60 segundos

El cambio en la forma de facturación de las llamadas móviles, de minutos a segundos, anunciado esta semana despertó muchas esperanzas de poder reducir el gasto en el servicio. Sin embargo, algunas expectativas son desmedidas por demás, como es el caso de una asociación de consumidores que lo estimó en un 30%. Algo muy alejado de lo razonable.
En grandes líneas, el gasto en servicios móviles se reparte en un 30% en llamadas de voz, un 55% en SMS y el 15% en datos (aunque creciendo). Con esta distribución resulta evidente que si el gasto bajase un 30% significaría que no habría más facturación de voz. Un delirio.
Por otra parte, el ahorro será muy variable en función del perfil del consumidor. Los que se comunican mayormente vía SMS o WhatsApp no verán variaciones relevantes en su gasto. En cuanto a los que hablan mucho, hay que recordar que el ahorro es apenas en el último minuto de la conversación. Los primeros seguirán costando lo mismo. Tampoco habrá ahorro entre quienes realizan llamadas a números gratis.
En resumen, a nivel individual el ahorro será muy variable, y en muchos casos imperceptible. A nivel global, el impacto será menor, de un dígito bajo. Sin embargo, servirá para que muchos crean que bajaron su gasto significativamente. Muchas veces es más importante la percepción que la realidad misma.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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