Archivooctubre 2008

Apertura centenaria

Sin demasiado anuncio, dicho apenas al pasar en la nota por la celebración de sus 100 años, el diario El Cronista realizó un cambio significativo en su estrategia en Internet al liberar completamente los contenidos de Cronista.com, la versión online del diario de negocios. Esta medida beneficiará al diario, quizás no tanto en términos de ingresos, pero sí en cuanto a la repercusión de sus contenidos, que sin dudas crecerán notablemente en términos de lectores. Ahora, el último de los mohicanos es Ámbito Financiero. ¿Por cuánto tiempo?

Mejor saber ripear

Recientemente se lanzó una versión del iPod classic destinada a los fanáticos de los Beatles. Esta edición especial incluye al reproductor, la colección completa en CD, una púa para guitarra, en una hermosa caja de madera.  El detalle: el iPod no viene precargado con las canciones, por lo que además de pagar US$ 795 por el set, el comprador deberá pasarse sus buenas horas ripeando los CD. Hay quienes dicen que incluye una canción inédita inspirada en uno de sus éxitos: Day Ripper.

Crisis, ¿qué crisis? I

En estas últimas semanas se hace casi imposible obviar el tema de la crisis financiera internacional y sus ramificaciones económicas locales. La gran duda es lo que pueda pasar no tanto de aquí a fin de año sino a partir del año próximo, cuando las esperadas consecuencias se sentirán más palpablemente y se podrá entonces determinar en qué medida impactan en Argentina. Obviamente, no se trata de pensar en problemas con las instituciones financieras locales, pero si los grandes países consumidores sienten la recesión dejarán de comprar tanto a nosotros como a nuestros principales clientes, lo que sumado a la baja del precio de varios de los commodities que exporta Argentina, se combinan de forma tal que pensar que saldremos indemnes es puramente un acto de fe. Esto sin dejar de considerar que algunos de los andamios sobre los que se basa la economía argentina emitían crujidos antes de que se desatara la gran crisis en los principales centros financieros mundiales.
Visto así, sería imprudente hablar de cifras (tanto absolutas como porcentajes), pero sí se puede al menos vislumbrar tendencias. Yendo específicamente a cómo impactará esto en el mercado tecnológico, existen distintas visiones, no sólo las optimistas y las pesimistas, sino también en función del producto de cada uno.
Una forma de predecir lo que puede suceder es basarse en nuestra última gran crisis, la del 2002, que permitió ver cuáles eran los productos más sensibles y cuáles no. Aquí, algunos creen que entonces el crecimiento de los accesos a Internet se mantendrá, tal cual lo hizo en aquél fatídico 2002. Pero ahora se produce una diferencia importante. En aquél entonces, los accesos de banda ancha acababan de ser lanzados, con lo que había un público con capacidad de gasto y ávido de consumirlos, que salió a contratarlos mientras muchos otros caían en la desesperación. Ahora, en cambio, la banda ancha tiene una penetración importante y su crecimiento se basa más en los segmentos medios y medio bajos, que son más vulnerables y sensibles en tiempos de crisis. Este puede ser el talón de Aquiles para los ISP. A su favor cuenta que cuando de recortar gastos se trata, el acceso a Internet es la última opción. No sólo porque su uso ya está muy arraigado en la cotidianeidad de cada uno, sino porque además permite sustituir gastos: se puede leer el diario, hablar por teléfono, escuchar música, ver películas y muchas otras cosas más, todo por el mismo precio (sin entrar en la consideración si algunas de estas actividades son legales o no). Por el lado de empresas y profesionales, sólo quienes quieran quedarse fuera de su negocio recortarían gastos en el acceso Internet. Así, éste parece estar bastante blindado frente a un bajón de la economía, sin importar el segmento de clientes de que se trate.
El caso de los celulares es distinto. En el 2002 todavía no había entrado en su fase de masificación total que se dio a partir del 2004. El servicio era más caro en términos relativos que en la actualidad, no habían SMS que permitían comunicarse a bajo costo y los equipos servían para poco y nada más allá de hablar. Así, en ese entonces fue la única vez que la cantidad total de líneas sufrió un descenso. Hoy la situación es diferente, con un mercado saturado que crece en usuarios casi vegetativamente. Ya no se trata de un teléfono, sino que es principalmente un equipo de mensajería con muchas otras capacidades, como escuchar música, sacar fotos y videos, con juegos, agendas, etc. Así, puede que haya una caída en el consumo del servicio, pero difícilmente se produzcan bajas como en el pasado. Por otra parte, será interesante observar el desarrollo que puedan tener los servicios de datos móviles, los cuales están mostrando un gran atractivo en el segmento de empresas y profesionales. Y vistos sus beneficios, no sería razonable que las crisis atente contra éstos. La clave estará más por el lado de la oferta, en función de lo que hagan para extender el desarrollo de redes 3G y en el peso de los subsidios a terminales tipo smartphone.
En cuanto a la telefonía, salvo una caída muy importante (cosa bastante improbable), si se produjera un retroceso no sería atribuible únicamente a una restricción en el gasto, ya que se trata de un negocio que en los últimos tiempos muestra un estado vegetativo pero amenazado por la sustitución que genera tanto el uso de celulares como de Internet. Así, lo más probable es que mantenga niveles similares a los de este año.
Finalmente, y pensando en servicios que apuntan únicamente al segmento de empresas, una situación de crisis podría ser propicia para fomentar la tendencia hacia la tercerización ya que esta ofrece varios beneficios. Desde el punto de vista económico, financiero y hasta fiscal, tienen la virtud de convertir inversiones en gastos. Así, una empresa que decide, por ejemplo, tercerizar la administración de ciertas aplicaciones o la seguridad de sus sistemas, no sólo se ahorra el desembolso inicial que significa comprar equipamiento e instalarlo, capacitar a su personal y todo otro tipo de erogación asociada, sino que pasan a ser parte de un gasto mensual y no una inversión amortizable en varios años. También accede a un know how específico más difícil de lograr in house y puede focalizarse más en el  núcleo de su negocio, algo clave en tiempos difíciles. Debería sin dudas ser un momento propicio para la tercerización de ciertas actividades, a no ser por algunas barreras culturales que aún persisten. Habrá que ver qué pesa más.
Por todo esto, en líneas generales se podría prever que los proveedores de servicios deberían atravesar las crisis con daños controlados. Quizás no indemnes, pero bastante enteros.

Crisis, ¿qué crisis? II

Así como para los servicios el futuro próximo no parece muy complicado, la cosa es distinta cuando se piensa en productos físicos, como puede ser el caso de computadoras, celulares y otros electrónicos.
En el caso de las computadoras personales, se da un hecho curioso: si bien en la segunda mitad del año se percibe una clara desaceleración en las importaciones (tanto de notebooks como de desktops), las proyecciones para el 2008 realizadas en el 2007 se mantienen. Esto se debe a que durante la primera mitad del año el crecimiento permitía augurar un año extraordinario, pero los propios problemas de la economía argentina se ocuparon de que se levantara el pie del acelerador. Así, salvo que el último trimestre sea francamente desastroso, el año debería terminar con unos 2,35 millones de PC (de escritorio y portátiles) vendidas, lo que implicaría un nuevo récord.

Para el año que viene, podría registrarse una desaceleración si algunos (tanto consumidores como empresas) deciden postergar ciertos gastos, espaciando el tiempo entre renovaciones. Por otra parte, un dato no menor estará vinculado al valor del dólar, dependiendo de la magnitud de la devaluación del peso, que si bien no se sabe si será progresiva o de una sola vez, parece inevitable ante el contexto regional y la presión local.
En cuanto a los teléfonos celulares, la situación es distinta. Ya este año se prevé una caída del 7%, luego de haberlo hecho en un 9% en el 2007. En esto jugó que el mercado de líneas se desacelerara notablemente fruto de la saturación, con lo que la mayoría de los terminales nuevos son de reposición. En este contexto, una combinación de enfriamiento económico y devaluación del peso podría echar más hielo al balde.
Dentro de la industria de los fabricantes de celulares hay quienes creen que en una situación de estrechez económica, un equipo nuevo puede ser una forma de mimarse gastando poca plata. Esto puede ser verdad para algunos, pero también hay muchos usuarios que no se ven atraídos por las novedades (reproductor de MP3, cámara de fotos, acceso a Internet, etc.) sino simplemente un equipo que permita llamar e intercambiar SMS. En otras palabras, los deseos de autosatisfacción no alcanzarán para mantener el nivel de ventas en una economía desacelerada.
Pero aunque caigan los volúmenes, puede llegar a subir el precio promedio por equipo si se logra un desarrollo más acelerado de los datos móviles, aunque en este caso no toda la ganancia será para smartphones sino que habrá una proporción importante que será capturada por los módems 3G y las nuevas categorías de dispositivos que comenzarán a lanzarse en lo que queda de este año.
En síntesis, fabricantes de PC y de celulares tendrán un escenario más complicado que los proveedores de servicios. Estará en su ingenio y destreza minimizar un impacto que aunque previsible, no es aún mensurable.

Intel viajes

Durante la semana que pasó se llevó a cabo el tradicional Intel Editors Day, que a pesar de su nombre no es un día sino tres en los cuales los distintos medios de la región (Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay) son “aislados” en algún entorno agradable (esta vez fue en Punta del Este). Se trata de una experiencia interesante no sólo por los temas expuestos por los organizadores sino por la convivencia con periodistas de medios de distintos enfoques, lo cual permite tomar el pulso de lo que sucede en la industria y de cómo ésta es percibida por quienes tienen la tarea de comunicar.
En cuanto al mensaje de Intel, algunas cosas para destacar. Obviamente, se reflejó el crecimiento del mercado de PC y de notebooks en particular. En este último caso, se expresó claramente que el crecimiento de las portátiles había superado en este año las estimaciones más optimistas. También hay mucha expectativa con lo que pueda pasar con la nueva categoría denominada “netbook”, que nació con el concepto de la OLPC, se formalizó con el lanzamiento de la Classmate y hoy es una oportunidad enorme, quizás mayor que lo que los propios ejecutivos de Intel estiman. Es que estos dispositivos, que nacieron con la idea básica de ser la herramienta para los primeros palotes informáticos de niños en edad escolar, tienen el potencial de llegar también a un público adulto. Hay quienes las ven como notebooks más baratas, pero es un error. En realidad la diferencia fundamental es que las netbooks son equipos para consumir contenidos, no para crearlos. Es decir, ideales para acceder a Internet y sus servicios (mail, navegar, redes sociales, etc.), y en menor medida para usos de oficina. Pero es justamente esto lo que las hace atractivas más allá de los niños y aquellos que las ven como segunda máquina. Hoy hay millones de personas que consumen contenidos desde las PC públicas en cibers y locutorios y las netbooks, que hoy todavía tienen un precio alto pero que seguramente bajarán rápidamente, pueden lograr los mismos objetivos pero desde cualquier lugar y a cualquier hora. Es un tema de costos, tanto del equipo como de la conectividad. ¿Por qué entonces Intel insiste en catalogar a las netbooks como computadoras para niños, cuando de hecho muchos adultos no generan contenidos sino que sólo los consumen? La respuesta es simple, para no canibalizar las ventas de notebooks.
También se habló bastante del tema WiMax, aunque éste está encontrando algunas dificultades para terminar de dar su paso al mundo móvil. Para el caso argentino hay un tema técnico particularmente importante. En nuestro país las frecuencias licenciadas para el uso de WiMax están en los 3.5 Ghz, mientras que los equipos fabricados para las primeras experiencias móviles en los EE.UU. son de 2.5 Ghz. Así, si bien en breve Intel estará incluyendo los chips WiMax en sus máquinas como lo hicieran con WiFi (lo que implicó el despegue definitivo de esta tecnología), en Argentina esto no sucederá antes del 2010. Esto no parece preocupar demasiado a Intel cuyo negocio está basado en que se desarrolle la banda ancha, con nuevas y demandantes aplicaciones así como por la aparición de nuevos dispositivos conectables. Así, le restaron importancia cuando los periodistas plantearon un 3G vs. WiMax. Lo importante es que haya más banda ancha móvil porque esto incentivará la demanda por equipos con sus procesadores.
Es esta banda ancha móvil la que encierra una enorme oportunidad para su procesador Atom, diseñado para dispositivos portátiles por su bajísimo consumo (2V frente a 35 de un procesador de notebook) como netbooks o MID (dispositivos de Internet móvil) así como nuevas categorías tales como televisores con acceso a Internet incorporado. Así, Atom es la gran apuesta para entrar en nuevos mercados que permitan mantener el crecimiento.
En cuanto a los medios presentes, este año se observó una importante presencia de blogs, que se sumaron a los medios tradicionales y a los digitales que participaron en ediciones previas. Una clara demostración de la relevancia que Intel le da a esta nueva forma de hacer periodismo.
Y fue entre periodistas donde se habló de la reciente decisión de AMD de separar las tareas de fabricación en una empresa independiente, la cual es percibida como una señal de que no pudo seguir el tren de Intel. Pero esto, que parecería una buena noticia para Intel, en realidad no lo es tanto por dos razones. Por un lado, al perder fuerza un rival que le exigió tanto durante los últimos años, existe un riesgo cierto de aburguesamiento que podría impactar negativamente en el rendimiento de Intel como organización. Por otro lado, si AMD pierde relevancia en el mercado de procesadores, los ojos de las autoridades antimonopólicas podrán posarse sobre Intel con mayor fuerza. Y en Intel no quieren que suceda ni una cosa ni la otra.

Computadoras celulares

Por lo recién expuesto, el momento no podía ser más oportuno para el anuncio de que Movistar comenzará a comercializar netbooks con tecnología 3G. Se trata de una forma más de propiciar mayores ingresos por servicios de datos móviles, en este caso incluyendo la capacidad en forma nativa en los equipos y no a través de una placa externa.
Movistar comercializará un equipo de LG, a un costo de casi $ 2.000 más un abono mensual desde $ 49 (aunque no especificaron cuánto tráfico incluye). Esta apuesta vendrá reforzada por un aumento en la cobertura de la red 3G que según la empresa llegará a 150 localidades del interior del país.
Movistar no estará solo, ya que antes de fin de año se sumaría también Personal con una propuesta similar, una netbook con módem integrado, aunque con equipos de otra marca.
En definitiva, la combinación netbook y 3G puede resultar en un mercado interesante. Se trata de un camino natural ya que la movilidad no puede estar garantizada únicamente por WiFi en un dispositivo pensado para acceder a contenidos. No obstante, habrá que esperar a que los precios mejoren un poco para que el paisaje se redefina. El potencial de mercado es importante.

Rumores que matan

En los últimos días volvieron a florecer rumores que ya se habían dado varios meses atrás respecto de una potencial compra de RIM (fabricante del Blackberry) por parte de Microsoft. Si esto se concretara, sería la muerte de Windows Mobile. ¿Quién lo licenciaría sabiendo que Microsoft fabrica celulares?

Estrella ascendente

En momentos en que el mercado de telefonía celular se encuentra maduro por su altísima penetración, donde sólo cabe esperar que el grueso de los nuevos clientes provenga del crecimiento vegetativo de la población (los adolescentes y preadolescentes que vayan llegando a su primera línea propia), el foco estará puesto cada vez más en lograr que los actuales clientes aumenten su consumo. Y para eso, nada mejor que nuevos servicios que ayuden a inflar el famoso ARPU (ingreso promedio por usuario, de sus siglas en inglés).
Sin dudas que entre los servicios que más pueden contribuir a este fin se encuentra el uso de Internet móvil, y para ello, nada mejor que un smartphone. No se trata de una categoría nueva, pero es evidente que toda la expectativa creada alrededor del lanzamiento del iPhone tuvo como efecto colateral el de generar conciencia de que se puede acceder a Internet desde un celular y utilizar sus diversos servicios (mail, mensajería instantánea, navegación, etc.). Otro efecto fue el de despertar a sus competidores, lo que produjo el lanzamiento de nuevos equipos con características más atractivas por parte de Blackberry, Nokia, Motorola, HTC y otros, algunos con precios muy agresivos.
Por ahora este mercado se encuentra en la etapa del despegue. Al mes de agosto aproximadamente unas 320 mil líneas correspondían a smartphones, con lo que es de esperar que termine el año por encima de las 400 mil. En términos relativos, este segmento pasaría de ser poco más del 1% de las ventas durante el 2007 para alcanzar el 3% en el 2008. Un porcentaje bajo pero con un crecimiento importante tanto en términos relativos como absolutos.
Obviamente, no puede hablarse de un mercado que explotó. Para ello, todavía falta que se den varios factores. Uno es la mayor cobertura de las redes 3G, y esto lleva tiempo y dinero. Otro es el tema precio, tanto en terminales como en abonos de datos. Por ahora estos equipos llegan al público con precios que van desde los US$ 300 a 500 (a veces menos si se trata de empresas que pueden negociar por volumen). Para que el mercado explote, llegando mayormente a usuarios individuales, los equipos deberán tener un precio por debajo de los US$ 200, y será masivo cuando alcancen la marca de los US$ 100. Obviamente, para ese entonces los abonos deberán haber descendido en la misma proporción en que lo hicieron los de banda ancha fija a Internet en su momento, que arrancaron en unos $ 120 y se masificaron cuando llegaron a los $ 50 mensuales. A valores más constantes (si es que los hay) el precio del abono de Internet móvil debería estar en alrededor de US$ 20 mensuales (hoy está en aproximadamente US$ 40, o menos, en la medida en que la cotización del dólar siga subiendo).
Evidentemente, esta combinación de factores no está a la vuelta de la esquina. Pero si se observa lo que pasó con la telefonía celular tradicional en los últimos 4 años, se verá que el escenario planteado no es descabellado ni mucho menos. Es sólo cuestión de esperar que la tecnología y las economías de escala hagan lo suyo. Al menos, no se trata de largo plazo.

Google vs. Google

En las últimas horas, Google salió a criticar algunas decisiones judiciales que la obligan a quitar los resultados que surjan de determinadas búsquedas, generalmente relativas a personas. La postura oficial de Google al respecto puede ser accedida desde su blog oficial para América Latina.
Es cierto que Google no puede ser responsable de lo que otros publiquen en Internet. Lo único que hace el buscador es referenciar dónde se encuentra esa información en la red. Por lo tanto, no sólo no es responsable, sino que la supresión de ese resultado no implica que el contenido haya desaparecido de la red. Por otra parte, la seguidilla de demandas contra Google por parte de personajes de la farándula da más para pensar que se trata de una incipiente industria del juicio (léase, hagamos plata fácil y rápido).
Pero Google también da muestras de tener criterios flexibles. El caso paradigmático de este comportamiento es su aceptación de lo que puede o no vincular en sus búsquedas en el caso de China. En este país, a pesar de sus grandes avances económicos, el gobierno aún ejerce un importante grado de censura en Internet, y para ello cuenta con la complicidad de Google. Para muestra, basta con buscar imágenes de “tiananmen” en Google China y en Google de los EE.UU. y ver la diferencia en los resultados (para facilitar la búsqueda, esto es lo que se ve en China y esto en EE.UU.). Simplificando, en China se ven imágenes de una hermosa plaza y en EE.UU. se ven tanques avanzando por la misma.
Evidentemente, Google es ahora víctima de sus múltiples criterios a la hora de defender la libertad de expresión. Cuando se le plantea esta diferencia de resultados a los ejecutivos de Google, ellos afirman que no atentan contra la libertad de expresión ya que un usuario tiene la alternativa de buscar en Google.com en vez de Google.cn. Quizás en Argentina tengamos que terminar buscando en Google.com en lugar de Google.com.ar para encontrar los resultados que la justicia argentina considera inconvenientes. Sería lamentable que esto sucediera.

La división hace la fuerza

Al menos así lo entienden en AMD, luego de que anunciara esta semana un spin off de sus fábricas para que éstas formen una nueva compañía. AMD mantendrá el diseño y comercialización, mientras que la nueva empresa, interinamente llamada Foundry, se dedicará a la fabricación, no descartándose que en el futuro también lo haga para otras marcas. Para reforzar a Foundry, ésta recibió una inversión de US$ 8 mil millones por parte de un fondo creado por el gobierno de Abu Dhabi.
La movida, que no sorprendió habida cuenta de que en los últimos siete trimestres los resultados fueron negativos, sirve a AMD para escapar de la pesada carga financiera que implica desarrollar plantas de chips. Se trata de un negocio que es particularmente capital intensivo y con ciclos de vida de producto cortos, que exige por lo tanto una actualización permanente de las plantas y operando al límite de su capacidad para ser rentables. Por estos motivos, esta industria tiende a la consolidación.
Pero la decisión no está exenta de riesgos. Más allá del alivio financiero que supone, la fabricación de sus chips por parte de un tercero puede causar que AMD pierda terreno en una carrera por la innovación y mejora que es constante. Por ahora esto no debería suceder, ya que Foundry hereda instalaciones que están mucho más cerca tecnológicamente de Intel que las de otros fabricantes, pero el gran desafío será no perder el ritmo ahora que la fabricación no estará en manos de quienes diseñan.
De esta forma, Intel queda como el principal proveedor integrado. El hecho de combinar diseño y fabricación puede ser considerado como una ventaja, ya que permite al fabricante alinear sus nuevos productos con los últimos avances en tecnología de fabricación. Si resultara efectivamente así, la movida podría terminar beneficiando a Intel, pero se correrá el riesgo de que la innovación ceda en su ritmo, al igual que la tendencia a la baja de precios por efecto de la competencia. El tiempo dirá.

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