Archivoagosto 2010

¿Condenados al éxito?

Independientemente de la opinión que se tenga en relación al fondo de la cuestión en el asunto Fibertel, lo que es indiscutible es que tal como se plantean las cosas en la famosa resolución 100/2010 vamos, como los lemmings, camino a un salto al vacío. Por un lado, porque, como explicamos la semana pasada [ver “Va a estar linda Internet”], la industria en su conjunto no tiene la capacidad técnica y humana necesaria para absorber 1 millón de usuarios en 90 días. Por el otro, porque el argumento del gobierno de que existen más de 300 ISP alternativos, es falaz. Que existan 300 o más proveedores no implica que haya igual número de redes, y mucho menos que éstas puedan ser accedidas por todos en cualquier lugar del país. Así, de nada le sirve a un ¿ex? cliente de Fibertel en Buenos Aires que la cooperativa de Villa Giardino (por citar sólo un ejemplo) dé servicios de Internet si ésta no tiene acceso físico al domicilio del abonado, sea a través de una red propia o de terceros.

Para entender mejor las limitaciones del caso, es necesario distinguir entre dos tipos de actores en lo que hace al acceso a Internet. Están quienes cuentan con una red propia, sea de alguna opción de cable (ADSL, cablemódem, fibra óptica, etc.) o inalámbrica (Wimax, LMDS, etc.). Se trata de aquellos que disponen de infraestructura que cubren geográficamente los domicilios de los clientes. Después están los que dan el servicio específico de Internet (navegación, mail, etc.) sobre la red de terceros, en un modelo que, en un ejercicio de simplificación, podría asimilarse al de operador virtual en otros servicios de telecomunicaciones. Por aspectos regulatorios, esto ocurre mayormente sobre las redes de las empresas telefónicas, lo que da lugar a que empresas como Sion, Datamarkets y tantas otras ofrezcan el servicio de Internet sobre el ADSL de aquellas. Incluso, esto es lo que permite contratar Arnet sobre la red de Telefónica o, inversamente, Speedy sobre la red de Telecom.

El problema con la caducidad de la licencia de Fibertel/Cablevisión es que obliga a sus abonados no sólo a migrar de ISP, sino también de red. Y justamente el acceso a estas redes, independientemente del proveedor del servicio de Internet, es lo que no abunda y se convierte en el talón de Aquiles de la resolución 100. Salvo en zonas de alta densidad de demanda y por lo tanto de oferta (como sucede en el micro y macrocentro de Buenos Aires) mayormente ésta se concentra en unos pocos operadores, generalmente uno telefónico (Telecom, Telefónica y Cooperativas), uno de TV por cable y, en menor medida, alguno inalámbrico.

De este modo, surgen dos aspectos débiles de la resolución. Una es la falta de una estrategia seria y viable para la migración de 1 millón de abonados. La otra es el despropósito que significa “apagar” una de las mayores redes de acceso a Internet del país (la de Cablevisión), con todo lo que esto implica, no sólo en términos de competencia sino también pensando en el desarrollo digital de Argentina. Se podría agregar una tercera, discutible desde una perspectiva política, que es que no es razonable que la solución (determinar la “muerte” del servicio) sea más grave que la causa del problema (operar con una licencia caducada). En otras palabras, resulta ilógico que el remedio sea más letal que la enfermedad.

Por lo pronto, se estaría evaluando la extensión del plazo para la migración del millón de clientes de Fibertel, de acuerdo con lo publicado en el sitio La Nota de Tapa. El artículo menciona que el interventor de la CNC habría admitido ante asociaciones de consumidores que se estaría evaluando una extensión de los plazos para permitir que los proveedores alternativos tengan más tiempo para adecuarse a un pico de demanda extraordinario. No obstante, esta medida no soluciona uno de los problemas más importantes, como lo es la desactivación de la red de Cablevisión como una alternativa competitiva de acceso. Por otra parte, nada garantiza que un número importante de usuarios no esperen hasta último momento para migrar (por desinterés, vagancia, especulación, etc.), con lo cual cumplido el plazo también quedarían clientes desconectados. [sigue aquí]

Plan B

Independientemente de la extensión o no de los plazos, y dando por descontado que el proceso de apelación a la medida entrará en un recorrido judicial impredecible pero también lento, no hay que descartar un escenario donde efectivamente Cablevisión deje de prestar el servicio.

De darse esta situación, y ante la falta evidente de un plan de migración para “reubicar” 1 millón de abonados en 3 meses, la mejor forma de evitar la desconexión de la mayoría es que sigan accediendo a Internet a través de la red que usan actualmente, la de Cablevisión, más allá de quién sea el proveedor del servicio de Internet (ISP). No hacerlo tendría un costo muy alto cuando en muchas de las localidades afectadas sólo queda el acceso a la red telefónica. Así para que los usuarios no queden desconectados y no se alteren las condiciones de competencia, un nuevo ISP debería operar utilizando la red de Cablevisión.

En tren de analizar escenarios, surgen dos alternativas si lo que se busca es cumplir con la resolución pero al mismo tiempo mantener el servicio en forma ininterrumpida para sus usuarios. Ambas implican la entrada en escena de una sociedad que cuente con la licencia para dar servicios de Internet (ISP), la cual operaría sobre la red de Cablevisión, quien prestaría la infraestructura de transporte pero no el servicio. Y las alternativas son que este ISP sea privado o público.

Si es privado, Cablevisión tiene un as en la manga: PRIMA S.A. (Primera Red Interactiva de Medios Argentinos). Se trata de una subsidiaria 100% de este operador, tal como consta en sus balances. La misma tiene licencia para operar, haciéndolo bajo la marca Datamarkets.

PRIMA tiene antecedentes prestando servicios sobre redes de terceros. Comenzó a través del ISP Ciudad, operando sobre las redes telefónicas, primero ofreciendo acceso dial up y más tarde banda ancha a través del ADSL de Telecom y Telefónica. Al tiempo, amplió sus servicios a la red de cablemódem de Multicanal. Al operar Ciudad sobre múltiples redes de terceros, sus clientes tenían la alternativa de acceder a Internet tanto desde la red telefónica como de la de TV por cable. Luego de algunos reacomodamientos dentro del Grupo Clarín y más tarde con la fusión de Cablevisión y Multicanal, los clientes de Ciudad terminaron siéndolo de Fibertel/Cablevisión, quien puso el énfasis en la red de cablemódem. PRIMA se concentró entonces en el segmento de empresas con Datarmarkets.

Ante el escenario de que la resolución 100 siga vigente, Cablevisión podría entonces transferir sus clientes a PRIMA, quien comenzaría a operar el servicio sobre la red del operador de cable. Pero esta alternativa tiene un talón de Aquiles: al carecer de licencia, Cablevisión no podría traspasar sus clientes por decisión propia dado que técnicamente ya no lo serían más. O sea que el nuevo ISP debería “conquistar” a los clientes de Fibertel para que expresamente optaran por contratarle sus servicios. Una tarea de uno por uno muy distinta a la de traspasos en masa, y con tiempos apremiantes. No obstante, al usar la misma red que Fibertel (la de Cablevisión), tendría la ventaja de que el servicio continuaría ininterrumpido para los abonados, pudiendo inclusive mantener el preciado dominio fibertel.com.ar. [Caveat lector: PRIMA podría no ser la única sociedad vinculada al Grupo Clarín con licencia para dar servicios de valor agregado (lo que incluye Internet). No obstante, el mecanismo de resolución del conflicto sería el mismo]

Desde el punto de vista político, una solución que implique que una sociedad de Cablevisión mantenga el servicio de Fibertel no parece muy digerible para el gobierno, ya que su estrategia sufriría un duro golpe, con lo que todo el revuelo armado sólo habría servido para quedar en una posición peor que la original.

Si por algún recurso técnico-legal el plan PRIMA no pudiera implementarse, no habría que descartar una intervención directa del Estado, esgrimiendo el argumento de garantizar la continuidad del servicio. Así surge entonces la alternativa de un ISP estatal, que se haga cargo del servicio para garantizar su  continuidad, evitando la desconexión del millón de abonados o como mínimo todos aquellos que no hubieran logrado cambiar de proveedor dentro del plazo de 90 días estipulado. Para ser prolija, esta intervención estatal debería darse hasta tanto la Justicia se expida sobre el fondo de la cuestión. Claro que el escenario de una operación conjunta entre Cablevisión y el Estado, el primero proveyendo su red de cable y el segundo dando los servicios de Internet, se presenta a todas luces como problemático. Además, una intervención estatal generaría un revuelo político no menor, más allá de que por los antecedentes, esto no sería un disuasor.

Por supuesto, el ISP privado podría ser independiente, aunque parece poco probable que Cablevisión “ceda” los abonados de Fibertel a un tercero para convertirse en una simple red de transporte. Y la regulación vigente no podría exigírselo. [sigue aquí]

Epílogo

Por el momento, lo único concreto es que de mantenerse las condiciones emergentes de la resolución 100, lo que dejaría a cientos de miles de abonados sin servicio, el gobierno estaría actuando como Nerón quemando Roma. Y hay una diferencia entre ser loco y comer vidrio…

Afortunadamente, el caso Fibertel no es insoluble. Hay distintos caminos que se pueden seguir para lograr los que deberían ser los objetivos principales: no desconectar a ningún abonado actual de Fibertel ni prescindir de la valiosa red de Cablevisión como plataforma de acceso en competencia con otras.

No obstante, el asunto deja al desnudo el problema de fondo: Argentina carece de una estrategia en infraestructura tecnológica que parta de un marco regulatorio acorde a la realidad de su oferta. Hoy parece imposible discutirlo. Habrá que esperar, mínimamente, al 2011.

Linkeando

  • Comparando la innovación: Interesante argumentación respecto de qué estimula más la innovación, si los monopolios o la competencia, basada en la teoría económica y aplicada a las computadoras personales. [The Economist]
  • Juegos de guerra: Mientras que en 1983 se trató sólo de una película, en el 2008 un agente extranjero infectó computadoras militares de los EE.UU. a través de un flash drive, en lo que sería la más importante violación de sus sistemas hasta la fecha. O como la realidad puede superar a la ficción. [The New York Times]

Una voz en el teléfono

Esta semana Google adelantó que en breve lanzará un sistema de VoIP que competirá con Skype. Sabiendo que Google obtiene mayormente sus ingresos de la publicidad, este video muestra cómo será hablar vía Google. IMPERDIBLE.

¡Va estar linda Internet!

Lo que era una hermosa jornada de sol y temperatura agradable se transformó súbitamente con el anuncio del ministro de Planificación emplazando a Cablevisión a dejar de prestar el servicio de acceso a Internet con la licencia otorgada oportunamente a Fibertel en un plazo de 90 días. El justificativo técnico de la medida fue que la absorción del ISP (que funcionaba como sociedad independiente) no daba derecho al uso de la licencia, ya que éstas son intransferibles (al menos, en los papeles).

No tiene sentido sumergirse en la cuestión técnico-legal, la cual será parte de una batalla en ámbitos de la Justicia que se dirimirá en un plazo no tan veloz como el deseado por los perjudicados por este anuncio. No obstante, es interesante analizar las repercusiones de tan impactante medida.

Para dar un marco de situación, a junio último Cablevisión tenía poco más de 1 millón de abonados, representando un 25% del mercado, detrás de Telefónica y Telecom, ambos en alrededor de 1,3 millón de abonados. Estos números dan la pauta de que el impacto en el mercado de acceso a Internet lejos está de ser menor.


En el escenario en que efectivamente Cablevisión tuviera que dejar de prestar el servicio de acceso a Internet, absorber 1 millón de nuevos clientes no será tarea sencilla para el resto de los ISP desde una perspectiva técnico-operativa. Se trataría de un pico de demanda demasiado alto como para que haya disponibilidad de módems y otros dispositivos de la red así como de personal capacitado para instalar y dar soporte en un plazo tan exiguo. Para tener una mejor idea de magnitud, en los 90 días del trimestre abril-junio pasado, el crecimiento del total del mercado fue de 140.000 abonados. La medida implicaría una volumen 7 veces superior en un período de tiempo equivalente.

Más allá del atolladero que se produciría por la migración de tantos abonados en tan poco tiempo, la desaparición de Cablevisión como proveedor de acceso a Internet traería serios problemas en términos de competencia, ya que el mercado se concentraría aún más. Pero no sólo esto, en varios lugares (el mundo no termina en Buenos Aires), Fibertel es la única alternativa, sea a Telecom, Telefónica o las cooperativas. Allí, su salida implicaría la creación automática de monopolios, dando lugar a un serio retroceso, habida cuenta de que el de acceso a Internet es uno de los pocos mercados donde, a pesar de la concentración, hay competencia. Esto se refleja en sus precios, los cuales apenas subieron en comparación con lo que sí sucedió con otros bienes y servicios, demostrando que la multiplicidad de oferta, aún acotada es el mejor freno a estas subas.

El escenario de la venta o cesión del negocio a un tercero para evitar tamaño traspaso de abonados y mantener la competencia es complejo, ya que el servicio de acceso a Internet se ofrece sobre la misma red por la cual se da la TV por cable, dificultando la separación de los servicios. Es por esto que no sería totalmente descartable la hipótesis de una intervención de algún tipo (estatización, venta forzada, etc.) en la empresa llegado el caso. Esto podría incluir además al negocio de TV considerando que la fusión entre Cablevisión y Multicanal también es cuestionada desde el gobierno. Parece extremo, pero en un juego de what if todos los escenarios deben ser contemplados.

Seguramente los próximos días serán ricos en especulaciones respecto de “manos negras” detrás de la medida anunciada. Tampoco hay que descartar repercusiones, tanto nacionales como internacionales, que hagan un paralelismo entre lo que sucede aquí y en Venezuela, donde también hay un enfrentamiento importante entre el gobierno e importantes grupos de medios.

En resumen: difícilmente la medida anunciada por el gobierno pueda implementarse con éxito en los plazos expuestos. Así, las opciones son una salida negociada o un descalabro importante. Lo concreto es que se vienen días muy movidos.

Para llevar a todas partes

Esta semana hubo sorpresa, ya que luego de dormir el sueño de los justos por 10 años, finalmente la Secretaría de Comunicaciones reglamentó la portabilidad numérica para la telefonía móvil, a través de la resolución 98/2010. Se trata de un recurso contemplado en el decreto de apertura del mercado de las telecomunicaciones del año 2000, el cual, por diversas razones (y no necesariamente justificaciones), no había sido reglamentado hasta el momento.

La medida sin dudas es bienvenida, ya que fomenta la competencia entre los operadores. Esto no implica que una vez implementada los precios del servicio bajen, ya que competir por precio es sólo una estrategia y algunos podrán optar por competir por calidad de servicio.

Como siempre hay quienes buscan segundas intenciones, no faltaron las especulaciones respecto de por qué se hizo en este momento y no antes. Algunos dicen que fue para contrarrestar un proyecto de ley nacido en el Senado que quiere aplicar la portabilidad, aunque en este caso la misma contempla también a la telefonía fija. Otros dicen que se lanzó ahora para mitigar el efecto de los últimos aumentos de tarifas anunciados. Pero lo más sólido parece estar por el lado de las exigencias judiciales para su implementación como consecuencia de reclamos de asociaciones de consumidores.

Más allá de las causas, se trata de una medida positiva, quizás más que si se hubiera implementado hace 4 años. Tiempo atrás, los principales interesados en conservar su número eran aquellos que usaban el celular para trabajar, fueran altos ejecutivos o personas con un oficio para quienes ese número era la puerta de acceso de sus clientes. Pero para el resto, no importaba demasiado. De hecho era común que muchos cambiaran de línea al comprar un nuevo teléfono más bonito o con más funcionalidades. El tema se resolvía rápidamente, enviando un SMS a sus amistades pidiendo que agendaran el nuevo número. Pero con el paso del tiempo el celular se fue incorporando a todos los órdenes de la vida, no ya solo al meramente social. Así, ponen su número celular en sus CV para ser contactados, cuando se hacen trámites, etc. De esta forma, el valor del número para el usuario creció notablemente.

La resolución fija un plazo de un año para su implementación por lo que todo aquél ávido de cambiar deberá esperar un tiempo más. De todos modos, es previsible que una vez implementada la portabilidad se produzca un pico de demanda inicial por cambios de operadores que luego se estabilizará en valores bien por debajo del 1% mensual.

Sopa de letras

Un par de semanas atrás desde aquí mencionábamos las diferencias que hay entre el público “techie” y el resto de los mortales, las cuales suelen ser olvidadas por la industria tecnológica en general, que muchas veces cuando quiere aclarar en realidad lo único que logra es oscurecer. Si los usuarios normales (y algunos techies también) tienen problemas en identificar claramente a un smartphone, la cosa se complica mucho más cuando se trata de diferenciar tecnologías de conectividad inalámbrica, que ni siquiera tienen un objeto en el que corporizarse. Por esto, es bastante habitual que los usuarios, incluyendo a aquellos que cuentan con smartphones, no puedan diferenciar claramente 3G de WiFi, llegando al extremo de no saber en ocasiones por qué tipo de red se están conectando. Esto surge del informe “El usuario ante los smartphones”, recientemente publicado por Carrier y Asociados.

El concepto de 3G es bastante difuso. Muy pocos lo ven como banda ancha en el móvil, asociándolo mayormente a los módems USB para computadoras. No obstante, en general se lo percibe como lo más moderno en tecnología celular, aunque sin una clara idea de por qué es así.

En relación al WiFi hay más confusiones, ya que no son pocos quienes creen que un dispositivo con WiFi equivale a que “trae Internet”. No obstante, la popularidad de bares y otros lugares públicos que ofrecen conectividad WiFi ayudan a comprender que se trata de una tecnología de conectividad local, aunque generalmente destinada a aquél que anda con una portátil a cuestas. Quizás por esto es que el WiFi compite más con 3G en el ámbito de las notebooks/netbooks que de los smartphones. Las primeras se adaptan porque, más allá de la movilidad, suelen usarse estáticamente en áreas con conectividad. Los smartphones, en cambio, se usan en movimiento, por lo que el WiFi equivale a pequeñas islas de conectividad.

De todos modos, entre aquellos que diferencian las tecnologías, la gran ventaja de 3G termina siendo su ubicuidad más que su velocidad. Siendo que la alternativa WiFi no siempre está disponible, 3G es visto como la conexión permanente, un factor clave para quienes privilegian la comunicación, porque nunca dejan de “estar”. Por esto, el uso de WiFi desde los celulares, al ser un sustituto parcial de la ubicuidad, se convierte en una puerta de entrada al mundo de los datos móviles. Usando sus celulares con WiFi en hotspots y/o en su hogar, los usuarios se acostumbran a tener datos en el celular y más tarde o más temprano terminan usando la red celular para que su conectividad sea permanente. Sin cortes.

Al margen de las distintas tecnologías utilizables, la conectividad móvil va instalándose en la vida cotidiana. Necesidades que antiguamente emergían o se proyectaban para estas ocasiones extraordinarias (por ej., en caso de viajes o vacaciones) hoy se sienten a diario. Por ejemplo, es ideal tener Messenger, Facebook o simplemente Internet en el celular para los viajes diarios en transporte público o sencillamente para cuando se está lejos de una PC. A su vez dentro de los usuarios de smartphones, el celular los acompaña con su conexión de datos aún dentro del hogar, evidenciando su avanzada sobre la vida diaria. Así a lo largo de los años se pasó del uso del celular como un medio de comunicación puertas afuera del hogar a continuar su uso puertas adentro, a lo que ahora comenzaría a sumarse los datos, complementando y sustituyendo a la PC.

Linkeando

  • Aclarando: Luego del anuncio de la firma de la paz entre Telecom Italia y el Grupo W, se conocieron los detalles del acuerdo que fueron presentados ante la Bolsa de Comercio y la Comisión Nacional de Valores. Igualmente, todavía falta la palabra de Defensa de la Competencia. [La Nación]
  • ¿Motivos ocultos?: El affaire que terminó con el despido del CEO de HP sigue dando que hablar, conociéndose más detalles. Ahora parece que todo el escandalete fue utilizado para sacarse de encima a alguien que chocaba con la “cultura HP”. [New York Times]

Entradas recientes

Comentarios recientes

Archivos

Categorías

Meta