantidad de líneas del orden del 10%. Inversamente, la banda ancha creció un 6%, pero fue gracias a que las conexiones de fibra óptica compensaron una retracción del ADSL.
Todo indica que este escenario comenzará a ser cada vez más habitual en el negocio fijo a nivel global, más allá de las diferencias de cada mercado: líneas fijas en franco retroceso, ADSL alcanzando su techo de capacidades y siendo reemplazados por conexiones de fibra óptica que permitan acceder a contenidos más demandantes.
Desde el punto de vista regulatorio, es un buen momento para pensar cómo propiciar este recambio tecnológico profundo que será un factor clave en la sociedad en un futuro mucho menos lejano que lo habitualmente imaginado.

Linkeando

  • Cambio de timón: Aparentemente se están produciendo cambios de nombres en la conducción del proceso de desinversión de Telecom Italia en su homónima argentina. ¿Con el cambio de piloto cambiará la estrategia? [Enciclomedios]
  • Apps market: Una intersante reseña del mercado de aplicaciones para smartphones. [Venturebeat]

Sobre accionistas y modelos

El affaire Telecom entró esta semana en una espiral de golpes cruzados que, en la inmediatez de la información, pueden hacer perder de vista el fondo de la cuestión: el modelo regulatorio argentino no es ni chicha ni limonada, pero cada vez huele más rancio.
Todo comenzó con aquella operación en el 2007 que significó el ingreso, aunque indirecto, de Telefónica como accionista de Telecom Italia (TI). Por las implicancias de la operación en Latinoamérica, donde ambas compañías compiten tanto en Brasil como en Argentina, era evidente que daba lugar a un flanco débil, o por lo menos vulnerable, de carácter político. Quizás el error de ambas haya sido menospreciar el costo potencial de la operación, particularmente en Argentina.
Fue este elemento el que esgrimió el socio local de TI, el Grupo W, para bloquear la opción de compra que los italianos tienen sobre la participación de los argentinos en Telecom. Se podrá discutir si lo hicieron motivados por la amenaza que implica que su mayor competidor esté cerca de la “cocina” de la empresa o simplemente como una forma de negociar un mejor valor para su salida de la empresa. Pero las motivaciones no son relevantes en este caso. Había un flanco débil, abierto por los mismos afectados, y lo supieron aprovechar. Después vino el típico vaudeville administrativo-judicial de decisión-apelación.
Con la orden de desinvertir en Telecom Argentina, aunque su principal objetivo es el de quedarse, TI comenzó a evaluar distintas propuestas de compradores para su participación. Es difícil saber si las negociaciones fueron estiradas para ganar tiempo pensando en un posible debilitamiento del gobierno hasta el fin de su gestión. Lo que sí es cierto es que un vendedor apurado no vende bien.
Preso de la impaciencia, y acosado por diversos flancos en su gestión, el gobierno subió la apuesta y tiró la palabra “estatización” en la mesa bajo el argumento de la falta de competencia. Ese as en la manga terminó siendo un ancho falso. Habida cuenta de que el Estado dispone de herramientas de control, la amenaza de estatización muestra su incapacidad para actuar como regulador.
La operación que da lugar al conflicto tuvo lugar en el 2007 y no fue hasta el 2009 en que el gobierno comenzó a ver de qué se trataba. Más allá de que la misma no haya sido declarada localmente por los involucrados, la noticia estaba en todos los medios, pudiendo comenzar a actuar de oficio en el tema. En otras palabras, pasaron 2 años antes de que tomara cartas en el asunto y ahora espera que en solo uno esté todo cerrado. No suena razonable.
Por otra parte, no es el cambio de accionistas, sean estos privados o el propio Estado, lo que hará que el mercado argentino tenga competencia. En sus redes fijas, las que dan telefonía, Internet y datos, Telecom y Telefónica prácticamente no compiten por que operan en áreas geográficas distintas. Así, la posición dominante de Telecom en el área de cobertura de su red se mantendrá, sin importar si el accionista es TI, Telefónica, Grupo W, el Estado, los gremios, la Iglesia, los piqueteros o cualquier otro.
Lo que hace falta es que desde el Estado comiencen a prestar atención a la importancia de definir un marco regulatorio para las telecomunicaciones, un sector que es clave en el desarrollo de la sociedad y economía moderna. Y es importante avanzar rápidamente para determinar el modelo a seguir: infraestructura dominante abierta a terceros o competencia en infraestructuras.
El modelo de infraestructura dominante es la evolución natural de los procesos de privatización de las grandes empresas estatales de telecomunicaciones, como sucedió hacia fines del siglo pasado en varios países de Europa y también en Argentina con ENTel. Siendo que esos mercados tenían un único oferente, el modelo más rápido hacia la competencia era que, previa privatización, el heredero de esta red (el incumbente) permitiera que los nuevos competidores (los entrantes) usufructúen la misma a precios a determinar por el Estado. Este modelo exige un alto grado de regulación para evitar que el incumbente abuse de su posición de poder por ser quien maneja la red. El mismo fue el elegido en Argentina para la apertura del año 2000 que si bien no fracasó no tuvo el éxito esperado porque la regulación quedó a mitad de camino y no hubo, por muchos años, ningún interés del Estado de actuar en la materia. La inacción regulatoria en materia de telecomunicaciones en Argentina ha sido una constante desde el año 2002.
Más recientemente, el desarrollo de tecnologías digitales con redes alternativas (celulares, TV por cable, inalámbricos, satelitales) dio lugar a la competencia entre infraestructuras. Independizadas de un servicio determinado como consecuencia de la digitalización, éstas pueden ofrecer todo tipo de servicio (voz, Internet, video, etc.). Así, las redes alternativas crean naturalmente competidores, si bien a veces la regulación (como sucedió con la Ley de Medios), genera barreras artificiales a esta competencia. Por supuesto, este modelo también requiere de regulación, aunque distinta a la necesaria en los casos de infraestructura dominante, que responden más al modelo de desarrollo de las telecomunicaciones de los 90 que a las necesidades y posibilidades de la década del 2010.
Si seguimos pensando en términos de privado o estatal, estamos poniendo el foco fuera del problema. El punto es regular mirando al futuro y, tan importante como esto, hacer cumplir esta regulación.

Pintaba peor

Finalmente, lo que parecía terminaría como un año de terror para los fabricantes de celulares, resultó ser simplemente un año malo, y no tanto habida cuenta del entorno. Mientras que a principios de 2009 muchos en la industria estimaban que el año implicaría un mercado de sólo 8 M de unidades en Argentina, finalmente cerró con un interesante 9,8 M. Un 7% menos que en 2008, pero lejos del 24% que asustaba a los fabricantes en el primer trimestre y por encima de las proyecciones de Carrier y Asociados, que eran de 9,5 M
Por el lado de la participación de mercado se dieron algunos reacomodamientos, aunque más notable fueron las variaciones interanuales por marca. Nokia sigue al frente con una participación del 31%, aunque la caída del 17% en unidades le significó perder 3 puntos respecto del 2008. El segundo lugar cambió de manos entre Motorola ( – 31% en unidades) y Samsung (+ 40%). Los mayores crecimientos en unidades fueron para Blackberry, que con 175 mil unidades creció un 109% y LG, que lo hizo en un 84%.

Un dato llamativo es el de Apple y su iPhone. Con menos de 15 mil unidades en el 2009, tuvo una caída del 61% respecto del 2008. Este bajo número de equipos permite preguntarse si los desarrollos locales de aplicaciones para iPhone son razonables considerando que se trata claramente de un producto con más peso mediático que comercial.
En cuanto a la especulación respecto de que el mercado finalmente no habría caído tanto en unidades por compras anticipadas por parte de operadores debido a la aplicación del impuesto a los productos tecnológicos, lo cierto es que no tuvo ninguna influencia, según nos aclaran desde Movistar. Esto es así debido a que se trata de un impuesto que se paga al momento de la venta al usuario final, no al momento de ingresar el producto al país (como sucede con los aranceles y otros tributos). Así, adelantar compras no permite eludir el impuesto.

Modelo híbrido

En el mundo de los mapas y el posicionamiento, confrontaban hasta ahora dos modelos: el offline y el online. El offline es el tradicional de los dispositivos GPS o PND (Portable Navigation Device o Dispositivo de Navegación Portátil), que incluyen mapas del país de origen y a los que puede agregárseles nuevos mapas con motivo de un viaje, generalmente con cargo (aunque existen versiones gratuitas). Este es el terreno de los Garmin, TomTom y otros. El online, impulsado principalmente por Google con su aplicación Maps, consiste en una aplicación gratuita que va descargando el mapa con la ubicación a través de la red celular. Esto es lo que se puede usar desde un Blackberry, un iPhone, un equipo con Windows Mobile o, más recientemente, con Android. Aquí el mapa es gratis, pero el usuario debe tener acceso a la red celular para visualizarlo. Así, usar un mapa desde el celular en países distintos al de origen no es una alternativa muy atractiva por lo elevado del costo por roaming de datos, y es imposible donde no hay cobertura celular.
En este marco, Nokia sacudió a la industria esta semana con el anuncio de un nuevo servicio de mapas a través de su aplicación OviMaps que estará disponible para su funcionamiento tanto on como offline (previa descarga), siendo los mapas totalmente gratuitos. De esta forma, Nokia combina lo mejor de los dos mundos. Permite la utilización de mapas en forma online, habilitando la disponibilidad de información en tiempo real así como interactividad. Al mismo tiempo ofrece los beneficios del mapa offline, una gran ventaja cuando los costos o simplemente la falta de red vuelven inútiles las versiones online, ya que el satélite cubre todo el planeta y su uso es gratuito.
Este nuevo producto deja en una posición muy vulnerable a empresas como Garmin y TomTom, que ven cómo cada día se les intensifica la competencia por parte de la industria celular. Para los demás fabricantes de terminales, el desafío no es menor, ya que Nokia es dueña de los mapas que ahora ofrece sin cargo, algo que no todos pueden replicar rápidamente.
Por lo pronto, la decisión de Nokia reafirma el cambio en el modelo de financiamiento de los mapas. Ya no vendrá por lo recaudado por las ventas de los mismos sino por nuevas fuentes de ingreso, como la publicidad y otras asociadas al marketing móvil.

Linkeando

  • Rotas cadenas: En Brasil, el operador móvil TIM (propiedad de Telecom Italia) anunció que a partir del 1° de febrero sus terminales celulares serán vendidos desbloqueados. La idea, según su director de marketing, es que los elijan por el servicio y no por estar atados a un equipo. [Teletime]
  • Frenazo: Es lo que experimentó el crecimiento de Twitter a nivel mundial, pasando de una tasa mensual del 13% en marzo a un 3,5% en octubre. Como con otras herramientas de publicación, lo importante es el contenido, no la aplicación en sí. [readwriteweb]

Haz lo que yo digo..

Nadie duda de que el presidente de Venezuela es todo un personaje, más allá de las antipatías o simpatías que se sientan hacia él. Esta semana volvió a la carga contra las consolas de videojuegos, en este caso contra la PS3 de Sony, que según el mandatario enseña a los niños los valores del “capitalismo”, como “matar” y “tirar bombas”. Más allá de ser esta una apreciación típica de quien desconoce el tema, lo dijo desde su verde uniforme militar.

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