Archivomarzo 2013

Ajuste por “inflación”

Desde aquí, y desde hace tiempo, venimos sosteniendo que las estadísticas respecto de la cantidad de líneas móviles en Argentina deben ser tomadas con precaución. Según la información oficial, en el país hay en servicio unas 58,5 M de líneas. Esto es lo que surge de la suma de lo declarado por cada operador en sus balances al 31/12 último. Con 40 M de habitantes (incluyendo desde los recién nacidos en adelante), y por más que se consideren personas con más de una línea en uso (ej: laboral y personal), módems 3G, tablets y M2M, los más de 58 M suenan  excesivos. Pero si en vez de líneas en servicio se consideran únicamente a las líneas en uso, el valor desciende hasta unos 37 M. Esto surge del informe “Mercado celular argentino” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Para aclarar los términos, las líneas en servicio son aquellas que técnicamente pueden recibir un llamado o un SMS. Es decir, que una línea prepaga, sin saldo a favor, no puede realizar llamados o enviar un SMS, pero sí puede recibirlos. De esta forma, una línea prepaga que dejó de usarse, sigue activa o en servicio durante varios meses más, no existiendo un criterio unificado entre los operadores respecto de cuándo darla de baja. No obstante, no puede considerarse que sea una línea en uso.
El caso de la relación entre prepagas y pospagas es interesante para tomar en cuenta la magnitud de las diferencias que se producen en función del criterio a utilizar. Se considera que las líneas pospagas no sólo están en servicio sino también en uso, ya que alguien está pagando por estos abonos. Así, la diferencia entre en uso y en servicio viene por el lado de las prepagas. Si se consideran las líneas en servicio, la relación entre prepagas y pospagas es de 72%/28% respectivamente. No obstante, limitando el análisis a las líneas en uso, la relación cambia sustancialmente, siendo 54%/46%. Es decir, una situación casi de paridad.

Este es sólo una muestra de la magnitud de la diferencia que se produce cuando se utilizan cifras que si bien son técnicamente válidas, no son las indicadas para realizar análisis útiles.
No tener en cuenta esta diferencia puede llevar a la distorsión en muchos análisis, no sólo en la relación entre líneas prepagas y pospagas, sino también otros tanto o más relevantes, como el valor real del ARPU o la participación de mercado de los distintos operadores. Y también da lugar a expectativas desmesuradas en el caso de negocios vinculados, como la venta de terminales móviles nuevos o el potencial de mercado de un servicio basado en la plataforma celular.
Así, la próxima vez que se vean estadísticas de celulares en Argentina que mencionen las casi 60 M de líneas, habrá que tomarlas con pinzas.

Haciendo pressing

A fines del año pasado, cuando el gobierno nacional anunció que otorgaría el espectro devuelto por Movistar a la estatal Arsat y que ésta a su vez lo usaría para permitir que PYME y cooperativas de telecomunicaciones pudieran ofrecer servicios móviles, muchos se entusiasmaron. De hecho, estas empresas comenzaron a trabajar rápidamente en desarrollar planes de negocio para incorporar el nuevo servicio a su cartera de productos. Sin embargo, a casi 6 meses desde aquél anuncio, no hubo avances con el tema.
Será por esto quizás que esta semana, CATIP (Cámara Argentina de Comunicaciones Convergentes), organización que integran prestadores PyME, Cooperativas y Cable Operadores, salió a presionar elegantemente, distribuyendo una carta dirigida al Ministerio de Planificación en la que manifiestan estar “preparadas para dar inicio a la comercialización de los Servicios Móviles, que ArSat provea en forma mayorista, y distribuirlos entre los más de 2 millones de abonados con los que contamos en la actualidad y ubicados a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.”
Esta acción demuestra quizás cierto nerviosismo respecto de cómo eventualmente operará Arsat a través de su marca Libre.ar. Es que a fines del año pasado, algunos integrantes de esta cámara se imaginaban ofreciendo el servicio para esta altura del año, cosa que no sólo no sucedió sino que tampoco se avanzó en definiciones respecto del modelo a adoptar.
Desde afuera, algunos creen ver una interna dentro del Ministerio mencionado. Se habla de dos modelos en pugna. Uno es el que se barajó inicialmente, con Arsat/Libre.ar utilizando su espectro para operar una red móvil bajo un modelo MNVE (Mobile Network Virtual Enabler), sobre la cual las demás empresas que hoy no ofrecen el servicio podrían comenzar a hacerlo bajo sus respectivas marcas, como un MNVO (Mobile Network Virtual Operator). El otro modelo, y que habría surgido después, es el de Libre.ar como una cuarta marca/operador, que ofrecería ella misma los servicios, y donde los pequeños operadores (como los miembros de CATIP) serían revendedores, casi como un agente comercial. Está claro que este modelo no es el que los seduce a estos últimos.
Se trata de rumores, pero la falta de avance en las definiciones y el estado público de esta carta parecen confirmarlos.

Comparaciones odiosas

Una queja bastante habitual entre los usuarios de celulares en Argentina (sea en vivo o a través de redes sociales o comentarios en artículos en la web), es el alto precio de los terminales a la hora de adquirirlos a los operadores. Aquí juegan dos factores, el costo en sí del equipo y el nivel de subsidio.
El precio del equipo está influido por el “costo argentino”, que en este caso tiene que ver con los costos asociados a la producción en Tierra del Fuego, de donde provinieron el 99% de los celulares vendidos en 2012. Más allá de impuestos varios, nadie en su sano juicio puede pensar que un equipo producido en Tierra del Fuego sea más barato. De hecho, este nunca fue el argumento para incentivar la producción en la isla sino otros supuestos beneficios, como generar demanda de mano de obra local y, eventualmente, sembrar la semilla para un mayor desarrollo local, cosa que aún no se materializa. Por un lado, el costo de la mano de obra en la isla no sólo es claramente más alto que en China, sino que también lo es respecto de lo que se paga en el resto del territorio nacional. A esto hay que sumarle los costos de logística que implica el traslado de la producción desde y hacia Tierra del Fuego. Un costo que, por otra parte, ha estado aumentando considerablemente en los últimos tiempos.
En cuanto al subsidio, actualmente la política de los operadores celulares locales es a su drástica reducción cuando no eliminación. De hecho, las estimaciones preliminares para el 2013 indican una caída que podría ser el 10% o más en los volúmenes totales como consecuencia del encarecimiento del costo de adquisición de los mismos para los consumidores.
Como resultante, un equipo de gama alta cuesta en Argentina por encima de los US$ 430 (tomando el valor del dólar oficial, que es el utilizado para la importación de las partes), frente a US$ 200 que un equipo similar cuesta en los EE.UU. Pero en aquel país la incidencia del subsidio del operador es fuerte, equivalente a 2/3 del precio del mismo equipo comprado liberado y sin un compromiso de permanencia. De este modo, una comparación más válida debe  tomar en consideración la duración de los contratos, que en los EE.UU. típicamente es de 2 años. Y aquí la cosa cambia.
Un equipo de gama alta en los EE.UU. suele ir acompañado de un plan de entre US$ 150 y US$ 200 mensuales, o entre $ 765 y $ 1.020 mensuales. Bien por arriba de los planes locales más caros que, salvo excepciones, hoy se ubican alrededor de los $ 300 mensuales. Claro que, lamentablemente, los planes argentinos no son fácilmente comparables con los estadounidenses. Por un lado, porque estos últimos suelen incluir voz y SMS ilimitados, cosa que no ocurre aquí. Por otra parte, hay que tener presente que en EE.UU. no existe el CPP, por lo que se contabilizan tanto las llamadas entrantes como salientes. En Argentina sólo hay que preocuparse por las salientes. Finalmente, y esta sí puede considerarse como la diferencia más relevante, las velocidades de datos en EE.UU. suelen ser mejores, ni que hablar cuando se está utilizando LTE. Pero en el hipotético caso de que el servicio en Argentina tuviera las mismas características que en EE.UU., vender abonos de entre $ 765 y más de $ 1.000 mensuales sería una tarea más que difícil para cualquier operador.
Hechas estas salvedades, que no pueden considerarse irrelevantes, el costo de un equipo de gama alta en Argentina con un abono “de los buenos”, termina siendo a lo largo de 2 años un 25% más barato.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero, con todos sus considerandos, son un punto de partida para saber dónde se está parado y realizar análisis de situación. Por lo pronto, y habida cuenta de la tendencia a reducir los subsidios por parte de los operadores, se abre una interesante oportunidad para la venta de equipos liberados, que en los últimos tiempos vienen ganando espacio. Se entiende por qué.

Linkeando

  • Perjudicado inesperado: La tendencia al “cord cutting” o abandonar los abonos de TV por cable está comenzando a impactar más a los proveedores de contenidos que a los cableoperadores. Éstos ahora quieren pagarle a los primeros en función de su performance, un modelo similar al de la publicidad online. [Paidcontent]
  • Corriéndose al fondo: El lanzamiento del Galaxy S4 tuvo un gran ausente: Google. Todo un dato a tener en cuenta. [WSJ]
  • Autosuficientes: Interesante artículo que analiza las estrategias de interrelación y dependencia de los principales actores del mercado móvil: Google, Samsung y Apple. [Hipercritical]

Twits selectos

  • Aunque no lo estés usando, tu smartphone genera tráfico en la red telecoms.com/129941/backgro
  • Argentina 2013: intención de compra de tablets es tan alta como la de las PC de escritorio (tradicionales o All In One)
  • A favor de las tablets: ingresan al país al dólar oficial. Negocio para quien tiene billetes
  • El artículo que describe una de las causas de los problemas de los celulares: la falta de antenas perfil.com/ediciones/2013…
  • El mapa de antenas de Opensignal arroja resultados llamativos opensignal.com/coverage-maps/… Jueguen y saquen sus conclusiones
  • Me parece a mí, o desde hace un tiempo los resultados de búsquedas en Google son menos precisos que antes?
  • Después de Netflix, ahora Amazon lanza producciones televisivas propias “web only” businessinsider.com/amazon-wants-t… HBO ya tomó nota

Una más de Adolfo

A pesar de ser un recurso trillado, el uso de la clásica escena de la caída en la que Hitler se enfurece sigue rindiendo. En este caso, la causa es el cierre de Google Reader. El video tiene una frase destacable: “quien crea que social media reemplaza al RSS que deje la habitación”

Cambio de roles

El 2012 fue un año que marcó un quiebre en la industria móvil local. Los teléfonos básicos perdieron terreno notablemente, dejaron de ser los dominadores en términos de volumen. Cedieron su lugar a los smartphones, que representaron el 41% de los equipos vendidos. Esto surge del informe “Mercado celular argentino” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
El mercado de terminales celulares puede dividirse en tres grandes categorías: básicos, socialphones y smartphones. Los básicos son aquellos orientados a las comunicaciones tanto de voz como de SMS, que pueden incluir cámaras de baja resolución y/o capacidad precaria de reproducción de archivos de audio. No cuentan con aplicaciones comunicación/socialización más allá de la voz y el SMS. Los socialphones que son equipos con teclado QWERTY o touch que, sin ser smartphones, permiten el uso de aplicaciones tales como mensajería instantánea (Whatsapp, Messenger) y/o redes sociales (Facebook, Twitter). Finalmente, los smartphones, que utilizan sistemas operativos más sofisticados (Android, Blackberry OS, Symbian S/60 o superior, Windows Mobile o Phone, iPhone OS, Bada) y aplicaciones nativas, pudiendo realizar más tareas que cualquiera de las categorías anteriores.
Más allá de la explosión de smartphones, resulta interesante observar como en sólo 2 años los celulares mutaron de teléfonos a pequeñas computadoras con aplicaciones que se conectan a Internet (socialphones y smartphones). Los dispositivos con esta capacidad representaron 2/3 del mercado, mientras que en el 2010 ni siquiera llegaban a 1/3 del total. Un crecimiento notable y vertiginoso.

En el gráfico puede observarse claramente cómo se alteró el mix de categorías de terminales en el lapso de tan sólo 2 años. Los básicos pasaron de dominar ampliamente a ser la categoría menos popular y en franca retirada, mientras que los smartphones avanzan hacia ser más de la mitad del mercado para este 2013, luego de haber crecido un 53% el año pasado. En el caso opuesto, los básicos cayeron un 44% en volumen. Esto ocurrió en un contexto donde el total de terminales bajó un 2% en unidades.
Por su parte, los socialphones mostraron un leve crecimiento, de apenas el 5% en volumen. Esta categoría se ve amenazada por la llegada de smartphones de nivel de entrada, superponiéndose en precio, pero con mejores funcionalidades para el caso de los segundos.
Para el 2013 el panorama general de los terminales augura una disminución de los volúmenes totales por la reducción (y en algunos casos eliminación) de los subsidios por parte de los operadores. Pero esto no impedirá que los smartphones se conviertan en la categoría claramente dominante, superando ampliamente a la mitad de todos los equipos vendidos en el año.

Cielo encapotado

Los problemas que aquejan desde hace un tiempo a los servicios de comunicaciones móviles (léase celulares) llegaron para quedarse. Al menos por un tiempito. Y ante la falta de definición en cuanto a cómo jugará el Estado, tanto como regulador como actor (a través de Arsat), el cielo dista de mostrar un resquicio por donde se filtre el sol.
Hay algo que es generalizado, y es que los problemas no son exclusivos de ningún operador. Y si bien éstos podrían invertir más, tampoco pueden hacer milagros ante las restricciones de espectro así como de las limitaciones a la instalación de nuevas antenas.
El tema espectro es sin dudas el más acuciante. En esto juega no sólo la porción de éste en manos de Arsat que aún está en desuso por no haberse definido cuál/es será la red que lo utilice. Si bien Arsat ostenta aproximadamente el 25% del espectro disponible, la suma total de éste es aún escasa para los requerimientos actuales (recordemos que fue asignado en 1999 y muchas cosas cambiaron desde entonces). Considerando todo el espectro asignado en Argentina (incluyendo el que no se usa aún de Arsat), este asciende a 170 MHz. Este valor empalidece frente a los 260 de Chile, 340 de Brasil o la Unión Europea o los 547 de los EE.UU. Pero mucho más aún lo hace frente a la recomendación de la UIT (Unión Internacional de las Telecomunicaciones) que es de 1.148 MHz. En otras palabras, Argentina sólo asignó el 14% de lo recomendado.

Esta situación podría verse aliviada con la habilitación de nuevas frecuencias para servicios de 4G basados en LTE. Pero este alivio sería parcial inicialmente. Aún en el caso de que hoy hubiera una red LTE en funcionamiento, serían pocos los dispositivos habilitados para funcionar con esta tecnología. Aunque eventualmente, la mayor parte del tráfico de datos se cursaría por aquí. Vale recordar que a la tecnología 3G le llevó 5 años llegar a la mitad de los dispositivos vendidos en un año.
Desde el punto de vista práctico, desplegar una red LTE demandaría de un tiempo que sería mayor que el que haría falta para una red 2/3G. Esto se debe a que LTE requiere una densidad de antenas que es al menos 5 veces mayor. En otras palabras, un área cubierta por una antena de 2/3G requiere de aproximadamente cinco antenas para LTE. O sea, que se multiplican los problemas que enfrentan los operadores a la hora de instalar antenas. No obstante, esto no sería lineal, ya que los desarrollos tecnológicos llevan a celdas de más fácil instalación.
Por otra parte, uno de los problemas de LTE es que aún no cuenta con servicios de voz, por lo que estas redes “bajan” a las redes 3 y 2G para cursar llamadas telefónicas. Así las cosas, cualquier operador que dé servicios LTE deberá ya sea contar con una red 2/3G para la voz o lograr acuerdos con los operadores actuales en estas tecnologías para que lo hagan.
Ante este cuadro de situación, es fácil comprender que el desarrollo futuro de las redes móviles está en manos del Estado por diversos motivos. Como regulador, es quien tiene la atribución de asignar el espectro, tanto en cantidad como en condiciones para acceder al mismo. Como actor, porque mientras no defina el modelo de operación de Arsat, no sólo contribuye a limitar el espectro en uso sino que además frena cualquier plan que puedan tener las empresas (tanto operadores actuales como potenciales) para incursionar en el negocio. Por lo pronto se barajan dos caminos. Uno es el de ser un operador mayorista sobre cuya red y espectro trabajarán cooperativas y PYME de telecomunicaciones para que éstas ofrezcan sus propios productos. El otro es el de operar la marca Libre.ar y que estas últimas empresas simplemente actúen como revendedoras, lo que disminuye notablemente el interés de ingresar a un negocio móvil en el cual tendrían un margen de maniobra muy acotado, casi reducido al de agentes comerciales.
Este escenario se da en momentos en que el contexto no es el más favorable, con internas políticas que están demorando las definiciones más allá de lo saludable.
Por lo pronto, lo concreto es que Argentina está en el furgón de cola regional en cuanto a desarrollo de las telecomunicaciones móviles, tal como se observa en el siguiente cuadro:

En resumen, Argentina está ingresando en un peligroso terreno de atraso tecnológico, mientras que el mundo avanza a su propia velocidad. Así, y sin ninguna razón válida aparente, estamos dejando pasar el momento. No sea cosa que repliquemos la situación del sapo en el agua que se apresta a hervir…

Linkeando

  • Reforma: México se ha embarcado en una profunda reforma en materia de telecomunicaciones: abre la competencia entre incumbentes de las telcos y los cables, crea un ente regulador autónomo del Ejecutivo, exige desinversión cuando se supera el 50% del mercado, entre otras medidas. Un caso interesante para seguir. ¿Podría inspirar medidas locales? Por ahora, parece difícil. [El País]
  • iClouds en el cielo: Interesante análisis de los ciclos de actualización de Apple para su iPhone y cómo esto impacta en el competitivo mercado actual de los smartphones a nivel global.[iMore]
  • Se va la segunda: Vuelven las especulaciones sobre el interés de Lenovo en Blackberry. Una movida con lógica comercial: Lenovo no tiene presencia con celulares en Occidente. No tanto política: La seguridad nacional (con antecedentes en los EE.UU.) podría ser considerada bajo amenaza, lo que dificultaría la aprobación de una operación semejante. Así las cosas, ir más allá de un licenciamiento parece complejo. [Bloomberg]

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