Archivofebrero 2012

Inteligente vs. Social

En los últimos tiempos, la atención de la industria, analistas y medios en Argentina estuvo centrada en el notable avance de los smartphones, quienes tan sólo en el 2011 crecieron un 113% en unidades y representaron prácticamente a 1 de cada 4 celulares vendidos ese año. Pero mientras esto sucede, hay una revolución que no por más silenciosa es menos relevante: el avance de los teléfonos sociales o socialphones.
Los socialphones son equipos que no llegan a ser smartphones. Tienen sistemas operativos cerrados que no tienen aplicaciones específicas para cada plataforma, lo que no les permite una integración con otras aplicaciones o el mismo hardware. No obstante, incluyen aplicaciones de mensajería y socialización preinstaladas, como mail, Facebook, Messenger/Whatsapp y, ocasionalmente, Twitter. Visto por oposición a los smartphones, no tienen ninguno de estos sistemas operativos: Android, BB OS, iOS, Windows (Mobile o Phone) o Symbian S/60 en adelante. Para dificultar las cosas, muchas veces cuesta diferenciar a simple vista a un smartphone de un socialphone ya que ambos pueden tener un teclado completo QWERTY o una pantalla táctil.
Los socialphones crecieron en el 2011 un 156%, representando además el 33% de todos los celulares vendidos, o sea, 1 de cada 3. Esto da una pauta de la magnitud del fenómeno.

En el gráfico se observa claramente el avance de socialphones y smartphones sobre el total, representando en el 2011 el 59% del total, en detrimento de los equipos más básicos (-5%) así como de los feature phones (-72%). Estos últimos son aquellos que tienen una característica saliente, como incluir un reproductor de MP3 con controles independientes, o una poderosa cámara fotográfica.
Los socialphones son atractivos para los operadores, ya que sus aplicaciones de datos consumen poco ancho de banda, aunque claro, esto puede darse a expensas de un menor uso de los lucrativos SMS.
Smartphones y socialphones son parte de un mismo fenómeno. Aquél de llevar a Internet (o al menos sus aplicaciones más populares) a todos lados. Es que así como hoy nos parece ridículo que en el pasado esperáramos a llegar a un punto fijo (nuestro hogar o lugar de trabajo) para hacer un llamado telefónico, estamos entrando en una etapa donde también parecerá ridículo esperar a llegar a un lugar fijo para usar una computadora para mandar un mail, actualizar nuestro estado en Facebook o chatear con nuestros amigos.

¿Al servicio del público?

La tragedia de la estación Once de esta semana traerá discusiones por muchos temas: las condiciones de la infraestructura, los destinos de los subsidios entregados por el Estado, el costo de tener tarifas artificialmente bajas, y otros tantos que no vale la pena enumerar aquí. Pero este lamentable suceso también puede servir para tomar decisiones correctas en otros ámbitos, tal el caso de las telecomunicaciones. ¿Por qué? Porque no faltó en los últimos tiempos quienes coquetearan con la idea de convertir sea al acceso a Internet o a la telefonía celular, en un servicio público, principalmente con la intención de fijar sus tarifas.
El caso de la estación Once, así como otros acontecimientos afortunadamente no trágicos, pone en evidencia que el hecho de ser un servicio público no convierte a éste en intachable, ni es garantía de buen funcionamiento. La cosa se enturbia aún más si además la tarifa es artificialmente baja y se compensa con subsidios que luego son cuestionados a la vista de los resultados.
El error conceptual es pensar que si hay un problema, necesariamente se arregla con más regulación. Al menos en el caso de las telecomunicaciones, no siempre hace falta más regulación, sino cumplir con la que existe. De nada sirve regular y reregular si después nadie se ocupa de que ésta se cumpla. Un ejemplo es el de la portabilidad numérica: se estableció en el decreto de apertura de las telecomunicaciones en el año 2000 y recién en un par de semanas entrará en vigor. O sea, más de 11 años para su puesta en marcha…
Nunca falta quien se tiente con fijar los precios de los servicios. Pero esta es un arma de doble filo. Es claro que es un recurso atractivo para los políticos, porque les permite tomar medidas simpáticas a ojos de la ciudadanía, pero cuando éstas no acompañan los costos terminan en servicios deficientes y/o subsidiados. Además, el mismo operador no se ve incentivado a mejorar su eficiencia: tarde o temprano el Estado pagará y mientras los usuarios soportarán un servicio precario.
A diferencia de otros servicios (como agua, gas, electricidad, trenes), donde las grandes inversiones requeridas no permiten la duplicación de infraestructuras, en el caso de las telecomunicaciones esto no sucede si existe una regulación adecuada que incentive la competencia. En Argentina, el usuario tiene al menos 3 opciones (Claro, Movistar y Personal), cuando no son 4 (en las zonas donde Nextel tiene cobertura). La cosa se pondrá más interesante este año con la implementación de la portabilidad numérica y la llegada de nuevos operadores virtuales. También se podría dar un fuerte impulso a la competencia con la asignación de espectro, tanto aquél devuelto por Movistar como por las frecuencias previstas para 4G. Se trata de verdaderas herramientas de política de telecomunicaciones.
En el caso del acceso a Internet la cosa es un poco más compleja, como quedó en evidencia cuando el gobierno quiso “hacer desaparecer” a Fibertel. Pero cumpliendo con la regulación vigente (por ejemplo, otorgando numeración telefónica a quienes ya tienen licencia) habría más empresas dispuestas a invertir para dar servicio. La prueba está en que en otros mercados la competencia en banda ancha fija es muy fuerte, lo que se traduce en mejores productos y a mejor precio.
Aquí, cuando se habla de servicio público, siempre está latente la intención de fijar el precio, no en función del costo sino de la conveniencia política. Lamentablemente, el efecto es el contrario al buscado y termina perjudicando al usuario, que viaja mal, le cortan la luz en verano y el gas en invierno, entre otras delicias de la vida cotidiana. Contrariamente, la competencia es la mejor forma de asegurar el control de precios sin caer en desinversiones (en la medida en que no haya cartelización, claro está).
En definitiva, no se trata de estar a favor o en contra de los servicios públicos. Pero sí sobran elementos como para comprobar que por el mero hecho de ser declarado servicio público las no cosas mejoran. La clave, como siempre, está en la ejecución. Que un servicio sea de excelencia pasa no por su carácter de público o no, sino por la gestión del mismo y por el accionar del Estado como regulador de la actividad, haciendo equilibrio entre los intereses de la población y la viabilidad de la empresa. Las soluciones mágicas, lamentablemente, no existen. Cada uno tiene que trabajar en lo suyo: los operadores pensando en sus clientes (y sus competidores), las autoridades regulando y velando por el cumplimiento de esa regulación.

Linkeando

  • IM killed the SMS star: Es evidente que la popularización de la mensajería instantánea (IM) desde el celular tiene un impacto negativo en el envío de SMS. Pero ahora le han puesto un número: US$ 13.900 millones en el 2011. [Ovum]
  • A bajar esos precios: Las quejas de los clientes de servicios móviles son comunes en todas las geografías. A tal punto que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) acaba de emitir una recomendación que los países miembros tomen medidas para bajar sus tarifas a niveles razonables. [OCDE]
  • Poniendo estaba la gansa: El fracaso del intento de compra de T-Mobile en los EE.UU. por parte de AT&T no fue gratuito. Le costó a la segunda US$ 4 mil millones en compensación a la primera. Por esto, aunque suene simbólico, el CEO de AT&T dejará de percibir US$ 2 millones de su bonus. La sacó barata… [CNN]

Webopoly

El Monopoly es un juego que tuvo la virtud de ser temático. En algunos casos, a través de versiones autóctonas (como nuestro Estanciero), en otras simplemente cambiando el rubro de los bienes a adquirir. Esta versión, la “Web lovers edition” podría haber hecho furor en los First Tuesday que convocaban a tantos dotcommers allá por el cambio de milenio.

Divisando la portabilidad

Con la puesta en marcha del proceso de portabilidad a la vista, crecen las expectativas respecto de la dimensión de la migración de clientes. Es que en la decisión de cambiar de operador, aun manteniendo el número, inciden otros factores más allá del precio o la calidad de servicio que hacen difícil predecir con precisión cuál será el impacto de la implementación de la medida.
Complejidad del proceso de cambio, costo asociado, vencimiento de contrato, pérdida de planes de fidelización, posibilidad de usar los terminales en la nueva red se suman a la prioridad que el cambio tenga para el usuario, independientemente de la insatisfacción con el proveedor actual o lo tentador de una oferta de cambio. Luego se agregan otros factores, como la incertidumbre respecto de la calidad de un proveedor nuevo o las características personales de los usuarios (ej: procrastinadores). Así, una declaración de intención de cambio no se traduce linealmente en una acción.
Del informe “Telefonía Móvil – Segmento individuos 2011” surge que el 21% de los usuarios de celulares manifiesta interés por cambiar de operador ante la implementación de la portabilidad. Una cifra altísima a priori, pero no tanto si sólo la mitad de éstos tienen en claro que operador alternativo consideraría. Dentro del proceso de cambio, éstos aún se encuentran claramente en una etapa de “contemplación”, donde el cambio es una posibilidad, pero aún no está el ánimo para realizarlo.

Hay así un 11% que tiene intención de cambio habiendo identificado un proveedor alternativo. No obstante, todavía quedan “obstáculos” por delante como para pensar que todos saldrán desesperados a portar sus números en la primera semana. Adicionalmente, hay que considerar que en el ínterin todos los operadores estarán activamente tratando de retener y/o atraer clientes, con lo que la situación cambia y exige nuevas evaluaciones. Así, es razonable pensar que finalmente la tasa de cambio anualizada esté en niveles similares a los del resto de países de la región donde ya se implementó esta medida, entre el 1 y 3% anual.
Más allá de lo relativo de los números cuando de un accionar futuro y en un contexto incierto se refiere, las respuestas permiten igualmente detectar tendencias. Si consideramos la identificación de un proveedor alternativo como un indicador de una mayor voluntad de cambio, se observan diferencias por edad y NSE. La predisposición al cambio es mayor en la medida en que sube el nivel socioeconómico y en que desciende la edad.
Por otra parte, se observan diferencias en cuanto a los operadores a elegir ante el cambio, observándose cierta correlación con las capacidades de sus respectivas infraestructuras en las distintas zonas geográficas.

Googorola

Finalmente, y luego del lógico proceso de revisión, con un día de diferencia los reguladores tanto de la UE como de los EE.UU. dieron el visto bueno para que se realice la adquisición de Motorola Mobility por parte de Google. En ambos casos, la decisión se basó en que los reguladores consideraron que la transacción no plantea por sí misma problemas de competencia. No obstante, ambos reguladores indicaron que estarán atentos a que no haya un manejo abusivo de las patentes involucradas en la transacción.
Más allá de hacerse con una batería de patentes que cambiará radicalmente la situación de debilidad de su sistema operativo Android frente a sus competidores, Google ingresará de lleno en el negocio de la fabricación de hardware, situación que genera en la industria más incertidumbres que el uso mismo de las patentes. Por lo pronto, los fabricantes que usan Android están atentos a lo que suceda, y de hecho algunos ya comienzan a diversificar su juego, sea con opciones propias (caso Bada) o de terceros (caso Windows Phone). No se trata de un indicador de que vayan a abandonar en masa a Android, sino de tener un plan B llegado el caso.
No obstante, en el mediano plazo la cosa puede cambiar. A esta altura resulta claro que el futuro de Google depende de extender su alcance e influencia más allá de la PC. Su accionar en el mercado móvil fue espectacular, no así en el negocio de las tablets y mucho menos aún en el de la TV.
En el caso de las tablets, Google no puede achacar el fracaso a los fabricantes del hardware. La prueba esté en que Amazon, con un hardware bastante estándar para los cánones actuales, viene logrando un importante desempeño con su Kindle Fire. Un equipo basado en Android que hace la diferencia en el acceso a contenidos y una interfaz concebida a tal efecto.
No obstante, distinto fue el caso de su primera incursión en el mundo de la TV con su Google TV, un codesarrollo con Sony, Intel y Logitech que resultó un fracaso rotundo. Y Google no tiene la intención de abandonar ese negocio sino más bien apuntar a lograr un control total del diseño y manufactura de los dispositivos necesarios. Aquí el aporte de Motorola puede ser clave no sólo por su experiencia en dispositivos para TV paga, sino también porque no generaría un conflicto de intereses con otros fabricantes, como sí puede suceder en el mundo de los terminales móviles.
Con esta aprobación (si bien aún falta el visto bueno de China), Google da un paso importantísimo en la concreción de su visión de un mundo de dispositivos interconectados. Mientras tanto, deberá lograr el difícil equilibrio entre ser proveedor y competidor al mismo tiempo.

Linkeando

  • Adiós al “Kodak moment”: Como parte de su proceso de reestructuración, Kodak dejará de fabricar cámaras digitales, abandonando la captura de imágenes para enfocarse en su impresión. El dato curioso: la empresa desarrolló la primera cámara digital, en 1975, pero el concepto fue cajoneado para no dañar su negocio principal entonces, el de los rollos fotográficos. Y así tiraron más de un cuarto de siglo más… [El Cronista]
  • Pasen y vean: Por casi una década, la red interna de Nortel fue hackeada, ofreciendo acceso a todo tipo de información disponible en la empresa. Un caso que es un llamado de atención sobre las dimensiones del espionaje industrial que promete traer cola por sus ramificaciones internacionales. [The Wall Street Journal]
  • A bajar esos precios: Como suele suceder cuando la oferta excede a la demanda, los precios de la publicidad online móvil tienden bajar. Tanto Apple como Google revisaron sus tarifas hacia la baja  para incentivar una mayor demanda. No siempre el cielo es el límite… [Financial Times]

Twits selectos

  • Esta publicidad de Virgin Mobile en Chile puede ser un adelanto del tono de su marketing youtu.be/KnYZNfzi3NY
  • Interesante para seguir: en Brasil se viene el 0800 para Internet Móvil bit.ly/wS7Mpd
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