Adivinando las cartas

Cuando todavía falta un mes para la asunción del nuevo gobierno recientemente elegido, empresas, mercados, periodistas y población buscan identificar signos que marquen un posible rumbo. Pero, al menos en materia de TIC, determinar qué política tiene en mente el futuro gobierno es similar a hacerlo con la mano de un jugador de póker. Queda especular, en el sentido etimológico de la palabra, que es observar, mirar alrededor.

Lo que es concreto es que el escenario actual es muy distinto al de 2003, cuando el futuro presidente era Jefe de Gabinete, e inclusive el del 2014, cuando sus socios políticos manejaban el sector. Por lo tanto, los antecedentes no sirven de mucho en este ámbito.

En 2003 el grueso de las comunicaciones eran fijas y la banda ancha recién empezaba. En 2014 las comunicaciones móviles habían colapsado y la banda ancha no se había desarrollado en todo su potencial debido a los impedimentos de poder ofrecer servicios de comunicación audiovisual. Hoy, prácticamente todo mayor de 12 años tiene un celular, y una gran mayoría utiliza un smartphone que utilizan para muchísimas cosas, habiéndose transformado, de hecho, en un servicio esencial [ver “Aplicando la tijera”].

En el primer quinquenio de la década del 2010, el volumen de celulares producidos en Tierra del Fuego era de aproximadamente 13 M de unidades anuales en un marco de creciente adopción de smartphones en reemplazo de los viejos teléfonos. Hoy, principalmente fruto de la macro pero también de una industria madura y con avances menos marcados, el volumen anual es casi la mitad del promedio de aquella época. Los volúmenes de antaño son irrepetibles en el corto plazo.

En 2003 la banda ancha se ofrecía sobre las redes existentes (sean las telefónicas o las de TV cable). Hoy el despliegue de nuevas redes de fibra óptica es una necesidad imperiosa para encarar los años venideros. En 2003 los contenidos audiovisuales se distribuían por redes ad hoc. Hoy lo siguen haciendo pero se sumó, en forma notable, la distribución por redes de banda ancha, tanto fijas como móviles. En 2003, hablar de exportar servicios requería de mucha evangelización, y prácticamente lo único que se exportaba como servicio eran los de call centers. Hoy, el avance en la industria de los servicios basados en el conocimiento lo convirtieron en el 3º sector exportador después del agropecuario y el automotriz.

Un dato para tener en cuenta fueron las declaraciones del presidente electo a la salida de su reunión con Slim, que si bien cuenta con múltiples inversiones en Argentina sin dudas la más relevante es Claro. Allí, además de asegurar que no habrá que esperar cambios bruscos de reglas (lo que no es poco), Fernández se mostró a favor del camino de la apertura y la competencia en materia de telecomunicaciones, y hasta dio una señal que algunos interpretan como la posibilidad de que las telcos puedan dar servicios de TV satelital cuando dijo que “todo lo que signifique mayor oferta en materia de transmisión de imágenes, telefonía, todo lo que sea ampliar la oferta es muy bueno; eso está un poco concentrado hoy en día”. Conociendo el poder político de los operadores de servicios de TV paga de todo tamaño, parece una ilusión más que una realidad. No obstante, la mención a la concentración puede referirse no sólo a la distribución sino también a las condiciones de acceso a los derechos de retransmisión. Por supuesto, también es importante para Claro extender la cobertura de su red de fibra óptica. Pero de eso no hubo mención específica. ¿Se profundizarán las medidas para incentivar la compartición de infraestructura y la facilitación de despliegues de red? Por ahora, no hay respuesta.

Por otro lado, desde Tierra del Fuego dicen estar trabajando con los equipos técnicos del próximo gobierno para relanzar la actividad industrial de la isla, donde la baja de actividad hizo perder más de la mitad de los puestos de trabajo que había en 2014. La intención sería que la isla no dependa tanto de la electrónica de consumo, muy atada a la situación macro de la población, para ampliarse a otras industrias tecnológicas como la fabricación de turbinas para generación de energía eólica o componentes para paneles fotovoltaicos, entre otros. Productos más ligados a la inversión que al consumo. No queda en claro si de esto se habló también en la reunión de Fernández con el fundador de Newsan (uno de los principales productores de la isla), ya que al fin de la misma se mencionó el negocio de exportación de pescado y frutos de mar de la empresa. Actualmente Newsan es el primer exportador en ese rubro en lo que podría considerarse si no el único, el más resonante caso de éxito de la política de sustitución de importaciones de los tiempos en que el Secretario de Comercio era Moreno.

Por otra parte, es relevante la visita de Fernández a las oficinas de Globant en México y sus posteriores palabras a favor del desarrollo de la industria del conocimiento, para la que comprometió su apoyo. Un sector que comenzó a ser incentivado durante el kirchnerismo y que se potenció más durante la actual gestión (más allá de la aplicación de retenciones) y que, según parece, seguirá siendo favorecido. Un raro caso de política de Estado.

Por supuesto, hay muchos temas más que deberán ser abordados, pero en este juego de póker, las cartas se muestran de a una. Habrá que seguir esperando y estar atentos.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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