Archivoabril 2014

Ubicando a las tablets

Con casi 2 millones de unidades en uso en el país (entre las importadas oficialmente más las “importaciones individuales” mucho más difíciles de cuantificar), el de las tablets es un mercado que va ganando dimensiones de masividad, habiendo recibido un fuerte impulso en el 2013, cuando se vendieron alrededor de 1 millón de unidades. Esto podría ser un dato muy preocupante para quienes fabrican y comercializan PC, pero una lectura más detalla de lo que los usuarios de tablets hacen con las mismas permite afirmar que si bien hay y habrá un impacto en las ventas de aquellas, las tablets sólo podrán sustituir, parcialmente, a las PC en ámbitos hogareños. En ambientes laborales, su perfil es más el de un complemento. Esto surge del informe “Usuario de Tablets 2014” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Como sucede con otros dispositivos como la PC y los smartphones, las tablets son utilizadas ampliamente como herramientas de comunicación y socialización. En lo que es VoIP, Skype registra una mayor adopción que en la PC por ser un equipo más móvil, portable y de acceso inmediato. En el caso del mail, se trata de una aplicación más indicada para la PC, sobre todo cuando se trata de escribir mails largos, pero se adapta bien a la tablet para su lectura y respuestas rápidas. La mensajería instantánea no encuentra en las tablets un ámbito en el que se sienta cómoda. Sin posibilidad de usar Whatsapp (que se asocia al número del celular), el rey de la categoría es el Facebook Messenger. No obstante, como la tablet no es considerada como un dispositivo cómodo para escribir, los usuarios intensivos de mensajería instantánea optan por el celular o la PC. Con las tablets hay una menor tendencia a compartir material desde Facebook (fotos, videos, vínculos) ya que la acción de copiar y pegar o buscar un archivo en el dispositivo no es tan evidente para el usuario medio.
Fuera de las herramientas de socialización y comunicación, surgen como muy populares dos categorías de apps que se caracterizan por poder ser utilizadas sin conexión a Internet: juegos e eReaders. Jugar en la tablet es simplemente una experiencia diferente, con más variedad de juegos que en la PC, amén de que muchas de estas apps son gratuitas. Además, la pantalla táctil simplifica mucho su control en comparación con la complejidad de la PC. Por otra parte, el uso de las tablets como eReaders resultó en varios casos la principal motivación para adquirir este dispositivo. La lectura es una actividad que encuentra en estos dispositivos diversos beneficios: una enorme variedad de títulos (algunos no editados localmente), un tamaño y pesos justos para leer y transportar que lo hace más cómodo que un libro y la facilidad para pasar páginas.
En cuanto a los contenidos audiovisuales, el acceso se da vía apps y referencias por redes sociales o mensajería instantánea. Los contenidos consumidos son mayormente videos de corta duración, lo que explica también la popularidad de YouTube. Los videoclips se adaptan a la perfección a este tipo de consumo, convirtiendo a la tablet en una auténtica rockola. El consumo de videos de mayor duración, como series o películas, no es una práctica tan habitual.
Así las cosas, difícilmente las tablets se conviertan masivamente en una herramienta de trabajo o estudio. Por sus características y limitaciones, sus usos están centrados en el entretenimiento (juegos, música, videos, lectura) y la socialización (VoIP, redes sociales, mail y un poco de mensajería). Pero para el grueso de las actividades laborales, profesionales y estudiantiles (escribir, calcular, manejar bases de datos), difícilmente logre desplazar a las notebooks y PC. Quizás puedan sí convivir en escenarios específicos, como presentaciones preparadas en una PC y exhibidas en una tablet. En otras palabras, las tablets se perfilan más como un dispositivo tanto para jugar como para consumir contenidos, pero no tan así producirlos.

Nokia ha muerto, ¡Viva Nokia!

Como parte de la adquisición de Microsoft del negocio de terminales de Nokia, esta semana, no sin un dejo de nostalgia por parte de muchos (periodistas y usuarios), se anunció que la ahora unidad de móviles del gigante del software dejará su nombre tradicional para llamarse Microsoft Mobile. Pero lo que muchos interpretaron es que la marca de celulares Nokia dejará de existir. Nada de eso ocurrirá, y sería una tontera que así fuera.
Conviene recordar que al momento de anunciarse la transacción, en septiembre del año pasado, se aclaró que Microsoft compraba las marcas Lumia (smartphones) y Asha (socialphones), pero que licenciaría la marca Nokia por un término de 10 años. El acuerdo incluía también la cláusula que indicaba que la Nokia restante no competiría en el negocio de móviles durante ese período. Esto significa que por un largo tiempo, los celulares de Microsoft se llamarán (o seguirán llamándose) Nokia. Sería muy imprudente de parte de Microsoft deshacerse de una marca tan bien posicionada en un negocio en el que está ingresando y que es muy fuerte en mercados donde la presencia de Microsoft es débil.
No obstante, es claro que en algún momento Microsoft tendrá que ir “matando” a la marca Nokia ante la posibilidad de que vuelva a manos de los finlandeses, más aún si éstos decidieran eventualmente volver a incursionar en el negocio de los dispositivos móviles. Aun cuando de aquí a 10 años es casi imposible saber si éstos se parecerán a los actuales. De todos modos, difícilmente esperará hasta el año 9 para hacer ese cambio.
Por lo pronto, lo lógico y natural es que Microsoft saque ventaja de la marca Nokia para establecerse como fabricante de terminales, mientras planea el momento adecuado para esconderla. Quizás Lumia se termine convirtiendo en su sucesora.
Así que, a secarse esas lágrimas. Los celulares Nokia seguirán vivitos y coleando por un tiempo, hasta que terminen de ser rebautizados. Eso sí, mientras tanto tendrán un padre con otro apellido.

La rebelión de los operadores

Con la masificación de los smartphones en base al éxito del iPhone y los equipos basados en Android, la preocupación de los operadores fue por perder el control de sus clientes a manos de las plataformas de los dispositivos. Y así como algunos buscan desarrollar apps y servicios que les permitan una relación más cercana con éstos, Deutsche Telekom (DT) y su subsidiaria en los EE.UU., T-Mobile están experimentando un camino distinto: usar un buscador de apps alternativo que se presenta como más cercano a sus intereses.
DT usará la tecnología de búsqueda de la alemana Xyo, para producir mejores recomendaciones. Este start-up acaba de cerrar un trato con el operador alemán para proveer una alternativa a Google Play en sus smartphones Android. Mientras Google Play basa sus recomendaciones en función de la popularidad de las apps (medidas en descargas), Xyo analiza el uso de las mismas y las preferencias de los usuarios para generar sus recomendaciones.
Más allá del servicio que los operadores pueden rendirle a sus clientes ofreciendo búsquedas más pertinentes, también hay oportunidad de hacer negocios. Por un lado, está la posibilidad de la publicidad en búsquedas (search advertising) a través de vínculos esponsoreados. Pero además, los operadores pueden asegurarse de darle visibilidad preferencial a apps que les interese difundir, como propuestas de almacenamiento en la nube, suscripciones de música y tantas otras. Si bien podrían lograrlo pre instalando estas apps, con la tecnología de Xyo los operadores podrán apuntar directamente a los clientes interesados a través de la búsqueda contextual.
Se trata de una iniciativa interesante que seguramente será seguida de cerca por el resto de los operadores, pudiendo socavar el control de las plataformas sobre los usuarios. Y de paso, redituarles económicamente.

Linkeando

  • Neutralidad amenazada: En las últimas semanas, las discusiones sobre la neutralidad de la red cobraron nuevos bríos en los EE.UU. Según el WSJ, la FCC propondrá nuevas reglas siendo quizás la más relevante la que da marcha atrás con la idea de que Internet sea un servicio público (que debe ser ofrecido en iguales condiciones para todos) a favor de mantenerlo como servicios de información, que puede ser manejado a placer por los ISP (dentro de límites razonables). Se viene un debate acalorado. [The Register]
  • Netflix, cada vez más cuco: Con motivo de la presentación de resultados trimestrales, quedó nuevamente en evidencia que el servicio OTT de video bajo demanda es una auténtica locomotora. Sus suscriptores internacionales crecieron en el último año un 77,4%. También sumó 2,25 millones de suscriptores en EE.UU. en un trimestre. Tan sólidos se sienten que hasta se animaron a bombardear la propuesta de compra de Time Warner por parte de Comcast. Los chicos crecen… [Telecom Paper]
  • La batalla por el cielo: Siendo el cloud computing uno de los negocios de mayor crecimiento a futuro, son muchos los interesados en participar. Hoy, la pelea entre Amazon y Google pinta como épica. Y por el momento, la empresa que empezó vendiendo libros lleva una clara delantera. Interesante nota para entender este negocio. [Quartz]

Twits selectos

WiFi al auxilio

Nacido para conectar computadoras, el WiFi se popularizó por permitir la conexión de todos los nuevos dispositivos que se sumaron posteriormente, como celulares, tablets, media players, cámaras y otros. Y así como en su primera etapa fue clave para permitir la conectividad a pequeños dispositivos, en esta segunda se convierte en un componente ineludible de las redes celulares actuales y futuras. Por eso es importante destacar que un 73% los celulares que se vendieron en 2013 en Argentina contaban con WiFi. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2014” publicado por Carrier y Asoc.

En este avance de la tecnología WiFi influyó mucho su inclusión en todos los smartphones vendidos. La popularidad creciente de éstos se hace sentir. También hizo su aporte el 58% de los socialphones vendidos que contaron con esta capacidad.
La difusión de la tecnología WiFi, tanto en dispositivos como en redes, cumple y cumplirá un rol relevante en el ecosistema móvil, aportando conectividad y capacidad que complemente o sustituya a la red celular. Es importante destacar que la demanda por capacidad adicional en dispositivos móviles crece exponencialmente aún en mercados que cuentan con amplia cantidad de espectro para redes celulares. En el caso argentino, donde la infraestructura se encuentra más presionada, la relevancia de contar con WiFi en el celular es mayor. Aporta conectividad complementaria, ofreciendo mayor capacidad como un costo cercano a cero sin límite de tráfico de datos.
Para poder capitalizar esta tecnología tan difundida en hogares, organizaciones y lugares públicos es necesario obviamente que el terminal, el teléfono, cuente con esta capacidad. A pesar de la mayor participación en ventas, aún queda camino por recorrer entre los celulares argentinos. Es que todavía un 40% del parque en uso no tiene capacidad de conectarse a redes WiFi. A este ritmo, recién 2017 no quedaría ningún celular sin WiFi en uso.

El silencio de los no inocentes

Sucede a menudo cuando se viaja al exterior. Si un extranjero vinculado a la industria de las telecomunicaciones pregunta o comenta sobre el estado de las telecomunicaciones móviles en Argentina y se entera de que aún no se ha siquiera iniciado el proceso de asignación de espectro para 4G, la reacción es una mirada entre solidaria y compasiva. Algo así como, “pobres, qué atrasados estarán por un tiempo”. Eso sin conocer las limitaciones de la infraestructura actual.
Lo cierto es que Argentina llegó a un punto que era totalmente previsible y, peor aún, evitable. Conviene recordar que hasta los inicios de la década del 2000 Argentina contaba con una de las redes de telecomunicaciones, tanto fijas como móviles, más desarrolladas de la región. Pero con una gran responsabilidad del Estado (más el invalorable aporte de las empresas), la situación se fue complicando cada vez más, en la medida en que aumentaba la demanda por capacidad (con la multiplicación de nuevos dispositivos más exigentes) y la infraestructura no respondía en consecuencia. ‘
En los últimos 10 años se pasó de 7,8 millones de líneas en servicio a 60,5 millones. Aun considerando que de las últimas alrededor de 40 millones son de uso regular, no deja de ser un crecimiento fortísimo. A esto hay que sumarle la mayor demanda de capacidad que introdujeron principalmente los smartphones (que ya el año pasado representaron más de la mitad de las ventas de equipos nuevos), popularizándose el consumo de datos desde el celular.
Es cierto que las empresas tuvieron su responsabilidad. Durante mucho tiempo encabezaron los rankings de quejas de los consumidores, aunque inicialmente más por temas comerciales (facturación de servicios no contratados, por ejemplo). Luego fueron agregando, y en cantidad, reclamos por fallas técnicas (imposibilidad de comunicarse, por ejemplo). En el terreno comercial todavía dejan que desear. Siguen siendo habituales facturaciones por servicios no contratados, envían spam de terceros vía SMS (siendo que quien envía debe pagar por este envío) entre otras delicias. A pesar de ello, ninguna autoridad gubernamental (Defensa del Consumidor, Defensa de la Competencia, Secretaría de Comunicaciones, CNC) fue capaz de poner fin a los reclamos. Es más, tampoco hubo una búsqueda fructífera de una solución global a estos temas, más allá de proceder puntualmente en algunos casos. Recién hoy, una década después de asumida la gestión, el gobierno delinea un reglamento de usuario para un servicio que ya tiene 25 años y que puede considerarse masivo desde el 2004, cuando llegó a 13,5 millones de clientes. Toda una muestra de la atención prestada.
Tanto o más grave aún fue el accionar en materia técnica/regulatoria para acompañar la creciente demanda y las nuevas tecnologías. Una pasividad que el tiempo demostró respondió tanto a desinterés como al enfrascamiento en internas políticas y visiones (o intereses) encontrados. Varias oportunidades dejadas pasar marcan esta desidia.
En el año 2008 Movistar terminó de liberar el espectro excedente (consecuencia de la fusión de Movicom y Unifón). O sea, desde hace 6 años que se podría haber reasignado el mismo a los operadores vigentes o algún entrante (cosa menos probable), lo que significaría disponer de un poco más de “aire” para las comunicaciones. La sorpresiva asignación del mismo a Arsat, a fines del 2012, fue una muestra de las fuertes internas en el seno del gobierno entre quienes querían distribuir el espectro entre las empresas y quienes querían levantar un campeón nacional. Esta puja hizo que todo se empantanara. Poco tiempo después se sumó la desilusión los operadores alternativos (en su gran mayoría PyMEs de telecomunicaciones) que veían inicialmente en Arsat a un mayorista que les permitiría ofrecer sus servicios móviles bajo un modelo MNVO. Pero el anuncio de Libre.ar como operador dio por tierra con sus esperanzas: podrían sí revender Libre.ar, pero no bajo su propia marca. Así, hasta el modelo mayorista fue motivo de disputas internas, prevaleciendo la postura de quienes querían competir de igual a igual con los operadores móviles existentes en vez de convertirse en un posibilitador para terceros. Igualmente, tampoco se materializó. Como resultado, no se avanzó un ápice en la definición de cómo se utilizará ese espectro, sea con red propia sea sobre redes de terceros, mayorista o minorista. Pasó un año y medio y estamos en el mismo punto. Así, el Estado argentino se convirtió en el perro del hortelano, no come ni deja comer.
Esta asignación, se creía, estaba íntimamente ligada a lo que vendría después: la del espectro para servicios LTE o 4G. Se decía que ni bien se cerrase el tema 2 y 3G se comenzaría el proceso para hacer lo propio para 4G. De hecho, en 2010 comenzaron los operadores a probar tecnología para 4G. Pero en este caso no se cumplió aquello de “no por mucho madrugar amanece más temprano”.
La historia es conocida: desde aquél momento no se avanzó más allá de identificar, a fines del 2012, cuáles serían las frecuencias habilitadas para 4G (700, 1700 y 2100 MHz). Desde entonces, casi un año y medio después, no se ha mencionado una palabra sobre el tema por parte de las autoridades competentes. Apenas si hubo un extraño desliz esta semana.
Este racconto permite imaginar cuán distinta sería la situación actual si se hubiera actuado acertadamente en cada momento. Todo el espectro de 2 y 3G habilitado estaría en uso (por los operadores actuales, un operador estatal y quizás hasta un mayorista) y habría disponibilidad comercial (aunque en su fase inicial) de servicios de 4G. No sólo hubiera servido a usuarios de equipos de gama alta y media habilitados (de paso liberando capacidad para quienes siguieran en redes 2 y 3G) sino que también habría una oportunidad más sólida y concreta para módems de banda ancha y routers móviles para conectar dispositivos varios (PC, notebooks, tablets, etc.) en movimiento. Una complementación y hasta sustituto de los servicios de banda ancha fija que en muchos casos ofrecen capacidades inferiores a las de 4G. Esto sin entrar en los detalles de las nuevas posibilidades que la tecnología 4G, mucho más moderna y concebida desde su inicio para la transmisión de datos, podría ofrecer.
No hay que pensar a la tecnología 4G como un lujo para que las clases urbanas más acomodadas puedan ver sus fotos en Facebook más rápidamente. Por sus mejores características, la 4G permite desarrollar infraestructuras en áreas adyacentes, como la educación, la salud, gobierno y otras, todas ellas claves en una sociedad moderna y avanzada.
Si bien la sociedad en su conjunto debería presionar para que Argentina no quede atrasada en el desarrollo de la infraestructura clave del siglo XXI, es natural que esto no ocurra. Se trata de un tema de base técnica y visión a largo plazo. Pero sí raya con la irritación que estos temas no figuren ni por asomo en la agenda de los políticos, ni oficialistas ni de la oposición. Sí aparecen cuando los problemas estallan, aunque suelen hacerlo con ideas cuestionables, como nacionalizaciones o castigos. Evidentemente, ellos tampoco tienen en claro la relevancia estratégica del tema ni cómo encarar soluciones de fondo. Una demostración de que ni aún el recambio generacional reciente ayudó a preparar al país para su propio futuro.
A pesar del tiempo perdido, siempre se puede empezar. Hace rato que ya es hora.

Linkeando

  • Cambia, todo cambia: Hace unos años, iTunes era el referente y sometía a la industria de la música a sus condiciones. El tiempo pasó, la música pasó de los iPod a los celulares, y hoy iTunes lucha contra ventas de música en caída a manos de los servicios de streaming. La duda de Apple hoy es si abrir iTunes a otras plataformas (ej: Android). ¿Será iTunes el BBM de Apple? [Billboard]
  • Con portabilidad reducida: A pesar de las expectativas creadas con su lanzamiento, la portabilidad numérica en Argentina tuvo resultados modestos. Falta de comunicación oficial, estrategias de retención más que de captación, y un baja diferenciación entre operadores entre las causas. [El Cronista]
  • Caballo de Troya: Con la inclusión de metadata que permite desplegar información adicional a lo que se ve en una segunda pantalla, el lanzamiento de Fire TV de Amazon tiene el potencial de ser una máquina de ventas disfrazada detrás de una consola de entretenimiento. Cobrar US$ 3,99 por el alquiler de una película está bien. Pero mejor si se puede vender por US$ 40 en productos relacionados. A fin de cuentas, es un retailer. [Tech Crunch]

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