Archivoabril 2011

Epidemia facebookera

El fenómeno de las redes sociales es interesante porque su creciente penetración está impactando en la forma en que sus usuarios se vinculan al tiempo que despierta el interés por su uso desde otros dispositivos. El mismo es totalmente transversal, ya sea por nivel socioeconómico, sexo, zona o generación. Sin embargo, se observan algunas diferencias en función del servicio a analizar. Esto surge del informe “Usuario online argentino 2011”, finalizado recientemente por Carrier y Asociados.

Un 64% de los usuarios de Internet utilizan redes sociales frente a un 52% de un año atrás. De éstos, un 96% está en Facebook. Esto equivale a unos 12,8 millones de personas y representa un crecimiento del 36% en un año. Este impactante avance de Facebook terminó con las aspiraciones de redes similares, como MySpace, Sónico o Hi5, que prácticamente desaparecieron del escenario, evidenciando los efectos de red que tienden al concepto de “todo para el ganador”.

Más allá de la penetración de las distintas redes, también es notable la intensidad de uso de Facebook,  donde 3 de cada 4 usuarios se conecta diariamente. Distinto es el caso de Twitter, donde sólo lo hace algo menos de la mitad.

En cuanto al uso que se hace de las redes sociales, surgen algunos puntos interesantes. Uno es el notable crecimiento del uso del chat de Facebook, que pasó de prácticamente no ser utilizado a serlo por 1 de cada 4 de los que están en esta red. Así, FB se convierte en una herramienta más de comunicación que complementa y compite con la mensajería instantánea (básicamente, Messenger).

El atractivo de las redes sociales, y de Facebook en particular, no se circunscribe a la PC sino que se extiende hacia los celulares. En el caso de quienes se conectan a Internet desde éstos, FB se convirtió en la segunda aplicación más utilizada luego del mail, desplazando a la mensajería instantánea. Asimismo, Facebook es la aplicación que más interés despierta entre aquellos usuarios que tienen celular pero que aún no lo utilizan para aplicaciones de Internet.

¿El año de las tablets?

Por distintas razones, en los últimos tiempos es mucho lo que se habla de tablets, un concepto que si bien existe en la industria informática desde hace bien más de una década, no fue sino hasta el lanzamiento del iPad de Apple que se convirtió en un producto atractivo y apto para el mercado masivo. No obstante, pareciera que la gran excitación que se produce alrededor de las tablets tiene más que ver con la oferta en general que con la demanda.

En materia de usuarios de tablets hay que diferenciar claramente a los early adopters de lo que es el mainstream. Los primeros son aquellos que tienen una PC (muy probablemente una notebook) y un smartphone y que, como buenos entusiastas de la tecnología que son, agregan una tablet cuyo uso se acomoda entre ambos dispositivos. Éstos son mayormente los que hasta ahora han comprado tablets localmente. Pero para los segundos, y que son los necesarios para darle volumen a la cosa, si bien una tablet es un producto atractivo y deseable, todavía no queda bien en claro cómo se inserta ésta entre lo que ya tienen, amén de que no están tan dispuestos, por ahora, a desembolsar los $ 3 mil y más que cuestan estos dispositivos. Así, es la oferta (fabricantes, operadores, desarrolladores y proveedores de contenidos) quien tiene que esforzarse para que deje de ser un producto mayormente aspiracional para agregarle también un sentido utilitario claro, que justifique una erogación similar a la que se hace por una notebook o un LCD.

Por sus características físicas, una tablet es un dispositivo más apto para el consumo de contenidos (web, diarios y revistas, video) que para su generación. Se puede escribir un mail o participar en una red social, pero nadie en su sano juicio la utilizaría para escribir un informe o armar una compleja planilla de cálculo (salvo que le agregue un teclado, con lo que parecería una notebook). Y si bien algunas tienen conectividad celular y hasta capacidad para establecer llamadas, en realidad son más computadoras que smartphones. Aquí hay una razón de peso: por su tamaño, transportar una tablet, al igual que una notebook, es un acto premeditado, mientras que en el caso de un smartphone será un acto automático.

Esta diferencia hace que sean equipos más propicios para su utilización en forma estática, sentado a una mesa, en un sillón o tirado en la cama, y no tanto en movimiento, como sí sucede con los smartphones. Así, la venta de las tablets a través de operadores celulares no parece, por el momento, que sea el mejor camino, como no lo fue hasta ahora la venta de netbooks a través de éstos. Además, se produce un problema adicional: un operador celular venderá cualquier dispositivo que pueda atarse a un abono, ya que su negocio es la conectividad, no los equipos. Pero un usuario no querrá tener un abono para cada dispositivo conectable. Para enfrentar este problema, los operadores ya están dando sus primeros pasos. Recientemente comenzaron a ofrecer bundlings de smartphones con módems 3G, asociados ambos a un mismo abono de datos, bajo un modelo similar al de un pool de Mb. Este modelo sería fácilmente trasladable a las tablets.

Hay también un interesante mercado potencial para aplicaciones verticales, que fueron el objetivo inicial de las tablets años ha, y que hoy vuelven a surgir con fuerza debido al abaratamiento del hardware. Pero para ello hace falta el desarrollo de aplicaciones específicas y una comercialización distinta a la de un producto de consumo.

En síntesis, por ahora será un mercado más dependiente del push de la oferta que del pull de la demanda. Por esto, es probable que este año veamos mucho ruido por parte de fabricantes, operadores y proveedores de aplicaciones y contenidos, pero más cautela por el lado de los consumidores. Será más bien un año de evangelización.

Recorte de cables

Se vienen tiempos de cambios profundos para los proveedores tradicionales de servicios de TV paga (cable y satélite) de la mano del desarrollo de la banda ancha y la desintermediación en la distribución de contenidos. Si bien no se trata de un fenómeno que pueda tomar por sorpresa a los incumbentes del negocio televisivo, esta semana hubo un dato que es toda una demostración de que los cambios a veces llegan antes de lo previsto: Netflix ya tiene más suscriptores que Comcast, el mayor operador de TV por cable de los EE.UU.

Para entender este proceso, es conveniente repasar un poco la historia reciente desde una perspectiva tecnológica. Hasta hace poco a cada red correspondía un servicio único y determinado: la de TV por cable, video; la de telefonía, voz. Ninguna estaba en condiciones técnicas de transportar el contenido de la otra. Eran claramente universos estancos. Con la digitalización, las diferencias técnicas entre los distintos tipos de contenidos desaparecieron. Las redes dejaron de ser específicamente para un contenido determinado: todo aquello susceptible de ser digitalizado podía ser transportado. Esto llevó a que hoy haya cada vez menos diferencias entre redes de TV por cable y de telecomunicaciones. Ambas pueden dar servicios de banda ancha, telefonía o video. Como consecuencia, mientras en el mundo analógico la diferencia se daba por el servicio, íntimamente ligado a la red de transporte, en el digital surgen dos sujetos claramente diferenciados: la infraestructura de distribución y los contenidos.

A esta “indifirenciación” tecnológica se sumaron los cambios de hábitos a la hora de ver TV. El desarrollo de la banda ancha trajo aparejado, entre otras cosas, la popularidad de las descargas (generalmente ilegales) y del streaming, con YouTube a la cabeza. La nueva forma de acceder al contenido en video instaló el hábito del consumo a demanda e hizo que la oferta de material aumentara exponencialmente, al no existir restricciones físicas en cuanto a la cantidad y variedad de material. Así, se pudo salir del modelo en el que sólo eran viables los contenidos más populares, dando lugar al famoso “long tail”.

La separación entre infraestructura y contenidos le generó a la industria de la TV paga una plétora de competidores inesperados. Mientras que hasta hace poco tiempo atrás los operadores de TV por cable o satelital miraban con recelo a las empresas de telecomunicaciones ávidas por ingresar al negocio de la TV paga, ahora se suman también empresas de Internet, como Youtube (que se apresta a lanzar un servicio de alquiler de videos vía Web) así como propuestas directas de los propios proveedores de contenidos (desde Hulu a SouthPark Studios).

En Argentina ya se están dando los primeros pasos en este sentido. Por un lado, Cablevisión ofreciendo, vía Movie City Play la posibilidad de acceder a ciertos contenidos desde la computadora a sus abonados. Por el otro, Telefónica con su producto On Video, que permite ver contenido distribuido vía Internet en el televisor a sus clientes de Speedy. A estas propuestas locales podría sumársele la del cada vez más popular sitio Cuevana, cuya legalidad, si existe, parece estar basada en vacíos legales. Pero mientras, está ahí.

La tendencia a los cambios en la TV se verá potenciada con los cambios en los dispositivos. Mientras ya existen en el mercado los primeros televisores con capacidad de conexión a Internet, también están surgiendo las primeras aplicaciones para poder ver contenidos en video desde las famosas tablets.

Si a estas variantes (que se multiplican diariamente) se las combina con la naciente televisión digital terrestre (TDT), podemos estar en presencia de un combo explosivo para los operadores de TV paga tradicionales. En efecto, la TDT completa la oferta con contenido de broadcasting y gratuito, como es el caso de los canales de TV abierta, que tienen además un contenido preciado en el caso argentino: el fútbol.

En definitiva, un cóctel que exigirá a los operadores de TV paga tradicionales replantear sus modelos de negocios o correr el riesgo de estar en serios problemas más temprano que tarde. A fin de cuentas, YouTube nació hace apenas 6 años, y ya es claro todo lo que logró en tan poco tiempo.

Linkeando

  • Un recuerdo ya pronto serás: El primer gran actor de las redes sociales, MySpace, ya no es lo que era. Esta semana se difundió la noticia de que su propietario, News Corp., subastará la empresa por la que 6 años atrás pagó US$ 580 M. El piso será de sólo US$ 100 M. Say no more. [Reuters]
  • Houston, we have a problem: Esto es lo que viene a la mente al leer la noticia de que sólo el 8% de los ingresantes a Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata aprobó Matemática. Algo muy grave para el desarrollo tecnológico argentino. [CanalAr]
  • La privacidad, una entelequia: Primero fuerona las informaciones de que el iPhone registra los movimientos de sus usuarios. Luego se sumaron noticias similares por parte de Android y de Windows Mobile (Blackberry se viene salvando, al menos por ahora). Ahora se sumó una nueva, pero peor: el fabricante de GPS Tom Tom admitió que vendió información del andar de sus usuarios por las calles a la policía holandesa. Ya no hay dónde esconderse. [The Register]

La última creación de Apple

Los fans de SouthPark y de la tecnología no pueden dejar de ver el último capítulo de la serie, estrenado el 27/4 en los EE.UU., que gira íntegramente alrededor de Apple y sus novedosos y atractivos productos. El video completo puede verse desde aquí (legalmente). De muchísima actualidad, hasta toca el tema del trackeo de los movimientos de los usuarios de iPhone. Advertencia: es un tanto escatológico.

De teléfono a dispositivo

Considerando como evolucionan los ¿teléfonos? celulares, no hay dudas de que esta denominación tiende a desaparecer. Más aún últimamente, cuando los equipos cuyas ventas más crecen son aquellos que priorizan la conectividad de datos. Esto surge del informe “Mercado celular argentino” recientemente realizado por Carrier y Asociados.

El mercado de terminales celulares puede dividirse en cuatro grandes categorías: básicos, feature phones, sociales y smartphones. Los básicos son aquellos orientados a las comunicaciones tanto de voz como de SMS, que apenas en algunos casos incluyen cámaras de baja resolución y/o capacidad precaria de reproducción de archivos de audio. Los feature phones son los orientados a una característica dominante, como la capacidad de reproducir un MP3 (con controles dedicados para esta operación) o aquellos con cámaras de alta resolución y ajustes para mejorar las capturas. Los sociales son los destinados a la mensajería, formada por equipos con teclado QWERTY o pantalla táctil que, sin ser smartphones, permiten el uso de aplicaciones tales como mail, mensajería instantánea (Messenger) y redes sociales (Facebook, Twitter). Finalmente, los smartphones son aquellos cuyo sistema operativo acepta aplicaciones nativas, proveyendo una plataforma e interfaz estandarizada para los desarrolladores de aplicaciones (Symbian, Blackberry OS, Windows Mobile o Phone, iPhone OS, Android, Bada y variantes de Linux), pudiendo realizar más tareas que cualquiera de las categorías anteriores.

Visto en unidades, el mercado durante el 2010 presentó un escenario donde todavía los básicos son la primera minoría (38%) seguidos por los feature phones (34%). Los sociales y los smartphones presentaron valores similares (14% cada uno).

Pero este es sólo una foto, y la cosa se pone más interesante cuando se trata de ver la película.

Así se puede ver que si bien los básicos siguen dominando en volumen, éstos retrocedieron de un 51% a un 38% en términos proporcionales y cayeron un 8% en términos absolutos, evidenciando la creciente demanda por equipos más sofisticados. Por su parte, los feature phones registran un avance del 3%, pero está claramente por debajo del crecimiento general del mercado, del 25%.

En el extremo opuesto, los smartphones muestran un notable crecimiento, del 225%, sólo opacado por el de los teléfonos sociales, si bien su espectacular avance tiene que ver también con que se trata de una categoría nueva (los primeros equipos fueron lanzados hacia fines del 2008). Ambas categorías combinadas se acercan a un tercio del total, habiendo pasado del 8 al 28% del total. Esto pone de manifiesto el creciente rol del celular como herramienta de comunicación más allá de la voz y el SMS, a través de aplicaciones que tienen la ventaja de comunicar no sólo entre móviles sino también entre éstos y computadoras, de manera multiplataforma, lo que aumenta el atractivo de éstas. Ambas categorías son las únicas que crecieron por encima de la media del mercado.

Estas variaciones evidencian que los celulares son cada vez menos teléfonos y cada vez más dispositivos de datos. Así, la tendencia a que la voz se estanque y el consumo de datos crezca, está asegurada.

Manejando la transición

Demostrando que la vida sigue hasta tanto comiencen a surgir los primeros modelos basados en Windows Phone, Nokia continúa invirtiendo en su plataforma Symbian, lanzando esta semana dos nuevos modelos con una actualización de este sistema operativo, denominada Anna. Se trata de una versión con cambios en la interfaz de usuario, mejoras en la navegación y el ingreso de texto así como una actualización de Ovi Maps. También incluye novedades para el segmento empresas, con mejoras en el mail y la encriptación. Se trata de retoques, no cambios profundos.

A pesar de que en los medios internacionales, sobre todo los de EE.UU., dan poco menos que por muerto a Symbian, lo concreto es que Nokia sigue avanzando con su plan de vender 150 millones de terminales bajo esta plataforma en los próximos 2 años. Para lograr este objetivo serán importantes los países emergentes y el segmento medio, mercados en los que la empresa finlandesa sigue siendo fuerte y donde las plataformas más modernas no alcanzaron aún la difusión que sí tienen en el high end.

Retocar a Symbian es fundamental para Nokia, quien cuenta con éste para mantener su presencia, tanto física como de marca, en los mercados donde es fuerte (tal el caso de Argentina) y, obviamente, para preservar el negocio lo más saludable posible hasta la llegada de la generación basada en Windows. En realidad, no se trata de mantener la fidelidad hacia la plataforma sino hacia la marca que en definitiva es el gran impulsor de sus ventas. En otras palabras, la mayoría de sus clientes no compran Symbian (de hecho, sólo los más techies se fijan en la plataforma) sino Nokia. No obstante, es importante mantener a su base instalada fiel ante los embates, principalmente de Android y Blackberry, quienes también tienen una amplia difusión geográfica y cuentan con productos para el segmento intermedio, cosa que no tiene el iOS de Apple.

En Nokia son conscientes de esta transición traerá consigo una pérdida de participación de mercado, tal como lo reconoció su presidente y ex CEO, Jorma Ollila, por lo que se trata de defender una posición hasta que llegue la caballería minimizando las pérdidas. En eso están.

Mientras tanto, Nokia Argentina anunció esta semana que desde su Ovi Store local (la tienda de aplicaciones de la marca) se están descargando 180 mil aplicaciones semanalmente, lo que implica un importante crecimiento respecto de las 100 mil que se registraban en diciembre último. Números que confirman que aún hay vida en Symbian, aunque algunos se empecinen en enterrarlo.

¿Hacia un cambio de categoría?

En una movida para mantener la agresividad del precio de su e-reader, Amazon se apresta a lanzar una nueva versión del Kindle que será más barato a cambio de publicidad. El mismo costará US$ 25 menos, llegando a los US$ 114. Esta rebaja se logrará con la incorporación de publicidad y ofertas.

La publicidad será desplegada como protector de pantalla, reemplazando a las actuales imágenes alegóricas a la literatura por publicidades. Cabe aclarar que éstas sólo se publicarán como protector y en la pantalla inicial, pero no dentro del contenido de un libro. Además, Amazon ofrecerá a sus usuarios de Kindle descuentos. Inicialmente serán para productos en venta en el propio sitio, pero podría extenderse en un modelo estilo Groupon.

La incorporación de publicidad podría impulsar eventualmente al desarrollo de lectores con pantalla color (y sensible al tacto) que realce los avisos. De darse esto, convertiría al Kindle no ya en un e-reader puro sino en una tablet. Y considerando que Amazon ofrece todo tipo de contenido (libros, videos, música), el Kindle podría convertirse en un serio contendiente en el segmento, con una ventaja diferencial importante respecto de sus competidores. Sólo Apple tiene una tienda similar, aunque las dimensiones y expertise de Amazon en la venta online serán sin duda difíciles de replicar.

Cambio de firma

En una movida de consolidación típica de la industria de las telecomunicaciones, Global Crossing fue adquirida por Level 3, uno de los mayores carriers a escala mundial, por US$ 3 mil millones. Con esta operación, además del expertise de Global Crossing en servicios de valor agregado, Level 3 se hace con una red que cubre toda Latinoamérica con buena capilaridad. De esta forma y con el agregado de sus anchas espaldas financieras, Level 3 se convierte en un poderoso competidor en la región para Telefónica y Claro (ex Telmex).

Por otra parte, Level 3 es el carrier de Netflix, el servicio de video bajo demanda sobre Internet que tanto éxito registra en los EE.UU. Quizás sea por esto que durante la semana se conocieron rumores de que Netflix estaría cerca de comenzar a operar en Latinoamérica. Sin dudas que con la compra de Global Crossing, ese desembarco se vería facilitado.

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