Las nuevas rockolas

No es novedad que la forma de consumir música cambió radicalmente a partir del lanzamiento del iPod, a fines del 2001. No obstante, se trataba de un modelo basado en descargas, legales (caso iTunes) o ilegales, a lo que se sumaba la digitalización que los usuarios hacían de sus propios CD. Esto está cambiando ahora, observándose una clara migración hacia el streaming, que tiene en YouTube y Spotify a sus máximos exponentes. Esto surge del informe “Internet y consumo audiovisual – 2015”, realizado por Carrier y Asociados.
Las razones para este cambio de modelo se deben a diversos factores:

  • Es mucho más fácil de acceder a los contenidos sea por temas, géneros, autores, intérpretes
  • Permite un mejor descubrimiento con las listas creadas por terceros
  • Existe la sensación de que está todo online. Se trata no sólo de determinados temas o autores, sino también versiones que son rarezas
  • No ocupa espacio de almacenamiento, un factor no menor en momentos en que la música se lleva en el celular y muchos de estos equipos no tienen suficiente capacidad para almacenar todo lo que el usuario desea
  • Es la forma “natural” de acceder a los contenidos para los preadolescentes, quienes no pasaron por la era de las descargas por un tema generacional. Éstos se inclinan por YouTube, LA plataforma de consumo audiovisual para ellos.

En cuanto a los dispositivos, el celular se posicionó como el gran reproductor, a punto tal de ser visto como un iPod con teléfono. El uso del mismo para reproducir música se hace mayormente a través de auriculares, aunque la conectividad Bluetooth o vía line in permite que sea el repositorio y reproductor único, conectable a distintos equipos.
La PC sigue siendo también un dispositivo popular para escuchar música cuando se hace un uso estático (por ejemplo, en el dormitorio de un adolescente) o en ambientes de trabajo (para jóvenes y adultos). Su limitación es que no tiene tanta movilidad (aun en el caso de notebooks) y no siempre está instalada en el ambiente indicado. Para situaciones sociales en ambientes comunes, la TV (directamente si es SmarTV o conectada) se convierte en el reproductor a elegir.
En cuanto a los servicios de reproducción de música, YouTube muestra su versatilidad al ser la opción elegida por la mayoría. Tiene un catálogo más extenso, donde “está todo”, a diferencia de alternativas específicas como Spotify o SoundCloud. Su rol como rockola se ve potenciado en que facilita mucho escuchar música vía listas así como el descubrimiento a través de las sugerencias propias de la plataforma.
Por su parte, Spotify es el servicio específico más utilizado, especialmente luego del cierre de Grooveshark. Su versión paga tiene buena recepción. Esto se debe a que cuenta con un precio lo suficientemente bajo como para privarse de las ventajas que significan su mayor calidad de sonido que la versión gratis, poder escuchar música offline (clave en su uso desde el celular por no consumir del abono de datos y asegurar la disponibilidad) y no tener publicidades, muy intrusivas en la versión gratuita. Únicamente los defensores del “todo gratis” optan por la versión gratuita a pesar de sus limitaciones.
Este cambio en la forma de consumir música es en alguna medida una victoria para esta industria frente a la piratería que reinó en la época del CD y de las descargas. Quizás los ingresos no sean los mismos de antaño. Pero tampoco el mundo en el que operan es el mismo.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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